«Estamos bien en el refugio, los 33»

El Presidente de Chile Sebastián Piñera, declara: «Rezamos a Dios y Él escuchó nuestras plegarias… Creo que en momentos así la ayuda de Dios es absolutamente esencial».

Sepultados en la mina

«En la mina de San José han estado 24 personas, 23 mineros y Dios» (reportera)

Chile posee una larga historia en el sector minero, siendo la minería del cobre, el principal factor económico del país, metal del cual es el mayor productor del mundo. El yacimiento de la mina San José posee más de 100 años de antigüedad y en ella ya se han producido anteriormente varios accidentes. El derrumbe en el interior de la mina ocurrió el 5 de agosto, quedando sepultados 33 mineros. Las labores de rescate se iniciaron en la mañana siguiente, con pocas esperanzas de encontrarlos con vida ya que el accidente había ocurrido a 700 metros de profundidad.

El domingo 22 de agosto una sonda consiguió llegar a los 688 metros de profundidad, dentro del refugio. Más tarde el presidente chileno Sebastián Piñera mostró una nota enviada desde el interior del refugio de la mina, escrita en una hoja de papel con lápiz color rojo, y confirmando que los mineros se encontraban con vida, que decía: «Estamos bien en el refugio los 33».

Una luz de esperanza lleno los corazones de los familiares, de todos los chilenos, y el mundo en general. Había que hacer lo imposible para rescatarlos, costase lo que costase.

Operación San Lorenzo

Bautizada así en honor al patrono de los mineros, San Lorenzo. Tanto las mineros atrapados como el presidente Piñeiro rezaban y se encomendabana una imagen suya pidiendo su intercesión para que todo fuera bien, pues las condiciones de la mina eran inhumanas.

Benedicto XVI envió un mensaje a los treinta y tres mineros y a sus familias por una «feliz conclusión» de su suplicio: «A ellos y a sus familiares los encomiendo a la intercesión de San Lorenzo, asegurándoles mi cercanía espiritual y mis continuas oraciones, para que mantengan la serenidad en la espera de una feliz conclusión de los trabajos que se están llevando a cabo para su rescate». El 3 de septiembre reciben 33 rosarios y biblias con su bendición.

Han tenido que permanecer 70 días enterrados en vida, se impusieron un horario de actividades, siendo apoyados externamente por equipos de psicólogos, médicos…, pero su fe y esperanza fue creciendo con el paso de los días, Dios estaba con ellos y los acompañó de vuelta a sus hogares. También la gran fe de los familiares y el pueblo chileno fue lo que los renovó en sus fuerzas, y esperanzas, para continuar desde el principio con su búsqueda y rescate; a lo que se unió su patriotismo auténtico y la decisión y excelente desempeño de un presidente con actitud abierta que no vaciló en pedir ayuda a quien fuera necesario.

Mario Gómez, líder espiritual -63 años enfermo de silicosis, hipertensión y neumonía-, era el mayor de los mineros atrapados, logró ser el noveno en regresar a la superficie. Llevaba una camiseta, que al igual que sus otros compañeros rezaba en el pecho: «¡Gracias Señor!» y en la espalda parte del salmo 95: «En tu mano están las profundidades de la tierra. Y las alturas de los montes son tuyas». En ambas mangas llevan escrito el nombre de Jesús.

En unas declaraciones dijo: «Tuve dos manos tendidas una de Dios y otra del diablo pero me agarré fuertemente a la de Dios».

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En Washington, Barack Obama lo vio en directo y dijo que el rescate «inspiraba al mundo». Sin ningún sesgo ideológico, todos los mandatarios suramericanos, desde el venezolano Hugo Chávez hasta el peruano Alan García, felicitaron al gobierno chileno. Lo propio hizo el rey Juan Carlos de España, el francés Nicolas Sarkozy y hasta el sudafricano Jacob Zuma, entre muchos otros.

Besando la tierra que volvían a pisar como un nuevo renacer a la vida y la sentida oración de acción de gracias a Dios por salir ilesos de la mina de cada uno de los mineros sirvió de testimonio de fe a todos los medios presentes y televisivos a nivel local y universal. El amor de Dios y su divina misericordia ha quedado manifestado en aquellos hijos suyos que han depositado toda su confianza en Él como Padre.

El Papa Benedicto XVI mantiene colgada en su apartamento privado la bandera de Chile con la firma de los treinta y tres mineros rescatados con vida de la mina de San José. En una editorial transmitida por la Radio Vaticana se destaca que más de mil millones de personas han seguido «apasionadamente» las fases de la liberación de los obreros atrapados durante dos meses a 700 metros de profundidad en el desierto de Atacama.

Sea este suceso signo de FE e interrogante para los que no quieren ver.

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