La Acogida de los Huéspedes y peregrinos, según la Regla de San Benito

«Recíbase al huésped y peregrino como al mismo Jesucristo»

Así se estable en la Regla Benedictina y en muchas de sus hospederías, figurando reflejado el mencionado mandato, para que se tenga en cuenta el modo en que se debe actuar a la hora de recibir a los huéspedes y peregrinos que se acercan al Monasterio, en busca de paz y recogimiento.

He estado en la hospedería del Monasterio de las Madres Benedictinas de Sahagún, a la que hacía algún tiempo que no iba. Hasta este año, estuvo estupendamente atendida por las madres del Monasterio, pero las necesidades prioritarias, a atender, en el seno de la Comunidad, ha obligado a tomar la decisión de traspasar su gestión a otras personas.

Cuando me desplazaba era escéptico respecto a lo que me encontraría, pero rápidamente tuve que abandonar esa errónea suposición. Las personas que ahora se ocupan de atenderla cumplen lo establecido en la Santa Regla. Se exceden en sus atenciones, en su cordialidad, en su afecto sin agobiar. Como complemento de todo lo anterior, tienen una excelente cocinera.

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Fueron unos días felices. Acompañé a las monjas en alguno de sus rezos, participé de sus Eucaristías y disfruté de la atenta hospitalidad que se respiraba en la hospedería, gestionada por un personal, que aunque principiante en los temas de restauración y hostelería, lo compensan ampliamente, con su dedicación y entrega. Ellas, con la ayuda de la cocinera, han logrado «un oasis de paz y armonía» en medio de la austera, Tierra de Campos.

Animo a todas las personas, indistintamente de su edad, circunstancia personal, creencia o dudas ante la fe, a que pasen unos días en la hospedería; el personal de la misma, se encargará de que sean unos días de paz, tranquilidad y pacífica alegría y la cocinera, será la responsable de «algún abundante manjar», pero, verdaderamente, merece la pena.

Como es lógico, nada de esto es desinteresado, trabajan muchas horas, incluso algunos días empiezan abriendo a los peregrinos ,que inician su camino a las 6 de la mañana y terminan muy tarde. Como es lógico, con esta actividad pretenden conseguir un beneficio. Pero no es para ellas, todo lo que se obtiene se destina a la «Fundación Carlos Laborde», que se preocupa de mejorar la educación de los niños en el Perú, con becas y gastos de material escolar. Ellas, son felices con dormir pocas horas, sonreír y alegrarnos la vida, para que los niños del Perú puedan tener una buena calidad de enseñanza y una vida mejor.

Me parece, que son muchos los motivos para ir a la Hospedería de las M.M benedictinas de Santa Cruz, de Sahagún.

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