LA GRAN MISERICORDIA DE DIOS

JUBILEO DE LA MISERICORDIA DIVINA

Un Papa, Juan Pablo II, instituyó esta fiesta, otro Papa, Francisco, ha convocado el «Jubileo de la Misericordia». Misericordia tiene dos significados: perdón y solidaridad. En el evangelio del II Domingo de Pascua Jesús envía a sus discípulos: “Recibid el Espíritu Santo; a quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados”. El perdón de Dios se derrama a raudales. Esto es lo que les dijo el papa Francisco a los presos que lavó los pies el Jueves Santo: “Dios os ha perdonado”. Celebrar la misericordia de Dios es algo más que venerar una imagen, es celebrar que Dios es un Padre con entrañas que quiere a sus hijos. Me sorprende que algunas personas sean muy devotas de la misericordia divina y luego condenen a todos o tengan miedo al castigo de Dios. Ha dicho el Papa Francisco: «La misericordia es un camino que comienza con una conversión espiritual, y todos estamos llamados a recorrer este camino». El «Jubileo de la Misericordia» comenzará el próximo 8 de diciembre con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro del Vaticano y concluirá el 20 de noviembre de 2016. Para el próximo Año Santo extraordinario, la elección de la fecha en que se publica la bula, justo este sábado 11 de abril, víspera del Segundo Domingo de Pascua o Domingo de la Misericordia, manifiesta claramente la atención especial del santo padre hacia el tema de la misericordia. Su apertura significa que, durante el tiempo jubilar, la Iglesia ofrece a los fieles una «vía extraordinaria» hacia la salvación. La Iglesia quiere recordarnos que Dios tiene compasión, que siempre hay un camino de vuelta a casa. A su vez, nosotros tenemos que ser mensajeros de compasión y perdón.

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