Juan Pablo II, será proclamado beato

El 1 de mayo es la fiesta de la Divina Misericordia, instituida por el mismo Juan Pablo II. No es una festividad como otras. La historia de la Divina Misericordia fue estudiada y cultivada por el Pontífice. Hizo incluso una encíclica sobre el tema, poco reconocida y recordada, la “Dives in misericordia”, donde fijaba la misericordia divina como el fundamento, mucho más que la Justicia humana, de la dignidad del hombre. En este concepto de la misericordia del Papa está la síntesis de su pontificado.
Que el 1 de mayo sea el Día del Trabajador también tiene su significado. «Este Papa se reapropió de las plazas, que durante muchos años eran el monopolio de la izquierda, la cual se había apoderado a su vez de palabras y valores que eran propiamente cristianos. Juan Pablo II además era un Papa que había sido trabajador, incluso fue obrero en una cantera de mármol. La beatificación de este Papa trabajador podría, por tanto, ser un momento de conciliación con ese mundo de la izquierda». Lo quería todo el mundo, lo respetaban los grandes y lo amaban con delirio los pequeños. Lo sentían suyo los jóvenes, pero también todos aquellos que habían visto cómo, anciano y muy enfermo, se había mantenido al frente de la Iglesia desafiando a los poderosos medios de comunicación que presionaban para que dimitiera. Juan Pablo II fue un Papa del pueblo. Y lo fue porque era sólo de Cristo. Amaba a Jesús y lo hacía «más que éstos», tal y como le pidiera el Señor a San Pedro. Por eso va a ser beatificado.
Juan Pablo II fue nombrado ‘Venerable’ y reconocidas sus virtudes heroicas el 19 de diciembre del año 2009, el primer paso para el proceso que le llevará a los altares.
El milagro de Juan Pablo II: Se trata de la curación, por la intercesión de Juan Pablo II, de la monja francesa Marie Simon Pierre, que padecía desde 2001 la enfermedad de Parkinson, la misma que sufrió Juan Pablo II en sus últimos años, ella ha sido la pieza clave para el proceso de beatificación. La religiosa superó, dos meses después de la muerte del Papa en abril de 2005, todos los síntomas del Parkinson de forma «inexplicable» según las autoridades médicas de la comisión de beatificación. Para ser declarado «santo», la comisión deberá aprobar ahora un segundo milagro concedido a través de la intercesión de Juan Pablo II.
Los restos de Juan Pablo II serán trasladados de las Grutas Vaticanas a la Basílica de San Pedro, el lugar escogido es la capilla de San Sebastián, bajo el altar del papa beato Inocencio XI, situada a la derecha de la basílica, entre la capilla de la Piedad de Miguel Ángel y la del Santísimo Sacramento. El traslado del ataúd tendrá lugar sin exhumación: por tanto el cuerpo del Papa Karol Wojtyla no será expuesto, sino que se mantendrá cerrado por una lápida de mármol, en la que se puede leer «Beatus Ioannes Paulus II». La tumba de Juan Pablo II en las Grutas Vaticanas atrae muchos días más de veinte mil peregrinos.
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