Convivencia para el discernimiento vocacional

Te invitamos a los días 6, 7, 8 y 9 de diciembre a una convivencia de discernimiento vocacional.

Te proponemos que compartas algo de ese tiempo tuyo con nuestra Comunidad de Benedictinas, nuestra casa está abierta a tus inquietudes espirituales.

Comparte nuestra vida, comparte con otras jóvenes sus inquietudes y problemas.

Decidete y ponte en contacto con nosotras, llama al 987 780 078 o a través del correo electrónico info@monasteriosantacruz.com y amablemente te informaremos.

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Domingo XXXI del Tiempo Ordinario

El domingo del Amor a Dios

Este Domingo XXXI del Tiempo Ordinario vamos a contemplar la realidad plena y profunda del Amor de Dios por sus criaturas. Y ese Amor proyectado por el Señor Dios en nosotros hace que amemos a nuestros hermanos como Jesús nos pide. Gran misterio este del Amor Divino que hace posible la vida en este mundo y en el otro.

«Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (MC. 12,28-34)

Citas para reflexionar

  • «Los santos representan la victoria del amor sobre el egoísmo y sobre la muerte y que viéndoles se ve que seguir a Cristo lleva a la vida, a la vida eterna y da sentido al presente» S.S. Benedicto XVI
  • «Ser valientes para predicar aunque sea «molesto» pues el evangelio lo que dice es que hay que compartir y repartir más y eso molesta a los poderes públicos». Padre Ángel de Mensajeros de la Paz
  • «El sentido de la vida del ser humano consiste precisamente en recibir el amor de Dios, corresponder a ese amor y compartirlo con los demás». Mons. José Ángel Saiz Meneses –Obispo de Tarrasa
  • «Ver a niños que se mueren… te cambia la vida». Soledad Suárez –Presidenta de Manos Unidas
  • «Europa está sobrecogida por una crisis de esperanza». Cardenal Oullet, Pcto. de la Congregación para los Obispos
  • «También hoy, si queremos llevar adelante una nueva evangelización, es necesario dar signos que puedan abrir el oído al hombre contemporáneo, que le preparen a escuchar». Kiko Argüello -Camino Neocatecumenal

Propuestas del Sínodo

  • La nueva evangelización «llama a la Iglesia a acercarse a aquellos que están alejados de Dios y de la comunidad cristiana para invitarles, una vez más, a escuchar la Palabra de Dios para encontrar al Señor Jesús de una manera nueva y profunda» (Propuesta 5).
  • «Proclamar la Buena Nueva y la persona de Jesús es una obligación de todo cristiano, basada en el Evangelio» (Propuesta 10).
  • La correcta interpretación del Concilio Vaticano II «puede responder a la necesidad de renovación exigida por el mundo moderno, permaneciendo fiel al mismo tiempo a la identidad de la naturaleza y misión de la Iglesia» (Propuesta 12).
  • «El uso de medios de comunicación social tiene un papel importante para que llegue a cada persona el mensaje de salvación» (Propuesta 18).
  • «Es importante para la nueva evangelización que la Iglesia esté presente en todos los campos del arte» (Propuesta 20).
  • «La crisis económica actual afecta seriamente a los pobres. La educación en el uso sabio y constructivo de las redes sociales es un medio importante que debe utilizarse en la nueva evangelización» (Propuesta 31).
  • «La nueva evangelización debería afrontar los significativos problemas pastorales surgidos en torno al matrimonio, el caso de los divorciados vueltos a casar, la situación de sus hijos, la situación de los esposos abandonados, la de las parejas que viven juntas sin estar casadas, y la tendencia social a redefinir el matrimonio» (Propuesta 48).
  • «Las celebraciones de la Jornada Mundial de la Juventud y el Catecismo para los jóvenes Youcat son instrumentos especiales de nueva evangelización» (Propuesta 51).
  • «La credibilidad de nuestro servicio al Evangelio sería mucho más grande si superamos nuestras divisiones» entre cristianos de diferentes confesiones (Propuesta 52).
  • «El diálogo entre ciencia y fe es un campo vital para la nueva evangelización» (Propuesta 54).
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DÍA DE LOS DIFUNTOS – 2 de Noviembre

LOS DIFUNTOS SIGUEN VIVOS

William-Adolphe Bouguereau (1825-1905) - The Day of the Dead (1859).jpgEl mes de noviembre está dedicado especialmente a los difuntos, a todos los que han partido de este mundo y nos traen el precioso recuerdo de su memoria. Coincide con el otoño, y el tiempo contribuye a esa especie de nostalgia, que nos hace recordar momentos felices de nuestra vida pasada al recordarlos a ellos.
El trato con nuestros seres queridos, los que vivieron con nosotros y ya han partido de este mundo, no sólo mira al pasado del que nos gusta recordar los buenos momentos, sino que mira también al futuro, que está todavía por suceder. Los hermanos difuntos nos hablan de una vida más allá de la muerte, en la que ellos han ingresado, y en la que nosotros entraremos traspasado el umbral de la muerte. Los difuntos nos reclaman en el presente y hacia el futuro.
Los difuntos siguen vivos, porque tienen alma inmortal. Cuando venimos a este mundo, nuestros padres han aportado la materialidad de nuestro cuerpo, cuyos rasgos se parecen a los suyos. Pero el alma la ha creado Dios directamente para cada uno, y la ha infundido en el momento de la concepción. ¡Somos inmortales! por haber sido creados directamente por Dios en la parte espiritual de nuestro ser. No somos un amasijo de células, ni somos un trozo de carne con ojos. Somos personas humanas, que piensan, aman, deciden, sienten. Tenemos un alma inmortal, que no heredamos de nuestros padres, sino que la recibimos directamente de Dios al ser concebidos. Por eso, todo ser humano concebido merece el respeto de los demás, porque además de la aportación de los padres, Dios ha aportado un alma, creándola nueva para infundirla en aquel embrión que empieza a existir. En cada ser concebido tenemos una persona humana, tenemos un alma inmortal.
Al término de nuestra vida terrena, se produce la muerte, la separación del alma y del cuerpo. El cuerpo sin alma, queda cadáver sin vida hasta su descomposición. Y en el último día de la historia de la humanidad resucitará de entre los muertos para unirse al alma y participar de su suerte. El alma, sin embargo, ya en la muerte vuela hasta la presencia de Dios para ver a Dios cara a cara. Y entrando en la presencia de Dios, podrá ver intuitivamente cuánto ha sido el amor de Dios y cuál ha sido su respuesta.
El amor correspondido plenamente conducirá al alma a la gloria, al cielo. Este ha de ser el camino normal para todos. Pero muchas veces no es así. Nuestro caminar por la vida terrena está lleno de dificultades, y nuestra debilidad nos ha llevado a olvidarnos del amor de Dios, apartándonos de Él. Hemos pecado. Es decir, nos hemos encerrado en nosotros mismos, en nuestros intereses egoístas. Hemos ofendido a Dios, padre bueno que sólo quiere nuestro bien. Y hemos ofendido a los demás, a los que no hemos dado el amor que les debíamos. La luz de Dios nos hará ver todo esto sin razonamientos, de manera lúcida. Y ese contraste entre el amor inmenso de Dios hacia nosotros y nuestra mezquina respuesta, producirá un dolor indecible en nuestra alma. Este es el purgatorio.
En nuestras relaciones de amor con los demás, herir a la persona amada duele muchísimo. Hacer sufrir a quien queremos de verdad nos produce un dolor inmenso, mayor cuanto mayor sea el amor y la ofensa realizada. El amor de Dios a nosotros no puede ser más grande y nuestro olvido o desprecio es muy frecuente y a veces muy grave. Por eso, el purgatorio es una situación muy dolorosa para el alma.
La Iglesia, que es madre buena, sabe que sus hijos que más sufren son las almas del purgatorio. Y por eso, nos invita continuamente a tenerlas presentes en nuestra oración y a ofrecer sufragios por ellas. Sería como prestarles nuestro amor, para que les sirva de bálsamo en el sufrimiento purgativo que les prepara para el cielo. Y nos recuerda que todos nuestros sufrimientos y fatigas de la vida nos van purificando en el amor, nos libran realmente del purgatorio, para que llegado el momento de la partida, de la muerte, podamos ir directamente al cielo.
Mes de noviembre. Mes de los difuntos, para recordarlos y para ayudarlos. Mes que a todos nos hace pensar en la vida eterna, que se va alcanzando en el camino de la vida terrena.

Recibid mi afecto y mi bendición:
Monseñor Demetrio Fernández    Obispo de Córdoba

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FESTIVIDAD DE TODOS LOS SANTOS

«ESTOS SON LOS QUE BUSCAN AL SEÑOR»                                                            Mateo 5, 1-12a

Desde el siglo IV la iglesia de Siria consagraba un día a honrar a «Todos los mártires», hasta que tres siglos más tarde, el Papa Bonifacio IV transformó el panteón romano, dedicado a todos los dioses, en un templo cristiano, que dedicó a «Todos los Santos», cuya fiesta se celebraba ya el 13 de mayo; y Gregorio III la cambió al 1° de noviembre. En 840, Gregorio IV ordenó que la fiesta de «Todos los Santos» se celebrara en toda la Iglesia. Con toda claridad ha dicho el Concilio Vaticano II: «Todos los cristianos de cualquier condición y estado…son llamados por el Señor a la santidad» (LG 11), plenitud de la vida cristiana, perfecta unión con Cristo, fuente de toda gracia y santificación, e iniciador y consumador de la santidad, que nos ha dicho: «Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto» (Mt 5,48). Sed limpios de corazón, sin doblez, sinceros, veraces y leales, sin mentiras ni trampas. Sed agradecidos, como el Padre que agradecerá hasta un vaso de agua.

CITAS PARA REFLEXIONAR

  • «Anunciar nuevamente a Cristo allá donde la luz de la fe se ha debilitado, allá donde el fuego de Dios es como un rescoldo, que pide ser reavivado, para que sea llama viva que da luz y calor a toda la casa» S.S. Benedicto XVI

¿SANTOS Y DIFUNTOS O HALLOWEEN?

La admiración de los Santos y el recuerdo de los difuntos es tan antiguo como el ser humano. Por eso, en este mes de noviembre, entrado el otoño, la Iglesia nos invita a levantar nuestra mirada hacia el “más allá”: ¿qué nos espera tras la muerte? ¿dónde están nuestros seres queridos fallecidos?  ¿de verdad viviremos eternamente?…

En estos días, la Iglesia celebra dos memorias muy unidas y, a la vez, diferentes: la Solemnidad de todos los Santos y la Conmemoración de todos los fieles difuntos. La primera, 1 de noviembre, es una fiesta solemne, llena de luz, donde alzamos la mirada hacia esa multitud de héroes, amigos de Jesús, entre los que seguramente hay algún familiar nuestro. La segunda celebración, 2 de noviembre, es un recuerdo de todos nuestros seres queridos que, aun estando en el cielo, se purifican en el estado de “purgatorio” o purificación. Los primeros gozan ya del triunfo de Cristo con la Virgen y los demás Santos. Los segundos gozan solamente “en esperanza”, sufriendo como el corredor que ve cercana la meta, o el trabajador que ve acercarse el final de una dura jornada, ansiando el descanso y el salario.

El hecho de que el día 1 sea festivo a nivel nacional y el día 2  sea día laborable ha hecho que  muchos confundan ambas celebraciones, pues aprovechan el día festivo de Todos los Santos para visitar en el cementerio a sus seres queridos difuntos.

No obstante, el reto que la fe nos lanza es serio: ¿hacia dónde va nuestra vida? ¿dónde está nuestra esperanza? ¿qué es la vida y cómo la vivimos? ¿nos preocupa nuestro destino? ¿preparamos desde ahora nuestro futuro eterno? –Esta es la verdadera cuestión.

Lo que sí está claro es que los cristianos contemplamos la muerte con respeto y esperanza: respeto porque hemos de presentarnos ante el Juez eterno y definitivo y esperanza porque conocemos de sobra la misericordia del Juez y hemos intentado vivir según sus enseñanzas, amando al prójimo.

Algo, por cierto, muy lejano de la bufonada de “Halloween” o “Noche de Brujas” que sólo ve tras la muerte vampiros, hombres lobo, zombis y toda clase de monstruos. Esta fiesta que surgió en EE.UU. como reacción anti-católica (el mundo protestante no cree que podamos ayudar en nada a nuestros difuntos) se ha convertido en un gran aliado de los sectores laicistas en su afán de erradicar la “cultura cristiana” de nuestra sociedad. Para ellos tras la muerte, solo hay vacío, oscuridad y horror. ¡Qué triste!.

PURGATORIO o PURIFICACIÓN

El Concilio de Trento, afirma que el purgatorio existe y la Iglesia puede ayudar con su intercesión a cuantos se encuentran en él (D 1580). Y el Vaticano II: «La Iglesia de los viadores, teniendo perfecta conciencia de la comunión que reina en todo el cuerpo místico de Jesucristo, ya desde los primeros tiempos, guardó con gran piedad la memoria de los difuntos y ofreció sufragios por ellos, porque «santo y saludable es el pensamiento de orar por los difuntos para que queden libres de sus pecados» (2 Ma 12,46).

La fe nos ofrece la posibilidad de una comunión con nuestros hermanos queridos arrebatados por la muerte, dándonos la esperanza de que posean ya en Dios la vida verdadera. Sigue el Vaticano II: «Este Concilio recibe la venerable fe de nuestros antepasados sobre el consorcio vital con nuestros hermanos de la gloria celeste, o de los que se purifican después de la muerte y confirma los decretos de los Concilios Niceno II, Florentino y Tridentino». «Nuestra debilidad queda más socorrida por su fraterna solicitud. La iglesia peregrinante, reunida en Concilio, sintió la necesidad de manifestar su conciencia de estar ontológicamente unida a la Iglesia celeste». «Algunos de los discípulos del Señor peregrinan en la tierra, otros, ya difuntos, se purifican, mientras otros son glorificados contemplando claramente el mismo Dios, Uno y Trino, tal cual es; mas todos estamos unidos en fraterna caridad y cantamos el mismo himno de gloria a nuestro Dios (LG 49).

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DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO

“¿QUÉ QUIERES QUE HAGA POR TI?”                                                                               Marcos 10, 46-52

El ciego Bartimeo nos enseña con su oración humilde y confiada la necesidad que el ser humano tiene hambre y sed de de luz. Y Cristo es la Luz verdadera que ilumina a todo hombre para que pueda caminar en la luz. Caminar en la luz equivale a pensar, honrar, decir y practicar la verdad, en cada circustancia que nos toque ir viviendo, sin pactar jamás con la mentira. Somos enviados en medio del mundo como los testigos de Cristo , los testigos de la Luz, los testigos de la Verdad, en la universidad, en la fábrica, en la oficina, en las plazas y en las calles, en todos los ambientes. No podemos caer en la tentación de pactar con la mentira ambiental,  ni tampoco podemos permitir  que nos arrastren las componendas de planteamientos opuestos a la vida cristiana. Vivamos en la Verdad siendo testigos de ella.

CITAS PARA REFLEXIONAR

  • «La Iglesia escucha (esas palabras) con particular intensidad y reaviva la conciencia de vivir completamente en perenne actitud de servicio al hombre y al Evangelio, como Aquel que se ofreció a sí mismo hasta el sacrificio de la vida». S.S. Benedicto XVI
  • «La fe viene de la escucha, y hoy vivimos en una sociedad secularizada, que tiene los oídos cerrados. Si queremos evangelizar, es preciso dar signos que abran los oídos al hombre contemporáneo».  Kiko Argüello, Camino Neocatecumenal
  • «El lugar privilegiado para despertar, el interés por el cristianismo es la vida cotidiana, donde como cristianos entramos en relación con nuestros hermanos los hombres».  Julián Carrón –Comunión y Liberación
  • «A veces da la impresión que el verdadero apostolado corresponde solo a los movimientos, mientras que la parroquia ha quedado para lo que algunos llaman el cristianismo de cumplimiento«. Don Jesús Higueras, Párroco de Santa Mª de Caná –Pozuelo de Alarcón
  • «Así como las manzanas no hay que mirarlas, sino morderlas para saborearlas y el perfume de la rosa hay que aspirarlo y no contentarse con saber de la rosa leyendo las Enciclopedias, a Dios hay que saborearlo para saber a qué sabe «.  San Juán de Ávila

7 SANTOS, MODELOS DE MISIÓN EN LA NUEVA EVANGELIZACIÓN

Jacques Berthieu, nacido en 1838 en Francia, su gran amor por Cristo y cómo deseaba salvar las almas y recorrer el mundo en pos de ellas. Designado como jesuita a la isla de Santa María y después en Madagascar, “luchó contra la injusticia, aliviando a los pobres y los enfermos”, los malgaches lo veían “como un padre y una madre” para ellos. Fue en 1896 cuando encontró el martirio diciendo “Prefiero morir antes que renunciar a mi fe”. El Papa lo presentó como modelo para los sacerdotes, invitándolos a ser como él, y señalándolo como ejemplo para los numerosos cristianos que hoy en día son perseguidos a causa de su fe.

Pedro Calungsod, nacido alrededor del año 1654, en la región de Bisayas en Filipinas. Su amor a Cristo lo llevó a prepararse como catequista y acompañar al presbítero jesuita también mártir, Diego Luis de San Vítores a las Islas Marianas, para evangelizar al pueblo Chamorro, donde encontró la muerte el 2 de abril de 1672. El Papa quiso presentarlo como un testimonio valeroso y pidió que Pedro Calungsod inspire al pueblo filipino para anunciar con ardor el Reino y ganar almas para Dios.

Giovanni Battista Piamarta (1841-1913), sacerdote de la diócesis de Brescia, gran apóstol de la caridad y de la juventud. El santo padre destacó en él “su empeño en hacer progresar cristiana, moral y profesionalmente a las nuevas generaciones, con claras dosis de humanidad y bondad” Superó grandes dificultades para emprender obras apostólicas, cuyo fundamento fue siempre la oración y la confianza en Dios por medio de largas horas de oración.

María del Carmelo Sallés y Barangueras, religiosa nacida en Vic, España, en 1848, segunda de diez hijos. Pronto, sintió un amor especial por María Inmaculada, una devoción alimentada por la educación que recibió en el colegio de la Compañía de María, en Manresa. Sus padres deseaban que se casara pero ella había decidido consagrarse a Dios. A los 23 años, a pesar de la oposición paterna, entró en las Terciarias Dominicas de la Anunciación.   El Papa recordó cómo hizo progresar con mucho esfuerzo la congregación de Religiosas Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza que había fundado en 1892,  quería que la formación de las niñas y jóvenes surgiera del corazón para llegar también a la inteligencia. La congregación está actualmente presente en otros once países: Italia, Brasil, Venezuela, México, República Dominicana, Estados Unidos, Filipinas, Japón, Corea, Guinea Ecuatorial y República Democrática del Congo. Cuenta con sesenta comunidades y miles de alumnas.

Mariana Cope, nacida en 1838 en Heppenheim, Alemania, aunque crecida en los Estados Unidos. Contó cómo la santa entró en la Tercera Orden Regular de san Francisco, en Siracusa, Nueva York en 1862 y más tarde, aun siendo superiora general de su congregación, fue a cuidar a los leprosos de Hawai. Cinco años después de haber fundado un hospital de Malulani en Maui y de haber abierto una casa para niñas de padres leprosos, fundó una casa para mujeres y niñas, esta vez en la isla de Molokai, donde aislada del mundo, tuvo la oportunidad de conocer y cuidar al ya famoso por entonces, padre Damián, hoy santo. Quiso la providencia que lo atendiera en su agonía, mientras continuaba su trabajo entre los leprosos “con amor, valor y entusiasmo inmenso”, señalándola como “un ejemplo luminoso y valioso de la mejor tradición de las hermanas enfermeras católicas y del espíritu de su amado san Francisco”.

Kateri Tekakwitha, nacida en el actual estado de Nueva York en 1656, de padre mohawk y madre algonquina cristiana, el papa recordó que fue bautizada a la edad de 20 años, encontrando la muerte a los 24 años cerca de Montreal. La “protectora de Canadá” y primera santa amerindia, fue fiel a las tradiciones de su pueblo, pero renunciando a las convicciones religiosas del mismo, llevando una vida sencilla, con oración y misa diaria. “Su deseo más alto –enseñó el papa-, era conocer y hacer lo que agradaba a Dios, carente de apoyos externos, y firme en su vocación”. La presentó como un testimonio donde fe y cultura se enriquecen, “sin renegar de lo que somos”.

Anna Schäffer (1882-1925), de Mindelstetten, recordó que tuvo el deseo de entrar en una congregación misionera, pero no pudo hacerlo por un accidente laboral en el cual sufrió quemaduras incurables en los pies. Postrada en un lecho para el resto de sus días, ofreció su sufrimiento al apostolado misionero, siendo ella misma una “intercesora infatigable en la oración, y un espejo del amor de Dios para muchas personas en búsqueda de consejo”. Pidió el papa que su intercesión favorezca la pastoral de los enfermos en cuidados paliativos.

Benedicto XVI deseó que el testimonio de los nuevos santos, “hable hoy a toda la Iglesia, y su intercesión la fortalezca y la sostenga en su misión de anunciar el Evangelio al mundo entero”.

 

 

 

 

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Necesidad, cualidades y efectos de la oración

La oración es…

  • La oración es necesaria, como el agua para los árboles y las plantas, como la comida para el cuerpo, como la sangre para el organismo, como los cimientos para la casa, como el estómago para la digestión, como el oxígeno para la vida.
  • La oración es fuente de conocimiento no teórico, sino sapiencial. El Niño Jesús, a quien vieron tantos, sólo fue reconocido por Simeón y Ana, y como Hijo de Dios y Mesías, sólo por San Pedro, porque no lo supo por los sentidos corporales. «Así como las manzanas no hay que mirarlas, sino morderlas para saborearlas y el perfume de la rosa hay que aspirarlo y no contentarse con saber de la rosa leyendo las Enciclopedias, a Dios hay que saborearlo para saber a qué sabe» (San Juan de Ávila). «En la oración se aprenden verdades» (Santa Teresa de Jesús).
  • La oración es fuente de energía. En la vida cristiana, no podemos estar siempre gastando energías. Necesitamos reposo, sosiego, paz: «Marta, Marta, estás muy nerviosa» (Lc 10,41). Y así como el agricultor no pierde el tiempo cuando afila la guadaña, «si yo realizo el trabajo de orar caerán todas las murallas», ha dicho el científico Von Braun. Pero nos dice la experiencia, que este trabajo nos resulta el más difícil. Siempre se nos ocurren cosas que hacer cuando decidimos ir a orar. Porque la dificultad no sólo nos viene de la naturaleza, sino del príncipe de este mundo, que sabe que está perdido si oramos. El cura de Torcy en la novela de Bernanos, «el cura rural», le dice sabiamente al protagonista, un joven sacerdote lacerado: «Muchacho, sufres demasiado para lo que oras. Hay que alimentarse en proporción a nuestros dolores».    El P. Ravignan recomendaba a un ejecutivo que se lamentaba de su stress, hacer un cuarto de hora de oración diaria. «Pero, Padre, ¡si le estoy diciendo que no tengo tiempo!», respondía el manager. «Es verdad, repuso el Padre, haga media hora cada día». Acertó Nietzsche cuando dijo: «Quien tiene mucho que hablar ha de guardar mucho silencio. Quien algún día ha de engendrar el rayo ha de ser largo tiempo nube».
  •  La oración es fuente de alegría. ¿Quiere, acaso Jesús que nuestro Vía crucis sea más largo y duro, de lo que lo es normalmente? -Ciertamente que no. Por eso dice: «Venid los que estáis cansados y yo os aliviaré y hallaréis el descanso» (Mt 11, s), y, «Mi paz os dejo, mi paz os doy» (Jn 20,19). El anhelo de la felicidad es un motor que no deja reposar a los hombres, «Nos has hecho, Señor para ti, y sólo descansaremos en Dios», en la oración. Si Moisés baja radiante del Sinaí es porque había permanecido largo tiempo con el Señor (Ex 34,29). Si Agustín veía radiantes en la catedral de Milán a los jóvenes salmodiando, es porque oraban. «No se puede ser cristiano sin oración», ha escrito Urs Von Balthasar.
  •  La oración es fuente de conversión diaria. Por eso María y la Iglesia nos entregan este modo sencillo de orar: el rosario.

J.M. Ballester

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Dios manda obreros a su mies

Hermano Alfonso

PROFESIÓN MONÁSTICA DEL HERMANO ALFONSO PÉREZ MUÑOZ EN LA ORDEN CISTERCIENSE

El Monasterio Cisterciense de Santa María de las Escalonias de Hornachuelos, en Córdoba, ha acogido con alegría la celebración de la profesión monástica del joven Alfonso Pérez Muñoz. Este hermano cisterciense, natural de la localidad de Villacarrillo (Jaén), profesó sus votos en presencia del padre Abad en una celebración Eucarística en la que estuvieron presentes familiares y amigos del hermano Alfonso, los religiosos de la Comunidad de las Escalonias, un buen grupo de religiosas benedictinas y bastantes fieles que llenaban el templo del Convento, situado en un precioso enclave entre las localidades cordobesas de Posadas y Palma del Río.
El padre Abad, D. Isaac Totorica Izaguirre, tuvo unas emotivas palabras en la homilía de la ceremonia religiosa, que estuvo concelebrada por un numeroso grupo de sacerdotes. Tras comentar el Evangelio, se dirigió a la familia del Hermano Alfonso, agradeciéndole el don de su hijo, que entregaban a Dios con mucha generosidad. También tuvo palabras de aliento y felicitación para el religioso. «La vocación no deja de ser más que un encuentro entre la miseria del hombre y la maravilla de la misericordia de Dios», comentó en su homilía. Tras describir la vida contemplativa de los religiosos por amor a Cristo, le pidió al joven que se entregara con confianza y por completo a la misión para que el Señor lo había elegido. Tras la homilía, el joven religioso proclamó ante el padre Abad, D. Isaac Totorica, que después de la experiencia vivida en el noviciado, durante la cual había tenido la oportunidad de conocer la naturaleza de la vocación monástica, pedía ser admitido a la profesión religiosa en la Orden Cisterciense de la de la estricta observancia «para tratar de llevar a plenitud en la vida monástica la gracia bautismal y para desarrollar la vocación a la que me siento llamado y consagrar así mi existencia a Dios, en el seno de la Iglesia».

Posteriormente, el religioso se comprometió, según la regla de San Benito, a unirse a Cristo por la profesión monástica «amando la pobreza, la virginidad y la obediencia» y también expresó su compromiso de encontrarse con Dios en la oración, en la escucha de la Palabra, en la obediencia al Evangelio y en la humildad. Tras los votos, el hermano profeso, ayudado por el maestro de novicios, se puso la vestidura negra de la orden cisterciense.

Con esta profesión monástica, la comunidad contemplativa masculina de las Escalonias vivió una memorable jornada de gran alegría.

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Domingo XXIX del Tiempo Ordinario

«Y EL QUE QUIERA SER PRIMERO, SEA ESCLAVO DE TODOS»
(Mc 10, 35-45)

«EL EJE DEL SERVICIO»

Coincide el Domund con la celebración con el Domingo XXIX del Tiempo Ordinario. Y en el evangelio de Marco se nos va a narrar la “ocurrencia” de Santiago y Juan, los hermanos Zebedeos de querer ser los lugartenientes de Jesús en el Reino. No habían acabado de entender la enseñanza del Maestro, ni tampoco aprendían demasiado de su ejemplo. De  consuelo y esperanza nos sirve contemplar a los apóstoles tan humanos, nos ayuda a no desanimarnos por nuestros altibajos y  caidas.

La vida cristiana comienza en el sacramento del Bautismo, él produce en nosotros una nueva vida, un dinamismo que nos impulsa a la santidad y al apostolado. Esta dimensión apostólica se manifiesta de manera más plena en la Confirmación, que es un nuevo Pentecostés para el que la recibe y que comporta un compromiso para dar testimonio de Cristo con la palabra y con la vida. En este camino de seguimiento a Cristo, la actitud de servicio no es un elemento menor. Si queremos ser discípulos de Cristo, hemos de hacer del servicio a Dios y a los demás el eje central de nuestra existencia.

Citas para reflexionar

  • «Necesitamos retomar el mismo fervor apostólico de las primeras comunidades cristianas, que, pequeñas e indefensas, fueron capaces de difundir el Evangelio en todo el mundo entonces conocido mediante su anuncio y testimonio».  S.S. Benedicto XVI
  • «Uno de los obstáculos para el impulso de la evangelización es la crisis de fe, no sólo en el mundo occidental, sino en la mayor parte de la humanidad, que, no obstante, tiene hambre y sed de Dios…» S.S. Benedicto XVI
  • «Si se exhorta también a los presbíteros a sentarse en el confesionario habitualmente, muchas almas irán a lavar sus culpas y, de ese ministerio, florecerán vocaciones para el seminario y la vida religiosa y vocaciones de buenos padres y madres de familia».            S.S. Benedicto XVI
  • «Cuando está religiosidad popular brota de la fe en Jesucristo y está animada por un espíritu eclesial se convierte, además, en verdadera piedad del pueblo de Dios, en un medio valioso y eficaz para transmitir el evangelio y reavivar la fe en los alejados». José, O. Ruiz, arzobispo emérito de Villavicencio, Colombia
  • «Los evangelizadores nuevos han de ser, ante todo, hombres y mujeres animados por una fe recta».  José Rodríguez Carballo, ministro general de la Orden de los Frailes Menores
  • «Una mínima parte de la población mundial acapara para sí los bienes de la creación. El consumismo derrochador y depredador está agotando los bienes de la creación. Los rostros de los pobres y excluidos son rostros sufrientes de Cristo». Jorge E. Lozano, obispo de Gualeguaychú, Argentina

 

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Misioneros de la fe

Ante el día del DOMUND de 2012

Queridos diocesanos:

El día 11 de octubre S.S. el Papa Benedicto XVI abría para toda la Iglesia el Año de la Fe en conmemoración del Concilio Vaticano II y de la promulgación de la edición oficial del Catecismo de la Iglesia Católica. Días antes se inauguraba la Asamblea sinodal sobre la Nueva Evangelización y era proclamado doctor de la Iglesia San Juan de Ávila, modelo de evangelizadores. Todos estos acontecimientos confieren un significado especial a la Jornada Misionera Mundial de este año. ¿Cómo no dar gracias al Señor por la renovada conciencia misionera que se ha producido en la Iglesia a partir del Concilio Vaticano II y, en particular, por el Decreto Ad gentes promulgado el 7 de diciembre de 1965, la víspera de la clausura de aquel gran acontecimiento eclesial? Aquel Decreto fue como un nuevo envío misionero: “Id al mundo entero y proclamad el evangelio a toda la creación” (Mc 16, 15).

Después vinieron, en continuidad con aquella llamada a propagar la fe y la salvación de Cristo que tiene su origen precisamente en la misión del Hijo y en la misión del Espíritu Santo, la Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi de Pablo VI (1975), la Encíclica Redemptoris Missio del Beato Juan Pablo II (1990), la Instrucción de la Congregación para la Evangelización de los pueblos sobre la cooperación en la misión (1998). En España hay que citar las Instrucciones pastorales de la Conferencia Episcopal de contenido misionero de 1979 y 2008 y las orientaciones de 1995 y 2001, además de las reflexiones y sugerencias de la Comisión Episcopal de Misiones. Pero lo más importante no son los documentos sino la conciencia misionera de los miembros de la comunidad eclesial como propone el lema del próximo Domund: Misioneros de la Fe, es decir, mensajeros de la fe que llevan nuevos discípulos a Cristo (AG 20).

Nuestro programa pastoral diocesano para el curso 2012-13, nos urge profesar, celebrar, vivir y hacer objeto de oración la fe, pero también la preocupación por compartirla no sólo con los más cercanos sino incluso con todos los pueblos. Por muy urgente que sea entre nosotros la nueva evangelización no podemos olvidar la responsabilidad que todos los bautizados tenemos en la propagación de la fe y en el primer anuncio del Evangelio a los no creyentes en Cristo, y la cooperación con otras Iglesias, generalmente de continentes distintos del europeo. Nuestra Diócesis ha sido siempre misionera y lo prueban los más de 500 sacerdotes, religiosos/as y laicos que aún trabajan en tierras de reciente evangelización. Su número y calidad ha dependido en gran medida del espíritu de fe de sus familias y parroquias de origen. Hoy este espíritu parece haberse enfriado y una forma de recuperarlo es estimular otra vez la conciencia misionera de todos los católicos. “La misión renueva la Iglesia, refuerza la fe y la identidad cristiana, da nuevo entusiasmo y nuevas motivaciones. ¡La fe se fortalece dándola!”, afirmó el Beato Juan Pablo II en la encíclica Redemptoris Missio (n. 2).

O podemos esconder la fe debajo del celemín. Todos somos misioneros de la fe, capaces de dar razón de ella de palabra y con el testimonio, de compartirla y de formarla en aquellas personas que dependen de nosotros, como los niños y los jóvenes. Para eso es preciso también cultivarla con ayuda de la Sagrada Escritura y del Catecismo de la Iglesia Católica, y hacerla vida propia pidiendo al Señor que nos la aumente.

Con mi cordial saludo y bendición: Julian, Obispo de León

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Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario

«ES IMPOSIBLE PARA LOS HOMBRES, NO PARA DIOS. DIOS LO PUEDE TODO»

(Mc 10, 17-35)

«El dinero que no deja vivir»

En el Evangelio de Marcos de este domingo XXVIII se narra el conocido encuentro de Jesús con el joven rico. El Maestro le pide entrega y exclusividad, le pide ser el primero para él. Pero aquel joven era muy rico y las riquezas le tenían secuestrado. Aunque parezca un contrasentido, resulta que la esclavitud por el dinero no deja vivir. Y, sin embargo, el dinero bien utilizado y repartido es un seguro de vida para muchos. Todo ello debe decirse sin rodeos en estos tiempos difíciles de una tremenda crisis económica. No adoremos al dinero y busquemos con lo mucho o lo poco que tengamos la felicidad de todos los hermanos y hermanas especialmente los más pobres y necesitados.

CITAS PARA REFLEXIONAR

  • «Con el Rosario nos dejamos guiar por María, modelo de fe, en la meditación de los misterios de Cristo y, día tras día, nos ayuda a asimilar el Evangelio, para que dé forma a nuestra vida». SS Benedicto XVI
  • «La crisis de Europa es una crisis de fe. Y si esto no se entiende, no será resuelta».  SS Benedicto XVI
  • «No pocas pérdidas de la fe se deben a que esta quedó en aquella lejana vivencia de la Primera Comunión» Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz
  • «Más querría estar sin pellejo que sin devoción a María». San Juan de Ávila
  • «La pobreza es el mayor enemigo de la paz». Cardenal Rodríguez Madariaga
  • «La secularización ha modelado dos generaciones de católicos que no conocen las oraciones fundamentales de la Iglesia». Cardenal Donald Wuerl

«ANTE LA CRISIS, SOLIDARIDAD»

La declaración es antes que nada, una invitación a la fe, «a los creyentes, para que la renueven y se llenen de la alegría que ella produce, pero también a los vacilantes» y «a los que no la tienen». Jesucristo es la respuesta que ofrece la Iglesia ante una crisis, que es en primer lugar «una crisis de fe». Los obispos llaman «a la conversión», apartarse de la ambición egoísta y de la codicia que corrompen la vida de las personas y de los pueblos. Invitan a la caridad, agradeciendo la labor de Cáritas y de instituciones como: asociaciones de fieles, institutos de vida consagrada, hermandades y cofradías. Invitan a la esperanza ante la frustración y el pesimismo, la fe ayuda a resistir. De este modo, «la crisis puede ser también para la tarea apasionante de mejorar nuestras costumbres y de ir adoptando un estilo de vida más responsable del bien de la familia, de los vecinos y de la comunidad política».

DÍA DE LA HISPANIDAD

El pasado día 12 celebrábamos la festividad de Ntra. Sra. del Pilar y el Día de la Hispanidad. Se han cumplido 520 años  que el Nuevo Mundo, donde viven más católicos, fue descubierto por España de la mano de Cristóbal Colón y luego evangelizado.  Al amparo de la Virgen del Pilar se predicó en España la Palabra de Dios, y bajo su protección de Madre llegó esa palabra de salvación a las tierras descubiertas.

¡YA ES SAN JUAN DE ÁVILA DOCTOR DE LA IGLESIA!

El pasado domingo, 7 de octubre, la iglesia Universal  y de modo especial para la Iglesia en España, se celebró la proclamación de san Juan de Ávila “Doctor de la Iglesia”, con inmenso gozo, tan feliz y esperado  acontecimiento en la Plaza de san Pedro del Vaticano, en una hermosa ceremonia presidida por su Santidad Benedicto XVI (62 obispos españoles asistieron a la proclamación, junto con miles de peregrinos españoles, entre ellos de nuestra diócesis de Jaén asistieron junto a nuestro Obispo Mons. Don Ramón del Hoyo, 11 sacerdotes y 21 seglares). Su Santidad lo presentó como “profundo conocedor de las Sagradas Escrituras y dotado de un ardiente espíritu misionero, que supo penetrar con singular profundidad en los misterios de la redención obrada por Cristo para la Humanidad. Hombre de Dios, unía la oración constante con la acción apostólica. Se dedicó a la predicación y al incremento de la práctica de los sacramentos, concentrando sus esfuerzos en mejorar la formación de los candidatos al sacerdocio, de los religiosos y de los laicos, con vistas a una fecunda reforma de la Iglesia”.

Los requisitos para ser admitido al número de “Doctores” son: Insigne santidad de vida y doctrina celestial eminente. Comprobado esto, su Santidad declara la incorporación del santo al número de Doctores. Entre los 35 Doctores de la Iglesia, cuatro son españoles: san Isidoro de Sevilla, santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz y el nuevo Doctor, que fue amigo y consejero de los dos últimos.  Descubrir a los Doctores de la Iglesia es encontrar el camino seguro para las cuestiones urgentes de nuestro tiempo, esto es, a Jesucristo en su Iglesia.

«Los santos son los verdaderos protagonistas de la evangelización. Muestran la belleza del Evangelio y de la comunión con Cristo a las personas indiferentes o incluso hostiles, e invitan a los creyentes tibios a que, con alegría, vivan de fe, esperanza y caridad, a que descubran el gusto por la Palabra de Dios y los sacramentos» (Lumen gentium, 39-42)

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