Santa Hildegarda de Bingen, doctora de la Iglesia

Santa Hildegarda de Bingen (1098-1179)

Abadesa benedictina alemana de la Edad Media

Hildegarda nació un 16 de septiembre de 1098 en el seno de una familia noble y numerosa de Alemania. A los ocho años, fue encomendada a los cuidados de la maestra Judith de Spanheim, en el monasterio benedictino de San Disibodo. Cuando murió Judith, fue llamada por sus Hermanas a sucederla como maestra (priora o abadesa). Puso al servicio de esa tarea sus dotes de mujer culta, espiritualmente elevada y capaz de afrontar con competencia los aspectos organizativos de la vida claustral. Como llamaban muchas jóvenes a las puertas del monasterio, decidió abrir otro en Bingen. Llamaba la atención el modo de ejercer su ministerio: suscitando emulación en la práctica del bien: Madre e hijas competían en amarse y servirse mutuamente.

Hildegarda tuvo una personalidad multifacética: médica, compositora, escritora, visionaria, mística y profetisa, no porque anunciara acontecimientos futuros, sino porque dijo la verdad de Dios para su tiempo con la fuerza del contacto inmediato con Él. Puede ser incluida con toda justicia entre las profetisas comprometidas en la reforma de la Iglesia. Supo hablar de Dios y de los misterios de la fe desde la experiencia y su peculiar inteligencia y sensibilidad. Supo mostrar en su tiempo de modo atractivo el camino hacia Dios, mediante su amor a la creación, su medicina, su poesía, su música y, sobre todo su amor apasionado a Cristo y a su Iglesia, herida también entonces por los pecados de los sacerdotes y de los laicos. Mientras los cátaros proponían el cambio de las estructuras, ella recordaba que la verdadera reforma de la Iglesia solo se hace con un espíritu de penitencia y conversión. Exhortaba a todos, pero sobre todo a las comunidades monásticas y al clero, a una vida conforme a su vocación divina.

Tres son sus escritos más destacados: Scivias (Conoce los caminos de Dios), Libro de los méritos de la vida y Libro de las obras divinas. Contienen, sobre todo las visiones místicas que tuvo desde niña, relativas a la historia de la salvación y expresadas con lenguaje poético y simbólico. Para discernir sobre la autenticidad de sus visiones, se puso en contacto con san Bernardo de Claraval, la figura que gozaba entonces de máxima estima en la Iglesia. Mostró así el sello inconfundible de la autenticidad de su experiencia.
Desde su muerte Hildegarda de Bingen ha sido venerada como santa en Alemania especialmente dentro de la Orden Benedictina. Ahora es la cuarta Doctora de la Iglesia, declarada por Benedicto XVI; Pablo VI declaró Doctoras a santa Teresa de Jesús y a santa Catalina de Siena; y Juan Pablo II a santa Teresa de Lisieux.

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Impresiones de mi convivencia

«Sintió un inmenso deseo de ir hasta allí, para ver si el silencio conseguía responder a sus preguntas»

EL ALQUIMISTA, Paulo Coelho                                                                                

Ya han pasado unos meses desde el primer encuentro que tuve con las Rvdas. Madres Benedictinas del Monasterio Santa Cruz, en Sahagún y de nuevo me veía otra vez en este lugar. Ahora volvía con el corazón lleno de anhelo, sentía que el Señor me pedía algo más…

Las puertas de la Comunidad se abrieron, una vez más,  de par en par para acogerme de nuevo, me encontré con esa Paz que tanto ansío y que me está ayudando en este, “mi camino”. Compartí con la Comunidad los dones que el Señor me había dado gratis y que gratis yo daba a diariamente a las actividades del Monasterio.

San Benito quiso esta vez probar mi paciencia y perseverancia, haciendo pastas. Me costó a veces no perderlas, pero con su ayuda lo llegué a conseguir. La mochila de nuevo empezaba a vaciarse de ese Yo que me impedía entregarme del todo al Señor.

Deje en sus manos mi voluntad, para que Él hiciera la suya, como así se reza en una parte del Padrenuestro. Tanto fue así, que dos tardes me dormí en sus brazos  (en la Oración). Era tanta la tranquilidad que sentía, que el silencio me arropaba para que descansara de la lucha que libraba en mi interior.

Uno de los días que hacía oración delante de Él, me derrumbé y como una niña pequeña me puse a llorar; estaba demasiado cansada y exhausta de batallar, mí camino fragoso se volvía cada vez más difícil, me abandoné a su Misericordia.

Una buena samaritana que por ahí pasaba al verme me abrazo, me tendió su mano, me levantó del suelo, curó parte de mis heridas y me ayudó a retomar el camino de nuevo. Me sentí como aquel hombre que bajaba por el camino de Jerusalén… en la parábola del buen Samaritano (Lc 10, 25-37), fui socorrida y ayudada con el Amor que me tiene el Padre, en la persona de mi querida hermana benedictina.

El camino de vuelta a mi ciudad se me hizo muy largo, más que la primera vez, me costaba separarme de ese lugar en el que había encontrado lo que iba buscando. Ahora ya de vuelta a lo cotidiano, me embarga la nostalgia, pues sé que esos días pasados de silencio, de oración, de Eucaristía, de soledad mundana y de verdadera fraternidad en Comunidad —a través de cada gesto hacia mi persona por parte de las hermanas—, me encontraba con Él.

Ahora sé que la semilla que Él plantó en mi corazón, como tierra fecunda, espera que nazca, crezca y dé el fruto esperado junto a la Comunidad Benedictina.

ANA BELÉN
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DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO

“OS ASEGURO QUE EL QUE NOACEPTE EL REINO DE DIOSCOMO UN NIÑO, NO ESTARÁ EN ÉL”    (MARCOS 10, 2-16)

“El Domingo del Amor”
Es lógico trasponer Jesús de Nazaret, como siempre, nos habla de Amor. Y hoy se refiere al amor de la pareja, al matrimonio entre hombre y mujer, que proclama indisoluble. También se refiere a los niños, dentro de esa escena tan querida del evangelio cuando expresa “dejad que los niños de acerquen a mi…” Y nos pide que la infancia espiritual llene nuestras vidas. Es un domingo para meditar con las escrituras propuestas y dar forma de amor y perfección a nuestras vidas.
CITAS PARA REFLEXIONAR
-«La Iglesia católica tiene que educar las conciencias, educar en la responsabilidad moral y desenmascarar el mal. También tiene que desenmascarar la idolatría del dinero que esclaviza al hombre y desenmascarar las falsedades, las mentiras y el engaño».                 S.S. Benedicto XVI
-«El Rosario es siempre joven, y gusta especialmente a los jóvenes Es una oración viva, hermosa, alegre y atractiva». Don Javier Cremades, sacerdote
-«Sed devotos del Papa, es una de nuestras principales devociones». San Juan Bosco
-«El mayor placer de una persona inteligente es aparentar ser idiota delante de un idiota que aparenta ser inteligente». Doctor Louis Pasteur
-«El oficio de lectura no es solamente para los religiosos, sino para todo fiel cristiano. Esta práctica se puede hacer en los momentos cotidianos, mientras uno va en el metro o escuchando un disco de camino al trabajo, por ejemplo». Mons. Julián López, obispo de León
NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO
En el mes de octubre, el corazón del creyente se recoge para amar un poco más a Dios, por Maria. Los misterios del Rosario, con sus 50 cuentas, son imágenes que pasan por delante de nuestros ojos que tienen sabor a gozo, fondo de luz, color de dolor, pero anuncio de gloria y definitiva vida para el que cree en Jesús y, por María, sabe encontrarlo y nunca perderlo.
La Virgen se le apareció a Domingo de Guzman en la capilla con un rosario en la mano y le enseñó a rezarlo. Le dijo que lo predicara por todo el mundo –fundó la Orden de Predicadores- , y le prometió que muchos pecadores se convertirían. Y señala como frutos del Rosario, que éste será el escudo contra el infierno, que destruirá los vicios, librará de los pecados y de las herejías, que hará germinar las virtudes, sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los elevará a desear las cosas celestiales y eternas. Que la persona que rece el Rosario no perecerá. Los devotos del Rosario no morirán sin los Sacramentos. La Virgen socorrerá en sus necesidades a los que propaguen su Rosario, que será una señal de predestinación.
En el año 1571, san Pio V pidió a toda la Iglesia que rezara el Rosario, pues el Islam amenazaba el mismo corazón de la cristiandad. El éxito de la batalla de Lepanto capitaneada por D. Juan de Austria contra la flota turca, fue el origen de la fiesta del Rosario: dar gracias a Dios por esta victoria.
Muchos Papas han sido devotos del rosario y lo han propagado con profunda convicción y confianza. Entre ellos sobresalen: San Pío V, Papa Dominico, encargó la propagación del rosario a la Orden de Predicadores. León XIII, Pío X, Pío XI, Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II.
Felipe II, moribundo, dijo a su hijo: «Si quieres que tus Estados prosperen no olvides el rezo del Santo Rosario».
El rosario honra a Dios y a la Santísima Virgen de un modo especial. La Virgen llevaba un rosario en la mano cuando se le apareció a Bernardita en Lourdes. Cuando se les apareció a los tres pastorcitos en Fátima, también tenía un rosario, ella misma se identificó con el título de “La Señora del Rosario”. El rosario es una oración que Pío XII llamó compendio del Evangelio, y Pablo VI Evangelio abreviado.

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DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO

“MONOPOLIOS EXCLUYENTES, NO”
«Y EL QUE OS DÉ A BEBER UN VASO DE AGUA PORQUE SOIS DE CRISTO,
EN VERDAD OS DIGO QUE NO QUEDARÁ SIN RECOMPENSA”
(Marcos 9, 38-48)

“Jesús nos avisa sobre el escándalo”

Importante el texto evangélico de Marcos. Jesús de Nazaret termina refiriéndose al escándalo sobre los más pequeños. Difícil asunto que siempre está en siniestra actualidad. Jesús, además, pide a sus discípulos que no creen una comunidad cerrada, apta solamente “para los nuestros” o para unos pocos. Jesús pide que nos abramos a todos los que predican y hacen milagros invocando su nombre. Y recuerda a aquellos que den un vaso de agua a los que siguen el Mesías que no quedaran sin recompensa. Consejos de una enorme actualidad que a todos nos afectan…

 

Citas para Reflexionar

-Por la fe muchos cristianos han promovido acciones a favor de la justicia, para hacer concreta la palabra del Señor, que ha venido a proclamar la liberación de los oprimidos y un año de gracia para todos». S.S. Benedicto XVI –Carta convocatoria del Año de la Fe

-«El amor es el ala que Dios ha dado al hombre para volar hasta Él».  Miguel Ángel Buonarroti

-«A pesar de mi pequeñez, quisiera iluminar a las almas como los profetas y los doctores».  Santa Teresa del Niño Jesús

-«La Iglesia ‘no está fuera de foco’, sino que está en medio de todo y bastante más adelante de nosotros porque tiene los ojos en lo eterno. Es una madre amorosa y sabia, fundada sobre aquel que es ‘el Camino, la Verdad y la Vida». Cardenal Dolan

-«Lo que de la humillación duele no es su casi verdad, sino la falta de amor con que lo dice».  Beato Manuel Lozano Garrido “Lolo”

CONMEMORACIONES

La primera semana de Octubre tiene un buen número de conmemoraciones que merece la pena recordar. El mismo lunes, día1 es la fiesta de Santa Teresa del Niño Jesús –Teresa de Lisieux—doctora de la Iglesia. El día 2, martes, conmemoramos a los Ángeles Custodios. Al día siguiente, miércoles día 3, celebramos a San Francisco de Borja, santo jesuita que fue general de la Compañía. El jueves, día 4, es la fiesta de San Francisco de Asís, el fundador de los franciscanos y fundamental renovador de la Iglesia. Llegamos al viernes con la celebración de las Témporas, fiesta que conmemora el final del verano y el agradecimiento por los bienes recibidos. El sábado, día 5, es San Bruno, fundador de los Cartujos. Y llegaremos al domingo, día 7, el XXVII Domingo del Tiempo Ordinario, que “tapa” la fiesta de Nuestra Señora del Rosario.

SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS -1 de Octubre

En el pasado siglo XX, caracterizado por una transformación del mundo, una joven, que vivió durante nueve años enclaustrada en un Carmelo desconocido, cuando ya san Pío X, la había llamado «la santa más grande de los tiempos modernos», fue proclamada por Pío XI, en 1927, patrona de todas las misiones, junto con el intrépido y activísimo jesuita san Francisco Javier. Audacia y profecía de Pío XI, al otorgar ese título a una monjita de clausura, que no salió nunca de su monasterio. Con este gesto llamó la atención de que la fe se propaga, no sólo por la actividad, sino  fundamentalmente, por la oración y contemplación. Y Juan Pablo II confirma la doctrina al concederle el título de DOCTORA, en esta hora, aún confusa a Santa Teresa del Niño Jesús. Como Patrona de las Misiones propicia la acción evangelizadora; como Doctora, pone en orden la inteligencia y el convencimiento, resalta el criterio y cataloga los valores, es Maestra. Su doctorado versa sobre el AMOR. Y eso sólo ya lleva a la sencillez, que no superficialidad, de su CAMINITO.

Las Cáritas diocesanas se desbordan

Los Servicios de Acogida y Atención Primaria de Cáritas en toda España están constatando la consolidación en nuestro país de una sociedad más pobre, más desigual y más injusta. Así lo revelan los datos recogidos en el VII Informe del Observatorio de la Realidad Social (ORS), que ha sido presentado por el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora, y el coordinador del Equipo de Estudios, Francisco Lorenzo. Una de las Comunidades que más sufre las consecuencias de la crisis es Andalucía.

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Domingo XXV del Tiempo Ordinario

«HUMILDAD ES ANDAR EN VERDAD»
“Y Jesús nos pide que seamos como niños”
Jesús nos pide ser como niños. Y parece que nos extraña. Un niño, una niña, son proyectos de hombre y de mujer. Parece algo incompleto. Y sin embargo, si observamos a los pequeños observamos auténticas llamaradas de paz y de alegría, de bondad e inteligencia.

La vida no les ha amargado y tienen muchas expectativas por delante. Jesús nos va a decir, asimismo, que sirvamos y que busquemos ser servidos. Servir es ofrecer solución a los problemas o necesidades de nuestros hermanos. Servir es entregarse. Ello es muy hermoso. Jesús de Nazaret siempre nos propondrá algo paradójico, de difícil explicación de acuerdo con nuestros criterios y, sin embargo, bello y lleno de amor. Sed como niños.

Citas para Reflexionar
– «El conocimiento de los contenidos de la fe es esencial para adherirse plenamente con la inteligencia y la voluntad a lo que propone la Iglesia». S.S. Benedicto XVI
-«La humildad es una mirada de sí mismo en el espejo de Dios». Beato Manuel Lozano Garrido “Lolo”
-«Hemos de llegar a tener miles de catequistas colaborando en todas las parroquias, para transmitir la fe y ayudar a vivirla con su ejemplo, con su adoctrinamiento y con su alegría de ser cristianos». Cardenal Marcelo González
-«La vida es un tiempo que se nos da para aprender a amar». Abbé Pierre
-«Debemos vivir con sencillez para que otros, sencillamente puedan vivir». Mahatma Gandhi
-«Estar en paz consigo mismo es el medio más seguro de comenzar a estarlo con los demás». Fray Luis de León

Festividad del Padre Pio de Pietrelcina, 23 de septiembre

Oración del Padre Pio

Quédate conmigo, esta noche, Jesús, en la vida con todos los peligros, yo te necesito. Déjame reconocerte como lo hicieron tus discípulos en la partición del pan, para que la Comunión Eucarística sea la luz que dispersa la oscuridad, la fuerza que me sostiene, el único gozo de mi corazón. Quédate conmigo, Señor, porque a la hora de mi muerte, yo quiero permanecer unido contigo, sino por la Comunión, por lo menos por la gracia y el amor. Quédate conmigo, Señor, porque solamente eres Tú a quien yo busco, tu amor, tu gracia, tu voluntad, tu corazón, tu espíritu, porque yo te amo y te pido no otra recompensa que amarte más y más. Amén.

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Semillas para un nuevo curso

El fruto de un nuevo curso nos debe de llevar a vivir y comunicar con más entusiasmo:

1.- LA FE. Vive, cree y celebra aquello en lo que confías: CRISTO

2. EL AMOR. Despliega, limpia, cuida y mima con delicadeza las alas del amor. Con razón, Miguel Ángel Buonarroti, llegó a decir: “el amor es el ala que Dios ha dado al hombre para volar hasta El”. Que el nuevo curso te ayude a elevar tus ideales como persona y como cristiano.

3.- LA ESPERANZA. En una realidad dura, en la que aparecen tantos motivos para desertar o desanimarse, hemos de aprender a esperar. La esperanza es el motor que nos empuja y nos alienta a seguir adelante.

4.- LA ALEGRIA. Andamos escasos de alegría. Dicen que, al hombre de hoy, le cuesta sonreír mucho. El encuentro con Jesús, con la parroquia, con la eucaristía, nos llena de una auténtica y sana alegría.

5.- LA PAZ. Creer en Dios conlleva ser constructores de paz. Pero, para ello, hay que recordar aquello de Fray Luis de León: “Estar en paz consigo mismo es el medio más seguro de comenzar a estarlo con los demás”. Un nuevo curso es una nueva oportunidad para la paz, con uno mismo y con los demás.

6.- LA PALABRA. Sin referencia a Dios, el ser humano queda huérfano. Sin la escucha de su Palabra quedamos asombrados y, a la vez, adormecidos por la palabrería barata del mundo. Atiende y acoge con humildad y reflexión la Palabra de Dios. Te aportará muchas respuestas.

7.- LA CONCIENCIA. No todo vale, ni todo es bueno. Procura corregir los errores del pasado pero, que el recuerdo, no obstaculice tu afán de superación. Sólo una buena conciencia, recta y bien formada, conseguirá que duermas feliz.

8.- DIOS. Recuerda que tu existencia, seas joven o adulto, es corta y limitada. Sólo Dios es sabio y eterno. Dale algo de tu tiempo, de tu silencio, de tu entrega, de tu caridad. Encontrarás en El la sabiduría y la fuerza para seguir adelante.

9.- CARIDAD. “Es mejor dar que recibir” (Hechos 20,35). Bríndate generosamente por algo y por alguien. No dejes que pase ni un solo día sin una buena acción realizada, sin una pequeña conquista de amor, sin un detalle ofrecido a una tercera persona. Sentirás que, lejos de estar vacío, te encuentras más lleno.

10.- LUZ. “Vosotros sois la luz del mundo” (Mt 5). El inicio de un nuevo curso es dejarse encender por las llamas del perdón, del amor, de la alegría, de la ilusión. El comienzo de un nuevo curso es saber que estamos llamados a iluminar, no apagar; a ayudar, no a entorpecer; a vivir, no a malvivir; a descubrir a Cristo, no a alejarnos de El. Somos luz del mundo y… parte de ese mundo, sigue empeñado en vivir en la oscuridad. ¿Intentamos ser semillas y no ceniza?

 J. Leoz

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Domingo XXIV del Tiempo Ordinario

«Y vosotros, ¿quién decís que soy?»

Es lógico trasponer esta frase a lo individual y decir «Para ti, qué dices que soy». Con ello, se busca una mayor cercanía y convertir la pregunta en motivación muy personal. Y, sin embargo, el empleo de la frase literal nos sitúa en la necesidad de una respuesta colectiva, de hermanos que forman toda la Iglesia. Y ese parece que es el deseo de Jesús de Nazaret cuando preguntó a sus discípulos por los caminos de Cesarea de Filipo. Pero sea como fuere, colectiva o individualmente, Jesús nos pregunta a todos y espera respuesta. Y hemos de abrir nuestro corazón y nuestra inteligencia para darle lo mejor que de Él tenemos nosotros.

Citas para reflexionar

  • La fe es «un don que hay que acoger en el corazón y en la vida, dando gracias siempre por él al Señor. Pero la fe ha sido dada para ser compartida; un talento entregado para que fructifique; una luz que no puede permanecer escondida». S.S. Benedicto XVI
  • «Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo».      León Tolstoi
  • «La soledad la sufren aquellos que construyen muros en lugar de puentes». Joseph F. Newton
  • «Quien busca a Dios ya lo posee». San Agustín
  • «Creo que los políticos pasan demasiado poco tiempo de rodillas».                                    Beata Teresa de Calcuta
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Domingo XXIII del tiempo ordinario

Jesús nos da la libertad

No podemos ignorar que las muchedumbres que seguían a Jesús lo hacían por intereses muy concretos: ser curados de sus enfermedades, saciar su hambre, encontrar acogida y cariño, esperanza en un futuro, en un mundo, en un reino nuevo y mejor. Las muchedumbres no seguían a Jesús por la sublimidad de sus enseñanzas teológicas, ni porque fuera más sabio e inteligente que los demás rabinos, escribas o fariseos, la causa principal por la que las muchedumbres seguían a Jesús era el egoísmo, porque Jesús les daba y les prometía algo que no le daban, ni le prometían los demás. Todos somos egoístas desde que nacemos hasta que morimos, con egoísmos más o menos domesticados o camuflados. Tratemos de hacer el bien a los demás, de darles algo que realmente quieren y necesitan; de lo contrario nuestras más excelsas y sublimes predicaciones serán estériles e ineficaces. Cada uno de nosotros y nuestra Iglesia, en general, debe tener esto en cuenta.

“Ábrete” es una palabra que nos anuncia la salvación y la liberación del mensaje de Jesús, pero al mismo tiempo, nos denuncia nuestras “ataduras” y nuestras “cerrazones”. Las personas corremos el riesgo de vivir con el corazón cerrado, ensimismados en nosotros mismos, ignorando a los demás. Pero Jesús con su Palabra quiere abrirnos el corazón. Cuando somos capaces de experimentar que la Palabra de Dios ha llegado a nuestro corazón y se ha convertido en luz para nuestra vida, entonces también se nos desata la lengua y empezamos a alabar a Dios, como aquella gente pagana que reconoce en Jesús al Mesías: “Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos”.
Quizás podíamos hacernos hoy la pregunta:  ¿Qué me ha dicho Dios hoy a través de su Palabra? ¿Ha tocado mi corazón? ¿Le he dejado entrar en mi intimidad? ¿O sigo sordo y mudo? La respuesta nos la dará nuestra vida, si en ella permanecemos “atados” a lo material y “encerrados” en nosotros mismos, o si por el contrario, somos capaces de encarnar el mensaje salvador de Jesús, a través de la alegría, el servicio, la esperanza, el amor, la acogida, la escucha, la solidaridad… Que esta sea hoy nuestra revisión. Nunca es tarde para dejar que Dios entre en nuestro corazón y en nuestra vida.

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EL AÑO DE LA FE

El Año de la Fe comienza el 11 de octubre y terminará el 24 de noviembre 2013.

Estamos pues muy cerca del inicio del Año de la Fe instituido por el Papa Benedicto para conmemorar con su fecha de inicio dos notables aniversario en la vida de la Iglesia: el quincuagésimo de la apertura del Concilio Vaticano II (1962) y el vigésimo de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica (1992). Los 50 años de existencia del Vaticano II son un aliciente para esta celebración anual y habría –a nuestro juicio—que meditar con objetividad y valentía sobre los resultados de esa “gran ocasión” que instituyó el beato Juan XXIII, de la que Pablo VI fue el encargado de darle curso activo y clausurarla. Tanto Juan Pablo II, como Benedicto XVI fueron participantes importantes de los debates. El Catecismo de la Iglesia católica en su última edición de 1992 fue una de las grandes obras del beato Juan Pablo II.

En opinión del arzobispo Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, el Año de la Fe se propone, ante todo, sostener la fe de tantos creyentes que, en medio de la fatiga cotidiana, no cesan de confiar, con convicción y valentía ,su existencia al Señor Jesús. Su testimonio, que no es noticia, «es el que permite a la Iglesia presentarse al mundo de hoy, como en pasado, con la fuerza de la fe y con el entusiasmo de los sencillos». «Y se inserta en un contexto más amplio, caracterizado por una crisis generalizada que atañe también a la fe. La crisis de fe es la expresión dramática de una crisis antropológica que ha dejado al ser humano abandonado a sí mismo. Es necesario ir más allá de la pobreza espiritual en que se encuentran muchos contemporáneos, que ya no perciben la ausencia de Dios en su vida, como una carencia que debe ser colmada. El Año de la Fe quiere ser un camino que la comunidad cristiana brinda a los que viven con nostalgia de Dios y con el deseo de encontrarlo de nuevo».

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Domingo XXII del tiempo ordinario

«Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.» (Mc 7,1-8,14-15.21-23)

Posiblemente pocas cosas nos resultan más desagradables de algunas personas como notar que su conducta no responde a los sentimientos de su corazón. También hoy, como hace veinte siglos, podemos dar demasiada importancia a ciertas rutinas en el trato o en el comportamiento en general, que se supone son propias de personas educadas, honradas, trabajadoras, veraces, amantes de la libertad… Puede suceder, y a veces lamentablemente sucede, que nos quedemos casi solamente en cuidar las formas, desentendiéndonos de si esas actitudes nuestras manifiestan auténticas realidades personales. Es actual en el hombre el pecado de hipocresía; porque la autenticidad de cada uno, para bien o para mal, está en el corazón.

Lo verdaderamente importante en nuestra vida será tener una verdadera experiencia de Dios, de su amor, de su perdón. Y eso se verá reflejado en nuestro estilo de vida, en nuestra manera de vivir. Lo que cuenta de cada persona es su corazón, su actitud en la vida, y no tanto las palabras que, como dice el refrán, “se las lleva el viento”. Quizá podamos hacernos un pequeño examen, personal e interior, de cómo vivimos nosotros nuestra fe si nos fijamos en tres cosas: en nuestra manera de vivir, en nuestra manera de tratar a los demás y en nuestra manera de administrar nuestro dinero. Preguntarnos estas tres cosas nos ayudará a discernir si la fe está tocando nuestro corazón o no.

La Eucaristía ha de ser una experiencia de encuentro interior con Dios y exterior con los hermanos. Si no, será un rito vacío que no nos llevará a ningún sitio. Abramos el corazón, con confianza, con autenticidad, para que sea Dios el que entre en él y transforme nuestra vida. Lo que sale de dentro del corazón es lo que importa.

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