Domingo XXVII de Tiempo Ordinario

“SE DARÁ A UN PUEBLO QUE PRODUZCA SUS FRUTOS” (Mt 21, 33-43)

“Los viñadores asesinos”

 La parábola no ha perdido actualidad, ésta encuentra su aplicación en nuestro mundo. Dios ha puesto en nuestras manos esta creación salida de las suyas, pero nosotros la hemos violado y destrozado con saña. Dios nos ha confiado la organización de la convivencia en nuestra sociedad, pero nosotros hemos olvidado la fraternidad y hemos manchado nuestra tierra con la sangre de los inocentes que hemos troceado o degollado.  Dios nos ha confiado la belleza de la viña de nuestra misma persona, pero con nuestro pecado y nuestra falsedad hemos prostituido nuestra propia dignidad. El Señor esperaba que diéramos uvas, pero hemos dado agrazones.

“NO DES LA ESPALDA A JESÚS, TIENE EL REGALO QUE NECESITAS”

Citas para reflexionar

  • «Los ancianos, los abuelos, tienen una gran capacidad para rezar por las situaciones más difíciles, y cuando rezan por estas situaciones, su oración es fuerte». Papa Francisco
  • «Bienaventuradas las familias que tienen a los abuelos cerca». Papa Francisco
  • «Los ángeles custodios existen, no es una doctrina fantasiosa, sino un compañero que Dios nos ha puesto». Papa Francisco

“La caña de bambú”

La caña de bambú china sigue un proceso de crecimiento sorprendente: siembras la semilla, viertes abono, la riegas… ¿qué pasa? ¡Nada! En el primer año no da muestras de germinación, tampoco en el segundo, ni en el tercero, ni en el cuarto. En el quinto, cuando tienes más que motivos para pensar que no la sembraste bien, que el sitio no era adecuado o que las semillas no eran fértiles, inesperadamente aparecen, como por arte de magia, el tallo, las ramas, las raíces… ¡Tan solo en seis semanas la planta de bambú crece frondosa y llena de vitalidad más de 30 metros!  Gracias a su flexibilidad y a la profundidad y extensión de sus raíces, es capaz de resistir las mayores adversidades como pueden ser las tormentas o los vientos huracanados. ¿A lo largo de cinco años no pasó nada? Como podemos intuir, su crecimiento era subterráneo, invisible. Una maciza y fibrosa estructura de raíces, extendida vertical y horizontalmente bajo tierra, se desarrollaba lentamente.

REFLEXIÓN: Estamos tan impregnados de espíritu «competitivo» que nos hierve por dentro la consigna que se está imponiendo en este mundo global: «Más rápido, más alto, más fuerte», sin haber aprendido la lección de la caña de bambú. Y sin el contrapunto «Más lento, más a fondo, más consciente», no es de extrañar que se derrumben tantas torres de Babel, con sus respectivas frustraciones. La vida está llena de trabajos a realizar «urgentes» que pueden esperar. ¿Más rápido o más despacio? Todos necesitamos expresiones de ternura. ¿Cuándo se va de cabeza y estresado, es posible? ¿Más alto o más a fondo? Hay personas que parecen «árboles de Navidad»: deslumbran con sus guirnaldas pero, sin raíces, son incapaces de aguantar la primera  contrariedad. ¿Más fuerte o más consciente de las potencialidades y también de las debilidades? A veces se exhibe mucha musculatura física pero poca musculatura solidaria y no digamos espiritual.         Rvd. José  Perich

ORACIÓN: ¡MÁNDAME, SEÑOR!

A tu viña, que es tu pueblo,
donde, las yemas de sus sarmientos
sean la paz y el amor que Tú nos traes
A tu viña, aunque me sienta sólo
A tu viña, aun a riesgo de ser apedreado
A tu viña, a pesar de no ser comprendido
A tu viña, aunque no me acompañe el éxito
A tu viña, aunque sea rechazado
Porque, entre otras cosas y muchas más,
sé que Tú me acompañas y vienes conmigo
Amén.
Esta entrada ha sido publicada en Comunidad, Liturgia, Reflexiones y etiquetada como . Guarda el enlace permanente.