Busquemos el bien de todos

Queridos diocesanos:

CáritasEl próximo día 10 de junio, domingo-solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, la Iglesia nos convoca para celebrar el misterio de la Eucaristía, el gran sacramento del amor de nuestro Redentor. Al mismo tiempo es el Día de Caridad. La fiesta se caracteriza por la solemne procesión por la calles con el Santísimo Sacramento en un ambiente gozoso y evocador en el que la naturaleza es invitada a unirse al júbilo de los creyentes: “¡Gloria a Cristo Jesús! Cielos y tierra bendecid al Señor”, como se canta en el himno del XXII Congreso Eucarístico Internacional de Madrid de 1911, el célebre “Cantemos al Amor de los amores”. No en vano la primavera se dispone a dar paso al verano, el sol brilla con más fuerza y los campos se vuelven dorados por la mies. En el centro de la fiesta está el signo sacramental del pan eucarístico, inicialmente fruto de la tierra y del trabajo del hombre pero convertido por el poder del Espíritu Santo en el Pan de la vida eterna prometido por el Señor.

Bajo todos los aspectos esta fiesta nos habla del amor inmenso de Jesucristo, de lo que Él es, Pan vivo bajado del cielo, y de lo que Él hace, dar a comer su carne transformando el alimento material en comida espiritual para que nosotros tengamos vida eterna y nostransformemos en lo que recibimos. Esta extraordinaria realidad del amor divino se condensa en la Eucaristía celebrada y adorada en la solemnidad del Corpus Christi. Al contemplar el Santísimo Sacramento en la custodia, rica y artística o humilde y sencilla, debemos caer en la cuenta de cómo el Amor (con mayúscula) lo transforma todo, el pan, nosotros, la naturaleza, el mundo. Al adorar y cantar a Jesús Sacramentado hemos de pensar que ese amor transformante existe, que las cosas pueden mejorar, que nosotros podemos cambiar dando paso en nuestra vida y en nuestra sociedad a la esperanza y especialmente a la caridad que es el amor compartido.

Como sabéis, a esta fiesta está unido el DIA DE CARIDAD en el que Caritas diocesana, que es la Iglesia, nos interpela y convoca también para dar y para darnos a los demás, especialmente a las personas y familias que hoy están soportando los peores efectos de la crisis que nos envuelve: “La tasa de desempleo en el 23% de la población activa, y afectando al 49% de los jóvenes sin acceso al trabajo. Uno de cada cuatro españoles está en situación de riesgo de pobreza y exclusión social, consecuencia, en muchos casos, de la pérdida de la vivienda y del trabajo. El número de hogares con todos sus componentes activos en paro ha alcanzado la cifra de 1.425.000, y de ellos 580.000 tampoco reciben ingresos de prestaciones sociales”.“Mientras tanto, como dicen los obispos de la Comisión E. de Pastoral Social, estamos dando paso a una sociedad más injusta en la que la brecha entre ricos y pobres se hace cada vez más profunda, y aumenta entre nosotros más que en el resto de Estados de la Unión Europea”.

Ante estos hechos las comunidades eclesiales y la sociedad española están reaccionando con un aumento considerable de los donativos a instituciones como Caritas y de prestaciones personales y voluntariados. Es para reconocerlo y apreciarlo. Pero el amor de Cristo nos urge a sus discípulos y debemos llegar más lejos compartiendo no lo que nos sobra sino lo que tenemos. Debemos asumir un claro compromiso en favor de los más necesitados. Nuestra preocupación por los pobres y los que sufren «debe traducirse, a todos los niveles, en acciones concretas hasta alcanzar decididamente algunas reformas necesarias». Invito a leer íntegro el Mensaje de la Comisión E. de Pastoral Social para el Día de Caridad de 2012 y a actuar en consecuencia. ¡Corresponded al que se dio a sí mismo por amor, siendo lo más generosos posible con nuestros hermanos!

Con mi cordial saludo y bendición:

+ Julián, Obispo de León

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