Visto en la red

He leido estas líneas sobre el significado de la Eucaristía que merecen la pena.

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Por qué un ateo marca la X para la Iglesia Católica

El doctor José Manuel López es especialista en Oncología en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander (Cantabria). En un curioso artículo publicado en la sección de opinión del Diario Montañés asegura que marca por convencimiento todos los años la equis en la casilla de la Iglesia Católica cuando hace su Declaración de la Renta. Y eso a pesar de declararse ateo:
«Si es reprochable empezar hablando de uno mismo, también será esclarecedor decir de entrada que mi pensamiento y mi vida discurren ajenos a los dioses, en general, y al Dios de los católicos en particular. No comulgué ni fui confirmado, me casé por lo civil, mis dos hijos no fueron bautizados y han estudiado en escuelas laicas, como su padre. Por lo breve, digo, ni soy católico ni aguardo orientación de ninguna fe religiosa, la que fuere».

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Para después añadir: «¿A qué viene, entonces, mi chocante postura de destinar la X del IRPF a la Iglesia Católica? Algunos la tildarán de gracieta simplona, otros de contradicción incomprensible, de inane provocación, etcétera. Nada opongo a tales opiniones, menos aún si sustentan la idea, más o menos refinada, de que seré aproximadamente un gilipollas. Pero si alguien desea curiosear
en por qué un ateo marca su X a favor de la Iglesia, quizá le interesen mis tres razones principales».

Tres razones que vienen desarrolladas en el artículo que merece la pena leer completo y que se pueden resumir en:

1) La Iglesia católica es históricamente la organización benéfica más eficiente: «No estableceré un ranking de altruismo, pero yo, siendo ateo, dudo que los recursos administrados por la Iglesia sean desdeñables o necesariamente sustituibles: voto por mantenerlos».

2) Es difícil entender, y entendernos, Europa obviando el catolicismo: «Asistí recientemente a la misa dominical en un convento de clarisas, con su olor inefable a musgo e incienso. A mediodía, las monjas ocupan un coro, allá por el ábside; los fieles llenan la pequeña nave y el cura lee sugestivos textos, y lo hace bien, y por un momento me siento parte de algo más grande y más permanente que yo, algo que sosiega la respiración y atempera el pulso, sin necesidad de lapidar a nadie. Y luego visité otra iglesia, donde se cantaban bellísimas habaneras de tema religioso. Voto por ese espíritu de paz y concordia, aunque yo no sea creyente».

3) Está harto de la beligerancia que existe contra la Iglesia Católica en nuestra sociedad española: «Justo por no serlo, me parece inexplicable el furor obsesivo por bajar los crucifijos de los colegios. No veo qué daño causan los símbolos de una fe que no me asiste, pero sí ilustra mi paisaje histórico y emocional. Me espanta el fanático que se jacta de clausurar escuelas católicas o quemar frailes. No concibo que un absurdo revanchismo haga saludar a gobernantes infames como Chávez y ningunear al Papa, líder espiritual de muchos compatriotas. A mi juicio de ateo, es lógico y deseable que el Estado sea laico, pero sucede que España no lo es. Hay vida inteligente fuera del Estado, así que pongo la X para la Iglesia Católica, no vaya a ser que algún insensato la destine a construir mezquitas y tengamos que resucitar a don Juan de Austria».

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Encuentros: Irena Sendler «Jolanta – Ángel del Gueto de Varsovia»

Irena Sendler«La madre de los niños del Holocausto»

La historia de Irena Sendler (15 de febrero de 1910 – 12 de mayo 2008) está repleta de heroísmo con proporciones casi míticas. Sin embargo, ha estado extraviada entre los pliegues del tiempo durante más de medio siglo. Desconocida y oculta de manera inexplicable para la mayoría de la gente, como un tesoro antiguo esperando a ser descubierto.

En 2007 el «Ángel del Gueto de Varsovia» fue candidata al Nobel de la Paz —que finalmente fue otorgado al norteamericano Al Gore—, avalada por la Organización de Supervivientes del Holocausto residentes en Israel, con el apoyo oficial del Estado de Israel a través de su Primer Ministro, Ehud Olmert; el Gobierno de Polonia a propuesta de su presidente Lech Kaczynski y las autoridades de Auschwitz.  El motivo de la candidatura  de Irena Sendler era reconocer con este galardón a uno de los últimos héroes de la generación de nuestros padres y abuelos, una generación que ha demostrado una fuerza, una convicción y un valor extraordinarios frente a un mal de una naturaleza extraordinaria.

Su historia empezó a conocerse en 1999, gracias a un grupo de alumnos americanos, procedentes de un instituto de Pittsburg (Kansas) y a su trabajo de final de curso sobre los héroes del Holocausto. En su investigación dieron con algunas referencias sobre Irena Sendler en revistas especializadas y con un dato asombroso: había salvado la vida de 2.500 niños. «¿Cómo es posible que apenas haya información sobre una persona así?», se preguntaron entonces los estudiantes, cuya curiosidad crecía según encontraban más datos y testimonios.

Pero la gran sorpresa llegó cuando, tras buscar el emplazamiento de la tumba de Irena, descubrieron que no existía porque ella todavía vivía. Era una anciana de 97 años que residía en un asilo del centro de Varsovia, en una habitación luminosa donde nunca faltaban los ramos de flores y las tarjetas de agradecimiento, que llegaban diariamente desde todo el mundo.

Irena fue una mujer de gran coraje, muy influida por su padre, un médico rural que murió cuando ella tenía sólo 7 años. De él siempre recordaría dos reglas que siguió a rajatabla a lo largo de toda su vida.

  • «Que a la gente se la divide entre buenos y malos sólo por sus actos, no por sus posesiones materiales»
  • «A ayudar siempre a quien lo necesitase»

Así la pequeña Irena se hizo mayor y comenzó a trabajar en los servicios sociales del ayuntamiento de Varsovia, al tiempo que se unía al Partido Socialista Polaco. Corrían los años 30 y destacaba en los proyectos de ayuda a pobres, huérfanos y ancianos. «Ella era de izquierdas, sí, pero de una izquierda que ya no existe, preocupada por las personas y por su bienestar», más a pesar de ello siempre se situó bastante lejos de la política activa.

En 1939 Alemania invadió Polonia y el trabajo de Irena se hizo más necesario en los comedores sociales, donde también se entregaban ropas y dinero a las familias judías, inscribiéndolas con nombres católicos falsos para evitar las suspicacias de los soldados alemanes.

Pero todo cambió en 1942, cuando las deportaciones se hicieron más frecuentes y los nazis encerraron a todos los judíos de Varsovia, unos 400.000, en un área acotada de la ciudad y rodeada por un muro. El gueto fue la tumba para miles y miles de personas, que morían diariamente por inanición o enfermedades. Irena estaba horrorizada y, como muchos polacos, decidió que había que actuar para evitar la barbarie que asolaba las calles de la capital. Consiguió un pase del departamento de Control Epidemiológico de Varsovia para poder acceder al gueto de forma legal.

Ella misma lo contó: «Conseguí, para mí y mi compañera Irena Schultz, identificaciones de la oficina sanitaria, una de cuyas tareas era la lucha contra las enfermedades contagiosas. Más tarde tuve éxito en conseguir pases para otras colaboradoras. Como los alemanes invasores tenían miedo de que se desatara una epidemia de tifus, toleraban que los polacos controláramos el recinto.»

Allí entraba diariamente a llevar comida y medicinas, «siempre portando un brazalete con una estrella de David como símbolo de solidaridad y para no llamar la atención de los nazis».

Una vez dentro, la joven trabajadora social entendió que el objetivo del gueto era la muerte de todos los judíos y que era urgente sacar al menos a los niños más pequeños para que tuviesen la oportunidad de sobrevivir.  Pronto se puso en contacto con familias a las que les ofreció llevar a sus hijos fuera del Gueto, pero no les podía dar garantías de éxito.Fue así como comenzó a evacuarlos de todas las formas imaginables: en ambulancias como víctimas de tifus, pero pronto se valió de todo tipo de subterfugios que sirvieran para esconderlos, sacos, cestos de basura, cajas de herramientas, cargamentos de mercancías, bolsas de patatas, ataúdes… en sus manos cualquier elemento se transformaba en una vía de escape válida si conseguía sacar a los pequeños del infierno. Otra manera era a través de una iglesia con dos accesos, uno al gueto y otro secreto al exterior. Los niños entraban como judíos y salían al otro lado bendecidos como nuevos católicos.

La actividad de Irena era frenética, igual que el riesgo diario a ser descubierta por los soldados alemanes.  Era un momento horroroso, cuando debía convencer a los padres, las madres y las abuelas eran muy reticentes a entregar a sus hijos y ellos le preguntaban: «Por favor, asegúrame que vivirá, que tendrá un buen hogar», insistían presos de la desesperación entre los llantos de sus hijos.

«Ella también era madre y sentía ese dolor tan profundo como si fuese suyos». ¿Qué se podía prometer cuándo ni siquiera se sabía si lograrían salir del gueto?. Lo único cierto era que los niños morirían si permanecían en él. Algunas veces, cuando Irena o sus chicas volvían a visitar a las familias para intentar hacerles cambiar de opinión, se encontraban con que todos habían sido llevados al tren que los conduciría a los campos de la muerte.

Pero, ¿qué impulsaba a una joven madre como Irena a arriesgarse de esa manera?. ¿Por qué lo hacía?.  «Ella simplemente lo hacía porque tenía un corazón inmenso, impulsado por el amor de Dios, no descubierto por ella, hasta que encontró la estampa de Jesús Misericordioso».

Una vez fuera del horror, era necesario elaborar documentos falsos para los niños, darles nombres católicos y trasladarlos a un lugar seguro, normalmente monasterios y conventos, donde los religiosos siempre tenían las puertas abiertas para los niños del gueto.

Irena hasta la evacuación del Gueto de Varsovia en el verano del 42, vivió el tiempo de guerra pensando en los tiempos de paz. Por eso no solo había que mantener con vida a los niños también quiso que supieran sus identidades, sus historias, sus familias; entonces ideó un archivo en el que registraba en pedazos de papel, los nombres de los niños las verdaderas identidades de los pequeños y sus nuevas ubicaciones, y luego enterraba las notas dentro de botes y frascos de conserva bajo un gran manzano en el jardín de su vecino, frente a los barracones de los soldados alemanes. Allí aguardó, sin que nadie lo sospechase, el pasado de los 2.500 niños de Gueto hasta que los nazis se marcharon.

Los nazis supieron de sus actividades. El 20 de octubre de 1943, Irena Sendler fue detenida por la gestapo y llevada a la infame prisión de Pawlak donde fue brutalmente torturada. En un colchón de paja encontró una estampita ajada de Jesús Misericordioso con la leyenda: «Jesús, en vos confío», la guardó siempre junto a ella  hasta el año 1979, momento en que se la obsequió a Juan Pablo II, pues era lo mejor que tenía.

Tampoco los meses que pasó en la terrorífica prisión de Pawlak, bajo el atento cuidado de los carceleros alemanes, quebraron su silencio. Aunque era la única que sabía los nombres y las direcciones de las familias que albergaban y ocultaban a los niños judíos, soportó las torturas de la Gestapo y se negó a traicionar a sus colaboradores o a cualquiera de los niños ocultos. Le quebraron los pies y las piernas. Pero nadie pudo quebrar su voluntad. Fue sentenciada a muerte. Mientras esperaba la ejecución, un soldado alemán se la llevó para un “interrogatorio adicional”. Al salir, le gritó en polaco “¡Corra!” Al día siguiente halló su nombre en la lista de los polacos ejecutados. Los miembros de Zegota habían logrado detener la ejecución sobornando a los alemanes. No podían permitir que Irena muriese con el secreto de la ubicación de los niños Así fue como pasó a la clandestinidad y, aunque oficialmente figuraba como ejecutada, en realidad permaneció escondida hasta el final de la guerra participando activamente en la resistencia con una identidad falsa.

En 1944, durante el Levantamiento de Varsovia, colocó sus listas en dos frascos de vidrio y los enterró en el jardín de su vecina para asegurarse que de llegarían a las manos indicadas si ella moría. Al finalizar la guerra, Irena misma los desenterró y le entregó las notas al doctor Adolfo Berman, el primer presidente del Comité de salvamento de los judíos sobrevivientes. Lamentablemente la mayor parte de las familias de los niños había muerto en los campos de concentración nazis. En un principio muchos chicos  fueron enviados con otros familiares o se quedaron con familias polacas, los que no tenían una familia adoptiva fueron cuidados en diferentes orfanatos y poco a poco se les envió a Palestina.

Tras los nazis llegó el comunismo y la aventura de Irena quedó olvidada entre las nuevas doctrinas. Ella, que ya tenía dos hijos, volvió a ser trabajadora social y a su vida tranquila, sólo truncada por las pintadas, en la puerta de su apartamento, en las que le acusaban con necedad de ser «amiga de los judíos» o la llamaban la «madre de judíos». Ella callaba y nunca contaba nada de su pasado «por una mezcla de modestia y de temor a que le pudiera acarrear algún problema. Su hija, Janina, ha asegurado que mantuvo secretos y vivió como si estuviese en medio de una oscura conspiración.

Los niños sólo conocían a Irena sólo por su nombre clave “Jolanta”. Pero años más tarde cuando su foto salió en un periódico luego de ser premiada por sus acciones humanitarias durante la guerra, un hombre, un pintor, la llamó por teléfono y le dijo: «Recuerdo su cara, usted es quien me sacó del Gueto». Y  así comenzó a recibir muchos llamados y reconocimientos. Todos conservaron a lo largo de su vida un agradecimiento infinito a Irena Sendler.

Si tomamos como referencia, la vida de Oscar Schindler, el industrial alemán que evitó la muerte de 1.000 judíos en los campos de concentración, donde Steven Spielberg conto la historia en el filme “La lista de Schindler”  siendo aclamado por la crítica, consiguió siete Oscar en 1993. Mientras la figura de  Schindler era aclamada por medio mundo, Irena Sendler seguía siendo una heroína desconocida fuera de Polonia y apenas reconocida en su país por algunos historiadores, ya que los años de oscurantismo comunista habían borrado su hazaña de los libros de historia oficiales.

Irena Sendler al final de sus díasCuando en 1999 los estudiantes de Kansas se toparon con su historia, se quedaron estupefactos. Estaban frente a una auténtica heroína prácticamente desconocida, así que decidieron escribir una obra de teatro sobre ella. Se escenificó en iglesias y salones sociales de la comarca, asombrando y emocionando a todos los que tuvieron la oportunidad de verla. Uno de estos asistentes fue un profesor judío quien, impresionado, ayudó a los escolares a cumplir su deseo: ir a verla a Varsovia y agradecerle lo que había hecho por la Humanidad. Les dio un cheque de 7.000 dólares y les hizo una petición: «Contadme todo con pelos y señales a vuestra vuelta».

Irena paso gran parte de su vida encadenada a su silla de ruedas, culpa de ello se debió a las lesiones que arrastraba tras las torturas a las que fue sometida por la Gestapo. En 1965 la organización Yad Vashem de Jerusalén le otorgó el título de “Justa entre las naciones” y se la nombró ciudadana honoraria de Israel.

Irena en el asilo de Varsovia. Falleció en Varsovia, el 12 de mayo de 2008 a los 98 años de edad.

«No hice todo lo que pude, podría haber hecho más, mucho más y haber salvado así a más  niños» (Irena)

Sobre los premios del mundo planea la sombra de la injusticia. ¡Solo hay unos premios justos, los de Dios!

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Carta a Dios

Querido Dios:

Me dijeron que así te llamabas. He oído hablar de ti, pero nadie me puede decir quién eres. A veces, en mi familia, oigo expresiones como : «Si Dios quiere, válgame Dios…» No sé lo que se quiere decir con esto. No entiendo a los mayores.

Estoy he empezando el colegio, pero poco se habla de ti. Tan sólo oigo tu nombre a mis abuelos, a mis padres, a vecinos que van a los entierros, etc.

Ahora, he cogido un poquito de mi tiempo, y en vez de jugar, tengo ganas de hablar contigo, pero no te veo. No entiendo por qué no me hablas, porque no dejas que te vea. ¿No te aburres jugando siempre al escondite? ¿No te aburres jugando tu solo? Hoy, yo, quiero jugar contigo, pero no te encuentro aquí. ¿Dónde estás, Dios? ¡Cómo eres! Si tan solo pudiera verte, por un momento, sabría que estas ahí.

Nada, no me respondes, no me haces caso. Quizá porque soy tan pequeña y tú no, no quieres que te vea cuando sea mayor. A veces, me enfado contigo, te llamo fantasma, un sueño de niños, una tontería mía, una ilusión o fruto de mi imaginación. Dime, por favor, ¿realmente vives, eres una persona, una cosa, algo o alguien?. Me vas a volver loca, Dios, si sigues jugando conmigo al escondite. Bueno, una cosa sé cierta: que juegas. Por eso, vengo a hablar contigo a mi desván. Muchas veces me marcho llorando, decepcionada: callas, callas y callas. ¡Menudo amigo!, me digo. Porque yo, te considero mi amigo. ¡Qué poco puedo ser a tus ojos, cuando te llamo y no me respondes! Te grito, cada vez que vengo a mi desván: «Dios, Dios, Dios, ¿dónde estás?»

Como amigo, me gustaría que me cogieses de la mano y me llevases a tu casa. Allí, me presentarías a tu familia y amigos, si es que los tienes. Yo, os enseñaría mis juegos de niña. Soy muy pequeñita aún, para jugar como los mayores, pero yo, quiero jugar contigo. Tú, juegas siempre al escondite y yo, quiero aprender juegos nuevos. ¿No te aburres jugando siempre a lo mismo?

No puedo jugar con mis hermanos. Somos dos, y el mayor, no quiere estar conmigo. Rufi, no quiere llevarme con él, cuando sale a jugar, ni cuando vamos para el colegio. Salimos juntos de casa, porque lo manda mamá y él refunfuña nada más andar un poco. Me dice que las niñas no pueden estar, ni jugar con los niños. Me dice muchas cosas que a mi no me gustan: Que debo comerme las uñas, incluso las de los pies, para que puedan volverme a crecer. Que tengo que comerme los mosquitos que me molestan cuando duermo, para que no haya más,.. En fin, no te lo cuento todo, porque no me gustan esas cosas que me dice. Él, quiere que yo, no lo acompañe, y me cuenta estas cosas para que desista.

Solo quiero tener una compañía, alguien que pueda jugar conmigo y me entienda. No consigo encontrar nadie como tú, que me escuche tanto. Pero… si me hicieras más caso, no estarías tú, tan sólo en la vida. Otras personas, no te conocen, no saben quién eres, pero ni te preguntan. ¿Por qué no nos lo dices a todos? Yo, también quiero que los demás lo sepan, que sepan que vives y que eres un amigo. Es lo único que puedo saber de ti, hasta ahora. Y nada, ¡sigues tan terco! Bueno, si no quieres aprender mi juego, si no piensas hablarme hoy, te dejo solo. ¡Tú, te lo pierdes!

Pero…., antes de marcharme, dime: ¿dónde está tu casa? Si queda lejos, no puedo ir a visitarte allí. Soy muy pequeña, ando despacito y mis padres no me dejan andar sola, por la calle. Menos, sin su permiso. Ya ves, ¡tampoco me entienden! ¿Es que soy tan difícil? ¿Soy distinta de las otras niñas? Bueno, al menos, visitarme tú, alguna vez, sobre todo si estoy enferma, en cama. No puedo venir siempre a mi desván a hablar contigo, ni estar mucho tiempo aquí. Mi madre, pronto me echaría en falta y se preocuparía. ¡UFF!

Te dejo, pero antes, dime: ¿Eres alto, bajo, llevas bigote, tienes traje o chándal, te pones tenis o zapatos? Te preguntarás por qué quiero saberlo. Sí, ya te imagino pensando y dando un giro de cabeza .Como niña que soy, es lo que me importa ahora de ti. Cuando ahorre algún dinero, quiero comprarte un traje que te guste , por eso me interesa cómo vistes.

Bueno, me canso y me marcho, pero sigo sin saber quién eres, si vives o ya estás en el cielo. De él me habla mi abuela, pero también de un lugar que se llama purgatorio. ¡Qué complicados sois los mayores! Yo, solo conozco mi casa y la escuela. Solo esos dos sitios.

Pienso que eres alguien y no una cosa, como algunos quieren creer. Otros , ni siquiera saben que existes o que estás a su lado. No todos piensan como yo. Algunos, te insultan, te maldicen… es que ¿tan mal te has portado con ellos? Al menos, piensan en ti, aunque solo sea para nombrarte. De esa forma, me están diciendo que «eres» no pueden demostrarme lo contrario.

En fin, espero no volverme loca, con tanto razonamiento. ¿Por qué unos te recuerdan, otros te olvidan, y otros, ni siquiera han oído hablar de ti? Es necesario que sepan quién eres, que no quieres estar ni vivir solo. Que no estas jugando con ellos, pues ya son mayores. Que juegues conmigo , es normal, pero con ellos ya sabes que no debes hacerlo. ¿Es que tu, no tienes derecho a la vida, como cualquiera? ¿Es que no tienes derecho a tener un cuerpo, unos amigos, a amar sin pedir nada? Ahora, todos son derechos, pero no respetan el tuyo: amar y vivir, vivir. Me gusta esta palabra: Vida. Lo de la muerte no me gusta. Si eres tan poderoso como algunos dicen, deberías borrar del diccionario esta palabra. Yo, ya la he borrado del mío y mamá me riñó, porque hacía borrones en mi libro.

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Juan Pablo II, será proclamado beato

El 1 de mayo es la fiesta de la Divina Misericordia, instituida por el mismo Juan Pablo II. No es una festividad como otras. La historia de la Divina Misericordia fue estudiada y cultivada por el Pontífice. Hizo incluso una encíclica sobre el tema, poco reconocida y recordada, la “Dives in misericordia”, donde fijaba la misericordia divina como el fundamento, mucho más que la Justicia humana, de la dignidad del hombre. En este concepto de la misericordia del Papa está la síntesis de su pontificado.
Que el 1 de mayo sea el Día del Trabajador también tiene su significado. «Este Papa se reapropió de las plazas, que durante muchos años eran el monopolio de la izquierda, la cual se había apoderado a su vez de palabras y valores que eran propiamente cristianos. Juan Pablo II además era un Papa que había sido trabajador, incluso fue obrero en una cantera de mármol. La beatificación de este Papa trabajador podría, por tanto, ser un momento de conciliación con ese mundo de la izquierda». Lo quería todo el mundo, lo respetaban los grandes y lo amaban con delirio los pequeños. Lo sentían suyo los jóvenes, pero también todos aquellos que habían visto cómo, anciano y muy enfermo, se había mantenido al frente de la Iglesia desafiando a los poderosos medios de comunicación que presionaban para que dimitiera. Juan Pablo II fue un Papa del pueblo. Y lo fue porque era sólo de Cristo. Amaba a Jesús y lo hacía «más que éstos», tal y como le pidiera el Señor a San Pedro. Por eso va a ser beatificado.
Juan Pablo II fue nombrado ‘Venerable’ y reconocidas sus virtudes heroicas el 19 de diciembre del año 2009, el primer paso para el proceso que le llevará a los altares.
El milagro de Juan Pablo II: Se trata de la curación, por la intercesión de Juan Pablo II, de la monja francesa Marie Simon Pierre, que padecía desde 2001 la enfermedad de Parkinson, la misma que sufrió Juan Pablo II en sus últimos años, ella ha sido la pieza clave para el proceso de beatificación. La religiosa superó, dos meses después de la muerte del Papa en abril de 2005, todos los síntomas del Parkinson de forma «inexplicable» según las autoridades médicas de la comisión de beatificación. Para ser declarado «santo», la comisión deberá aprobar ahora un segundo milagro concedido a través de la intercesión de Juan Pablo II.
Los restos de Juan Pablo II serán trasladados de las Grutas Vaticanas a la Basílica de San Pedro, el lugar escogido es la capilla de San Sebastián, bajo el altar del papa beato Inocencio XI, situada a la derecha de la basílica, entre la capilla de la Piedad de Miguel Ángel y la del Santísimo Sacramento. El traslado del ataúd tendrá lugar sin exhumación: por tanto el cuerpo del Papa Karol Wojtyla no será expuesto, sino que se mantendrá cerrado por una lápida de mármol, en la que se puede leer «Beatus Ioannes Paulus II». La tumba de Juan Pablo II en las Grutas Vaticanas atrae muchos días más de veinte mil peregrinos.
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La obra de María, movimiento de los focolares

ch6c.jpg (19420 byte) «Nadie sabía
cuál habría sido
el desarrollo de esta obra,
las circunstancias
que se verificaron poco a poco
lo fueron revelando.
También la estructura del Movimiento,
más que sugerida
por ideas humanas,
ha sido inspirada por un carisma,
es decir, por un don de Dios»
Chiara Lubich

Este Movimiento de unidad y fraternidad universal tuvo sus comienzos en los tiempos de odio y de violencia de la segunda guerra mundial.

En 1943, en Trento, Chiara Lubich con sus primeras compañeras, redescubre el Evangelio. Juntas lo viven cotidianamente, comenzando por los barrios más pobres de la ciudad.

Su vida personal y colectiva da un salto de calidad. Aquel primer grupo muy pronto se convierte en un Movimiento que se difunde, primero en Italia, después en Europa y en el mundo.

Inicia una nueva corriente de espiritualidad centrada en el amor, expresado en el Evangelio, que suscita un Movimiento de renovación espiritual y social: la espiritualidad de la unidad, típicamente comunitaria.

Genera un estilo de vida que, inspirándose en los principios cristianos —sin descuidar, es más, poniendo en evidencia los valores paralelos en otros credos y culturas— responde a la tan difundida pregunta sobre el sentido de la vida y la autenticidad y contribuye a llevar al mundo paz y unidad: caen prejuicios, las semillas de verdad y de amor presentes en las distintas culturas se convierten en una riqueza recíproca; se abren nuevos horizontes en los distintos ámbitos de la sociedad: cultura, política, economía, arte.

Por esta espiritualidad, vivida en los más variados ambientes y culturas, se han abierto diálogos fecundos: en el mundo católico entre individuos, grupos, Movimientos y asociaciones, para contribuir a reforzar la unidad; entre cristianos de diversas Iglesias para favorecer la plena comunión; entre creyentes de varias religiones y personas de convicciones distintas. Juntos nos encaminamos hacia esa plenitud de la verdad y esa fraternidad universal a la que todos tendemos.

El Movimiento, por la variedad de las personas que lo componen —jóvenes y adultos, niños y adolescentes, familias y sacerdotes, religiosos y religiosas de distintas congregaciones y también obispos— aun siendo una única realidad, se articula en 18 ramas.

Poco a poco se han desarrollado varias concretizaciones entre las cuales, en el campo de la Cultura, la Escuela Abbá para la elaboración de una cultura renovada; en el de la Economía, el proyecto para una Economía de Comunión en la que están comprometidas más de 700 empresas; ciudadelas de testimonio, obras sociales, casas editoriales y revistas.

El Movimiento de los Focolares se sitúa en ese fenómeno del florecimiento de los Movimiento Eclesiales que el Papa ha definido «una respuesta suscitada por el Espíritu Santo ante este dramático reto del fin del milenio».

Ha sido aprobado por la Santa Sede desde 1962 y, con los sucesivos desarrollos, en 1990. Han sido varios los reconocimientos de las Iglesias Ortodoxa, Anglicana y Luterana; de las distintas religiones y de organismos culturales e internacionales.

Este Movimiento de unidad y fraternidad universal tuvo sus comienzos en los tiempos de odio y de violencia de la segunda guerra mundial. En 1943, en Trento, Chiara Lubich con sus primeras compañeras, redescubre el Evangelio. Juntas lo viven cotidianamente, comenzando por los barrios más pobres de la ciudad. Su vida personal y colectiva da un salto de calidad. Aquel primer grupo muy pronto se convierte en un Movimiento que se difunde, primero en Italia, después en Europa y en el mundo.Inicia una nueva corriente de espiritualidad centrada en el amor, expresado en el Evangelio, que suscita un Movimiento de renovación espiritual y social: la espiritualidad de la unidad, típicamente comunitaria. Genera un estilo de vida que, inspirándose en los principios cristianos —sin descuidar, es más, poniendo en evidencia los valores paralelos en otros credos y culturas— responde a la tan difundida pregunta sobre el sentido de la vida y la autenticidad y contribuye a llevar al mundo paz y unidad: caen prejuicios, las semillas de verdad y de amor presentes en las distintas culturas se convierten en una riqueza recíproca; se abren nuevos horizontes en los distintos ámbitos de la sociedad: cultura, política, economía, arte. Por esta espiritualidad, vivida en los más variados ambientes y culturas, se han abierto diálogos fecundos: en el mundo católico entre individuos, grupos, movimientos y asociaciones, para contribuir a reforzar la unidad; entre cristianos de diversas Iglesias para favorecer la plena comunión; entre creyentes de varias religiones y personas de convicciones distintas. Juntos nos encaminamos hacia esa plenitud de la verdad y esa fraternidad universal a la que todos tendemos. El Movimiento, por la variedad de las personas que lo componen —jóvenes y adultos, niños y adolescentes, familias y sacerdotes, religiosos y religiosas de distintas congregaciones y también obispos— aun siendo una única realidad, se articula en 18 ramas.Poco a poco se han desarrollado varias concretizaciones entre las cuales, en el campo de la Cultura, la Escuela Abbá para la elaboración de una cultura renovada; en el de la Economía, el proyecto para una Economía de Comunión en la que están comprometidas más de 700 empresas; ciudadelas de testimonio, obras sociales, casas editoriales y revistas. El Movimiento de los Focolares se sitúa en ese fenómeno del florecimiento de los Movimiento Eclesiales que el Papa ha definido «una respuesta suscitada por el Espíritu Santo ante este dramático reto del fin del milenio».Ha sido aprobado por la Santa Sede desde 1962 y, con los sucesivos desarrollos, en 1990. Han sido varios los reconocimientos de las Iglesias Ortodoxa, Anglicana y Luterana; de las distintas religiones y de organismos culturales e internacionales.

Etapas significativas en la vida de Chiara

Trento

El padre a causa de sus ideas políticas, se queda sin trabajo, quedando toda la familia sumida en graves estrecheces económicas. Chiara tiene que ponerse a trabajar para poder costearse sus estudios universitarios y así, desde muy joven, comienza a dar clases particulares.

Va creciendo en su interior su deseo de ser toda para Dios y el 7 de diciembre de 1943, en soledad y en una capilla de su ciudad, se consagra a Dios para toda la vida. Esta fecha marca oficialmente el inicio del Movimiento de los Focolares.

Su casa fue destruida el 13 de mayo de 1944, durante uno de los más violentos bombardeos que sufrió Trento durante la II Guerra Mundial. Su familia busca amparo en las montañas cercanas. Chiara decide quedarse en la ciudad. Abrazando entre los escombros a una madre enloquecida por la muerte de sus cuatro hijos, siente que debe abrazar el dolor de la humanidad, y así, entre los pobres de su ciudad, junto con otras compañeras que la siguen en su decisión, trata de vivir el Evangelio al pie de la letra, como Palabra vivida. Al hacerlo, experimenta que ha descubierto la más poderosa revolución social, capaz de incendiarlo todo con un solo fuego: El Amor.

En el año 1948 Chiara se encuentra en el Parlamento italiano por primera vez con Igino Giordani, un prestigioso político, diputado, escritor, periodista y padre de 4 hijos. Fue él mismo quien ayudó a Chiara a encarnar en la sociedad la espiritualidad de la «unidad», por lo que es considerado cofundador del Movimiento. Giordani fue pionero del ecumenismo , la Iglesia católica ha iniciado recientemente su causa de beatificación.

En el año 1949 Chiara Lubich se encuentra con Pasquale Foresi, un joven seminarista deseoso de conjugar evangelio y vida en la Iglesia. Ordenado presbítero en 1954, Don Foresi es el primer focolar sacerdote.

En 1956 hace surgir a los «Voluntarios», nueva rama de su movimiento, constituido por personas adultas comprometidas en los más diversos campos sociales: política, economía, justicia, salud, docencia, arte, industria, etc. Tratan de ser animadores en sus actividades y vivirlas en unión con cada persona desde Dios.

En 1966 propone a los jóvenes la radicalidad del Evangelio y así surge el «Movimiento Gen» (Generación Nueva).

En el 1991 en Brasil, se siente impactada por el contraste social y la miseria de las «favelas», y pone en marcha la “Economía de Comunión”, entonces un proyecto y hoy una realidad en creciente desarrollo de esta novedosa teoría y praxis económica, la de compartir los beneficios obtenidos por las empresas con los más necesitados. Por ejemplo, algunas empresas españolas están financiando con sus beneficios  la puesta en marcha de proyectos empresariales en Bolivia.  Lo que tienen en común son principios como la gratuidad, la fraternidad y la comunión. Sobre ella se están publicando tesis y trabajos de investigación en las universidades de todo el mundo, y existen centenares de empresas aplicándola en vivo en todas las latitudes.

Entre 1997 y 1998 abre nuevas perspectivas de diálogo inter-religioso: es invitada a hablar de su experiencia interior en Tailandia a 800 monjes y monjas budistas; en Nueva York de EEUU, a 3.000 musulmanes negros en la mezquita de Harlem, y en Argentina a la comunidad hebrea de Buenos Aires. Es así la primera vez en la historia que esto sucede en tales religiones y que lo hace una mujer católica.

El encuentro con el Padre que es Amor

A principios de marzo de 2008, internada con insuficiencia respiratoria grave en el Policlínico Gemelli, recibió la visita del Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I. Pocos días después, agravándose su estado, regresó por expreso deseo suyo a su residencia habitual de Rocca di Papa, donde acompañada por sus hijos espirituales de todo el mundo, falleció serenamente el 14 de marzo de 2008 a las 2 de la mañana.

S. S. Benedicto XVI, dijo tras conocer la noticia: «He recibido con emoción la noticia de la muerte de Chiara Lubich, al final de una vida larga y fecunda caracterizada incansablemente por su amor hacia Jesús abandonado. En esta hora de separación dolorosa estoy cercano espiritualmente y con afecto a los familiares y a toda la Obra de María -Movimiento de los Focolares, que ella fundó, como a todos los que han apreciado su compromiso constante por la comunión en la Iglesia, el diálogo ecuménico y la hermandad entre todos los pueblos. Doy gracias a Dios por el testimonio de su existencia dedicada a la escucha de las necesidades del ser humano contemporáneo en plena fidelidad a la Iglesia y al Papa. Mientras confío su alma a la Bondad Divina para que la acoja en el seno del Padre, deseo que cuantos la conocieron y encontraron admirando las maravillas que Dios cumplió a través de su entrega misionera sigan sus huellas manteniendo vivo su carisma. Con esos votos invoco la intercesión maternal de María e imparto a todos la bendición apostólica».

La Confraternidad Argentina Judeo —Cristiana por su parte expresó: «El mundo pierde una mujer excepcional, madre y guía espiritual de muchísimos hombres, su generosidad en el vivir la plenitud de la Palabra de Dios fue más allá del mundo cristiano».

El testamento de Chiara Lubich, coincide con la invitación que el Papa Benedicto XVI dirigió a España durante su último viaje: «Sed una familia». Es la realidad que podemos ofrecer: una familia de razas y culturas distintas que abraza todo tipo de personas, sin excepción, que vive para cear espacios en comunión y de fraternidad en cualquier ambiente. ¿No será este el rostro del nuevo mundo que se prepara?.

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Tiempos difíciles

España se ha sentido orgullosa de ser «Tierra de Santos y Santas», las distintas órdenes y congregaciones religiosas han sido y son semilleros de santidad. En el recogimiento encontraron al Amado y en diálogo perpetuo con Él obtiene beneficios espirituales para ellos y los demás.

organo.pngEstos últimos años han sido beatificados y proclamados innumerables santos y santas españoles -de todas las edades- que con su vida dieron y dan testimonio del «Amor de Cristo» y la entrega de su vida a los demás.

Nuestra tierra está llena de instituciones, monasterios, conventos, comunidades; con edificios sencillos o de destacado arte. Tanto unos como otros están pasando por dificultades personales y materiales, las causas son variadas, pero las que más inciden son:

  • El ambiente anticlerical que reina en nuestra sociedad, esta se ha ido envenenando con la supresión de la moral cristiana, la devoción perdida ya en la infancia, la libertaria juventud de que todo está permitido, los mayores que nos hemos vuelto apáticos y faltos de testimonio ¿Dónde está el amor que tuvimos a Dios, a su Santa Madre la Virgen María y a la Iglesia?, ¿Dónde nuestro compromiso cristiano? ¿Dónde la Fe de la que nos vanagloriábamos de manifestar?.
  • Falta de cooperación con las necesidades de estas comunidades, nuestro mundo no quiere ver «su mundo», no nos sentimos vinculados con ellas, «están para servir a los demás» no al contrario. Generalizando se hace un olvido voluntario, vamos solo a los centros materiales «en vez de ir a rezar voy a comprar».
  • Falta de información de la «Vida que reina en el interior». Las comunidades no están ancladas en la Edad Media, algo que creen la mayoría de las personas, porque se lleven hábitos más o menos tradicionales, su espíritu va con los nuevos tiempos de la Iglesia atentas a las palabras del Pastor su Santidad Benedicto XVI y sus obispos, siempre iluminados por la Luz de Cristo.
  • Muchas instituciones son desconocidas por la mayoría de las personas, su existencia y su dedicación.
  • Tienen pocas ayudas para la subsistencia, tanto estatales, regionales o locales. Los amigos colaboradores han disminuido o brillan por su ausencia; luego la precariedad les lleva a pasar verdadera necesidad, que ellas o ellos, transforman en sacrificio como holocausto favorable a Dios por la humanidad.
  • Falta de vocaciones en general, aunque alguna comunidades están experimentando un crecimiento inusitado, los jóvenes atraídos por el mundo, el demonio y la carne, no quieren dejarlo, es muy tentador todas las amabilidades que se les ofrecen.
  • El daño que muchos medios de comunicación «el cuarto poder» hacen, recreando un morbo inusitado, atacando con sus noticias, riéndose y haciendo escarnio de nuestro ser de Cristo, incitando a perseguir a los cristianos, a silenciar nuestras manifestaciones públicas de fe, a erradicar nuestros símbolos: imágenes, crucifijos, ceremonias…
  • Ofendiendo públicamente a representantes de la Iglesia personas de relevancia en el ámbito mundial: políticos, científicos, historiadores, catedráticos, artistas….

Más en este día 2 de febrero en la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, elevemos nuestras oraciones junto a las suyas para darle «Gracias a Dios por el don inmenso que nos regala al llamar a vocación a tantos religiosos y seglares, que con la entrega de su vida nos hacen partícipes de su inefable amor, dándonoslos como Luz iluminadora de tantas almas que ovejas sin pastor andan descarriadas».

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Jornada mundial de la vida consagrada

La Iglesia celebra, el 2 de febrero, la Jornada Mundial de la Vida Consagrada.

Son muchos los caminos, efectivamente, por los que el Señor llama a cada uno a consagrarse, como laico o como religioso; pero en el inicio de la segunda década del nuevo milenio, el Espíritu sigue suscitando nuevos carismas, nuevas formas de entregar la vida a Cristo, puliéndolas a la luz de las nuevas necesidades de nuestro tiempo. Muchos movimientos o instituciones son aún muy poco conocidos; realidades que llevan años en la Iglesia mostrando la belleza y la fecundidad de la vida consagrada.

Nuestra Comunidad Benedictina en Sahagún, en el monasterio de Santa Cruz, doce religiosas pasamos los días, «desde la mañana a la noche -afirma sor Mª Anunciación, la Madre Abadesa-, suspirando con todas nuestras fuerzas por la vida eterna». Somos conocidas por continuar con la gran tradición monástica de la acogida, llevamos la hospedería y el refugio de peregrinos anejos al convento, los dulces que hacemos en nuestro obrador, por orar por las intenciones que nos confían, y por la vinculación de nuestro monasterio con la historia de España. «Nosotras rezamos mientras realizamos todas nuestras actividades, rezamos por las personas que nos visitan, por las que nos lo solicitan, por las que -aunque lejanas- nos sentimos vinculadas por los más diversos motivos: misiones, futuros matrimonios, dificultades familiares, personas difuntas, enfermedad, enfriamientos de fe, conversión, sacerdocio, vocaciones; si es para una iglesia, rezamos por las personas que van a vivir la fe allí».

«Con Cristo somos felices»

Sin título.pngLo que más llama la atención, al encontrarse con ellas, es la alegría que desprenden, que tiene como raíz una fuerte experiencia de Dios: «Nuestro centro es Jesucristo -dicen-. Dios no nos puede faltar. La profunda unión con Dios, la sentimos como una unión esponsal. Al amar a Dios, entramos en una intimidad con él en la oración, tanto más él se da a conocer y enciende nuestro corazón con su amor. Cuanto más amemos a Dios y seamos constantes en la oración, más lograremos amar verdaderamente a quien está a nuestro alrededor, a quien tenemos cerca, porque seremos capaces de ver en cada persona el rostro del Señor que ama sin límites ni distinciones. La mística no aleja de los otros, no crea una vida abstracta, sino mas bien acerca a los demás porque se comienza a ver y a actuar con los ojos, con el corazón de Dios. La experiencia de la unión con Dios, alcanza un saber tan profundo de los misterios divinos, en el cual amor y conocimiento se compenetran.

Jesucristo es nuestra vida, nuestra ilusión, nuestra fuerza. Somos muy felices y no ambicionamos nada. Todo lo que recibimos, lo compartimos. Nosotras no queremos nada para nosotras. Buscamos a Dios con todo el corazón, y con todas las debilidades que podamos tener. Para nosotras, la oración y la vida litúrgica intensa es nuestro modo de renovar los misterios de Jesucristo. El que no es fuerte, es porque no quiere. A nosotras nos preguntan mucho: ¿Ustedes son felices? Y contestamos: Todo lo que queremos, porque Cristo es la fuente de nuestra felicidad».

Se levantan a las seis de la mañana, y a las 6,25 comienzan la Liturgia de las Horas. Celebran la Eucaristía cantada todos los días «de ahí sacamos la fuerza», afirman, y luego tienen otro rato de oración, y el desayuno. Después, a trabajar. «Trabajamos para comer y para poder ayudar a los demás. No queremos ser gravosas para nadie. Compartimos muchas cosas; y atendemos a mucha gente que viene a contarnos sus penas». Después de la comida y de un rato de descanso, continúan con el trabajo, y luego vienen las Vísperas y la lectura espiritual; un poco de recreo y el rezo de Completas, antes de ir a dormir. Todo al hilo del Ora et labora de la Regla de san Benito: «Tenemos lo justo, todo lo necesario con tal de que podamos encontrar a Dios»

«Una de las características de san Benito -afirma la Madre Abadesa- es la insistencia en la comunidad, basándose en los Hechos de los Apóstoles: vivir en común, participar de todo, interesarnos por todo. Estamos bajo una misma orientación y en una misma dirección. San Benito quería que cada comunidad fuera un hogar. Somos humanas, con dificultades también, pero pedimos perdón cuando es necesario. Lo ejercitamos diariamente, porque somos tan débiles como los demás. El perdón desata todos los nudos. No somos más que nadie, somos pecadoras que sólo queremos buscar a Dios».
El día 2 de febrero renovarán sus votos, junto a todos los religiosos consagrados a lo largo de todo el mundo: Renuevo mi profesión, me entrego de nuevo al seguimiento de Jesucristo en gratuidad absoluta, para gloria de Dios y el bien de la Iglesia y de la Humanidad.

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Centenario de la Institución Teresiana

Jaén es semillero de Santos y san Pedro Poveda es uno de ellos. Toda la Diócesis se regocija con este acontecimiento, bajo el lema: «De la memoria al compromiso». En 1911, San Pedro Poveda Castroverde, oriundo de Linares, inició el proceso que culminaría en el nacimiento de un nuevo carisma para la Iglesia, orientando a la transformación de la sociedad mediante la educación, realizada por profesionales laicos. Este año estará repleto de todo tipo de iniciativas, a nivel mundial, continental y local. El pasado sábado día 15 se inaugurararon las celebraciones en Madrid con una Eucaristía en la colegiata de San Isidro presidida por el arzobispo de Madrid, cardenal Rouco.

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Experiencia en Haiti

Terremoto en Haiti (Fotos: Twitter)

Gethro Philbert, de 26 años, forma parte de las docenas de personas que trabajan en el sitio de construcción de viviendas transitorias de la Cruz Roja en La Piste, Puerto Príncipe. Destaca entre sus compañeros de trabajo, en parte por esa amplia sonrisa que parece alumbrar su joven rostro constantemente.
También destaca por sus muletas y por tener una sola pierna.
«La perdí durante el terremoto», explica Philbert con ayuda de un intérprete de lenguaje de signos, pues es sordomudo de nacimiento.
El 12 de enero Antes del terremoto, Philbert enseñaba en Saint Vincent, la escuela primaria para niños discapacitados de Puerto Príncipe. Estaba allí cuando sobrevino el terremoto. «Estaba en un aula del segundo piso cuando sentí que el edificio temblaba y empezaba a desmoronarse. Le dije a mis alumnos que salieran».
Algunos estaban en silla de ruedas y Philbert hizo lo que pudo para ayudarles. «Dos de mis alumnos fallecieron. La mayoría de los demás sufrió heridas y yo me rompí un tobillo al caer».
Philbert pasó aquella noche muerto de dolor extendido en el lugar donde se había caído. Al otro día llegó ayuda y fue trasladado al hospital donde le dieron algunos calmantes. Pero sin una rápida y apropiada atención médica, contrajo una infección que comenzó a propagarse del tobillo hasta la rodilla.
Su jefe pudo llevarlo a un hospital de Santo Domingo, República Dominicana, donde el 16 de enero lo operaron. Pero para entonces, los médicos no tuvieron otra alternativa que amputar.
Antes del terremoto, Philbert era un miembro de la comunidad de sordomudos de Puerto Príncipe que es muy unida. Tras haberse recuperado de la operación, decidió unirse a muchos de sus amigos que vivían juntos en un pequeño campamento colindante con La Piste, uno de los campamentos más grandes de la ciudad. Las ONG habían proporcionado a la comunidad el terreno y algunos suministros básicos como tiendas de campaña, agua y algunos alimentos. A su vez, la Cruz Roja había construido algunas letrinas.
No obstante, a medida que fueron pasando los meses, la comunidad fue quedando cada vez más librada a sí misma hasta que en junio, la Cruz Roja empezó a construir viviendas transitorias en un sitio adyacente al campamento. Philbert, que al igual que millares de sus compatriotas estaba desempleado no tardó en encontrar trabajo de carpintero.
«No conseguía trabajo en ningún lado hasta que la Cruz Roja empezó a construir viviendas en La Piste”, comenta. Actualmente, Philbert forma parte de un equipo de cuatro trabajadores supervisados por un capataz. «Somos un buen equipo. Cada uno sabe lo que tiene que hacer y disfrutamos con lo que hacemos».
Gana unos 450 dólares haitianos (64 dólares estadounidenses) por semana. «No es mucho, pero se lo doy a mi madre para ayudar a mis hermanas y hermanos. Ese dinero ayuda a que vayan a la escuela».

La Cruz Roja está construyendo 350 viviendas transitorias en La Piste. Las primeras de esas viviendas se reservan para personas de la comunidad de sordomudos como Philbe

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