DOMINGO XX DE TIEMPO ORDINARIO – 18 de Agosto

“Muera ese Jeremías porque está desmoralizando a los soldados que quedan en la ciudad, y a todo el pueblo, con semejantes discursos. Ese hombre no busca el bien del pueblo sino su desgracia” (Jer 18, 4-6. 8-10).  

Así suena la acusación contra el profeta Jeremías que los príncipes presentan ante el rey Sedecías, según se lee en la primera lectura de la misa de este domingo. Es esta una acusación típica de todos los que quieren deshacerse de un hombre que al anunciar la palabra de Dios, denuncian las malas acciones de sus vecinos. El profeta interpela e inquieta. Por eso pretenden acallarlo. Y la acusacion más habitual es siempre esa: este hombre rompe la paz social.
Es ciero que el profeta pone en peligro la paz y la tranquilidad de algunos. Sobre todo la paz que se asiente sobre la injusticia o sobre el miedo. En lugar de escuchar su mensaje, algunos pretenden acallarlo. Menos mal que en este caso aparece un hombre que pone en evidencia la maldad de los acusadores y el rey manda rescatar al profeta.

UNA FAMILIA DIVIDIDA

El evangelio no es un calmante que nos ayuda a conciliar el sueño en las noches en que nos asaltan las preocupaciones. Tampoco es un seguro contra los accidentes o las desgracias. El mensaje de Jesús no nos libra de la enfermedad ni de la muerte natural. Nunca deberíamos pretender utilizarlo como un tranquilizante.
Según San Ambrosio, puede resultar dura la narración que hoy se proclama (Lc 12,49-53), Jesús es consciente de que su mensaje no dejará indiferentes a sus oyentes. Sabe que desencadenará inquietud en las personas y graves divisiones en el seno de las familias. Hasta los hijos se enfrentarán a sus padres, aparentemente por causa de la fe.
Evidentemente, Jesús estima la familia humana. El texto no revela la intención de dividirla, sino que nos da cuenta de lo que efectivamente sucedió en las primeras comunidades. Y de lo que habría de suceder a lo largo de los siglos. Muchos cristianos han sido denunciados por sus mismos familiares.
También hoy las familias se encuentran divididas por el fundamentalismo de los miembros que se han pasado a otro grupo religioso. O por los familiares que se burlan de los que tratan de mantener la fe. O por los jovenes que buscan su afirmación personal renegando de la fe de sus padres. Claro que, según San Ambrosio, también cabe lo contrario: que los hijos que siguen a Cristo saquen ventaja a sus padres paganos o paganizados.

EL FUEGO Y EL BAUTISMO

No podemos ignorar la frase con la que comienza este texto evangélico: “He venido a prender fuego a la tierra. ¡Y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla! Dos partes paralelas que encierran un único mensaje.
• “He venido a traer fuego en el mundo”. El fuego suele ser visto como el símbolo del amor. En las páginas bíblicas es también el símbolo del juicio. El fuego purifica los metales. Y a él se arroja la paja. La misión de Jesús somete a crisis y discernimiento los pretendidos valores de este mundo.
• “Con un bautismo tengo que ser bautizado”. En la pregunta que Jesús dirige a los hijos de Zebedeo, el bautismo significa el martirio (Mc 10,38). Jesús prevé que el fuego que ha de derramar sobre la tierra brotará de su pasión y muerte. Y a ese sacrificio se encamina voluntaria y generosamente.
– Señor Jesús, las gentes te comparaban con Jeremías y tenían razón. También tú fuiste y eres acusado injustamente. Nosotros sabemos que no eres enemigo del pueblo. Te reconocemos como el príncipe de la paz. Pero reconocemos nuestra culpa en las divisiones que provoca tu evangelio. ¡Oh Cristo, ten piedad!

José-Román Flecha Andrés

ORACIÓN

TÚ, SEÑOR, ERES NUESTRA FUERZA

En los tropiezos y en los desaciertos

En el amanecer y en el anochecer

En la oscuridad y en la luz

En la tiniebla y en el cielo estrellado

TÚ, SEÑOR, ERES NUESTRA FUERZA

En la Iglesia y en el mundo

En la fe y en la esperanza

En el trabajo y en el descanso

TÚ, SEÑOR, ERES NUESTRA FUERZA

En el éxito y en el fracaso

En el caminar y en las dudas

En los ideales y en las ilusiones

En los pensamientos y trabajos

En los deseos y necesidades

TÚ, SEÑOR, ERES NUESTRA FUERZA

Publicado en Liturgia, Reflexiones | Etiquetado | Comentarios desactivados en DOMINGO XX DE TIEMPO ORDINARIO – 18 de Agosto

ASUNCIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA -15 de AGOSTO

Imagen Asunción de María

San Lucas 1, 39-56

Hay dos fechas en el calendario de la Iglesia universal que marcan todo el esplendor espiritual de María: es el comienzo y el final de toda su existencia en esta tierra: la Inmaculada Concepción y la Asunción al Cielo. En diferentes pueblos y en varias naciones hay advocaciones marianas que encierran en sí toda la vida y belleza espiritual de María y por lo tanto todo eso lo celebran en fechas determinadas; pero en la Iglesia universal estas dos son las dos grandes celebraciones en honor a María. A ellas dos podemos añadir el 1 de Enero, fiesta de la Madre de Dios.
La Asunción es una fiesta muy antigua y expresa un sentimiento del pueblo cristiano. No lo narra el Nuevo Testamento, pero se fue trasmitiendo en el pueblo cristiano, de modo que se levantaron muchos templos y catedrales en honor de María en su Asunción. Desde 1950 es dogma de fe, cuando el papa Pío XII, habiendo escuchado el parecer de toda la Iglesia, determinó que todos lo tenemos que creer.
Asunción al Cielo, significa que fue a gozar con Dios en el Cielo en cuerpo y alma, con todo su ser humano. No se trata de si hizo un viaje por los aires o qué dirección tomó. Es una manera simbólica o metafórica de expresar la gran verdad de que todo su ser comienza a vivir una vida más especial en la presencia de Dios. El papa no quiso determinar si esto fue en el momento de la muerte o tuvo una resurrección semejante a la de Jesucristo. Sólo dijo: “cumplido el curso de su vida mortal”. Eso nos basta para que en este día nos gocemos por la grandeza que Dios ha realizado con su madre. Alabemos con ella a Dios por este gran beneficio y avivemos nuestra esperanza de poder un día estar gozando con nuestra Madre en el Cielo.
Para poder llegar un día también nosotros al Cielo, hoy la Iglesia nos invita a imitar lo más posible la vida de María. No es mucho lo que los evangelios nos cuentan sobre su vida, ya que lo principal que intentaban era reproducir la doctrina de Jesús. Pero hay datos muy expresivos. Hoy en el evangelio se nos narra la visita que hizo María a su prima Isabel. María se había enterado por el ángel de la Anunciación, que su prima, ya con muchos años, estaba esperando a un niño y ya estaba en el sexto mes. María piensa en atenderla durante esos últimos tres meses y va “de prisa” hacia la montaña, donde vivía Isabel. Nos muestra en primer lugar la caridad, que en cierto sentido es olvido de sus propias necesidades para atender a las necesidades del prójimo. También nos enseña la alegría, el optimismo y la esperanza. Este gozo se expresa con ese ir “de prisa”, en el sentido material y espiritual. Y con gozo porque dentro de sí tenía ya a Jesús. Nuestra vida debe estar llena de gozo sabiendo que dentro de nuestro ser habita la Stma. Trinidad, y especialmente en la comunión con Jesús.
Este gozo se hizo palabra en el saludo de María y en la felicitación de Isabel cuando, llena del Espíritu Santo, comprendió quién era la que venía a visitarla. María ya estaba llena del Espíritu Santo, porque tenía en sí a Jesús, Hijo de Dios. Y donde está Jesús tiene que estar el Espíritu Santo. Por eso María en su respuesta habla con la virtud y gracia del Espíritu, glorificando a Dios, con la oración del Magnificat.
En el Magnificat aparece la acción de Dios sobre ella: “Miró la humillación de su esclava e hizo cosas grandes”. Dios mira al humilde para dar. Le había dado cosas grandes: ser Inmaculada, llena de gracia, corredentora, medianera universal de las gracias y por fin la daría el llevarla al Cielo en cuerpo y alma. Aparece la acción de María para con Dios, que es alabar y dar gracias, que es reconocer que todo lo que tiene es recibido de la bondad de Dios. Y aparece nuestra acción para con María: “Desde ahora me felicitarán todas las generaciones”. Estas alabanzas que hoy damos a María en definitiva son para Dios, autor de todas las bondades. Y muestra también nuestra esperanza de que, si seguimos sus pasos en esta vida, como Cristo resucitó primero, también nuestra vida terminará en una resurrección eterna.

P. Silverio

ORACIÓN

 

COMO TÚ MARÍA

Quiero agarrarme a Dios

con la misma mano con la que Tú lo hiciste

Mirarle a los ojos, con tus mismos ojos

Amarle con el corazón limpio como el tuyo

Venerarle con los sentimientos tuyos

COMO TÚ MARÍA

Quiero subir al cielo

después de haberle servido a Dios en la tierra

Quiero estar con El

después de haber servido, como Tú, a mis hermanos

Quiero,María,

que –ahora que estás en el cielo-

no olvides nuestras fatigas ni esfuerzos.

No olvides a los hijos que en la tierra dejas

No olvides a la Iglesia de la cual eres Madre

No olvides a los que hemos dicho “sí”

COMO TÚ MARÍA

Quisiera un buen día

dejar la tierra con el deber cumplido

Amén.

Publicado en Devociones, Liturgia, Reflexiones | Comentarios desactivados en ASUNCIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA -15 de AGOSTO

DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO – 11 de JULIO

LA ESPERA Y LA ESPERANZA
“La noche de la liberación se les anunció de antemano a nuestros padres para que tuvieran ánimo al conocer con certeza la promesa de que se fiaban” Así comienza el texto del libro de la Sabiduría que se lee como primera lectura en la misa de este domingo (Sab 18,6-9). Es un texto que evoca un pasado de esclavitud. Pero también la llegada de la liberación.
En él se subrayan, al menos, tres detalles que resultan importantes también para nosotros. En primer lugar, se recuerda la noche. En la oscuridad los temores se apoderan de las mentes y de los corazones. Pero precisamente en medio de las tinieblas resonó la señal de Dios para salir de Egipto y ponerse en camino hacia la tierra de la libertad.
El texto recuerda además que la esperanza de aquella hora no generó en los padres de Israel un sentimiento de orgullo y de prepotencia. Y, mucho menos, de olvido de Dios. Al contrario, alimentó la piedad y la oración de los que sufrían la esclavitud.
Y, en tercer lugar, la esperanza de la partida tampoco aumentó esos sentimientos de individualismo que nos llevan a ignorar las penas y las alegrías de los demás. Todos los llamados a salir de Egipto se impusieron una norma sagrada: ser solidarios en los peligros y en los bienes.

EL TESORO Y EL CORAZÓN

El texto del libro de la Sabiduría prepara nuestro espíritu para escuchar la palabra del Evangelio. Una palabra que es otro canto a la libertad y una lección sobre la esperanza (Lc 32-48). También en este mensaje se subrayan al menos tres virtudes: la generosidad del desprendimiento; la vigilancia en la espera y la responsabilidad en la convivencia.
– Si esperamos al Señor hemos de superar nuestros temores y desprendernos de todo eso que consideramos como nuestro tesoro y repartirlo con generosidad. Las cosas no nos ofrecen la salvación. Nosotros no esperamos algo: esperamos a Alguien. Y “donde está nuestro tesoro allí ha de estar nuestro corazón”.
– Si esperamos al Señor, no podemos vivir adormilados. Se nos pide estar despiertos, vigilantes como el centinela que aguarda la aurora. Como los criados que aguardan el regreso de su señor. Un señor que recompensa nuestra espera y nuestra paciencia, haciéndose nuestro servidor.
– Si esperamos al Señor, hemos de mantenernos sobrios. Las adiciones nos llevan a perder el juicio, nos degradan y nos esclavizan. La espera nos exige mantener buenas relaciones con nuestros hermanos. Es un suplicio la espera cuando no se cuida la armonía de la convivencia.

LA PREPARACIÓN Y LA VENIDA

El centro del mensaje nos lleva a orientar nuestro ojos hacia Jesús, que se nos presenta como el Hijo del hombre. Una frase resume la urgencia y el gozo de la espera: “Estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre”.
“Estad preparados”. No se prepara a recibir al Señor quien sucumbe a las tentaciones de la desesperanza o de la presunción. Las dos nos llevan a permanecer anclados en el presente. Las dos paralizan a la Iglesia, a las comunidades y a cada uno de los creyentes. Sólo se prepara quien acepta el don y la tarea de la esperanza.
“A la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre”. Mil veces hemos entendido esta frase como una amenaza. Una nueva vida, un nuevo movimiento en la Iglesia, la llegada de un nuevo Papa. A la hora que menos pensamos puede abrirse ante nosotros un panorama insospechado que nos invita a caminar en la esperanza, a construir con amor, a confesar la fe.
– Señor Jesús, sabemos que tú estas entre nosotros y caminas con nosotros. Pero tú nos has dicho que nos preparemos para la manifestación de tu presencia, es decir para la manifestación del Reino de Dios. Te esperamos, prestando atención a los signos de los tiempos y viviendo en hermandad. Ven Señor Jesús. Amén.

ORACION

ESTAREMOS EN VELA, SEÑOR

Aún con debilidad y con cansancio

Aún con dudas y con dificultades

Aún con falta de medios y de fuerzas

ESTAREMOS EN VELA, SEÑOR

En la noche oscura y en el día claro

En los momentos de tormenta y de calma

En el éxito y en el fracaso

ESTAREMOS EN VELA, SEÑOR

En la siembra y en la cosecha

En la juventud y en la vejez

En la alegría y en la tristeza

ESTARESMOS EN VELA, SEÑOR

José-Román Flecha Andrés

Publicado en Liturgia, Reflexiones | Etiquetado | Comentarios desactivados en DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO – 11 de JULIO

II Encuentro Oración y Vida

II_ENCUENTRO_DE_ORACION_Y_VIDA

Publicado en Comunidad, Convivencias | Comentarios desactivados en II Encuentro Oración y Vida

Domingo XVIII del Tiempo Ordinario

La cosecha y los graneros

La codicia por los bienes de la tierra parece justificar muchos de los esfuerzos de los hombres. La lucha por conseguir un trabajo, los mil esfuerzos que nos cuesta, la preocupación de perderlo, la búsqueda de otro trabajo para hacer algunas horas suplementarias. Seguramente, todo eso nos resulta conocido.

El libro del Eclesiastés que hoy se lee comienza afirmando que todo en este mundo es vanidad, es decir, vaciedad (Ecl 1, 2). Pero añade una nota referida concretamente al trabajo. (Ecl 2, 21-23). Es una observación que ya debía de ser preocupante en su tiempo: “Hay quien trabaja con sabiduría, ciencia y acierto, y tiene que dejarle su porcion a uno que no ha trabajado”.

El centro de la cuestión no está aquí en el trabajo sino en esas palabras que evocan la muerte: “Tener que dejar” el fruto del propio trabajo. El Papa Francisco ha dicho con humor y realismo que, detrás de un coche fúnebre, nunca se ve un camión de mudanzas. Nadie se lleva sus tesoros más allá de la muerte.

La arrogancia

Además de referirse con frecuencia a la oración, el evangelio de Lucas se refiere en numerosas ocasiones al dinero, o mejor a los pobres y a los ricos. El texto que hoy se proclama en la Liturgia (Lc12, 13-21) podría dividirse en dos partes, centradas en el tema de la codicia.

En la primera, uno de los que escuchan a Jesús quiere implicarle en un asunto de herencias. Sus palabras se parece extrañamente a las de Marta. Tanto aquella como éste, pretenden que Jesús haga de árbitro en sus asuntos familiares: “Dí a mi hermana… Dí a mi hermano…” Antes como ahora, muchos quieren que Jesús les soluciones sus problemas.

En la seguna parte, se contiene la parábola del rico que ha recogido una abundante cosecha. Pero el contento por un logro nunca equivale a la alegría. Junto a la satisfacción por la cosecha surge el problema por los almacenes que el hombre rico ha de construir para conservarla.

El mensaje de la parábola subraya sobre todo la arrogancia de este hombre que pretende que el tener le garantice el ser. Como si la buena cosecha le concediera una larga vida. Como en el libro del Eclesiastés, la preocupación verdadera es la de la caducidad de la existencia.

La necedad

Es interesante ver cómo la parábola contrapone a la palabra del rico la palabra de Dios. El Rico espera disfrutar de su cosecha durante muchos años. Dios le anuncia que su vida ha llegado a su término.

  • “Necio, esta noche te van a exigir la vida”. En la Biblia el pecado es identificado con frecuencia como “necedad”. Si la sabiduría refleja la armonía del hombre con Dios, la necedad revela su autosuficiencia, es decir su pecado. Quien decide la vida no es el hombre sino Dios. Nadie puede aportar por el mañana.
  • “Lo que has acumulado ¿de quién será?”. Si la primera frase pone el rico frente a Dios, verdadero Señor de la vida, la segunda frase lo encara con las personas que lo rodean. Amigos o enemigos, ellos serán los herederos de los bienes del rico. Ninguna cosecha le pertenece para siempre. Siempre hay unos “otros” que heredarán nuestros bienes.
  • Padre de los cielos, con razón Jesús nos enseña a confiar en tu providencia. De ti proviene nuestro pan de cada día. Tú nos entregas los bienes para que reconozcamos tu generosidad y los compartamos con alegría. Que tu Palabra nos recuerde la honda verdad de nuestra vida y nos ayude a orientarla en humildad. Amén.
José-Román Flecha Andrés

ORACION

TU ERES MI RIQUEZA
Frente a otros bienes menos importante
Frente a los que intentan alejarme de Ti
Frente a lo puramente material

TU ERES MI RIQUEZA
Frente al egoísmo
Frente a lo práctico y al escaparate
Frente a lo efímero y pasajero

TU ERES MI RIQUEZA
Frente a los valores caducos
Frente a los que viven sin Ti
Frente a los que no piensan en Ti

TU ERES MI RIQUEZA
Frente a los que te venden por nada
Frente a la pobreza
Frente a la riqueza

TU ERES MI RIQUEZA

Publicado en Liturgia, Reflexiones | Etiquetado | Comentarios desactivados en Domingo XVIII del Tiempo Ordinario

Domingo 17 del Tiempo Ordinario. Ciclo C

REGATEO Y PETICIÓN

El regateo no tiene sentido en una sociedad corrompida, donde se conceden los servicios a los amigos. Además, la organización de los grandes almacenes impone precios fijos tanto a sus clientes como a sus proveedores. La sociedad occidental ha olvidado el arte del regateo sobre los precios. O lo había olvidado, porque la crisis económica ha obligado a muchos a emplear aquel recurso para vender al menos algunos artículos o prestar algún servicio.
En muchos países de Oriente, el regateo es un arte. Casi una pieza de teatro. Es importante no sólo para la compraventa, sino también para las relaciones sociales. El regateo lleva al vendedor a conocer las posibilidades, las intenciones y las fantasías del comprador.
Pues bien, el libro del Génesis (18,20-32) presenta al patriarca Abrahán regateando nada menos que con Dios. Trata de ver hasta dónde llega la tolerancia de Dios con el pecado de Sodoma. ¿Cuántos justos bastarían para que Dios perdonase los crímenes de la ciudad?
Este hermoso diálogo que Abrahán mantiene con sus huéspedes, es decir con el mismo Dios, es ante todo una revelación del mismo Dios y de su misericordia. Es un retrato de Abrahán y de su amistad con Dios. Y es una pauta para la oración, confiada e insistente.

CAMINO DE ORACIÓN

El evangelio de Lucas ofrece muchas alusiones a la oración. El texto que hoy se proclama (Lc11,1-13) podría dividirse en tres partes, que están centradas en el mismo tema. En la primera, se contiene la enseñanza de una oración, en la segunda una doble parábola y en la tercera una exhortación.
– En la primera, aparecen los discípulos, que viendo orar a Jesús, le suplican: “Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos”. Los discípulos sabían orar. Pertenecían a un pueblo que tenía la oración como una característica habitual. Pero piden a Jesús que les enseñe una oración que los distinga para siempre. Y él les enseña el “Padre nuestro”.
Según Benedicto XVI, Jesús “nos hace partícipes de su modo de orar, nos introduce en el diálogo interior del amor trinitario, eleva nuestras necesidades humanas hasta el corazón de Dios… Las palabras del Padre nuestro indican el camino hacia la plegaria interior, contienen orientaciones fundamentales para nuestra existencia, nos modelan a imagen del Hijo”.
– En la segunda parte del evangelio, para subrayar la acogida que Dios presta a nuestras súplicas, Jesús expone las comparaciones del amigo y del padre. Si el amigo se levanta a dar los panes al que se los pide a media noche, lo mismo hará el Padre. Si el padre terreno da cosas buenas a su hijo, también el Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden.

DESAMPARO Y ACOGIDA

Todavía hay una tercera parte en el texto evangélico de hoy. La que expresa una exhortación y una promesa, seguida de unas motivación de tono sapiencial con sabor a proverbio popular:
• “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá”. Tres verbos recuerdan la condición humana. Con demasiada frecuencia hacemos gala de nuestro orgullo y de nuestra pretendida autosuficiencia. Nos engañamos a nosotros mismos. Hemos de confesar que nuestra vida está marcada por la necesidad, la desorientación y el desamparo.
• “Porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre”. Tanto la presunción como la desesperación nos impiden caminar. Pero la causa humana no está

José-Román Flecha Andrés

ORACION

ENSÉÑANOS A REZAR

No solamente a celebrar la fe. También a hablar contigo

ENSÉÑANOS A REZAR

No solamente a trabajar por los demás. También a estar contigo

ENSÉÑANOS A REZAR

No sólo a pensar en nosotros. También a pensar en los demás.

ENSÉÑANOS A REZAR

Que no nos aislemos de la fuerza del cielo

ENSÉÑANOS A REZAR

Que no nos alejemos de la fuerza de la oración

ENSÉÑANOS A REZAR

Que confiemos en el poder de la oración

ENSÉÑANOS A REZAR

Amén.

 

Publicado en Liturgia, Reflexiones | Etiquetado | Comentarios desactivados en Domingo 17 del Tiempo Ordinario. Ciclo C

25 de Julio: Festividad del Apóstol Santiago

DSCN0052Oración a Santiago apóstol

¡Señor Santiago!
Heme aquí, de nuevo, junto a tu sepulcro
al que me acerco hoy, peregrino de todos los caminos del mundo, para honrar tu memoria e implorar tu protección.
Vengo de la Roma luminosa y perenne, hasta ti que te hiciste romero tras las huellas de Cristo y trajiste su nombre y su voz hasta este confín del universo.
Vengo de la cercanía de Pedro, y, como Sucesor suyo, te traigo, a ti que eres con él columna de la Iglesia,
el abrazo fraterno que viene de los siglos y el canto que resuena firme y apostólico en la catolicidad.
Viene conmigo, Señor Santiago, una inmensa riada juvenil
nacida en las fuentes de todos los países de la tierra.
Aquí la tienes, unida y remansada ahora en tu presencia,
ansiosa de refrescar su fe en el ejemplo vibrante de tu vida.
Venimos hasta estos benditos umbrales en animosa peregrinación.
Venimos inmersos en este copioso tropel que desde la entraña de los siglos
ha venido trayendo a las gentes hasta esta Compostela donde tú eres peregrino y hospedero, apóstol y patrón.
Y venimos hoy a tu vera porque vamos juntos de camino.
Caminamos hacia el final de un milenio que queremos sellar con el sello de Cristo.
Caminamos, más allá, hacia el arranque de un milenio nuevo que queremos abrir en el nombre de Dios.                                                                                                                          Señor Santiago, necesitamos para nuestra peregrinación de tu ardor y de tu intrepidez.
Por eso, venimos a pedírtelos hasta este «finisterrae>> de tus andanzas apostólicas.
Enséñanos, Apóstol y amigo del Señor, el CAMINO que conduce hacia El.
Ábrenos, predicador de las Espadas, a la VERDAD que aprendiste de los labios del Maestro.
Danos, testigo del Evangelio, la fuerza de amar siempre la VIDA.
Ponte tú, Patrón de los peregrinos, al frente de nuestra peregrinación cristiana y juvenil.
Y que así como los pueblos caminaron antaño hasta ti, peregrines tú con nosotros al encuentro de todos los pueblos.
Contigo, Santiago Apóstol y Peregrino, queremos enseñar a las gentes de Europa y del mundo que Cristo es-hoy y siempre- el CAMINO, la VERDAD y la VIDA.

(Oración de S.S. Juan Pablo II delante de la tumba del Apóstol Santiago en la IV Jornada Mundial de la Juventud – Santiago de Compostela, 19 de agosto de 1989)

Pidamos por nuestros hermanos que han fallecido en el accidente de tren para que la misericordia de nuestro Señor los acoja; mejoren los accidentados y por los familiares para que en estos momentos de tribulación y tristeza, sientan el amor de todos los que se unen a su dolor. 

Publicado en Devociones | Comentarios desactivados en 25 de Julio: Festividad del Apóstol Santiago

“PORTA FIDEI”: Preguntas: De la14 hasta la última 21

14.     ¿HAY ALGÚN EJEMPLO QUE NOS AYUDE A ENTENDER ESTA EXPRESIÓN “CON EL CORAZÓN SE CREE”?

Sí, el ejemplo de Lidia es muy elocuente. Cuenta San Lucas que Pablo, mientras se encontraba en Filipos, fue un sábado a anunciar el Evangelio a algunas mujeres; entre estas estaba Lidia y el “Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo” (Hch 16, 14).  El sentido que encierra esta expresión es importante. San Lucas enseña que el conocimiento de los contenidos que se han de creer no es suficiente si después el corazón, auténtico sagrario de la persona, no está abierto por la gracia que permite tener ojos para mirar con profundidad y comprender que lo que se ha anunciado es Palabra de Dios.

15.     ¿QUÉ SIGNIFICA QUE “CON LOS LABIOS SE PROFESA LA FE”?

Indica que la fe implica un testimonio y un compromiso público. El cristiano no puede pensar nunca que creer es un hecho privado. La fe es decidirse a estar con el Señor y vivir con Él. La misma profesión de fe es un acto personal y al mismo tiempo comunitario. En efecto, el primer sujeto de la fe es la Iglesia. En la fe de la comunidad cristiana cada uno recibe el bautismo, signo eficaz de la entrada en el pueblo de los creyentes para alcanzar la salvación.

16.     ¿EL CONOCIMIENTO DE LOS CONTENIDOS DE LA FE ES IMPORTANTE PARA EL QUE CREE?

Es esencial para dar el propio asentimiento, es decir, para adherirse plenamente con la inteligencia y la voluntad a lo que propone la Iglesia.

El conocimiento de la fe introduce en la totalidad del misterio salvífico revelado por Dios. El asentimiento que se presta implica tanto que, cuando se cree, se acepta libremente todo el misterio de la fe, ya que quien garantiza su verdad es Dios mismo que se revela y da a conocer su misterio de amor.

17.     ¿DÓNDE PUEDO ENCONTRAR UNA PRESENTACIÓN COMPLETA DE LOS CONTENIDOS DE LA FE?

Todos pueden encontrar en el Catecismo de la Iglesia Católica un subsidio precioso e indispensable. Es uno de los frutos más importantes del Concilio Vaticano II.

Al respecto escribía el Beato Juan Pablo II: “Este Catecismo es una contribución importantísima a la obra de la renovación de la vida eclesial… lo declaro como regla segura para la enseñanza de la fe y como instrumento válido y legítimo al servicio de la comunión eclesial”.

18.  ¿NOS PUEDE AYUDAR EL TESTIMONIO DE LOS CREYENTES A LO LARGO DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA?

· El testimonio de la vida de fe de María: como fiel oyente y obediente receptora de la Palabra de Dios.

· La fe de los Apóstoles, quienes dejaron todo para seguir al Señor y sin temor alguno anunciaron a todos la alegría de la resurrección, de la que fueron fieles testigos.

· La fe de los primeros discípulos que formaron la primera comunidad reunida en torno a la enseñanza de los apóstoles.

· La fe de los mártires quienes entregaron su vida como testimonio de la verdad del Evangelio.

· La fe de hombres y mujeres que han consagrado su vida a Cristo, dejando todo para vivir en la sencillez evangélica los votos de castidad, pobreza y obediencia.

· La fe de muchos cristianos que han promovido acciones a favor de la justicia haciendo concreta la Palabra del Señor que ha ido a proclamar la liberación de los oprimidos y un año de gracia para todos.

· La fe de hombres y mujeres de toda edad, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida, que han confesado a lo largo de los siglos la belleza de seguir al Señor Jesús allí donde se les llamaba a dar testimonio de su ser cristianos.

19.  ¿QUÉ RELACIÓN TIENE LA FE CON LA CARIDAD?

La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin fe sería un sentimiento constantemente a merced de la duda. La fe y el amor se necesitan mutuamente, de modo que una permite a la otra seguir su camino. En efecto, muchos cristianos dedican sus vidas con amor a quien está solo, marginado o excluido, como el primero a quien hay que atender y el más importante que socorrer porque precisamente en él se refleja el rostro mismo de Cristo. Gracias a la fe podemos reconocer, en quienes piden nuestro amor, el rostro del Señor resucitado.

20.  ¿QUÉ RELACIÓN TIENE LA FE CON LA ESPERANZA, CON EL FUTURO?

Sostenidos por la fe, miramos con esperanza a nuestro compromiso en el mundo, aguardando “unos cielos nuevos y una tierra nueva en donde habite la justicia” la fe nos permite esperar con confianza en el Amor de Dios. Por eso que este Año de la Fe haga cada vez más fuerte la relación con Cristo, el Señor, pues solo en Él tenemos la certeza para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero.

21.  ¿QUÉ ÚLTIMA RECOMENDACIÓN NOS HACE EL PAPA?

Así como el apóstol Pablo, llegados sus últimos días, pidió al discípulo Timoteo que buscara la fe con la misma constancia de cuando era niño.

Escuchemos esta invitación como dirigida a cada uno de nosotros, para que nadie se vuelva perezoso en la fe. Ella es compañera de vida que nos permite distinguir con ojos siempre nuevos las maravillas que Dios hace por nosotros. Tratando de percibir los signos de los tiempos en la historia actual.

Publicado en Reflexiones | Etiquetado | Comentarios desactivados en “PORTA FIDEI”: Preguntas: De la14 hasta la última 21

Te cuento mi «CONVIVENCIA»

Hola.

Hace unos días hice una experiencia en el Monasterio de las Benedictinas de Santa Cruz de Sahagún un pueblo de León.

Por así decirlo he hecho como una convivencia, con ellas, de una semana siguiendo y conociendo su ritmo de vida, como son, como se vive consagrada a Dios…

¿Por qué?

Para encontrar respuestas sobre mi vocación y las he encontrado. Después de una intensa semana donde algunos días acababa rendida pero también otros, claro, eran más distendidos. Tuve la oportunidad también de participar en el día de de San Benito, del que reciben el nombre de benedictinas, un día de fiesta y especial alegría, cantos, oraciones, gestos como entrar a la iglesia en procesión, poner flores, redecorar el altar… Todo en su honor y memoria.

¿Qué hacia?

A las 7 estrenábamos día y luego teníamos un rato de oración personal seguidos de laudes, eucaristía y tercia después, a las 9 el desayuno y luego trabajo (huerta, lavar, comprar, limpiar, portería…) en ese tiempo tenía unas charlas muy enriquecedoras con la madre donde podía resolver mis dudas o incluso salíamos al camino de Santiago para relajarnos, pensar, rezar…hablar, compartir experiencias… hasta las 13 que volvíamos a la iglesia a rezar sexta terminado esto, la comida , yo comía en una sala con la madre donde hablábamos y después teníamos una hora de descanso; a las 15.30 nona y Rosario paseando por el claustro sobre las 16 trabajo y a las 18 lectura por el claustro, el patio , la terraza…donde quisiese cada una; la madre y yo y alguna monja mas se nos unía a ver una película o escuchaba algún testimonio que me ayudase.

A las 19 vísperas y luego oración personal donde a veces nos retirábamos a la capilla la madre y yo a hacer una oración mas en relación a lo que estaba viviendo después cena y recreo donde se reunían las monjas a descansar, leer el periódico, contar chistes…un recreo en toda regla.

9.30 oficio de lectura completas y sobre las 10 a la habitación yo aprovechaba para rezar frente al cuadro de la Divina Misericordia repasaba el día leía algún libro y a descansar.
¿Cómo es la oración?

La oración personal obviamente es como cada uno quiere. La comunitaria es mediante salmos que glorifican a Dios, le piden ayuda, hablan de la muerte, de alguien que está enfermo…cada salmo es diferente; rezas mediante una oración ya hecha. A mí al principio me costó un poco, se me hacia raro pero me fui dando cuenta de que es muy fácil incluso llegas a ofrecerlos por la gente que está en la situación que estás leyendo. Es muy bonito.

¿Cómo son las monjas?

Puedes verlas en la iglesia muy serias, concentradas que apenas miran al resto de bancos no es que sean serias y frías es que están concentradas rezando pero luego dentro ya habiendo pasado el rezo son totalmente normales, felices, alegres, simpáticas, unas mas habladoras que otras incluso en la comida nos reíamos de alguna que otra historia de cuando eran pequeñas o anécdota del monasterio.

¿Cómo es el ambiente?

Un ambiente de paz, tranquilidad, sereno, que invita a la oración y a algún momento de silencio pero “ora et labora” en ese ambiente también trabajan no pierden el tiempo “sin prisa pero sin pausa” las monjas no paran.

Esto ha sido a grandes rasgos mi experiencia; si crees que este podría ser tu sitio…

Marta, 17 años.

Publicado en Comunidad, Convivencias, El monasterio y su entorno | Etiquetado , , , , , | Comentarios desactivados en Te cuento mi «CONVIVENCIA»

“PORTA FIDEI”: Preguntas: 12 y 13

12. ADEMÁS DE REDESCUBRIR LOS DOCUMENTOS DEL CV II, ¿A QUÉ SE NOS INVITA?
1. A la conversión: el Año de la Fe es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo.

2. A la Nueva Evangelización: para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe.

3. A reflexionar nuestra fe: para ayudar a todos los creyentes a que su adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa.

4. A confesar públicamente nuestra fe en el Señor Resucitado: toda la Iglesia en este Año encontrará la manera de profesar públicamente el CREDO.

5. A confesar personalmente nuestra fe: este Año ha de suscitar en todo creyente la aspiración de confesar la fe con plenitud y renovada convicción.

6. A celebrar en la liturgia nuestra fe: intensificando la celebración de la fe en la liturgia, particularmente en la Eucaristía.

7. A dar testimonio de nuestra fe: se espera que el testimonio de vida de los creyentes sea cada vez más creíble.

8. A redescubrir los contenidos de la fe profesada, celebrada, vivida y rezada: compromiso unánime para estudiar los contenidos fundamentales sintetizados sistemática y orgánicamente en el Catecismo.

9. A reflexionar sobre el mismo acto con el que se cree.

10. Intensificar el testimonio de la caridad.

13. ¿A QUÉ HACE REFERENCIA EL PAPA CUANDO DISTINGUE EL ACTO DE FE Y LOS CONTENIDOS DE FE?
La fe implica estas dos dimensiones: el acto de creer, o sea el acto con el que decidimos entregarnos totalmente y con plena libertad a Dios; y los contenidos en los que creemos. Pero no olvidemos que existe una unidad profunda entre el acto con el que se cree y los contenidos a los que prestamos asentimiento.

La fe como confianza personal en el Señor y la fe que profesamos en el Credo son inseparables, se evocan y se exigen mutuamente.

El apóstol Pablo nos ayuda a entrar dentro de esta realidad cuando escribe: “con el corazón se cree y con los labios se profesa” (Rm 10,10)

Publicado en Reflexiones | Etiquetado | Comentarios desactivados en “PORTA FIDEI”: Preguntas: 12 y 13