¿Una ruta monástica?

Monasterio de Santa CruzSí como lo lee, Diez comunidades religiosas, de siete carismas diferentes —agustinas recoletas, benedictinas, cistercienses, carmelitas, clarisas, concepcionistas y jerónimas— se han unido para relanzar la ruta monástica, alentadas por el obispo de León, monseñor Julián López. Cinco comunidades están en la capital leonesa; y cinco, en la provincia de León.

La ruta, que supone una novedosa iniciativa en la historia de la Iglesia, ofrece la posibilidad de conocer de primera mano las diez comunidades y experimentar sus carismas. Las participantes pueden convivir durante unos días con las religiosas, rezar con ellas, hacer las preguntas que quieran… Participan en la Liturgia de las Horas, en la Eucaristía y en una hora de Lectio divina compartida, en la que reflexionan juntas sobre relatos vocacionales que presenta la Sagrada Escritura.

Todas las mujeres que han vivido la ruta monástica valoran muy positivamente la experiencia, pues les ha permitido conocer de cerca la riqueza de la vida contemplativa, convivir y compartir sus inquietudes. Recogemos a continuación algunos testimonios, entre los que están los de dos jóvenes que han descubierto y seguido su vocación religiosa.

Dios llena plenamente mi vida

Una de las jóvenes que hicieron la ruta monástica cuenta: «todavía no tenía definida mi vocación a la vida contemplativa, ni siquiera a la vida religiosa. Pero estaba viviendo un momento de interrogante en mi vida. En ese tiempo de discernimiento, providencialmente, una amiga me invitó a hacer esta ruta monástica y, animada por mi director espiritual, realicé esta experiencia. Nada tenía que perder: conocer las cosas ayuda a resolver». «En la visita a cada monasterio, tuve la oportunidad de preguntar y aclarar todas las dudas que tenía sobre esta vida; ver y conocer a las Hermanas de cada comunidad con su experiencia de vida; hablar con ellas… Con las chicas que hicieron la ruta, pude compartir muchas cosas: un mismo sentir, buscar y… ¡hasta un mismo dudar!».

Descubrió su llamada a la vida religiosa. Después, hizo una experiencia vocacional en un monasterio de León, y se sintió atraída por su carisma. Inició el postulantado y, «si Dios quiere, en febrero hará la profesión de votos temporales. Da gracias a Dios por el don de la vocación que le ha regalado. Está feliz en ese camino de seguimiento de Cristo. Él llena plenamente su vida, y está segura de que, en comunión de vida con Él, su vida desde el silencio y la soledad es fecunda para la Iglesia y para todos los hombres. Anima a todas las jóvenes que se sienten atraídas por la vida consagrada a que, como María, pronuncien su Hágase: no se arrepentirán de haberse entregado al Amor».

Les estoy eternamente agradecida

Capilla del Convento de Santa Cruz (MM. Clarisas)Otra de las jóvenes recuerda que fue «una de las mejores experiencias de mi vida. Descubrí el verdadero cristianismo que no encontraba a mí alrededor, en el entorno donde vivo. Conocimos a unas mujeres maravillosas, que nos cuidaron mucho y nos enseñaron a querer a los demás, a hacer oración con la Lectio divina, y a conocer el valor de la liturgia y del modo de vida que siguen. Nos formaron, pero antes, nos amaron y nos acogieron con un calor especial. Les estoy eternamente agradecida». Allí conoció a otras chicas que estaban en una situación muy parecida a la suya: «Aunque éramos muy diferentes entre nosotras, todas nos queríamos mucho, porque teníamos lo más importante en común, que es esa inquietud por buscar la verdad y encontrar a Cristo. Algunas de ellas se comprometieron libremente a vivir una vida consagrada. Pero mi consagración fue a través del matrimonio con un hombre creyente como yo, con el que vivo diariamente nuestra vocación cristiana». María José considera la ruta «un regalo de Dios para enseñarme a ser mejor cristiana y mejor docente».

Otra también relata que conoció la ruta a través de Internet: «Me lancé. Era el primer viaje que hacía sola, pero no tenía miedo. Enseguida, conocí a las chicas y a las Hermanas, y estaba como en familia. Todas las excursiones a los distintos monasterios fueron muy enriquecedoras; y todas las Hermanas, muy amables y cariñosas». Para ella, lo más importante de la ruta fue «compartir la oración, las miradas y saludos de las Hermanas, tan llenos de significado y tan transformadoras; y estar más atenta y cerquita del Señor. Muy enriquecedor también fue conocer a mis compañeras de ruta. Hemos compartido inquietudes, experiencias que no olvidaremos nunca. Todas hemos descubierto en esta ruta lo que el Señor quiere para nosotras; y es que le digamos: Hágase tu voluntad».

Modos de realizar la ruta

En el blog contemplativasenruta.blogspot.com pueden verse las opciones de cómo realizar la ruta: en grupo —hay fechas ya fijadas—; visitando una comunidad cada fin de semana; y de forma personalizada —a convenir en función de las necesidades y tiempo de cada persona.

También puede ponerse en contacto con nuestro “Monasterio de Santa Cruz” de las RV. MM BENEDICTINAS en Sahagún (León).

Artículo de E. García Romero  publicado en Alfa y Omega nº 768
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2 respuestas a ¿Una ruta monástica?

  1. Anónimo dijo:

    La foto que publican, no se corresponde al Monasterio de Santa Cruz de Sahagún León)

  2. Sebastian dijo:

    Nunca había ednarto a esta página, después de leer este texto seguro vendré muchas veces mas

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