Meditación:«He aquí la esclava del Señor» (Lucas 1, 38)
«Después de esto salió y vio a un publicano… y le dijo: ¡sígueme!, él, dejándolo todo se levantó y lo siguió» (Lucas 5, 27)
Por eso te pedimos Madre nuestra que nos enseñes a ser verdaderos apóstoles de nuestro Señor Jesús cumpliendo siempre la voluntad de Dios con inmensa alegría.
¡Oh María la elegida, la prometida de Dios!
Pon en nuestro corazón al ser servidores de Dios como lo fuiste Vos, con humildad y dejando todo acá para caminar hacia la Verdad. Amén