España se ha sentido orgullosa de ser «Tierra de Santos y Santas», las distintas órdenes y congregaciones religiosas han sido y son semilleros de santidad. En el recogimiento encontraron al Amado y en diálogo perpetuo con Él obtiene beneficios espirituales para ellos y los demás.
Estos últimos años han sido beatificados y proclamados innumerables santos y santas españoles -de todas las edades- que con su vida dieron y dan testimonio del «Amor de Cristo» y la entrega de su vida a los demás.
Nuestra tierra está llena de instituciones, monasterios, conventos, comunidades; con edificios sencillos o de destacado arte. Tanto unos como otros están pasando por dificultades personales y materiales, las causas son variadas, pero las que más inciden son:
- El ambiente anticlerical que reina en nuestra sociedad, esta se ha ido envenenando con la supresión de la moral cristiana, la devoción perdida ya en la infancia, la libertaria juventud de que todo está permitido, los mayores que nos hemos vuelto apáticos y faltos de testimonio ¿Dónde está el amor que tuvimos a Dios, a su Santa Madre la Virgen María y a la Iglesia?, ¿Dónde nuestro compromiso cristiano? ¿Dónde la Fe de la que nos vanagloriábamos de manifestar?.
- Falta de cooperación con las necesidades de estas comunidades, nuestro mundo no quiere ver «su mundo», no nos sentimos vinculados con ellas, «están para servir a los demás» no al contrario. Generalizando se hace un olvido voluntario, vamos solo a los centros materiales «en vez de ir a rezar voy a comprar».
- Falta de información de la «Vida que reina en el interior». Las comunidades no están ancladas en la Edad Media, algo que creen la mayoría de las personas, porque se lleven hábitos más o menos tradicionales, su espíritu va con los nuevos tiempos de la Iglesia atentas a las palabras del Pastor su Santidad Benedicto XVI y sus obispos, siempre iluminados por la Luz de Cristo.
- Muchas instituciones son desconocidas por la mayoría de las personas, su existencia y su dedicación.
- Tienen pocas ayudas para la subsistencia, tanto estatales, regionales o locales. Los amigos colaboradores han disminuido o brillan por su ausencia; luego la precariedad les lleva a pasar verdadera necesidad, que ellas o ellos, transforman en sacrificio como holocausto favorable a Dios por la humanidad.
- Falta de vocaciones en general, aunque alguna comunidades están experimentando un crecimiento inusitado, los jóvenes atraídos por el mundo, el demonio y la carne, no quieren dejarlo, es muy tentador todas las amabilidades que se les ofrecen.
- El daño que muchos medios de comunicación «el cuarto poder» hacen, recreando un morbo inusitado, atacando con sus noticias, riéndose y haciendo escarnio de nuestro ser de Cristo, incitando a perseguir a los cristianos, a silenciar nuestras manifestaciones públicas de fe, a erradicar nuestros símbolos: imágenes, crucifijos, ceremonias…
- Ofendiendo públicamente a representantes de la Iglesia personas de relevancia en el ámbito mundial: políticos, científicos, historiadores, catedráticos, artistas….
Más en este día 2 de febrero en la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, elevemos nuestras oraciones junto a las suyas para darle «Gracias a Dios por el don inmenso que nos regala al llamar a vocación a tantos religiosos y seglares, que con la entrega de su vida nos hacen partícipes de su inefable amor, dándonoslos como Luz iluminadora de tantas almas que ovejas sin pastor andan descarriadas».