Domingo XXV del Tiempo Ordinario

«HUMILDAD ES ANDAR EN VERDAD»
“Y Jesús nos pide que seamos como niños”
Jesús nos pide ser como niños. Y parece que nos extraña. Un niño, una niña, son proyectos de hombre y de mujer. Parece algo incompleto. Y sin embargo, si observamos a los pequeños observamos auténticas llamaradas de paz y de alegría, de bondad e inteligencia.

La vida no les ha amargado y tienen muchas expectativas por delante. Jesús nos va a decir, asimismo, que sirvamos y que busquemos ser servidos. Servir es ofrecer solución a los problemas o necesidades de nuestros hermanos. Servir es entregarse. Ello es muy hermoso. Jesús de Nazaret siempre nos propondrá algo paradójico, de difícil explicación de acuerdo con nuestros criterios y, sin embargo, bello y lleno de amor. Sed como niños.

Citas para Reflexionar
– «El conocimiento de los contenidos de la fe es esencial para adherirse plenamente con la inteligencia y la voluntad a lo que propone la Iglesia». S.S. Benedicto XVI
-«La humildad es una mirada de sí mismo en el espejo de Dios». Beato Manuel Lozano Garrido “Lolo”
-«Hemos de llegar a tener miles de catequistas colaborando en todas las parroquias, para transmitir la fe y ayudar a vivirla con su ejemplo, con su adoctrinamiento y con su alegría de ser cristianos». Cardenal Marcelo González
-«La vida es un tiempo que se nos da para aprender a amar». Abbé Pierre
-«Debemos vivir con sencillez para que otros, sencillamente puedan vivir». Mahatma Gandhi
-«Estar en paz consigo mismo es el medio más seguro de comenzar a estarlo con los demás». Fray Luis de León

Festividad del Padre Pio de Pietrelcina, 23 de septiembre

Oración del Padre Pio

Quédate conmigo, esta noche, Jesús, en la vida con todos los peligros, yo te necesito. Déjame reconocerte como lo hicieron tus discípulos en la partición del pan, para que la Comunión Eucarística sea la luz que dispersa la oscuridad, la fuerza que me sostiene, el único gozo de mi corazón. Quédate conmigo, Señor, porque a la hora de mi muerte, yo quiero permanecer unido contigo, sino por la Comunión, por lo menos por la gracia y el amor. Quédate conmigo, Señor, porque solamente eres Tú a quien yo busco, tu amor, tu gracia, tu voluntad, tu corazón, tu espíritu, porque yo te amo y te pido no otra recompensa que amarte más y más. Amén.

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