Vocaciones Monasterio Santa Cruz

MARÍA MADRE DE LOS CRISTIANOS 

Unos de los dolores más vivos y angustiosos de una madre es ver cómo un hijo se aleja de casa, rompiendo con la familia.

La Iglesia es la Familia de los hijos e hijas de Dios. En su historia se han dado, por desgracia, varias rupturas: los Ortodoxos, los Protestantes. Los cristianos estamos divididos a causa del pecado. María es Auxiliadora de los cristianos, de todos los cristianos, también de los alejados ahora de la Iglesia Católica.

María es Madre de la Iglesia, Madre de la Unidad de la Iglesia. A Ella hemos de invocar para que interceda ante Dios por la Unidad. Después de la subida de Jesús al Cielo, en la espera del Espíritu Santo y en los comienzos de la Iglesia, María fue la Madre de la Unidad.

FLOR. Reza: “Auxiliadora de todos los cristianos, ruega por nosotros”.

AUXILIADORA DE LOS RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS

Las cooperativas podrían tener este lema: Uno para todos y todos para uno. De modo semejante, también una familia es como una pequeña cooperativa.

En un sentido espiritual, las comunidades de religiosos y religiosas forman cooperativas y familias, porque viven para ayudarse mutuamente en su consagración a Dios y en la vida fraterna.

Es admirable constatar cómo todas las congregaciones de religiosos y religiosas sienten una devoción especial, cada uno a su estilo, a la Virgen María, a la que invocan con títulos muy diversos. María es realmente Madre de las comunidades religiosas y les ayuda a vivir unidas en la fe en Dios y en el amor mutuo. Ella es la Madre de la Unidad.

FLOR. Reza: “Auxiliadora de los religiosos y religiosas, ruega por ellos”.

AMPARO DE LOS SACERDOTES 

Hay un título poco conocido, pero muy importante que se aplica a Jesús. Él es el Sumo y Eterno Sacerdote, que ofreció su vida en la Cruz para la salvación de todos.

Jesús, al organizar a su Iglesia, puso al frente al Papa y a los Obispos, para que sirvieran de centros de unidad en la fe y en el amor; y les dio como colaboradores a los sacerdotes. Estos presiden las pequeñas comunidades cristianas.

Si Jesús es el Sumo y Eterno Sacerdote, María es la Madre del Sumo y Eterno Sacerdote. Por tanto, hemos de invocarla también como Madre de los Sacerdotes, que continúan la obra de Jesús. María, Madre de la Unidad, les ampara y auxilia, para que cuiden la unidad de las comunidades cristianas que se les han confiado.

FLOR: Reza: “Amparo de los Sacerdotes, ruega por ellos”.

ORACIÓN: 

Santísima Virgen, Madre de Dios, yo aunque indigno pecador postrado a vuestros pies en presencia de Dios omnipotente os ofrezco este mi corazón con todos sus afectos. A vos lo consagro y quiero que sea siempre vuestro y de vuestro hijo Jesús. Aceptad esta humilde oferta vos que siempre habéis sido la Auxiliadora del pueblo cristiano. Oh María, amparo de los atribulados, consuelo de los afligidos, ten compasión de la pena que tanto me aflige, del apuro extremo en que me encuentro.

Reina de los cielos, en vuestras manos pongo mi causa. Se bien que en los casos desesperados se muestra más potente vuestra misericordia y nada puede resistir a vuestro poder. Alcanzadme, Madre mía, la gracia que os pido si es del agrado de mi Dios y Señor. Amén.

Mes de Mayo a María Auxiliadora

MARÍA, MADRE DE LA UNIDAD 

El Concilio Vaticano II reunió a todos los obispos del mundo. Delante de ellos, los papas Juan XXIII y Pablo VI invocaron a María como Auxilio de los Obispos. La Virgen es Auxiliadora de todos los miembros de la Iglesia y, por tanto, también de los obispos.

La función de cada obispo es hacer visible a Cristo en medio de los fieles a él encomendados, actuando como centro de unidad en la misma fe y el mismo amor.

Para eso, necesitan a María, como Auxilio de los Obispos y Madre de la Iglesia, Madre de la Unidad. La presencia de María produce siempre unión y un materno calor de hogar. Así el fomentar la devoción a María favorece en una diócesis la unidad profunda en la fe y en el amor.

FLOR: “Auxiliadora de los Obispos, ruega por ellos”.

LA FE            

Los astrónomos nos hablan de años luz, en espacio y tiempo inmensos.  El Hijo de Dios se hizo Hermano nuestro consagrando el espacio y el tiempo con su presencia  salvadora. 

El mejor regalo que los padres pueden hacer a los hijos es transmitirles la fe.

Quien mejor ha vivido la fe ha sido María. Ella nos invita a vivir la fe en Dios. Para ello nos ofrece  a ese Jesús que tiene en sus brazos. Nosotros la invocamos: «Muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre». La fe nos lleva a creer que Dios es Padre, que su Hijo nos ha salvado con su Muerte y Resurrección y que el Espíritu Santo nos da la Vida.

FLOR: Reza: Jesús vale la pena -la alegría- de seguirte , con fe y esperanza, con amor de amistad, con fidelidad.

LA PRIMAVERA SIEMPRE VENCE 

Al general invierno con sus fríos y sus hielos, solo le vence la bella primavera, con una flor en la mano.

No ha habido un invierno más terrible que la muerte de Jesús en la Cruz. Sus discípulos quedaron helados de espanto. Todos perdieron la fe, y por tanto la esperanza. La angustia más desoladora atenazaba el corazón de todos. Sin Jesús nada tenía sentido ni futuro .

La bella primavera se refugió en el corazón de la Madre de Jesús. Ella, por una gracia del espíritu santo mantuvo la fe y la esperanza. Jesús no podía permanecer en la muerte. Resucitó y con Él estalló la primavera en los campos de abril y en el helado corazón de los discípulos. Y Jesús transformó a su Madre Dolorosa en la Virgen de la Alegría.

FLOR: Reza:»Virgen de la Pascua, Virgen de la Alegría, ayúdanos a tener más fe»

Mes de Mayo a María Auxiliadora

EL DOLOR Y LA ESPERANZA 

Los amigos se conocen en las ocasiones. El que te abandona en el sufrimiento, en el fracaso, ese no es tu amigo. En la pasión de Jesús, hay un momento revelador. Cuando Él fue injustamente apresado, todos los Apóstoles, sus amigos huyeron. Judas lo traicionó. Pedro lo negó cobardemente y quedó solo ante el peligro… de muerte. Al pie de la Cruz estaba su madre y unos pocos más. Cuando murió Jesús y fue enterrado, la fe de todos se derrumbó. Todo había acabado. La única que salvaguardó la fe, por  obra y gracia del Espíritu Santo, fue María. Y porque conservó la fe , mantuvo su esperanza en Jesús. La Virgen, llena de fe, es para todos la Virgen de la Esperanza.     

FLOR:Reza: «Virgen, llena de fe, Virgen de la Esperanza, ayúdame.

TODA LA VIDA ESCUCHANDO SUS PALABRAS

Cuando una madre habla a un hijo, lo primero que quiere es que le oiga, después que le escuche con atención y, por fin, que haga lo que le dice.

Una frase exigente de Jesús fue esta: «Dichosos los que oyen y escuchan la palabra de Dios, y la cumplen». La Palabra de Dios es Palabra de Vida, de Salvación, por eso no basta con escucharla  y cumplirla. Por ejemplo: «Amaos los unos a los otros» Eso hay que oírlo, escucharlo y cumplirlo. La Madre de Jesús escuchó las Palabras de Jesús, del Hijo de Dios, desde su primer balbuceo infantil hasta que Él subió al Cielo. La fe de María se fue alimentando continuamente de las Palabras de Jesús. Y Ella cumplió con fidelidad esas Palabras que Jesús le decía.  

FLOR: Lee y escucha siempre con fe y amor la Palabra de Dios, y cúmplela.