Los Sacramentos de Iniciación Cristiana I

Así se relata en el evangelio de San Mateo: «Entonces le fueron presentados unos niños para que les impusiera las manos y orase; pero los discípulos les reñían. Mas Jesús les dijo: Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el reino de los cielos. Y les impuso las manos».

A lo largo de los domingos del Tiempo Pascual suelen celebrarse los sacramentos: El Bautismo, la Reconciliación, las Primeras Comuniones y las Confirmaciones.

Existe el riesgo de que el Sacramento se convierta en un mero rito social

bautismo.jpg

El Bautismo

El Bautismo es cosa de los padres. Precisamente porque a tan tierna edad es responsabilidad de los padres y padrinos la inmersión del catecúmeno en el seno de la Iglesia.

La excusa de «nuestro hijo se bautizará cuando sea mayor y sólo si él quiere», suele ir de la mano con una realidad familiar alejada de la fe católica, que en muy pocos casos se molesta por presentar a los hijos el Evangelio y la realidad de la Iglesia.

La importancia familiar que acompaña al Bautismo choca en no pocas ocasiones con la elección de los padrinos: cuñados, primos y abuelos son elegidos por los padres, con el fin de cubrir una especie de cuota familiar. Lejos de estos convencionalismos, el Catecismo recuerda que el papel de los padrinos es mucho más importante que el de figurar en los álbumes fotográficos portando un cirio: «Para que la gracia bautismal pueda desarrollarse es importante la ayuda de los padres. Ése es también el papel del padrino o la madrina, que deben ser creyentes sólidos, capaces y prestos a ayudar al bautizado, niño o adulto, en su camino de vida cristiana».

La Penitencia o Reconciliación

confesion.jpg

La Penitencia -o Reconciliación- es otro de los sacramentos de iniciación cristiana que más se demoran en el tiempo. Don Pedro de la Herrán asegura que «el planteamiento de las catequesis de hoy, salvo raras excepciones, no apunta a preparar a los niños para que reciban este Sacramento en la edad del uso de razón, sino tres o cuatro años después. ¿Hay razones de peso que lo justifiquen? Sólo encuentro una: la falta de aprecio hacia la Confesión». De la Herrán sostiene que «esta práctica incide en un número altísimo de niños católicos que, habiendo llegado a la edad del uso de razón, tienen que esperar dos o tres años para recibir el sacramento de la Misericordia divina, tan necesario para iniciarse en el combate espiritual y para estar en condiciones de vivir como un fiel cristiano». Y concluye con una pregunta: «Recibir la Penitencia a los siete años, con la debida catequesis preparatoria, es lo que han hecho millones de niños católicos durante siglos. ¿Es que los niños de hoy ya no necesitan la gracia sacramental al llegar al uso de razón? Estos niños y niñas, tan precoces para los videojuegos, Internet, los idiomas…, ¿no necesitan la ayuda de los sacramentos para fortalecer su fe, su voluntad, su piedad y su lucha contra las tentaciones, desde que son capaces de distinguir entre el bien y el mal en su conciencia?»

Hay estudios científicos recientes que el bebé ya conoce la distinción entre el bien y el mal.

Publicado en Reflexiones | Etiquetado , , | Comentarios desactivados en Los Sacramentos de Iniciación Cristiana I

Manuel Lozano Garrido «Lolo»: Testimonio de vida eucarística

beato-manuel-lozano-garrido-lolo.jpg

El inminente beato linarense Manuel Lozano Garrido «Lolo»fue siempre un enamorado de la Eucaristía; sostuvo su ingente actividad apostólica en Jesús Sacramentado «fue la fuerza para la misión de su vida y de alegría en el dolor». Según la declaración de un testigo en la Causa, «todas las tardes iban a llevarle la Sagrada Comunión. ¡Cómo impresionaba el recogimiento con que la recibía!. Quedaba en oración, recogido aún más en sí mismo, y la verdad es que irradiaba una cosa especial, una paz que contagiaba y hacía que en aquellos momentos se viviera realmente la presencia de Dios en aquella habitación.»

Como periodista y escritor nos dejó un legado clarividente sobre las maravillas de Dios. Recordemos estas sus palabras: «Los males del siglo radican esencialmente en un egoísmo concentrado y en el tremebundo distanciamiento de la Eucaristía. Para salvarse es preciso que la Humanidad dé marcha atrás en su elección de un camino ficticio, hay que aclarar los ojos vidriados por la soberbia, para fijarlos en ese rincón tan cercano -¡y tan lejos, Dios mío!- donde campea la Espiga Eterna de la Paz, Cristo Pan, única meta capaz de saciar por toda una eternidad la sed y el hambre del mundo». Lo dijo Él con su verbo: «Yo soy el pan de vida; quien viene a mí no sentirá hambre y quien cree en mí no sentirá sed jamás». Por que Cristo -y con Él, la paz- vendrá y se nos dará ineludiblemente. Está ya ahí, a solo un paso de la declinación humilde de nuestro egoísmo, en la encrucijada de nuestra sed y de nuestra hambre, salvando la infinita distancia de un Dios majestuoso y justiciero bajo los humildes ropajes de un Dios escondido. Sí, estás ahí, Señor, con la paz inédita, con el gozo latente, la felicidad a punto, eternizando en la Eucaristía ese tu gesto secular de amor crucificado para que por tu «Tomad y comed… Tomad y bebed sea posible la purificación y divinización de nuestra pobre existencia angustiada».

Sea este comentario homenaje a Lolo, él tenía muy claro que a través de los medios de comunicación podía transmitir los valores del Evangelio.

Publicado en Biografías, Devociones | Etiquetado | Comentarios desactivados en Manuel Lozano Garrido «Lolo»: Testimonio de vida eucarística

Visita de SS Benedicto XVI a Fátima

727729virgen de Fatima.jpg

LOS TRES MENSAJES DE FATIMA

El 13 de mayo de 1917 se les apareció la Virgen María a tres niños de la localidad portuguesa de Cova de Iría -Jacinta, Francisco y Lucía-. Este hecho se estuvo repitiendo durante los seis meses posteriores. La Virgen pidió a los tres pequeños que transmitieran la importancia del rezo del rosario para la conversión de los pecadores y reveló tres mensajes: En el primero les mostró el infierno. En el segundo la Virgen les anunció que «Rusia se convertiría y habría paz; si no, esparciría sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia». En el tercero vieron «en una inmensa luz que es Dios a un obispo vestido de blanco» el cual, «llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz, fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon» y, junto a él, «del mismo modo murieron unos tras otros los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones». El 13 de mayo del año 1981, 64 años después el papa Juan Pablo II saludaba a millares de personas en la plaza de San Pedro de Roma cuando el turco Ali Agca le disparó. El Pontífice cayó malherido. Un año después de este ataque, el Papa visitó Fátima y pidió que la bala que casi acaba con su vida fuese engarzada en la corona de la imagen de la Virgen. Hoy puede verse en el museo del santuario. La interpretación de las otras visiones hace referencia a las persecuciones contra los cristianos, que causaron alrededor de 45 millones de víctimas a lo largo del siglo XX.

En la última aparición, en octubre del año 1917, cerca de 70.000 personas se congregaron para recibir el mensaje mariano. La Virgen les dijo que construyeran allí una capilla en su honor. Posteriormente, «el sol tembló, hizo increíbles movimientos repentinos fuera de cualquier ley cósmica, el sol bailó».

LA VISITA

El Santo Padre Benedicto XVI se despidió de Portugal, al término del viaje con mayor éxito popular en todo su Pontificado, emocionado, agradeciendo al presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, su compañía en cada etapa del viaje y éste a su vez agradeció al Papa esta visita inolvidable que ha dado «nuevas esperanzas a nuestros corazones»; al pueblo portugués, que se ha ganado su corazón y a los medios informativos, que ha llevado sus palabras y su mensaje a todo el planeta.

Las cuatro jornadas en Lisboa, Fátima y Oporto han desbordado un entusiasmo como no se veía desde la época de Juan Pablo II, mientras que cada uno de los actos principales rompía récords de asistencia de fieles: doscientos ochenta mil en la misa de Lisboa, medio millón en Fátima y ciento veinte mil en la celebración eucarística de Oporto.

En el santuario, Benedicto XVI explicó que la «misión profética» de Fátima no está concluida ya que el mensaje esencial de la Virgen, penitencia y paz, debe todavía llegar a las mentes de quienes promueven guerras, perpetuando «un ciclo de muerte y terror». Con palabras duras, el Santo Padre añadió que «la familia humana, sacrifica sus lazos más sagrados en el altar de los egoísmos mezquinos de nación, raza, ideología, grupo o individuo».

papa-benedicto-xvi-300x350.jpg

También puso «bajo la protección materna de María a los sacerdotes»; pues como dijo durante el vuelo a Lisboa: «los sufrimientos de la Iglesia provienen del interior de la Iglesia, del pecado que existe en la Iglesia».

La jornada incluyó un encuentro con los agentes de pastoral social, a quienes animó a defender los derechos humanos, especialmente el derecho a la vida, y a defender la familia «fundada en el matrimonio indisoluble de un hombre con una mujer». En su reunión con los obispos portugueses, subrayó la importancia de que haya laicos cristianos «en los ambientes donde el silencio de la fe es más profundo; entre los políticos, intelectuales y profesionales de la comunicación que promueven una propuesta mono-cultural y desprecian la dimensión religiosa de la vida».

El viaje concluyó con una misa en Oporto, donde el Santo Padre recordó que la Iglesia «está preparada para afrontar nuevos desafíos y para dialogar con culturas y religiones diferentes» con vistas a lograr «la pacífica convivencia entre los pueblos». Y también para dialogar con el mundo contemporáneo, pues en la misión evangelizadora «nos esperan no sólo los pueblos no cristianos y las tierras lejanas, sino también los cercanos ámbitos socioculturales y sobre todo los corazones de los hombres».

Los diarios portugueses han destacado que se han superado todas las expectativas con el éxito de la visita, en términos de entusiasmo popular, asistencia a los actos y comentarios de la prensa.

El Papa dijo que: «en Fátima he rezado por el mundo entero, pidiendo que el futuro traiga mayor fraternidad y solidaridad, mayor respeto recíproco y una renovada confianza en Dios».

¡Ojalá la humanidad escuche su llamamiento a la paz!

Comentario sobre los artículos periodísticos de J. Vicente Boo.

Publicado en Devociones, Reflexiones | Etiquetado , , | Comentarios desactivados en Visita de SS Benedicto XVI a Fátima

Corpus Christi

Custodia

El día de Corpus Cristi, la preciosa custodia de Enrique de Arfe, que se muestra en el centro de una de las salas del museo, se viste de gala y recupera la función para la que fue diseñada. Sirve de trono al Santísimo en la procesión que recorre las calles de Sahagún bajo la admiración de todos.

Publicado en Devociones, El monasterio y su entorno | Comentarios desactivados en Corpus Christi

Gracias Jesús

Gracias te quiero yo dar
por quedarte como pan
pues indigno soy Dios mío
del regalo que me das.

Si estuviera en Tú presencia
no te podría mirar
no me atrevería hablarte,
no sabría que contar
quedaría anonadado
como piedra nada más.

Así oculto en la hostia
yo te puedo mirar
con los ojos del alma
que ven mucho más allá.

Así oculto en la hostia
yo te puedo hablar
sin lengua, ni palabras,
solo con mí pensar.

Así oculto en la hostia
no me puedo intimidar
te abriré mi corazón
para que puedas mirar
lo que los demás no ven
lo que escondido está,
y puedas perdonarme
mi pecado y mi mal,
me cures las cicatrices
que deja la vida al pasar.

Publicado en Poemas | Etiquetado , , | Comentarios desactivados en Gracias Jesús

Pensamientos sobre el sacerdocio

I

«¿Qué es el sacerdote? Un hombre que ocupa la plaza de Dios, un hombre revestido de todos los poderes de Dios. Vamos -dice nuestro Señor al sacerdote- como mi Padre me ha enviado, yo os envío. Todo el poder me ha sido dado en el cielo y en la tierra. Ve a instruir a todas las naciones. Quie te escucha me escucha; quien te desprecia me desprecia. Cuando el sacerdote redime los pecados, no dice: Dios te perdona. Él dice: Yo te absuelvo.»

vianney.jpg

II

Si no tuviésemos el sacramento del orden sacerdotal, no tendríamos a Nuestro Señor. ¿Quién le ha puesto ahí, es ese tabernáculo? El sacerdote. ¿Quién ha recibido el alma en su entrada a la vida? El sacerdote. ¿Quién la alimenta para darle fuerza para hacer su peregrinación de la vida? El sacerdote. ¿Quién la preparará a presentarse ante Dios, lavando esta alma, por última vez, en la sangre de Jesucristo? El sacerdote. ¿Y si esta alma va amorir por el pecado, quién la resucitará?, ¿quién le devolverá la calma y la paz? Otra vez el sacerdote.

No os podéis acordad de una buena obra de Dios, sin encontrar al lado de este recuerdo a un sacerdote.

III

Las otras buenas obras de Dios no nos servirían de nada sin el sacerdote. ¿Para qué serviría una casa llena de oro, si no tenemos a nadie que nos obra la puerta? Sin el sacerdote, la muerte y la pasión de Nuestro Señor no servirían de nada.

Tras Dios, ¡el sacerdote lo es todo! Dejada una parroquia veinte años sin sacerdote, adorarán a las bestias.

Cuando se quiere destruir la religión, se comienza por atacar al sacerdote, porque allá donde no hay sacerdote, no hay sacrificio, y donde no hay sacrificio, no hay religión.

IV

¡Oh! ¡Que cosa es el sacerdote! Si él se percatara de ello, moriría… Dios le obedece: dice dos palabras y Nuestro Señor desciende del cielo.

¡No se comprederá la dicha que hay en decir la misa más que en el cielo!

V

Si uno tuviera suficiente fe, veríua a Dios escondido en el sacerdote como una luz tras su fanal, como un vino mezclado con el agua. Hay que mirar al sacerdote, cuando está en el altar o en el púlpito como si de Dios mismo se tratara».

VI

Se da mucha importancia a los objetos depositados en la escudilla de la Santa Virgen y del Niño Jesús en Loreto. Pero los dedos del sacerdote, que han tocado la carne adorable de Jesucristo, que se han sumergido en el cáliz donde ha estado su sangre, en el vaso sagrado donde ha estado su cuerpo, ¿no son más preciosos? El sacerdocio es el amor del Corazón de Jesús. Cuando veas al sacerdote, piensa en Nuestro Señor.

VII

El sacerdote no es sacerdote para sí mismo. Él no se da la absolución. No se administra los sacramentos. No es para sí mismo, lo es para vosotros.

VIII

El sacerdote es como una madre, como una comadrona para un niño de pocos meses: ella le da su alimento. Él no tiene más que abrir la boca. La madre dice a su hijo: Toma, pequeño mío, come. El sacerdote os dice: Tomad y comed el cuerpo de Cristo que os guarde y os conduzca a la vida eterna. ¡Que palabras más bellas!

Un niño cuando ve a su madre va hacia ella; lucha contra quienes la retienen, abra su boquita y tiende sus pequeñas manos para abrazarla. Nuestra alma, en presencia del sacerdote, se alza naturalmente hacia Dios, sale a su encuentro.

Publicado en Reflexiones | Etiquetado | Comentarios desactivados en Pensamientos sobre el sacerdocio

Oración del sacerdote a Santiago Apóstol

Astro brillante de España, Apóstol Santiago, a quién llamamos el mayor por ser del grupo de los predilectos del Señor teniendo la dicha de estar muy cerca de Jesús durante los tres años de su predicación. santiago20apostol.jpg

Apóstol Santiago pudiste participar, juntamente con Pedro y Juan, en el momento de la agonía de Jesús en el huerto de Getsemaní y en el acontecimiento de la Transfiguración. En uno experimentaste la gloria del Señor, al verlo conversar con Moisés y Elías. En otro viste a tu Maestro ante el sufrimiento y la humillación, viste con tus propios ojos cómo el Hijo de Dios se humilló haciéndose obediente hasta la muerte. Conociste así que el Mesías, esperado por el pueblo judío como un triunfador, en realidad no sólo estaba rodeado de honor y de gloria, sino también de sufrimientos y debilidad. Caíste en la cuenta de que la gloria de Cristo se realiza precisamente en la cruz, participando en nuestros sufrimientos. Y, después de Pentecostés, henchido del Espíritu Santo pudiste dar el testimonio supremo por tu Señor entregando tu vida al que antes la había dado por ti.

Ahora, tus restos descansan en Compostela, desde donde sigues siendo un faro de luz para un mundo que camina sin sentido, para millones de personas que peregrinan sin meta, sin horizonte.

Enséñame, apóstol Santiago a responder con prontitud la llamada del Señor que se renueva cada día, enséñame a responder con generosidad incluso cuando me pide que deje la «barca» de las seguridades y comodidades humanas. Renueva en mí, sacerdote de Jesucristo, el entusiasmo para seguirlo por los caminos que él me señala más allá de mi presunción ilusoria, a avanzar presuroso por el camino de la santidad. Que haya en mí la disponibilidad para dar testimonio de él con valentía, si fuera necesario hasta el sacrificio supremo de la vid como lo han hecho tantos sacerdotes mártires durante veinte siglos. Que como tú, Apóstol Santiago, sea capaz de beber el cáliz del Señor para poder sentarme con él en el reino de los cielos.
Enséñame, Apóstol Santiago, caminar sin detenerme, entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios, seguro de que si hay dificultades voy por el buen camino. Enséñame, Apóstol Santiago, a ser sacerdote según el Corazón de Jesucristo. Amén.

Basada en la catequesis del Papa Benedicto XVI

sobre el Apóstol Santiago

Publicado en Biografías, Poemas, Reflexiones | Etiquetado , | Comentarios desactivados en Oración del sacerdote a Santiago Apóstol

Día pro orantibus

Una Comunidad que busca a Dios

Nosotras, como monjas contemplativas, en la escucha a la Palabra Encarnada, en comunión y relación con las tres divinas personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, con una vida de oración y entrega generosa al Pueblo de Dios, escondidas con Cristo, en el silencio del monasterio y «en las noches» de nuestra civilización.

Los monjes y las monjas, ofrecemos a la comunidad cristiana «y al mundo de hoy, necesitado más que nunca de auténticos valores espirituales, un anuncio silencioso y un testimonio humilde del misterio de la Trinidad».

Publicado en Reflexiones, Testimonios | Etiquetado , , , | Comentarios desactivados en Día pro orantibus

Día pro orantibus

El cenáculo eucarístico de la vida contemplativa

Era el mismo Jesús. Eran también los mismos discípulos. Así durante aquellos tres años inolvidables de convivencia inmerecida. Ellos observaban al Maestro sin igual, y tan pronto le veían madrugar los días o trasnochar las tardes para ponerse a la escucha de cuanto el Padre le decía, como tan pronto le veían acompañar las soledades de los desdichados, saciar el hambre de multitudes mendigas, enjugar lágrimas de gente sin esperanza o bendecir a niños que tenía por delante toda la vida.

Era el mismo Jesús, sí. Y eran también los mismos discípulos quienes estaban convocados para ver y escuchar a todo ese inmenso Jesús. No había discípulos especializados en el Jesús de las parábolas, u otros que se contentaban con el de los milagros, o con el Jesús de las plegarias… Todos los discípulos ante todo aquel Jesús.

Nos sucede a los cristianos lo mismo: si comulgamos al Señor, hacemos nuestro todo lo que es Dios Amor y lo que Dios ama. La comunidad cristiana lo vive recordándonos a través del año litúrgico los diferentes aspectos del Señor en su infinita inabarcabilidad. Pero hay fechas en las que los cristianos nos fijamos en un aspecto del Señor, en un aspecto tan especialmente importante que incluye de golpe todos los demás: su presencia bienamada, la santa Eucaristía en donde Cristo resucitado prometió acompañarnos todos los días hasta su regreso al final de los tiempos.

La presencia amable y querida de Jesús en la santa Eucaristía ha generado no pocos carismas en la vida de la Iglesia. No sólo el nombre de congregaciones nos recuerda este hecho, sino que todos los consagrados, sea cual sea su matiz carismático y su época de fundación, tienen una particular vinculación con el Señor en su blanca presencia eucarística.

Es en torno a la Eucaristía en donde la comunidad se reúne cada mañana para ofrecer un nuevo día y cantar las alabanzas primeras; es allí en donde celebra la fortaleza del Pan santo que nutre y sostiene; es también ahí en donde al caer de cada tarde se vuelve a convocar a los hermanos para dar gracias y para seguir pidiendo gracia.

Si esto se dice para todos los consagrados, sea cual sea su camino carismático, los llamados a la vida contemplativa hacen de esto una particular profesión de vida y de amor: ¡Venid adoradores!, la vida contemplativa un cenáculo eucarístico. Sí, así entendemos cómo el silencio del claustro y el
retiro apartado, lejos de ser un mutismo o una huida, se convierten en la condición para poder vivir y poder luego testimoniar el amor de toda la Iglesia hacia Jesús en la Eucaristía, que los hermanos y hermanas contemplativos saben vivir calladamente en el escondimiento de su ofrenda al Buen Dios.

Venid, adoradores. Con nuestros contemplativos en sus cenáculos, vayamos también todos los demás que hemos sido llamados a otras encomiendas dentro de la Iglesia y de la sociedad, y postrados ante Jesús amemos su Presencia amando al mismo tiempo todo y a todos los que Él ama.

Jesús Sanz Montes, OFM
Arzobispo de Oviedo
Presidente de la C.E. para la Vida Consagrada

Publicado en Reflexiones, Testimonios | Etiquetado , | Comentarios desactivados en Día pro orantibus

Solemnidad de Corpus Chriti

Sacramento de la caridad, la Santísima Eucaristía es el don que Jesús hace de sí mismo, revelándonos el amor infinito para cada hombre . Es el mejor regalo de despedida que dejó a su Iglesia.

La festividad del Corpus Christi nos invita a entrar en el corazón del misterio de la Eucaristía, que se ha de creer, celebrar y vivir. La Eucaristía, Sacramento del amor, aviva en nosotros la conciencia de que donde hay amor brilla, también, la esperanza, de que donde el ser humano experimenta el amor se abren para él puertas y caminos de esperanza.

Custodia sola.png

La Eucaristía es el gran sacramento de esperanza para toda la humanidad, anticipo de los bienes definitivos a los que todos aspiramos en lo hondo de nuestro corazón y que esperamos alentados por la fe.
Cuando se descubre y vive la Eucaristía como misterio de presencia de Cristo acompañando al hombre en el camino de la vida, como misterio de vida entregada por el Otro y como servicio humilde y generoso al hermano necesitado, como misterio de comunión que nos hace sentar en la misma mesa superando toda diferencia, resulta fácil descubrir que la Eucaristía es el gran Sacramento de la esperanza.

Contemplando el don de la Eucaristía en este Día de la Caridad, recordamos las palabras de Jesús: «Yo soy el Pan de vuestra vida» el verdadero Pan que sacia todas las hambres de nuestro corazón humano. Os invitamos a entrar en su misterio y a dejaros configurar por él, para que todo el caudal de amor y de vida generosamente entregado por el Señor, y ofrecido por cuantos entran en comunión con Él, constituyan para todos, especialmente para los más pobres, una fuente permanente de esperanza.

Oración a Jesús Sacramentado

Al adorarte hoy en el Santísimo Sacramento del Altar, te pido que venere de tal modo los misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimente continuamente los frutos de tu Muerte y Resurrección. Que nunca me acerque a comulgar, o visitarte ante el sagrario, por costumbre dominical o diaria; dame ojos nuevos para verte como algo nuevo y maravilloso, vivo y vivificante en la Eucaristía; y dame un corazón agradecido para acogerte con mi pobre, pero sincero, amor -también llamado a amar a los hermanos- y poder ir fortificando mi amistad con el mejor y más fiel Amigo.

Publicado en Reflexiones | Etiquetado , | Comentarios desactivados en Solemnidad de Corpus Chriti