¡ALELUYA, CRISTO HA RESUCITADO!

Cristo ha resucitado ¡Aleluya!

(Catecismo de la Iglesia Católica) Al tercer día resucitó de entre los muertos

638 «Os anunciamos la Buena Nueva de que la Promesa hecha a los padres Dios la ha cumplido en nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús» (Hch 13, 32-33). La Resurrección de Jesús es la verdad culminante de nuestra fe en Cristo, creída y vivida por la primera comunidad cristiana como verdad central, transmitida como fundamental por la Tradición, establecida en los documentos del Nuevo Testamento, predicada como parte esencial del Misterio Pascual al mismo tiempo que la Cruz:

Cristo ha resucitado de los muertos,

con su muerte ha vencido a la muerte.

Y a los muertos ha dado la vida.

(Liturgia bizantina: Tropario del día de Pascua)

I. El acontecimiento histórico y transcendente

639 El misterio de la resurrección de Cristo es un acontecimiento real que tuvo manifestaciones históricamente comprobadas como lo atestigua el Nuevo Testamento. Ya san Pablo, hacia el año 56, puede escribir a los Corintios: «Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los Doce:» (1 Co 15, 3-4). El apóstol habla aquí de la tradición viva de la Resurrección que recibió después de su conversión a las puertas de Damasco (cf. Hch 9, 3-18).

El sepulcro vacío

640 «¿Por qué buscar entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado» (Lc 24, 5-6). En el marco de los acontecimientos de Pascua, el primer elemento que se encuentra es el sepulcro vacío. No es en sí una prueba directa. La ausencia del cuerpo de Cristo en el sepulcro podría explicarse de otro modo (cf. Jn 20,13; Mt 28, 11-15). A pesar de eso, el sepulcro vacío ha constituido para todos un signo esencial. Su descubrimiento por los discípulos fue el primer paso para el reconocimiento del hecho de la Resurrección. Es el caso, en primer lugar, de las santas mujeres (cf. Lc 24, 3. 22- 23), después de Pedro (cf. Lc 24, 12). «El discípulo que Jesús amaba» afirma que, al entrar en el sepulcro vacío y, al descubrir «las vendas en el suelo», «vio y creyó» (Jn 20, 2.6.8). Eso supone que constató en el estado del sepulcro vacío (cf. Jn 20, 5-7) que la ausencia del cuerpo de Jesús no había podido ser obra humana y que Jesús no había vuelto simplemente a una vida terrenal como había sido el caso de Lázaro (cf. Jn 11, 44).

Las apariciones del Resucitado

641 María Magdalena y las santas mujeres, que iban a embalsamar el cuerpo de Jesús (cf. Mc 16,1; Lc 24, 1) enterrado a prisa en la tarde del Viernes Santo por la llegada del Sábado (cf. Jn 19, 31. 42) fueron las primeras en encontrar al Resucitado (cf. Mt 28, 9-10; Jn 20, 11-18). Así las mujeres fueron las primeras mensajeras de la Resurrección de Cristo para los propios Apóstoles (cf. Lc 24, 9-10). Jesús se apareció en seguida a ellos, primero a Pedro, después a los Doce (cf. 1 Co 15, 5). Pedro, llamado a confirmar en la fe a sus hermanos (cf. Lc 22, 31-32), ve por tanto al Resucitado antes que los demás y sobre su testimonio es sobre el que la comunidad exclama: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!» (Lc 24, 34).

642 Todo lo que sucedió en estas jornadas pascuales compromete a cada uno de los Apóstoles –y a Pedro en particular– en la construcción de la era nueva que comenzó en la mañana de Pascua. Como testigos del Resucitado, los Apóstoles son las piedras de fundación de su Iglesia. La fe de la primera comunidad de creyentes se funda en el testimonio de hombres concretos, conocidos de los cristianos y de los que la mayor parte aún vivían entre ellos. Estos «testigos de la Resurrección de Cristo» (cf. Hch 1, 22) son ante todo Pedro y los Doce, pero no solamente ellos: Pablo habla claramente de más de quinientas personas a las que se apareció Jesús en una sola vez, además de Santiago y de todos los Apóstoles (cf. 1 Co 15, 4-8).

643 Ante estos testimonios es imposible interpretar la Resurrección de Cristo fuera del orden físico, y no reconocerlo como un hecho histórico. Sabemos por los hechos que la fe de los discípulos fue sometida a la prueba radical de la pasión y de la muerte en cruz de su Maestro, anunciada por Él de antemano (cf. Lc 22, 31-32). La sacudida provocada por la pasión fue tan grande que los discípulos (por lo menos, algunos de ellos) no creyeron tan pronto en la noticia de la resurrección. Los evangelios, lejos de mostrarnos una comunidad arrobada por una exaltación mística, nos presentan a los discípulos abatidos («la cara sombría»: Lc 24, 17) y asustados (cf. Jn 20, 19). Por eso no creyeron a las santas mujeres que regresaban del sepulcro y «sus palabras les parecían como desatinos» (Lc 24, 11; cf. Mc 16, 11. 13). Cuando Jesús se manifiesta a los once en la tarde de Pascua «les echó en cara su incredulidad y su dureza de cabeza por no haber creído a quienes le habían visto resucitado» (Mc 16, 14).

644 Tan imposible les parece la cosa que, incluso puestos ante la realidad de Jesús resucitado, los discípulos dudan todavía (cf. Lc 24, 38): creen ver un espíritu (cf. Lc 24, 39). «No acaban de creerlo a causa de la alegría y estaban asombrados» (Lc 24, 41). Tomás conocerá la misma prueba de la duda (cf. Jn 20, 24-27) y, en su última aparición en Galilea referida por Mateo, «algunos sin embargo dudaron» (Mt 28, 17). Por esto la hipótesis según la cual la resurrección habría sido un «producto» de la fe (o de la credulidad) de los apóstoles no tiene consistencia. Muy al contrario, su fe en la Resurrección nació –bajo la acción de la gracia divina– de la experiencia directa de la realidad de Jesús resucitado.

La Resurrección como acontecimiento transcendente

647 «¡Qué noche tan dichosa –canta el Exultet de Pascua–, sólo ella conoció el momento en que Cristo resucitó de entre los muertos!». En efecto, nadie fue testigo ocular del acontecimiento mismo de la Resurrección y ningún evangelista lo describe. Nadie puede decir cómo sucedió físicamente. Menos aún, su esencia más íntima, el paso a otra vida, fue perceptible a los sentidos. Acontecimiento histórico demostrable por la señal del sepulcro vacío y por la realidad de los encuentros de los Apóstoles con Cristo resucitado, no por ello la Resurrección pertenece menos al centro del Misterio de la fe en aquello que transciende y sobrepasa a la historia. Por eso, Cristo resucitado no se manifiesta al mundo (cf. Jn 14, 22) sino a sus discípulos, «a los que habían subido con él desde Galilea a Jerusalén y que ahora son testigos suyos ante el pueblo» (Hch 13, 31).

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SÁBADO SANTO – VIGILIA PASCUAL

Idea principal: Dejarnos conquistar y envolver por la alegría de esta noche, para entrar en la Pascua, junto con Jesús.

Síntesis del mensaje: El Viernes Santo y el Sábado Santo sentimos una grande ausencia y tristeza. Altares despojados. Imágenes cubiertas con un paño morado. Ni una flor. Nada de lámparas encendidas. Y toda la Iglesia, y con ella nosotros, permanecimos silenciosos al pie del sepulcro de Cristo meditando emocionados hasta este momento de la Vigilia pascual donde el llanto se transforma en alegría, la tristeza en gozo y la soledad en presencia del Resucitado. La tierra estéril y seca de la humanidad, ahora regada por el agua y la sangre del costado de Cristo, está haciendo brotar nuevos hijos de Dios y fecundidad espiritual.

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, las mujeres del evangelio de hoy vivían en la tristeza por la pérdida de Cristo. Santas mujeres que en vida de Cristo lo siguieron con fidelidad, le sirvieron con cariño ofreciendo sus bienes y con la muerte de Cristo estaban desplomadas. ¡Tanto era su amor por Jesús! Dios les premió y les envió un ángel que les anunció la noticia más importante: “Cristo ha resucitado”. Y ellas, al inicio, temerosas pues no estaban preparadas para escuchar algo tan inaudito. Además, ¿quién les tiraría esa piedra que pesaba en su corazón? Más tarde, se llenaron de alegría y fueron a anunciar y contagiar este gozo profundo. Experimentaron en su alma la presencia invisible de Cristo resucitado, invisible a los ojos humanos y sólo perceptible a los ojos de la fe.

En segundo lugar, muchos hoy también viven en su tristeza y angustia existencial, en su escepticismo mental, en su ateísmo práctico, en su indiferentismo religioso, en su pragmatismo facilitón, en su hedonismo sensual. También estas personas necesitan escuchar hoy de boca de la Iglesia que Cristo vive y ha resucitado. Nosotros debemos ser esos “ángeles” que les animen y les abran a la esperanza de la resurrección de Cristo. Sólo así convertirán su angustia existencial en serenidad, su escepticismo y ateísmo en fe sobrenatural, su indiferentismo en interés positivo por la religión, su pragmatismo en gratuidad y adoración, su hedonismo en búsqueda del sentido de la cruz de cada día. Que nos pase lo que nos dice el Papa Francisco: El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada” (Evangelii gaudium 2). Con razón el filósofo alemán Nietzsche echaba en cara a algunos cristianos al salir de una Vigilia Pascual con cara tristona: “No tienen rostros de resucitados”.

Finalmente, tal vez nosotros mismos necesitamos escuchar esta espléndida noticia: “Cristo ha resucitado”. Él es el motivo de nuestra alegría. Dice el Papa Francisco: “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría” (Evangelii gaudium 1). En la carta “Alegraos”, dedicada a los consagrados, se nos dice: La alegría no es un adorno superfluo, es exigencia y fundamento de la vida humana. En el afán de cada día, todo hombre y mujer tiende a alcanzar y vivir la alegría con todo su ser. En el mundo con frecuencia viene a faltar la alegría. No estamos llamados a realizar gestos épicos ni a proclamar palabras altisonantes, sino a testimoniar la alegría que proviene de la certeza de sentirnos amados y de la confianza de ser salvados”. Todo cristiano, sobre todo nosotros, consagrados, estamos llamados a ser portadores de este mensaje de esperanza que da serenidad y alegría: la consolación de Dios, su ternura para con todos. Pero sólo podremos ser portadores si nosotros experimentamos antes la alegría de ser consolados por Él, de ser amados por Él” (Papa Francisco 7 de julio de 2013 a novicios y seminaristas en Roma).

Para reflexionar: ¿Me dejo contagiar por la alegría de Cristo resucitado? ¿O vivo en un continuo tedio, tristeza y angustia? ¿Por qué? ¿Transmito la alegría de Cristo a mi alrededor, en mi familia, en el trabajo, en la parroquia, en las comunidades?

Para rezar: Recemos con el Papa Francisco: Éste es el momento para decirle a Jesucristo: «Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores»”(Evangelii gaudium 3). Líbrame del egoísmo y de la autorreferencialidad. En ti y en el servicio a mi hermano encuentro la verdadera alegría.

DAME DE TU PAZ, SEÑOR

La que nace de un costado

que, traspasado por una lanza,

me enseña que –la paz- es consecuencia

de una vida entregada, con renuncias,

con d0lor y con un corazón regalándose

DAME DE TU PAZ, SEÑOR

La paz que, en manos traspasadas por clavos,

me insinúa que, la fraternidad,

sólo será posible cuando existan brazos abiertos

ojos que miren con mirada de hermanos

con pies taladrados  que indiquen el camino

a la gente que se encuentra perdida.

DAME DE TU PAZ, SEÑOR

Esa paz que, todavía, muchos no conocen

Esa paz que, algunos, no desean porque les viene grande

Esa paz que, por ser celestial, sólo la puedes ofrecer Tú

desde la cruz y por tu Resurrección

DAME DE TU PAZ, SEÑOR

Y, si no puedes dármela Señor,

Reina en todo mi ser

Vive en mi  alma, en mi mente y en corazón

 y….sé que entonces yo seré artífice de tu paz.

AMEN

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MISA DE LA CENA DEL SEÑOR PRESIDIDA POR EL PAPA FRANCISCO

El Papa Francisco presidió este Jueves Santo la Misa de la Última Cena en la cárcel romana de Regina Pacis, muy cerca del Vaticano y que se encuentra situada al lado de un tramo del río Tíber, y en la homilía les animó a servir a todos, incluso a los malvados y odiosos.

El Pontífice llegó a la prisión de Roma a las 4:00 p.m. (hora local), y tras pasar el control de seguridad y de acceso a la misma, se dirigió a la enfermería, donde saludó a los prisioneros enfermos.

A continuación, celebró la Misa con el rito del lavatorio de pies. Este año, los hombres escogidos provenían de siete países distintos: cuatro italianos, dos filipinos, dos marroquíes, un moldavo, un colombiano, un nigeriano y uno de Sierra Leona. Del grupo, ocho eran católicos, dos musulmanes, uno ortodoxo y otro budista.

El Papa fue recibido con aplausos de los detenidos al comienzo de la celebración, que estuvo animada por un coro.

En su homilía, el Santo Padre recordó de dónde viene la tradición de lavar los pies en tiempos de Jesús: “En aquel tiempo, los pies eran lavados por los esclavos, era una labor de los esclavos”. “La gente venía del camino y no había asfalto, no existían ‘san pietrinis’ (las baldosas típicas de Roma), existía el polvo del camino y la gente se ensuciaba los pies y a la entrada de las casas estaban los esclavos que los lavaban”.

Francisco explicó que “era un servicio hecho de esclavos”. “Jesús quiere hacer este servicio para darnos un ejemplo de cómo nosotros tenemos que servirnos los unos a los otros”.

“Pensemos en esa época de reyes, emperadores tan crueles que se hacían servir por esclavos, pero entre vosotros no debe ser igual. Quien manda debe servir. Vuestro jefe debe ser vuestro servidor”.

La celebración se desarrolló en la más estricta intimidad para garantizar la privacidad y la seguridad de las personas, por lo que no se retransmitió en directo.

“El que manda, para ser un buen jefe, sea donde sea, debe servir. Pienso muchas veces… no en este tiempo porque cada uno está vivo y tiene oportunidad de cambiar de vida y no podemos juzgar, pensemos en la historia, si tantos reyes, emperadores, jefes de estado hubiesen entendido esta enseñanza de Jesús en lugar de mandar, ser crueles, asesinar a la gente, si hubiesen hecho esto… ¡cuantas guerras no hubiesen tenido lugar!”.

El Obispo de Roma admitió que a veces “hay gente que no facilita esta actitud de servicio, gente soberbia, gente odiosa, gente que quizás nos desea el mal, pero a estos servidles más”, dijo a los detenidos que participaban en la celebración.

“También hay gente que sufre, es descartada por la sociedad y Jesús va allí y les dice: ‘tú eres importante para mí, y Jesús viene a servirnos. La señal de que viene a servirnos aquí a la cárcel es que ha querido elegiros a 12 de vosotros como a los 12 apóstoles para lavaros los pies”.

El Papa afirmó que “Jesús se arriesga por cada uno de nosotros. Jesús es Jesús, no se llama Poncio Pilatos. No sabe lavarse las manos, solo sabe arriesgarse”.

“Hoy cuando me incline ante cada uno de vosotros, pensad: ‘Jesús ha arriesgado en este hombre, un pecador, para venir a mí y decirme que me ama’. Este es el servicio, este es Jesús. No nos abandona nunca, no se cansa nunca de perdonarnos. Nos ama tanto”.

“Antes de darnos su cuerpo y su sangre, Jesús se arriesga por cada uno de nosotros. Y lo hace en el servicio porque nos ama tanto”, dijo antes de continuar con el rito del lavatorio.

Tras la Misa, el Papa tuvo también un encuentro con algunos detenidos de la VIII Sección.

Como recuerdo de la visita Francisco regaló el altar sobre el que se celebró la Misa. Se trata de una obra realizada en bronce por el escultor Fiorenzo Bacci, de la localidad italiana de Porcia, en el norte de Italia y que elaboró en ocasión del 50ª aniversario de su matrimonio. El autor había donado al Papa la obra en la Audiencia General del 12 de noviembre de 2016.

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INDULGENCIA PLENARIA EN SEMANA SANTA

Durante la Semana Santa se puede obtener para uno mismo o para los difuntos el don de la indulgencia plenaria si se realiza una de las siguientes obras establecidas por la Iglesia.

Una indulgencia plenaria es una gracia que concede la Iglesia Católica, por los méritos de Jesucristo, María y todos los santos, para borrar la pena temporal que queda como consecuencia del pecado.

La indulgencia aplica a pecados ya perdonados. Se puede decir que con la indulgencia plenaria limpia el alma y la deja como si el fiel se hubiera bautizado recientemente.

Jueves Santo

1.- Si durante la solemne reserva del Santísimo Sacramento, que sigue a la Misa de la Cena del Señor, se recita o canta el himno eucarístico “Tantum Ergo” (Adorad Postrados).

2.- Si se visita por espacio de media hora el Santísimo Sacramento reservado en el Monumento para adorarlo.

Viernes Santo

1.- Si se asiste piadosamente a la adoración de la Cruz en la solemne celebración de la Pasión del Señor.

2.- Si se participa piadosamente del Vía Crucis.

Sábado Santo

Si dos o más personas rezan el Santo Rosario.

Si se asiste a la celebración de la Vigilia Pascual por la noche; y en ella se renuevan las promesas del Bautismo, lo que hace parte de la liturgia de esa Misa.

Condiciones en todos los casos:

Para obtener la indulgencia plenaria, además de haber realizado la obra concreta mencionada en la lista anterior, se requiere el cumplimiento de las siguientes condiciones:

1.- Exclusión de todo afecto hacia cualquier pecado, incluso venial.

2.- Confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa: Estas tres condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de la ejecución de la obra para ganar la indulgencia; pero conviene que la comunión y la oración se realicen el mismo día en que se cumple la obra.

Es oportuno señalar que con una sola confesión sacramental se puede obtener varias indulgencias. Sin embargo, conviene que se reciba frecuentemente la gracia del sacramento de la Penitencia, para ahondar en la conversión y en la pureza de corazón.

También es necesario precisar que con una sola comunión eucarística y una sola oración por las intenciones del Santo Padre solo se gana una Indulgencia Plenaria.

La condición de orar por las intenciones del Sumo Pontífice se cumple si se reza intención un solo Padre Nuestro y Ave María; pero se concede a cada fiel cristiano la facultad de rezar cualquier otra fórmula, según su piedad y devoción.

 

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TRIDUO PASCUAL, CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Estos tres días vuelven a proponer al pueblo cristiano los grandes eventos de salvación operados por Cristo, y así lo proyectan en el horizonte de su destino futuro y lo fortalecen en su compromiso de testimonio en la historia.

En la mañana de Pascua, volviendo a recorrer las etapas vividas en el Triduo, el canto de la Secuencia, o sea un himno o una suerte de salmo, hará que se escuche solemnemente el anuncio de la resurrección. Y dice así: «Cristo, nuestra esperanza, ha resucitado y nos precede en Galilea». Esta es la gran afirmación: Cristo ha resucitado. Y en tantos pueblos del mundo, sobre todo en el Este de Europa, la gente se saluda estos días de Pascua, no con un “buenos días” o “buenas tardes”, sino con “Cristo ha resucitado”, para afirmar el gran saludo pascual. “Cristo ha resucitado.  Con estas palabras -Cristo ha resucitado- de conmovida exultación culmina el Triduo. No solo contienen un anuncio de alegría y esperanza, sino también un llamamiento a la responsabilidad y a la misión. Y no termina con la “colomba” (dulce de Pascua italiano n.d.r.) los huevos, las fiestas- aunque todo esto sea hermoso porque es la fiesta de la familia- pero no termina con eso. De ahí comienza el camino a la misión, al anuncio: Cristo ha resucitado. Y este anuncio, al que conduce el Triduo preparándonos para acogerlo, es el centro de nuestra fe y de nuestra esperanza, es el núcleo, es el anuncio, es –la palabra difícil- es el kerygma que continuamente evangeliza a la Iglesia y que ella, a su vez, es enviada a evangelizar.

San Pablo resume el evento pascual en esta frase: «Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado» (1 Cor 5,7), como el cordero. Ha sido inmolado. Por lo tanto, prosigue, «pasó lo viejo, todo es nuevo» (2 Cor 5:15). Renacido. Y por eso, al principio, se bautizaba la gente el día de Pascua. También por la noche de este sábado yo bautizaré aquí, en San Pedro, ocho personas adultas que comienzan su vida cristiana. Y comienza todo porque habrán nacido otra vez. Y con otra fórmula sintética, explica que Cristo «fue entregado a causa de nuestros pecados y fue resucitado  para nuestra justificación» (Rom 4:25).  El único, el único que nos justifica; el único que nos hace renacer de nuevo es Jesucristo. Ningún otro. Y por eso no hay que pagar nada, porque la justificación –el hacerse justos- es gratuita. Y esta es la grandeza del amor de Jesús; da la vida gratuitamente para hacernos santos, para renovarnos, para perdonarnos. Y este es el núcleo propio de este Triduo Pascual. En el Triduo Pascual, el recuerdo de este evento fundamental se convierte en una celebración llena de gratitud y, al mismo tiempo, renueva en los bautizados el sentido de su nueva condición, que el apóstol Pablo expresa: «Si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de allá arriba, […] y no … las de la tierra «(Col 3,1-3). Mirar hacia arriba, mirar al horizonte, ensanchar los horizontes: ¡esta es nuestra fe, esta es nuestra justificación, este es el estado de gracia! Efectivamente, por el Bautismo hemos resurgido con Jesús y hemos muerto a las cosas y a la lógica del mundo; hemos renacido como criaturas nuevas: una realidad que exige convertirse en existencia concreta día a día.

Un cristiano, si realmente se deja lavar por Cristo, si realmente se deja despojar por Él del hombre viejo para caminar en una nueva vida, aunque siga siendo pecador, -porque todos lo somos- ya no puede ser corrompido; la justificación de Jesús nos salva de la corrupción, somos pecadores pero no corrompidos; ya no puede vivir con la muerte en el alma, ni tampoco puede ser causa de muerte. Y aquí tengo que decir algo triste y doloroso…Hay cristianos falsos: los que dicen “Jesús ha resucitado”, “yo he sido justificado por Jesús”, estoy en la vida nueva, pero vivo una vida corrupta. Y estos cristianos fingidos acabarán mal. El cristiano, lo repito, es pecador – todos lo somos, yo lo soy- pero tenemos la seguridad de que cuando pedimos perdón el Señor nos perdona. El corrupto finge ser una persona honrada, pero en el fondo de su corazón hay podredumbre. Una vida nueva nos da Jesús. El cristiano no puede vivir con la muerte en el alma, ni tampoco ser causa de muerte. Pensemos –para no ir muy lejos- pensemos en casa, pensemos en los llamados “cristianos mafiosos”. Estos de cristianos no tienen nada: se dicen cristianos, pero llevan la muerte en el alma y a los demás. Recemos por ellos para que el Señor les toque el alma. El prójimo, sobre todo el más pequeño y el que más sufre, se convierte en el rostro concreto a quien podemos dar el amor que Jesús nos ha dado. Y el mundo se convierte en el espacio de nuestra nueva vida de resucitados. Nosotros hemos resucitado con Jesús: de pie, con la frente levantada y podemos compartir la humillación de aquellos que todavía  hoy, como Jesús, se hallan en medio del sufrimiento, de la desnudez, de la necesidad, de la soledad, de la muerte, para convertirnos, gracias a Él y con Él, en instrumentos redención y de esperanza, en signos de vida y resurrección. En tantos países –aquí en Italia y también en mi patria- hay la costumbre de que cuando el día de Pascua se oyen las campanas, las mamás, las abuelas, llevan a los niños a lavarse los ojos con el agua, el agua de la vida, como signo para poder ver las cosas de Jesús, las cosas nuevas. En esta Pascua dejémonos lavar el alma, lavar los ojos del alma, para ver las cosas bellas y hacer cosas bellas. ¡Y esto es maravilloso! Esta es la resurrección de Jesús después de su muerte que fue el precio para salvarnos a todos.

Y mientras os dejo estos pensamientos, mientras formulo para todos vosotros mis mejores deseos de una feliz y santa Pascua, junto con vuestras comunidades y seres queridos.

Y os aconsejo: en la mañana de Pascua llevad a los niños debajo del grifo y haced que se laven los ojos. Será un signo de cómo ver a Jesús resucitado.

Catequesis del Papa Francisco este miércoles Santo.

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SEMANA SANTA 2018

«SE HIZO POBRE PARA ENRIQUECERNOS CON SU POBREZA»

DOMINGO DE RAMOS

PROCESIÓN DE LAS PALMAS

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 11, 1-10

Se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al monte de los Olivos, y Jesús mandó a dos de sus discípulos, diciéndoles:  Id a la aldea de enfrente y, en cuanto entréis, encontraréis un borrico atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta por qué lo hacéis, contestadle: «El Señor lo necesita y lo devolverá pronto.»…

Palabra del Señor

PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN MARCOS 15, 1-39

Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes con los ancianos, los letrados y el sanedrín en pleno, prepararon la sentencia; y, atando a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato.

Pilato le preguntó: – ¿Eres tú el rey de los judíos?

El respondió: – Tú lo dices.

Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas.

Pilato le preguntó de nuevo: – ¿No contestas nada? Mira de cuántos cargos presentan contra ti

 Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba muy extrañado…

Palabra del Señor

JUEVES SANTO

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 13, 1-15

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.

Estaban cenando, ya el diablo había suscitado en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la intención de entregarlo; y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido…

VIERNES SANTO

PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN JUAN 18, 1-19, 42

Salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el traidor, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus discípulos. Judas entonces, tomando la patrulla y unos guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos, entró allá con faroles, antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que venía sobre él, se adelantó y les dijo:  ¿A quién buscáis?

Le contestaron: A Jesús, el Nazareno.

Les dijo Jesús: Yo soy…

Palabra del Señor

SÁBADO SANTO-VIGILIA PASCUAL

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 16, 1-7

Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé. Compraron aromas para ir a embalsamar a Jesús. Y muy temprano, el primer día de la Semana, al salir el sol, fueron al sepulcro. Y se decían unas a otras: Quién nos correrá la piedra a la entrada del sepulcro.

Al mirar vieron que la piedra estaba corrida, y eso que era muy grande…

Palabra del Señor

DOMINGO DE PASCUA

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 20, 1-9

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue a donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien quería Jesús, y le dijo:

—Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró… 

El Tiempo Pascual :

Abarca siete semanas de fiesta, desde el domingo de Pascua  hasta el de Pentecostés, que en griego significa “cincuenta”. Estos cincuenta días los celebramos con alegría como un único día festivo, como un gran domingo continuado.

Es el tiempo más importante del año cristiano. Dentro de esta cincuentena, tienen particular personalidad  la primera semana, la “octava de Pascua”; la fiesta de la Ascensión,  y el octavo domingo, la fiesta de Pentecostés.

La fecha de la Pascua:

Es variable. Se celebra el domingo siguiente a la luna llena después del 21 de marzo (día del “equinoccio” de primavera, o sea, cuando la noche y el día son igual de largos). De ahí que varíe cada año la fecha de Pascua, y las de las otras fiestas que dependen de ella, como la Ascensión, Pentecostés o el Corpus.

La palabra “Aleluya”:

Viene del hebreo “hallelu-Yah”, “alabad a Yahvé, alabad al Señor”. Es una aclamación de los judíos, compartida ahora por los cristianos. “Aleluya” se ha convertido en sinónimo de “alegría”. Lo cantamos en las Eucaristías más festivas, como aclamación antes del evangelio. Y sobre todo, en la cincuentena pascual, empezando por el solemne aleluya que se entona en la Vigilia Pascual, después de su silencio durante la Cuaresma.

La “Semana Grande”:

Entre todas las semanas del año, la más importante para los cristianos es la Semana Santa. La Iglesia, al conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Cristo, se santifica y se renueva a sí misma. Antiguamente se conoció como “Semana Grande”, “Pascua es la cumbre” puesto que constituye el centro y el corazón de la liturgia de todo el año. En ella se celebra el misterio de la redención. Los días precedentes pueden ser un tiempo de actividad frenética con los preparativos y dejamos nuestras obligaciones espirituales. La Iglesia nos invita a seguir la huella de su Maestro. Las narraciones de la pasión cobran nueva vida, como si los hechos se repitieran efectivamente ante nuestros ojos. ¡Ojalá que se hagan vida en nuestro corazón! 

ORACIÓN: TU ERES NUESTRO REY

Y te aclamamos con nuestros ramos

Y te bendecimos con nuestros cantos

Y damos palmas con nuestras manos

TU ERES NUESTRO REY

Porque vienes a salvarnos

Porque no te asusta la cruz

Porque das tu vida por nosotros.

TU ERES NUESTRO REY

Porque creemos en Ti,

Porque esperamos en tu triunfo

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SAN JOSÉ -19 Marzo

San José es el patrono Universal de la Iglesia, patrono de la buena muerte y patrono de los seminarios. Fue escogido por Dios como fidelísimo guardián de los tesoros celestiales, que eran Jesús y María. Con fe acogió al Niño que había comenzado a vivir en el seno de María, y a ellos, a Jesús y María, les entregó su vida sin escatimar sacrificios.

San José no llegó a ver a Jesús en su vida pública (predicación, milagros, etc.).

No ha habido en el mundo santo más feliz ni padre más afortunado. ¡Qué felicidad la suya al ver a su lado al Hijo de Dios!

INVOCACIÓN A SAN JOSÉ DE SAN JUAN XXIII

¡San José, guardián de Jesús y casto esposo de María, tu empleaste toda tu vida en el perfecto cumplimiento de tu deber. Tú mantuviste a la Sagrada Familia de Nazaret con el trabajo de tus manos. Protege bondadosamente a los que se vuelven confiadamente a ti. Tú conoces sus aspiraciones y sus esperanzas. Ellos se dirigen a ti porque saben que tú los comprendes y proteges. Tu también supiste de pruebas, cansancio y trabajo. Pero, aun dentro de las preocupaciones materiales de la vida, tu alma estaba llena de profunda paz y cantó llena de verdadera alegría debido al íntimo trato que gozaste con el Hijo de Dios que te fue confiado a ti a la vez a María, su tierna Madre. Amén.

Oración a San José para pedir una buena muerte

San José, de carpinteroPoderoso patrón del linaje humano, amparo de pecadores, seguro refugio de las almas, eficaz auxilio de los afligidos, agradable consuelo de los desamparados, glorioso San José, el último instante de mi vida ha de llegar sin remedio; mi alma quizás agonizará terriblemente acongojada con la representación de mi mala vida y de mis muchas culpas; el paso a la eternidad será sumamente duro; el demonio, mi enemigo, intentará combatirme terriblemente con todo el poder del infierno, a fin de que pierda a Dios eternamente; mis fuerzas en lo natural han de ser nulas: yo no tendré en lo humano quien me ayude; desde ahora, para entonces, te invoco, padre mío; a tu patrocinio me acojo; asísteme en aquel trance para que no falte en la fe, la esperanza y en la caridad; cuando tú moriste, tu Hijo y mi Dios, tu esposa y mi Señora, ahuyentaron a los demonios para que no se atreviesen a combatir tu espíritu. Por estos favores y por los que en vida te hicieron, te pido ahuyentes a estos enemigos, para que yo acabe la vida en paz, amando a Jesús, a María y a ti, San José. Así sea.

Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.

Jesús, José y María, asistidme en la útima agonía.

Jesús, José y María, recibid cuando muera, el alma mía.

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V DOMINGO DE CUARESMA -Ciclo B- 18 de Marzo

« ATRAERÉ A TODOS HACIA MÍ »

SANTO EVANGELIO, (Juan 12, 20 – 33) 

En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: «Señor, queremos ver a Jesús».

Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó:

«Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo honrará. Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre». Entonces vino una voz del cielo: «Lo he glorificado y volveré a glorificarlo». La gente que estaba allí y lo oyó, decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel. Jesús tomó la palabra y dijo: «Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí». Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.

 Palabra del Señor

“¿QUÉ ES LA HORA DE DIOS?”

La liturgia nos presenta otro símbolo para entender mejor el misterio de la Pascua del Señor, la Hora de Jesús. Él gritó, lloró, pero el Padre no movió un dedo, dejó que se cumpliera la Hora. Y el Hijo fue detenido, procesado, condenado, ejecutado. Así se cumplió la Hora de la salvación del género humano, es decir, el designio de Dios, el plan de Dios, en una palabra, la voluntad de Dios. Y Jesús afrontó esa Hora con decisión, con valentía, con obediencia, con amor, pero sin ahorrar dolor y sufrimiento en el cuerpo, en el alma, en el espíritu. Muchos de nuestros hermanos están atravesando en este momento  la  Hora amarga: sufrimientos personales, familiares, sociales, políticos, económicos, nacionales, internacionales. Hora permitida por Dios pero muchas veces querida por hombres sin escrúpulos y sin el santo temor. También a nosotros tarde o temprano nos llega la Hora. Señor, que se cumpla en mí tu Hora, cuando tú quieras, donde tú quieras, como tú quieras y el tiempo que tú quieras. Quiero parecerme a tu Hijo Jesús y a tantos de tus amigos, los santos y santas. Amén.

Citas para reflexionar:

  • «Dejarse encontrar por Jesús es el secreto para mantener viva la llama de la vida espiritual». Papa Francisco
  • «Todo lo que a nosotros nos parece contrario, nos conduce donde Dios quiere» San Clemente María
  • «Recuerden mirar las estrellas y no sus pies. Por difícil que sea la vida, siempre hay algo que uno puede hacer y en lo que uno puede tener éxito»  Stephen W. Hawking, astrofísico británico

Noticias de la Iglesia:

  • El Papa visitará los Países Bálticos en septiembre.
  • El mundo afronta de nuevo un ambiente de guerra fría, de ahí la seria preocupación del Papa.
  • El Papa ha cumplido 5 años al frente del pontificado, se ha convertido en el líder moral más escuchado e importante del planeta.
  • Unos 100.000 irlandeses defensores pro-vida se manifestaron el pasado sábado, para oponerse a la legalización del aborto en Irlanda.
  • Con ocasión del Día del Seminario, el 19 de marzo, fiesta litúrgica de San José, la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha hecho público los datos de que hay más seminaristas pero menos ordenaciones.
  • Con motivo del Día de la Mujer, feministas de ultraizquierda han atacado parroquias católicas en varias ciudades españolas. No hay noticias de que hayan atacado ninguna mezquita.
  • La plataforma Sí a la vida  ha acordado celebrar el “Día de la Vida” en España el 15 de abril debido a la coincidencia del 25 de marzo con el Domingo de Ramos y el comienzo de la Semana Santa.
  • El Senado accede a visitar el Valle de los Caídos para entrevistarse con el Prior P. Santiago Cantera. No acudirán los senadores del PSOE y ERC.
  • Muere Mons. Elías Yanes, artífice de una nueva presencia de la Iglesia en la sociedad. La Iglesia de España despide a uno de los grandes protagonistas de su historia reciente.
  • Los Obispos trabajan en la implementación  en España de los itinerarios  de formación propuestos por la Santa Sede, y que podrían implicar  reagrupar seminaristas y cerrar seminarios.

ORACIÓN: QUEREMOS VERTE, SEÑOR

En lo que hacemos,

si miramos el bien de los demás.

En lo que somos,

si nos dejamos llevar por tu amor.

QUEREMOS VERTE, SEÑOR

Sirviéndote, sin esperar nada a cambio.

Dándonos, ofreciendo nuestra vida.

Perdonando, sin mirar hacia atrás.

QUEREMOS VERTE, SEÑOR

En la vida de cada día.

En el perdón que nos ofreces.

En la alegría de la Eucaristía.

QUEREMOS VERTE, SEÑOR

Amén

“EL NÁUFRAGO”

El único superviviente de un naufragio llegó a la playa de una isla muy pequeña y deshabitada. Allí oró fervorosamente a Dios pidiéndole poder ser rescatado. Después, cada día, miraba hacia el horizonte para ver a alguien que pudiera ayudarle, pero nada de nada.

Finalmente abandonó la búsqueda y la espera. Optó por construir una cabaña de madera y así protegerse de las inclemencias del tiempo. En ella guardó sus pocas pertenencias.

Un buen día, después de  dar vueltas por la isla a la búsqueda de alimentos, volvió a casa y encontró la cabaña en llamas. Una columna de humo se elevaba al cielo. Ya nada peor podía pasarle…, lo había perdido todo. Quedó completamente abatido, lleno de tristeza y de rabia.   -¡Dios mío, por qué me ha tenido que pasar esto a mí! ¿Qué maldad habré hecho?, se dijo amargamente. Al amanecer del día siguiente se despertó con el ruido de un barco que se acercaba a la isla. Venía a rescatarlo.

 -¿Cómo sabíais que me encontraba aquí? – preguntó el hombre a sus salvadores, ya en el límite de sus fuerzas.  -Vimos su señal de humo – contestaron ellos.

REFLEXIÓN: Este año para poder contemplar los pasos de Nazarenos o Dolorosas de la Semana Santa ya no es necesario viajar a lugares emblemáticos como Sevilla, Toledo… Sólo hay que salir a la calle para encontrarte con personas y familias que, llevando una vida honrada e incluso solidaria, ahora se encuentran acorraladas o amenazadas por la plaga del puesto laboral precario o pensión mínima. Los náufragos del momento presente, y todos somos candidatos, vemos «quemar» su estatus social, sus nobles aspiraciones e, incluso, previsiblemente resbalar por la peligrosa pendiente de la degradación humana y psíquica. Especialmente preocupante es la situación de los inmigrantes: ellos no son los responsables de esta crisis, pero son los que pueden pagar el precio más alto.

Estos nuevos «náufragos» o nazarenos merecen un respeto más que sagrado, merecen que su dignidad humana sea reconocida más que nunca y de forma efectiva. Empecemos por «descalzarnos» o desprendernos solidariamente de dinero, cosas y proyectos que nos impidan llevar una vida más austera, donde lo que cuente sea la relación fraterna. Todos debemos recordar la sentencia de San Juan: «El que no ama a su hermano es un homicida». (Jn 3, 14).

«Otro mundo es posible». Hay que promover valores de esperanza, compromiso, preocupación social, propuestas de una vida más sencilla y austera que eviten la explotación de los bienes de la Creación.

Jesús, antes de morir crucificado, lanzó un gran grito. Recogía el grito de todos los crucificados de la historia. Era un grito de indignación y de protesta, pero también un grito de esperanza. El árbol de la cruz se recicla en el árbol de la vida. A su cuerpo crucificado sólo le esperaba la Resurrección. Como afirma un proverbio chino: «Todas las flores de mañana son las semillas enterradas hoy».

-¡La «columna de humo» ha sido vista, el rescate es inminente!

Buenas Fiestas de Pascua                                                             José Perich

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SAN CLEMENTE MARÍA HOFBAUER -15 de Marzo

San Clemente María Hofbauer«Este gran redentorista, apóstol de Viena, poseía la fe de la que habla el Evangelio y así llegó a predicar en templos vacíos dirigiéndose a los bancos. Y cientos de miles recibían de sus manos los sacramentos. Por su fe fue perseguido y desterrado» 

Se llamaba Hansl (Juan), era el noveno de doce hermanos y nació el día 26 de diciembre de 1751 en Tasswitz, Moravia. Al morir su padre cuando él tenía 7 años, su madre, dando muestras de gran entereza, le puso delante del cruficijo advirtiéndole: «Mira, hijo, en adelante éste será tu padre. Guárdate de afligirle con un pecado». El sueño del niño fue el sacerdocio. Pero ese instante exacto previsto por Dios no llegó hasta que superó la treintena. Antes, siempre hubo alguna contingencia que lo impidió. Su adolescencia estuvo compartida con dos acciones: ayudar a misa al bondadoso párroco, y trabajar como panadero. Por su corta edad no pudo seguir los pasos de su hermano mayor para convertirse en miembro de la caballería húngara y librar la batalla contra los turcos. Su lucha estaría en otros campos.

Como su vocación sacerdotal se había afianzado por completo en su corazón, y le acompañaba la gracia divina, la falta de recursos económicos no le impidió cumplir su anhelo. El vicario parroquial, ya con cierta edad, generosamente le enseñó latín. Cuando falleció, el sacerdote que le sucedió en la misión no pudo prestarle ayuda, y Clemente optó por ganarse la vida amasando pan para los Padres Blancos de Kloster Bruck; así continuó su aprendizaje. En este oficio, que desempeñó en varios lugares, tuvo ocasión de ser testigo de primera mano del drama de los desahuciados por la guerra y la carestía sufrida por los productos básicos para vivir; constató que mucha gente no tenía ni un trozo de pan que llevarse a la boca.

En su interior crecía el ansia de entregarse a Dios manteniéndole presente por encima de todo a través de la oración. Por eso, cuando viajó a Tívoli en 1771 eligió ser ermitaño en el santuario de Nuestra Señora de Quintiliolo. Con el permiso del obispo tomó el hábito y el nombre de Clemente en honor al prelado de Ancira, añadiendo el de María por su devoción a la Madre de Dios. No duró mucho tiempo en el lugar porque se percató de que esa vida no era para él y tuvo la intuición de que sería otra. Volvió con los Padres Blancos retomando su oficio de panadero.

Pudo seguir estudiando, pero nuevas dificultades de sesgo político pusieron freno a tan ansiada ordenación sacerdotal. Así que, otra vez se convirtió en ermitaño en Muehlfraun. En ese impasse, que duró dos años, su espíritu se curtió en la oración, severas penitencias y mortificaciones. Su madre le reclamó. De modo que regresó a Viena y a la panadería, la única profesión que dominaba. La Providencia puso en su camino a dos benefactoras que posibilitaron sus estudios en la universidad. A partir de entonces ni siquiera el veto impuesto por el gobierno a los que cursaban la carrera eclesiástica le impidió seguir alentando sus sueños. Thaddeus Huebl, un entrañable amigo que compartía su ideal, se trasladó junto a él a Roma con el único objetivo de dirimir en qué Orden tenían que ingresar. Y algo tan simple como el tañido de una campana, la primera que escuchaban y que procedía del templo de los redentoristas, les instó a dirigir sus pasos hacia él. Fue el reclamo utilizado por la divina Providencia eligiendo esta simple fórmula para llevarlos a la congregación en la que se desenvolvería su vida religiosa. El 19 de marzo de 1785 Thaddeus y Clemente, que tenía ya 34 años, profesaron. San Alfonso María de Ligorio vio que tenían madera de sacerdotes, y fueron ordenados diez días más tarde en la catedral de Alatrí.

Pasados unos meses, la misión de ambos fue Europa. Así lo determinó el superior general, padre de Paola. La situación de la Iglesia era comprometida a causa de la insidiosa opresión política. Sin embargo, Clemente difundió el evangelio con admirable celo. Fue expulsado repetidamente de distintas ciudades, pero nada le venció. Suiza y Polonia supieron de su ardor apostólico. Impulsó el albergue del Niño Jesús para los pequeños que recogía en las calles; se dedicó a pedir limosna para que no les faltase nada, e incluso volvió a amasar el pan para ellos. Era incansable, como todos los santos. Sin desfallecer, ni dejarse llevar por el desánimo, si los templos estaban vacíos, no dudaba en predicar dirigiéndose a los desnudos bancos. ¡Tan admirable era su fe! Le animaba este sentimiento: «Nos abandonamos al querer de Dios… Que Él sea glorificado». Junto a los religiosos que le acompañaban, realizó una portentosa labor.

En 1787 administró los sacramentos a unas 100.000 personas, y esto no es más que una simple muestra de su inmensa fecundidad. Cuando la guerra estalló en Varsovia, todos se enfrentaron valientemente a la muerte. Se salvaron milagrosamente de las tres bombas que cayeron sobre el templo sin destruirlo. Pero la violencia arreció, y el padre Thaddeus murió a causa de las torturas y golpes que le infligieron tras haber sido atropellado por un carruaje. Venía de atender a un enfermo ficticio que le había mandado llamar. Su muerte asestó un duro golpe a Clemente. El escarnio les perseguía teniendo como escenario hasta los teatros. A ello se añadía el veto a la predicación. Al final el padre Hofbauer se quedó solo y lo expulsaron, pero no abandonó Viena. Seguía aferrado al cumplimiento de la voluntad divina: «Todo lo que a nosotros nos parece contrario, nos conduce donde Dios quiere».

Durante trece años tuvo la misión de capellán del hospital y de las ursulinas. En la parroquia italiana abierta en la ciudad predicaba de tal modo que la gente se conmovía, sin tener dotes de oratoria dignas de mención. Su corazón ardientemente enamorado de Dios se filtraba a través de cualquiera de sus gestos y de sus palabras. Era difícil no claudicar ante este poderoso torrente de amor al que acompañaban todas las bendiciones del cielo. Y de hecho, muchos estudiantes e intelectuales se convirtieron ingresando en la Orden. Pío VII logró frenar nuevo decreto de expulsión y el santo pudo fundar en Viena, donde murió el 15 de marzo de 1821. Fue beatificado el 29 de enero de 1888 por León XIII, y canonizado el 20 de mayo de 1909 por Pío X. En 1914 este pontífice le concedió el título de apóstol y patrón de Viena.

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IV DOMINGO DE CUARESMA -11 de marzo

«EL QUE OBRA LA VERDAD SE ACERCA A LA LUZ»

“ABANDONEMOS LA OSCURIDAD Y VAYAMOS A LA LUZ”

SANTO EVANGELIO, Juan 3, 14 – 21

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:

«Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios. Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios».

Palabra del Señor

 

“EL PECADO ES LA CAUSA DE TODAS LAS DESGRACIAS”

Estamos a mitad de la Cuaresma, es aún tiempo de chequeo espiritual, ¿Qué pecados acosan más nuestra vida? Tenemos que mirar a Cristo en la Cruz: *La cabeza coronada de espinas, sanarán y se purificarán nuestros malos pensamientos.

*El rostro desfigurado y abofeteado, sanarán nuestros deseos de vanidad ridícula.

*Los ojos hinchados, nuestros ojos se cerrarán a indecencias.

*La boca reseca, sabremos dominar nuestra gula y no empuñaremos la espada de los chismes y murmuraciones.

*Las manos perforadas, desaparecerán nuestras ambiciones y deseos de tener y poseer.

*El costado perforado, nuestros odios se convertirán en perdón.

*Las rodillas descarnadas, crecerá nuestro deseo de arrodillarnos y orar sin cesar.

*Los pies clavados, podremos reparar nuestros pecados por haber caminado por veredas de muerte.

*Todo el cuerpo magullado y azotado, se nos quitarán las ganas de vivir en confort, comodidad, placeres y lujos. 

Señor, piedad y misericordia: he pecado contra Tí. Señor, dame la gracia de la conversión.

Citas para reflexionar:

  • «Estamos llamados a vivir la alegría que brota del encuentro con Jesús, para vencer nuestro egoísmo y salir de nuestra propia comodidad». Papa Francisco
  • «Los méritos de una buena acción disminuyen cuando se expone a los ojos de otras personas, cuyos elogios, nos halagan o agradan demasiado nuestro amor propio y orgullo. Por lo tanto, es necesario hacerlo todo sólo por Dios». Santa Teresa Margarita del Sagrado Corazón de Jesús
  • «Para reactivar la natalidad, hay que dignificar la maternidad» Mons.  Munilla, Obispo de S. Sebastián

Noticias de la Iglesia:

  • El Papa  recuerda que “la misa es el sacrificio de Cristo, que es gratuito”. “La redención es gratuita”.
  • «Se han promulgado 13 decretos de la Congregación para los Santos. El Papa ha firmado para canonizar a Pablo VI y a Mons. Oscar Romero.
  • El Papa recibió con “gran tristeza” la trágica muerte de más de 30 personas  en el terremoto de Papua Nueva Guinea, ha enviado sus condolencias.
  • Las diócesis de toda España celebraron de viernes a sábado las 24 Horas para el Señor, con exposición del Santísimo y confesiones, un impulso a la Pascua.
  • Mons. Munilla  ha distinguido dos tipos de feminismo: el ‘femenino’, que busca la igualdad jurídica y legal entre hombres y mujeres; y el ‘radical o de género’.
  • En Ávila tuvo lugar el encuentro de youtubers católicos. Los jóvenes es en You Tube donde pasan más tiempo y la Iglesia tiene que estar donde están las personas.
  • El Año Pastoral Diocesano Vocacional y la Eucaristía centran los ciclos de las Charlas Cuaresmales que se celebrarán desde el día 13 hasta el 14 a las 18,35 h. en la Catedral y desde el día 19 hasta el 22 a las 19 h. en la Basílica de San Isidoro.

«5 ARMAS CONTRA SATANÁS»

 1.- Permanecer en gracia de Dios.

 2.- Frecuentar los sacramentos.

 3.- Oración y rezo del rosario.

 4.- Ayuno.

 5.- Lectura diaria de la palabra de Dios.

ORACIÓN: TE MIRO SEÑOR

Y no salgo de mi asombro;

viniste pequeño en Belén,

y te empeñas en humillarte

a la crudeza de un madero.

TE MIRO, SEÑOR,

Y admiro la belleza de tu amor;

tan universal y tan gigante,

tan caritativo y desprendido,

tan cierto y tan nítido.

TE MIRO, SEÑOR

Eres estandarte del amor verdadero.

Eres árbol en el que se clavan nuestras miserias

Eres salud que sana a todo enfermo que te mira.

Eres fortaleza para el débil que te suplica.              

 Amén.

“PASIÓN POR LA SEMANA SANTA”

Resultado de imagen de sabana santa de turin imagenesCada Semana Santa se actualiza la Pasión, Muerte y resurrección de Cristo. Hagamos un recorrido por las principales reliquias de los últimos momentos de la vida de Jesús.

*El Santo Cáliz de Valencia: El Santo Cáliz había pasado de un Papa a otro desde san Pedro. En torno al año 258 d.C., el Papa Sixto II encomendó a su diácono Lorenzo, de origen español, que ocultara el Cáliz para salvarlo de la persecución de emperador Valeriano. Tras pasar por diferentes lugares llegó a Valencia, donde sobrevivió a las distintas guerras. La reliquia es el vaso superior realizado en ágata y sigue unos patrones determinados, tiene la inscripción “Jesús Dios” en árabe y hebreo y se le tiene como original desde el S. XI.

*Sudario de Oviedo y Sábana Santa de Turín: La Sábana Santa de Turín es una reliquia sorprendente, porque tiene una imagen que no se puede explicar. Cuenta con una serie de manchas de sangre humana del grupo AB y una impronta, que es vista como fotografía en negativo, permite apreciar un cadáver, muerto en vertical, marcas de flagelación y heridas en la cabeza, detalles impropios de un crucificado que no fuera Jesucristo. En las últimas décadas se ha tratado de explicar cómo se marcó esa huella y hasta ahora no ha sido posible. El sudario de Oviedo o “Pañolón” fue el mismo que sujetó la cabeza de Jesús, el fallecido tenía barba y bigote, portó corona de espinas y padeció encharcamiento pulmonar. Lo más impresionante es que si se coloca encima de la Sábana de Turín, encajarían los cortes en los mismos sitios, tantas coincidencias no pueden ser casuales.

*Santo Rostro de la catedral de Jaén: Considerado por tradición el auténtico rostro de Jesús, quedó plasmado en el paño con el que la Verónica le secó la cara cuando iba al calvario. No se sabe cómo llegó a Jaén, una leyenda le atribuye a san Eufrasio su traída volando desde Roma. Otra a don Nicolás de Biedma que la había hecho traer de Roma en el S. XIV, pues había demolido la antigua mezquita para construir una catedral gótica, santuario del Santo Rostro. Según estudio las facciones son estampadas sin pinceladas. Su intervención milagrosa en sequías, epidemias y terremotos, potenció su devoción. Se da a venerar y besar todos los viernes por la tarde  y el Viernes Santo se bendice con él a las tierras de Jaén.

*Lignun Crucis de Santo Toribio de Liébana: Se custodia desde hace más de 1200 años la mayor reliquia de la Cruz. En el S. V, Toribio de Astorga fue custodio de los Santos Lugares y cuando las invasiones persas recogieron todo lo que pudieron, entre ellos esa parte de la cruz rescatada por santa Helena y lo llevaron a Roma. Durante el S. XVI los peregrinos que iban a Santiago de Compostela se desviaban al monasterio para abrazar el Lignum Crucis. En esa época los monjes partieron en dos el leño para colocarlo en el relicario actual, y las astillas que sobraron  fueron distribuidas por conventos y monasterios de todo el mundo. Si se juntaran todos los trocitos repartidos por el mundo no se llegaría a juntar ni la zona en la que Jesús fue clavado de manos.

 

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