NUESTRA SEÑORA DEL PILAR – 12 de Octubre

El Pilar“Año tras año, de generación en generación, fieles de todo el mundo vienen a venerar la sagrada columna y a rezar ante la Virgen del Pilar. Ella es Pilar de fe”       Monseñor Vicente Jiménez, arzobispo de Zaragoza nos dice también: “El alma de los pueblos es su propia historia y la historia milenaria de Zaragoza está indisolublemente unida al Pilar, que es su esencia” por eso asegura que “Zaragoza es la ciudad mariana de España”

La advocación de la Virgen del Pilar es también Patrona de Zaragoza, de Aragón y Reina y Madre de la Hispanidad. Citando unas palabras de San Juan Pablo II durante su visita a Zaragoza (España) en noviembre de 1982, el Prelado ha animado a que “esta herencia de fe mariana de tantas generaciones” se convierta “no sólo en recuerdo, sino en punto de partida hacia Dios”.“Sin atenerse a las raíces del ayer, los pueblos, las instituciones y las gentes no tienen profundidad. La historia viva es lo que otorga espesor y sentido a la existencia humana”

El arzobispo de Zaragoza precisa: “La devoción y el culto a la Virgen del Pilar hoy nos empuja a una vida más humana y más evangélica”. “Ella nos ayuda a no dejarnos dominar por el miedo y la desesperanza, a comprometernos con pasión en la construcción de un mundo en paz, más justo, más fraterno, más solidario”. Y pone a la Virgen del Pilar como “modelo de evangelizadores, pues ella es portadora del Salvador como la esclava del Señor, mostrándolo y entregándolo a la comunidad cristiana” y pide que “ella nos acompañe en nuestro camino de este curso 2016-2017”.

ORACIÓN DE SAN JUAN PABLO II A LA VIRGEN DEL PILAR

Doy fervientes gracias a Dios por la presencia singular de María en esta tierra española donde tantos frutos ha producido. Y quiero encomendarte, Virgen santísima del Pilar, España entera, todos y cada uno de sus hijos y pueblos, la Iglesia en España, así como también los hijos de todas las naciones hispánicas. ¡Dios te salve, María, Madre de Cristo y de la Iglesia! ¡Dios te salve, vida, dulzura y esperanza nuestra! A tus cuidados confío esta tarde las necesidades de todas las familias de España, las alegrías de los niños, la ilusión de los jóvenes, los desvelos de los adultos, el dolor de los enfermos y el sereno atardecer de los ancianos. Te encomiendo la fidelidad y abnegación de los ministros de tu Hijo, la esperanza de quienes se preparan para ese ministerio, la gozosa entrega de las vírgenes del claustro, la oración y solicitud de los religiosos y religiosas, la vida y el empeño de cuantos trabajan por el reino de Cristo en estas tierras. En tus manos pongo la fatiga y él sudor de quienes trabajan con las suyas; la noble dedicación de los que transmiten su saber y el esfuerzo de los que aprenden; la hermosa vocación de quienes con su conciencia y servicio alivian el dolor ajeno; la tarea de quienes con su inteligencia buscan la verdad. En tu corazón dejo los anhelos de quienes, mediante los quehaceres económicos procuran honradamente la prosperidad de sus hermanos; de quienes, al servicio de la verdad, informan y forman rectamente la opinión pública; de cuantos, en la política, en la milicia, en las labores sindicales o en el servicio del orden ciudadano prestan su colaboración honesta en favor de una justa, pacífica y segura convivencia. Virgen Santa del Pilar: aumenta nuestra fe, consolida nuestra esperanza, aviva nuestra caridad. Socorre a los que padecen desgracias, a los que sufren soledad, ignorancia, hambre o falta de trabajo. Fortalece a los débiles en la fe. Fomenta en los jóvenes la disponibilidad para una entrega plena a Dios. Protege a España entera y a sus pueblos, a sus hombres y mujeres. Y asiste maternalmente, oh María a cuantos te invocan como Patrona de la Hispanidad. Así sea.

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SAN JUAN XXIII – EL PAPA BUENO – 11 de octubre

«¡Oh, los santos, los santos del Señor, que por doquier nos alegran, nos animan y nos
bendicen!»

Decía San Juan XXIII, llamado el «Papa bueno» y cuya fiesta es el 11 de octubre.

Angelo Giuseppe Roncalli, más conocido como San Juan XXIII, nació en Italia en 1881. Ingresó desde muy joven al seminario y fue ordenado sacerdote en 1904.

En la Segunda Guerra Mundial, siendo Obispo, salvó a muchos judíos con ayuda del “visado de tránsito” de la Delegación Apostólica.

En 1953 fue creado Cardenal y a la muerte de Pío XII, es elegido como Sumo Pontífice en 1958. Poco a poco se ganó el apelativo de “Papa Bueno” por sus cualidades humanas y cristianas.

El mundo entero pudo ver en él a un pastor humilde, atento, decidido, valiente, sencillo y activo. Se enrumbó por los caminos del ecumenismo y del diálogo con todos. Escribió las famosas encíclicas “Pacem in terris” y “Mater et magistra” y convocó el Concilio Vaticano II.

Es llamado a la Casa del Padre el 3 de junio de 1963, beatificado por San Juan Pablo II en el 2000 y canonizado por Papa Francisco en abril del 2014.

El milagro para su beatificación se basó en la curación de Sor Caterina Capitani, una religiosa que tenía una dolencia estomacal muy grave.

Las hermanas de la paciente, que conocían de la gran admiración de Sor Caterina por Juan XXIII, oraron pidiendo la intercesión del “Papa bueno” y colocaron una imagen de él en el estómago de la paciente.

Minutos después la religiosa empezó a sentirse bien y pidió comer. Más adelante, Sor Caterina relataría que vio a Juan XXIII sentado al pie de su cama y que le dijo que su plegaria había sido escuchada. La ciencia no pudo dar explicaciones de esta curación.

ORACIÓN A SAN JUAN XXIII:

Dios, Padre amado, que nos diste como Santo Padre a San Juan XXIII, llamado por todos el Papa de la paz y el Papa bueno.

Te pedimos Padre por su intercesión ser portadores en esta tierra del don maravilloso de tu paz y ser por tanto hombres y mujeres de diálogo, comprensión y tolerancia.

Ayúdanos Señor a ver a todos los que nos rodean como hermanos e hijos de un mismo Dios y a buscar en todo momento el entendimiento sin desvirtuar tu luz y tu verdad.

Queremos, como San Juan XXIII, que nos reconozca el mundo entero porque, como discípulos tuyos, nos amamos unos a otros.

Gracias por este ejemplo de virtudes. Y unidos a todos los santos del cielo y en especial a este Papa bueno te suplico Padre Santo esta gracia particular que necesito (haga aquí su petición).

Gracias te doy de antemano, Señor, porque al ruego de tan gran intercesor estoy seguro de que me será concedida. Amén.

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BEATOS MÁRTIRES DE NEMBRA (OVIEDO)

“Si se olvida el pasado, estamos condenados a repetirlo”

El Papa Francisco, durante el rezo del ángelus dominical del pasado 9 de Octubre en la Plaza de San Pedro, recordó a los recién beatificados mártires de Nembra (Oviedo). “Demos gracias al Señor por estos heroicos testimonios de fe que se unen a la lista de los mártires que han ofrecido su vida en el nombre de Cristo”, declaró.

La beatificación del sacerdote P. Genaro Fueyo y los laicos Antonio González, Isidro Fernández y Segundo Alonso, también conocidos como los mártires de Nembra, por la localidad de Asturias donde fueron asesinados, tuvo lugar el sábado 8 de octubre en la Catedral de Oviedo (España).

La ceremonia estuvo presidida por el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato; junto con el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz; los Obispos de las diócesis de León, Astorga y Santander; y los obispos asturianos Mons. Atilano Rodríguez y Mons. Juan Antonio Martínez Camino.

El Cardenal Amato destacó durante la homilía que a pesar de que han pasado casi 80 años de la muerte de estos mártires durante la persecución religiosa de la Guerra Civil española, “las heridas se están cicatrizando poco a poco”.

Y apuntó que “contra el riesgo real de la desaparición de aquel suceso sangriento, la Iglesia reclama, no por un sentimiento de venganza y de odio hacia los perseguidores de entonces, sino por un justo deseo de recuerdo”.

“Si se olvida el pasado, estamos condenados a repetirlo”, aseguró el Cardenal.

Además insistió en que “el recuerdo es necesario en el caso de nuestros mártires, porque, matados por odio a la fe, respondieron a sus asesinos con el perdón, convirtiéndose así en héroes de auténtica humanidad y vencedores inermes de una diabólica y ciega violencia. A distancia del tiempo su recuerdo pone en evidencia la sublimidad de la mansedumbre cristiana y la fragilidad del mal. Sólo la piedad vuelve humana a la sociedad”.

El Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, agradeció al Santo Padre “haber señalado a estos hermanos de nuestra tierra, de nuestra Iglesia diocesana y casi de nuestro tiempo, como nuevos beatos honrados con la palma del martirio”.

Y encomendó a la Virgen de Covadonda, también conocida como «la Santina», Patrona de Asturias y a los nuevos mártires Genaro, Isidro, Segundo y Antonio para que “podamos ser testigos en nuestra circunstancia cotidiana del amor y el perdón que ellos nos han enseñado”.

Según destacó el Arzobispado de Oviedo, entre los asistentes a la beatificación se encontraba Enrique Fernández, de 85 años, quinto hijo de Isidro Fernández, y único descendiente directo vivo de los mártires. También se encontraban los presidentes a nivel mundial y nacional de la Adoración Nocturna, asociación a la que pertenecían los cuatro mártires.

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XXVIII DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO – 9 de Octubre

«TEN COMPASIÓN DE NOSOTROS»

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO

SEGÚN SAN LUCAS  17, 11-19

Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros». Al verlos, les dijo: «ld a presentaros a los sacerdotes».

Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias. Éste era un samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?».

Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado».

Palabra del Señor

“Hemos de ser agradecidos”

 Y aunque solo un leproso volvió a agradecer a Jesús la curación de la lepra, no debemos de obviar que este domingo es el del agradecimiento. El  “cálculo estadístico” del desagradecimiento de la Parábola fue del 90 por ciento: de diez, uno… Porque el ser humano no es muy agradecido. Puede llegar a orar con fuerza y exigencia para obtener el bien solicitado. Pero una vez obtenido olvida el gran favor y cree que la curación –o lo conseguido—ha llegado por sus propios méritos. Por eso hay que valorar el gesto entusiasta de, al menos, uno. Estamos pues en el Domingo del Agradecimiento.

 

Citas para reflexionar

  • «No temas al tiempo, nadie es eterno. No temas a las heridas, te hacen más fuerte. No temas al llanto, te limpia el alma.  No le temas a los retos, te hacen más ágil. No temas equivocarte, te hace más sabio y no le temas a la soledad, Dios está contigo siempre » Papa Francisco
  • «Hay una cosa que siempre nos asegurará el cielo: Los actos de caridad y bondad con los que llenemos nuestra vida» Santa Teresa de Calcuta
  • «Si quieren que la paz reine en sus familias y en su Patria, recen todos los días el Rosario con los suyos» San Pio X
  • «Cuántos actos heroicos de caridad se pueden hacer a lo largo del día en las ocupaciones más modestas de cada jornada». Santa Teresita del Niño Jesús

Efemérides y noticias

  • El Papa Francisco visitó Amatrice (destruida por el terremoto) por sorpresa el día de san Francisco, patrón de Italia.
  • El Papa convoca un Sínodo de los Obispos sobre jóvenes y vocación. Se celebrará en octubre de 2018, quiere que se desarrolle a la luz de la exhortación “La Alegría del Amor”.
  • El Vaticano acoge la 1ª Conferencia mundial sobre Fe y Deporte.
  • Torturan y asesinan a cuatro catequistas en el estado de Michoacán en Méjico.
  • Monseñor don Carlos Osoro Sierra, arzobispo de Madrid, logra el capelo cardenalicio, entre los nuevos nombramientos de su Santidad el Papa Francisco.
  • El P. Pedro Diez-Antoñanzas González es nombrado nuevo rector del santuario de Torreciudad.
  • El Obispo de Castellón, don Casimiro López, pide a los profesores de Religión enseñar en su integridad la doctrina de la Iglesia sin temor a la presión social.
  • El gobierno valenciano no renovará los conciertos a 90 centros de Bachillerato y FP. La Mesa por la Educación en Libertad pide que se respeten los derechos adquiridos.
  • Concluye en Córdoba la fase diocesana del proceso de canonización del P. Cosme Muñoz, el “Protector de las niñas huérfanas”.
  • Diez años después de que Benedicto XVI mandara introducir el pro multis en la fórmula de consagración, la Conferencia Episcopal Española presenta la nueva edición oficial en español del Misal Romano que recoge esta modificación.
  • El Casi trescientos exorcistas se reunirán en Roma a finales de octubre.

ORACIÓN: GRACIAS SEÑOR

 Por llevarnos a Ti

Por conducirnos hasta Dios

Por traernos la fuerza del Espíritu

Por la fe de nuestros padres

Por la Eucaristía que es Acción de Gracias

Por este día cargado de tu Palabra

Por abrir nuestros ojos a la verdad

Por dirigir nuestros oídos a tu Palabra

Por movilizar nuestras manos y nuestros pies

Por la Iglesia que es nuestra Madre

Por tu pan y tu vino que es tu Cuerpo y tu Sangre

Por este encuentro que nos da vida cada domingo   

AMÉN

 

 

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NUESTRA SEÑORA DEL SANTO ROSARIO -7 de Octubre

Oración del Papa Francisco a Nuestra Señora                  del Santo Rosario. Bartolomé Esteban Perez Murillo 020.jpg

«Virgen del Santo Rosario, Madre del Redentor, mujer de nuestra tierra encumbrada por encima de los cielos, humilde sierva del Señor, proclamada Reina del mundo, desde lo profundo de nuestras miserias recurrimos a ti. Con confianza de hijos miramos tu rostro dulcísimo.

Coronada con doce estrellas, tú nos llevas al misterio del Padre, tú resplandeces de Espíritu Santo, tú nos donas a tu Niño divino, Jesús, nuestra esperanza, única salvación del mundo.

Brindándonos tu Rosario, tú nos invitas a contemplar su Rostro. Tú nos abres su corazón, abismo de alegría y de dolor, de luz y de gloria, misterio del Hijo de Dios, hecho hombre por nosotros. A tus pies sobre las huellas de los santos, nos sentimos familia de Dios.

Madre y modelo de la Iglesia, tú eres guía y sostén seguro. Haz que seamos un corazón solo y un alma sola, pueblo fuerte en camino hacia la patria del cielo.

Te entregamos nuestras miserias, los tantos caminos del odio y de la sangre, las mil antiguas y nuevas pobrezas y sobre todo nuestro pecado. A ti nos encomendamos, Madre de misericordia: obtennos el perdón de Dios, ayúdanos a construir un mundo según tu corazón.

Oh Rosario bendito de María, cadena dulce que nos anuda a Dios, cadena de amor que nos hace hermanos, no te dejaremos jamás. En nuestras manos serás arma de paz y de perdón, estrella de nuestro camino.

Y nuestro beso a ti, en nuestro último respiro, nos sumergirá en una ola de luz, en la visión de la Madre amada y del Hijo divino, anhelo de alegría de nuestro corazón con el Padre y el Espíritu Santo».

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SANTA MARÍA FAUSTINA KOWALSKA – 5 de Octubre

APÓSTOL DE LA DIVINA MISERICORDIA 200px-Faustina.jpg

Helena Kowalska nació el 25 de agosto de 1905 en Glogowiec, Polonia, en el hogar de una familia de campesinos, piadosos practicantes. Fue la tercera de diez hermanos. Espiritualmente fue forjada en la fe sobre todo por su madre. Y desde su más tierna infancia manifestó una inclinación religiosa que se apreciaba en su comportamiento. Los suyos conocían perfectamente sus prácticas de oración, la tendencia a procurar todo el bien posible a su alrededor y su marcada predilección por las vidas de santos que le gustaba leer y compartir con otros niños de su edad. A los 7 años fue sellada por la experiencia del amor de Dios. Antes de ir a la escuela, su padre le había enseñado a leer. Luego añadió lo que pudo aprender en la escueta formación académica que recibió, que no llegó a tres años. Los escasos recursos para tan numerosa familia demandaban la pronta ayuda de los hijos mayores. Y ella con 16 años tuvo que ganarse el sustento como empleada de hogar y dependienta. Trabajó en varios hogares y localidades diversas.

Soñaba con la vida religiosa, y en las contadas ocasiones que viajó a su casa paterna expuso este anhelo, recibiendo siempre una negativa como respuesta. En una de ellas ya tenía 18 años. Fue entonces cuando pasó por un corto periodo en el que las diversiones ocuparon su tiempo. En su Diario explicó que de ese modo trataba de sofocar las constantes invitaciones que recibía de lo alto para mudar sus hábitos. Pero la predilección divina se extendió sobre ella. Un día en una fiesta, mientras bailaba, vio al divino Redentor lleno de llagas; poniéndose a su altura, le dijo: «Helena, hija mía, ¿cuándo cesarás de ignorarme y cuánto más estarás alejada de mi lado?». Profundamente turbada, como no podía ser menos, acudió presurosa a la catedral de San Estanislao de Kostka. Cristo se manifestó explícitamente ante la pregunta acuciante de la joven, ansiosa por saber qué debía hacer: «Ve inmediatamente a Varsovia; allí entrarás en un convento».

En esa época la dote era condición imprescindible para ingresar en él. Solo cabía la fe, ya que de ningún modo poseía la cantidad exigida. Pero su confianza en Dios no tenía fisuras, y con ella tocó las puertas del convento de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia. Para reunir la suma necesaria aún tuvo que trabajar otro año más. Por fin, en 1925 pudo cumplir la indicación de Cristo integrándose en la vida religiosa; tomó la iniciativa sin contar con la venia de sus padres. Ahora bien, no le resultó fácil la consagración. Le acuciaron las tentaciones de volver al mundo y de mirar retrospectivamente su pasado. Cristo le instó a mantenerse fiel para superar las sombras que se cernían sobre ella y, una vez disipadas con su gracia, siguió el camino trazado desempeñando tareas de cocinera, jardinera y portera. El 30 de abril de 1926 profesó en Cracovia con el nombre de Faustina del Santísimo Sacramento, nombre que se le reveló durante el acto litúrgico.

Era humilde, sencilla, trabajadora, muy alegre. Durante el primer año de noviciado vivió la experiencia de la «noche oscura». Hacia mediados de 1930 y después de haber pasado por casi todas las casas de la Orden, llegó al convento de Płock. En febrero de 1931 recibió la primera revelación. En ella Cristo le pedía: «Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: ‘Jesús, en Ti confío’. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y [luego] en el mundo entero». Esta imagen fue realizada en 1935 por Eugene Kazimierowski siguiendo sus indicaciones. Es venerada en Ostra Brama, Vilma, aunque la más conocida es obra de Adolf Hyla, que la pintó en 1943 en agradecimiento por haber preservado a su familia de la guerra.

Progresivamente, y en sucesivas manifestaciones, Cristo confiaba a Helena la devoción y ejercicio de la virtud de la misericordia: «Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo, ni excusarte, ni justificarte. Te doy tres formas de ejercer misericordia al prójimo: la primera, la acción; la segunda, la palabra; la tercera, la oración. En estas tres formas está contenida la plenitud de la misericordia y es el testimonio irrefutable del amor hacia Mí». En una ocasión, después atender a un enfermo de gravedad, el Redentor le dijo: «Hija mía, me has dado una alegría más grande haciéndome este favor que si hubieras rezado mucho tiempo». Ella respondió: «Si no te he atendido a Ti, oh Jesús mío, sino a este enfermo». Cristo corroboró el alcance de esa virtud: «Sí, hija mía, cualquier cosa que haces al prójimo me la haces a Mí».

Estas revelaciones fueron marcando su vida mística, sellada por profunda aflicción: «Experimento un terrible dolor cuando veo los sufrimientos del prójimo. Todos los dolores del prójimo repercuten en mi corazón, llevo en mi corazón sus angustias de tal modo que me agotan incluso físicamente. Quisiera que todos los dolores cayesen sobre mí para llevar alivio al prójimo». En medio de ello, Cristo la consolaba. Su director espiritual el beato Miguel Sopoćko fue de inmensa ayuda para dilucidar cuánto había de verdad en sus experiencias místicas, y qué debía hacer respecto a la fundación de una nueva Congregación como había percibido. En una de las locuciones Cristo le comunicó su deseo de que instaurase una Fiesta dedicada a la Divina Misericordia. Y ella impulsó esta devoción que contiene la «Coronilla a la Divina Misericordia», oración que Él mismo le dictó, haciéndole saber que quien la rezara recibiría gran misericordia en el momento de la muerte, entre otras gracias.

Mientras, su vida iba deteriorándose paulatinamente con lesiones diversas. La tuberculosis atacó sus pulmones y estómago. Y murió en Łagiewniki, Cracovia, el 5 de octubre de 1938. Había sido agraciada con numerosos carismas. Juan Pablo II la beatificó el 18 de abril de 1993, y la canonizó el 30 de abril de 2000. Determinó también que la Fiesta de la Divina Misericordia se celebre el primer domingo después de la Pascua de Resurrección.

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BEATO JOSÉ MARÍA POYATOS RUIZ – 3 de Octubre

Beato José María Poyatos RuizJosé María nació en Vilches, Jaén, España el 20 de octubre de 1914. Fue el decimotercero de quince hermanos. Cinco de ellos murieron a una edad prematura por causa de enfermedades infantiles que no siempre pudieron atajarse en esa época. La profesión de su padre, empleado en Obras Públicas, impregnó el devenir de todos en constante trasiego por las localidades en las que el trabajo lo reclamaba; los hijos procedían de diversos lugares. Puede que la serranía de Cazorla marcase al beato ya que en una de sus localidades, Tíscar, donde vivió poco tiempo, se veneraba a la Virgen en el Santuario. Y la disponibilidad de la Madre del cielo, su fiat serían lecciones que seguramente le acompañaron en su fugaz tránsito en la tierra y le alentarían en su martirio. Casi toda su infancia y juventud discurrió en Úbeda y Baeza, localidades prósperas por la cercanía del ferrocarril.

Asentados en Rus veían que los ingresos no les permitían costear las necesidades de tan larga prole, y comenzaron a regentar un establecimiento de comestibles en el que trabajó José María durante unos años. Los vecinos que iban a proveerse de lo preciso supieron pronto que era un muchacho muy especial. Aprendió en su hogar a compartir con los demás aquello que la vida otorga, como lo vienen haciendo los componentes de las familias numerosas. Y sensible a la penuria de las personas que malvivían, ni siquiera fiaba, sino que solía dar lo que precisaban aún sabiendo que no tendrían medios para pagarlo. Evidentemente, con ese espíritu el negocio no podía prosperar, sino que iba a llevar a los suyos a la ruina, y sus padres le enviaron a Úbeda para que se emplease en una fábrica de orujo.

Mientras esperaba incorporarse a este empleo, los olivares, santo y seña de esas tierras, le proporcionaron el pan a él y a una de sus hermanas. De sol a sol se afanaron en conseguir dignamente un modesto sueldo con el que iban a contribuir a la escueta economía familiar. Su hermana recolectaba la aceituna y él acarreaba las caballerías. Con el gozo de poder ayudar a sus seres queridos, las inclemencias meteorológicas y las penalidades del día a día quedaban suavizadas. En sus venas latía la fe y confianza en la divina Providencia que habían heredado de sus padres.

Finalizando 1935 los dos hermanos concluyeron esta labor y José María entró en la fábrica. Para facilitar sus desplazamientos, alquilaron un piso en Úbeda donde el joven comenzó a frecuentar la parroquia de san Nicolás de Bari. Allí se afilió a la Acción Católica que puso en marcha en Rus compartiendo su fe con niños y jóvenes. Sencillo y humilde proseguía un itinerario espiritual. Era componente de la Adoración Nocturna que se realizaba en la iglesia de Santa María de Úbeda. Este camino iba incrementándolo con las pautas la oración, el rezo del rosario, la asistencia a misa y la frecuente recepción de la Eucaristía acompañado por su director espiritual. Efectuaba el apostolado con hijos de sus compañeros de trabajo, creando una especie de escuela para los que no podían ir a la pública.

Pero los enemigos de la Iglesia fueron creciendo y los creyentes estaban en peligro. La fe de José María era fácil de vislumbrar; nunca ocultó sus creencias y sus obras evidenciaban la fortaleza de una persona hondamente convencida de la verdad evangélica. Por medio de un religioso pudo obtener otro trabajo, pero no quiso aprovecharse de esta recomendación que podía dejar en la estacada a otras personas. Sus compañeros, imbuidos del ambiente anticlerical, comenzaban a darle la espalda. Relegaron al olvido el bien que hacía entre ellos y sus familias. Se mofaban de él, buscando herirle en lo que más le dolía: su amor a Cristo. Cobardemente agazapados, esperaban que pisara las cruces que habían puesto encima del orujo. El joven no claudicó:«prefiero la muerte a ver la Cruz por el suelo».

Como no secundaba posturas radicales dentro de la fábrica, incompatibles con la visión que le proporcionaba su fe, perdió su trabajo. Iba siendo consciente de que ese podría ser el primer paso que le conduciría a la muerte. Era valiente, pero no temerario: «Vendrán a buscarme, pero yo ciertamente no tengo intención de buscar la muerte, y me llevarán al lugar al que debo ir para testimoniar; allí, a pesar de lo que me pidan, no diré una palabra contra nadie ni contra nada; puedes estar tranquila. Después me atarán y me llevarán al lugar destinado», confió a su hermana.

Lo fueron cercando como a una presa de caza. Iban tratando de asfixiarle haciendo guardia delante de su domicilio para terminar con su vida en cuanto pisara la calle. Pudo haber huido, pero no quiso hacerlo. Confiaba tanto en la divina Providencia que sabía que si se alejaba de allí para conservar su vida, podría estar dando la espalda a la voluntad de Dios. Hecho un mar de fe y confianza aguardó sereno, plenamente consciente de lo que iba a recaer sobre él, como dijo a su preocupada hermana: «Desde luego que la vida así es triste, han matado a tantos que conocía y quería. Pero a mí cómo no me va a gustar vivir. Es lástima que me maten a los veintiún años […]. Por otro lado, ¡qué dicha perder la vida por salvar el Alma! Todos hemos de morir, pero de esta forma es seguro que se salva el Alma…». Le guiaba esta esperanza cierta: «En el cielo me uniré a los que me esperan y, desde allí, pediremos y lograremos el triunfo de la fe en España».

Lo detuvieron como hicieron con su padre y la mayoría de sus hermanos. Le arrancaron de su casa el 3 de octubre de 1936; él había vaticinado que se produciría su arresto exactamente en esa fecha y también dónde le conducirían; las tapias del cementerio. Así fue. Casi sin dilación, allí lo llevaron, poniéndole bajo los fusiles. De forma jubilosa recibió los primeros disparos que inicialmente no lo mataron, exclamando: «¡Viva Cristo Rey»; así exhaló su último aliento este inocente mártir que el único «mal» que hizo fue derrochar el amor mismo que recibió de Cristo. Fue beatificado el 13 de octubre de 2013.

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XXVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – 2 de Octubre

«SOMOS SIERVOS INÚTILES,

HEMOS HECHO LO QUE TENÍAMOS QUE HACER»       

(San Lucas 17, 5-10) 

SANTO EVANGELIO

En aquel tiempo, los apóstoles le dijeron al Señor: «Auméntanos la fe».

El Señor dijo: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: «Arráncate de raíz y plántate en el mar», y os obedecería.

¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del campo, «Enseguida, ven y ponte a la mesa»?

¿No le diréis más bien: «Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras cómo y bebo, y después comerás y beberás tú»? ¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: «Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer»».

Palabra del Señor.

El Domingo de la Fe

Los apóstoles le piden más fe a Jesús de Nazaret y Él cuestiona su escasa fe. Nos situamos ante una cuestión delicada. La calidad y la cantidad de nuestra fe no pueden ser medidas de cualquier manera. Y mucho menos por termómetros humanos. Sólo el amor a Dios y la sensación clara de que amamos a los hermanos puede ser un medidor de nuestra fe. Jesús habla del poder que da un poco de fe: mover montañas por ejemplo. Más que una montaña, más que un continente, movió Teresa de Calcuta gracias a su obra de atender a los “peores”, a los más pobres, a los moribundos, a los más queridos por Dios… La fe de Teresa y su gran amor hicieron el milagro de una dedicación impresionante. Amor y Fe son, sin duda, dos partes de un todo.

OCTUBRE, CONMEMORACIONES

El sábado, día 1 de octubre es la fiesta de Santa Teresita del Niño Jesús. Y el día 2, los Ángeles Custodios. Pero al ser domingo, la conmemoración litúrgica es la correspondiente al Vigésimo séptimo del Tiempo Ordinario El lunes 3, se conmemora a San Francisco de Borja, segundo general de los Jesuitas. Al día siguiente, martes 4, es la fiesta de San Francisco de Asís, uno de los más grandes santos de la historia cristiana y fundador de los franciscanos. Y este año “muy implicado” por el Papa Francisco en las celebraciones del Año de la Misericordia. El miércoles, 5, las Témporas de Acción de Gracias y petición, que es una fiesta litúrgica de gran tradición y destinada a pedir apoyo por los proyectos del nuevo curso y de agradecimiento por los bienes recibidos. El viernes, día 7, conmemoramos a la Virgen María, en su advocación de Nuestra Señora del Rosario. Como se sabe el mes de octubre está dedicado, precisamente, al Rosario y a su extensión como práctica oracional excelsa.

FRASES PARA REFLEXIONAR:

  • «Quien ha encontrado verdaderamente a Cristo no puede tenerlo sólo para sí, debe anunciarlo» (San Juan Pablo II)
  • “Cuántos actos heroicos de caridad se pueden hacer a lo largo del día en las ocupaciones más modestas de cada jornada”. (Santa Teresita del Niño Jesús)
  • “Hoy hay una guerra mundial para destruir el matrimonio”, no con las armas, sino con las ideas, “colonizaciones ideológicas que destruyen” y precisó que “de ellas hay que defenderse”. (Papa Francisco)

ORACION

AUMÉNTANOS LA FE

Para que disminuya nuestro egoísmo

y crezca nuestra disponibilidad.

AUMÉNTANOS LA FE

Para que se agigante nuestra confianza

y se achique nuestra incredulidad.

AUMÉNTANOS LA FE

Para que se incrmente nuestra oración

y se debilite nuestro olvido de Ti.

AUMÉNTANOS LA FE

Porque queremos ser tus testigos

Porque nuncaqueremos perderte

Amén.

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SAN VICENTE DE PAUL – 27 de Septiembre

Mostrando Heraldo de la caridad cristiana marcado por la pobreza familiar desde que tuvo uso de razón. Nació en la pequeña población francesa de Ranquine, anexa a Pouy, hacia 1580 o 1581. Fue el tercero de seis vástagos. En su niñez trabajó cuidando el ganado para ayudar a los suyos. Nunca renegó de su condición y así lo reconocía ante quienes, siendo ya un virtuoso sacerdote, sembraban alabanzas a su paso. Además de su inclinación a los menesterosos, y de signos precoces de piedad, tenía una inteligencia despierta, y fue enviado a estudiar con los franciscanos de Dax. Aspiraba al sacerdocio, que era una vía para hallar un futuro más halagüeño que el que le aguardaba, dada su humilde procedencia, aunque pensaba también en ayudar económicamente a su familia. Sus cualidades le permitieron ascender progresivamente.

Estudió teología en Toulouse, aunque algunas materias las cursó en Zaragoza, y fue ordenado sacerdote en 1600. Pasado el tiempo, evocando ese momento de su vida, manifestó: «Si yo hubiera sabido, como lo he sabido después, lo que era el sacerdocio, cuando cometí la temeridad de aceptarlo, habría preferido dedicarme a trabajar la tierra antes de ingresar en un estado tan temible». Declinó la parroquia que le ofreció el prelado de Dax, y eligió el estudio que le ofrecía la posibilidad de escalar nuevos peldaños logrando su objetivo de ser obispo.

Flamante doctor en teología en 1604, de la noche a la mañana supo que había heredado un capital legado por una anciana. Pero había caído en manos de un desaprensivo, y lo persiguió en Burdeos y Marsella. Recuperó solo una parte, y al regresar a Toulouse, hallándose en Carbona, fue apresado por los turcos y destinado a Túnez como esclavo. Curioso destino el de este santo que, aspirando a otras glorias, fue exhibido y examinado públicamente como una vulgar mercancía. Sirvió a un pescador, a un médico y a su sobrino; el último fue un cristiano que había abjurado de su fe y al que convirtió. Con él regresó a Roma, y de allí a París en 1609 con una misión para Enrique IV, y sin haber obtenido el alto puesto que ansiaba.

Hubiera deseado entonces hacer de su vida anterior una tabla rasa y vivir una vida oculta. A los pies de Cristo, tras una intensa purificación, determinó entregar su vida por los pobres. De carácter hosco, sus desabridas respuestas estaban lejos de las que cabía esperar en un hombre de Dios, lo cual hacía peligrar su misión. Se dio cuenta de ello:«Y entonces me propuse pedir a Dios que me cambiara mi modo agrio de comportarme, en un modo amable y bondadoso y me propuse trabajar día tras día por transformar mi carácter áspero en un modo de ser agradable». Obtuvo esa gracia de ver tornada su acritud en mansedumbre a fuerza de perseverante oración. Su modelo fue san Francisco de Sales, con el que mantuvo un estrecho vínculo.

En París tomó contacto con Pierre de Bérulle, fundador del Oratorio de París integrado por sacerdotes, quien le ofreció integrarse en él, pero declinó la invitación. Bérulle sería un decisivo pilar para Vicente abriéndole un mundo de relaciones importantes que le servirían para su misión apostólica. Comenzó en la pequeña parroquia de Clichy, sustituyendo a un sacerdote que se vinculaba al Oratorio; era la primera vez que ejercía su labor pastoral. En 1613, por mediación de Bérulle, fue preceptor de los hijos de Phillipe de Gondi, sobrino del arzobispo de París. En los viajes que se veía obligado a realizar, revivió, con visos nuevos, su sensibilidad por los pobres y necesitados, y comenzó a ver la radicalidad evangélica en el ejercicio de la caridad. El aldabón definitivo para su auténtica conversión se produjo en Gannes, en el lecho de un moribundo que le abrió su corazón huérfano de afecto y compasión. Este hecho le conmovió profundamente al punto de cambiar el rumbo de su vida para hacer de la caridad su estandarte. «¡Cómo! ¡Ser cristiano y ver afligido a un hermano, sin llorar con él ni sentirse enfermo con él! Eso es no tener caridad; es ser cristiano en pintura»,diría más tarde.

Instado por este indeclinable amor al prójimo, en 1617 se estableció en Chatillon-des-Dombes como párroco, y prodigó la caridad a manos llenas. Se instaló en lo que había sido el «hospital de San Lázaro» para leprosos; fue sede de la Congregación de la Misión fundada en 1625. En 1617 había impulsado las Cofradías de la Caridad y en 1633 erigió las Hijas de la Caridad con santa Luisa de Marillac; a todas les dijo:«Por monasterio tendréis las salas de los enfermos, por clausura, las calles de la ciudad, por rejas el temor de Dios y por velo la santa modestia». A él se deben también asilos para ancianos y niños abandonados. Era un confesor excepcional, guía de santa Juana de Chantal y director de las Visitandinas de París a petición de san Francisco de Sales. Fue capellán y limosnero de la reina Margarita de Valois. Reformó el clero y luchó contra el jansenismo.

Este apóstol de la ternura escribió cartas, memorias, impartió conferencias, etc., siempre llevando a todos el amor de Dios, especialmente a los pobres, a los que amaba con singular dilección:«Los pobres serán nuestros jueces. Solo podremos entrar en el cielo sobre los hombros de los pobres» […]. El servicio a los pobres ha de ser preferido a todo, y hay que prestarlo sin demora. Por esto, si en el momento de la oración hay que llevar a algún pobre un medicamento o un auxilio cualquiera, id a él con el ánimo bien tranquilo y haced lo que convenga, ofreciéndolo a Dios como una prolongación de la oración…».Su humildad, mansedumbre y abnegación heroicas traspasaron fronteras. Bossuet manifestó: «¡Que bueno debe ser Dios cuando ha hecho tan bueno a Vicente de Paúl!». Por toda su labor era considerado como una de las personalidades relevantes de Francia; es «padre de la patria». Murió el 27 de septiembre de 1660. Clemente XIII lo canonizó el 16 de junio de 1737. León XIII lo proclamó patrono de todas las entidades católicas de caridad.

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«PADRE ENGELMAR UNZEITIG» NUEVO BEATO

Beato Engelmar UnzeitigEl sacerdote alemán Engelmar Unzeitig de la Congregación de los Misioneros de Mariannhill asesinado por odio a la fe en el campo de concentración de Dachau, fue beatificado el sábado 24 de Septiembre y el rito fue presidido por el cardenal Angelo Amato en representación del papa Francisco, en catedral de la ciudad alemana de Würzburg.

“Todavía hoy como en los tiempos del padre Engelmar Unzeitig, la Iglesia de Cristo es discriminada, preseguida, humillada y aniquilada. Y esto también en nuestra Europa, que muchas veces se olvida de su patrimonio de civilización cristiana”, señaló el prefecto de la Congregación para la causa de los santos, en el mensaje de la canonización.

“El padre Unzaitig fue una luz de auténtica humanidad en la oscura noche de la dominación nazista” afirmó el cardenal. Y añadió que “él nos muestra que nadie puede extirpar enteramente la bondad del corazón del hombre” y su martirio “nos entrega un triple mensaje: de fe, de caridad y de fortaleza”.

Fue ordenado sacerdote en 1939 y designado párroco de Glöckelberg en Cesky Krumlov. Allí, el 21 de abril de 1941, fue detenido por la Gestapo y después de seis semanas fue enviado al Campo de Concentración de Dachau -“KZ Dachau”.

No tenía entonces más de 30 años y en aquel infierno era sólo un número, el 26.147. En alguna ocasión se registraron allí hasta 3.000 clérigos detenido. Entre las muchas acciones que el padre Engelmar desarrolló fueron a favor de los prisioneros rusos, administrando los sacramentos, asistiendo a los moribundos.

En un “período en el cual ser sacerdote significaba persecución y muerte –indicó el cardenal Amato– el padre Engelmar mantuvo intacto el entusiasmo por su misión sacerdotal. La fidelidad a los ideales evangélicos le costó acusaciones, denuncias, la deportación en dos campos de concentración y al final el martirio”.

El 3 de julio de 2009, el Papa Benedicto XVI aprobó el decreto que reconoce las virtudes heroicas del entonces Siervo de Dios y el 21 de enero de 2016, el Santo Padre Francisco autorizó la promulgación del decreto reconociendo el martirio del Venerable Siervo de Dios, Engelmar Unzeitig.

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