PARA LAS PERSONAS QUE QUIEREN SER SANTAS

Los 7 hábitos diarios de oración para las personas que quieren ser santas

Primer Hábito: Ofrecimiento del día por la mañana
El primer hábito es el ofrecimiento del día por la mañana; cuando te arrodillas y, utilizando tus propias palabras o una fórmula, ofreces todo tu día a la gloria de Dios. Lo que no es simple es lo que sucederá antes del ofrecimiento. “Véncete cada día desde el primer momento, levantándote en punto, a la hora fija, sin conceder ni un minuto a la pereza.” Si con la ayuda de Dios te vences, tendrás mucho adelantado para el resto de la jornada. ¡Desmoraliza tanto sentirse vencido en la primera escaramuza! (San Josemaría- Camino, 191)

En mi experiencia pastoral, quien puede vivir el “minuto heroico” en la mañana y a la noche va a la cama en el tiempo previsto, tiene la energía física y espiritual a lo largo del día para parar lo que este haciendo para cumplir los otros hábitos.

Segundo Hábito: Quince minutos de oración en silencio
El segundo hábito es por lo menos quince minutos de oración en silencio. Puedes agregar otros quince minutos extras en otro momento del día. Después de todo, ¿quién no desea pasar más tiempo con tan excelente compañía? La oración es una conversación uno a uno, directa con Jesucristo, preferentemente frente al Santísimo Sacramento en el Sagrario. Esta es tu hora de la verdad o tu momento superior. Si lo deseas puedes abrirte y hablar acerca de lo que está en tu mente y en tu corazón.

Al mismo tiempo adquirirás el hábito de escuchar cuidadosamente y meditar como otra María (Lc. 10.38-42) para ver qué es lo que Jesús te está pidiendo y qué te quiere dar. Es aquí que nosotros comprendemos su dicho “Sin Mí, nada pueden hacer.”

Tercer Hábito: Quince minutos de lectura espiritual
El tercer hábito son quince minutos de lectura espiritual que usualmente consistirá enunos pocos minutos de sistemática lectura del Nuevo Testamento, para identificarnos con la Palabra y acciones de nuestro Salvador. El resto del tiempo en un libro clásico de espiritualidad católica recomendado por tu director espiritual.

En cierto sentido, es el más práctico de nuestros hábitos porque a través de los años leeremos varias veces la vida de Cristo y adquiriremos la sabiduría de los santos y de la Iglesia junto con la lectura de docenas de libros, los cuales enriquecerán nuestro intelecto. También podremos poner las ideas allí expresadas en acción.

Cuarto Hábito: Participar en la Santa Misa y Recibir la Santa Comunión en estado de gracia
El cuarto hábito es participar en la Santa Misa y recibir la Santa Comunión en estado de gracia. Este es el hábito más importante de todos los siete (cfr. Jn. 6, 22-65). Ella debe estar muy en el centro de nuestra vida interior y consecuentemente de nuestro día.

Este es el acto más íntimo, posible del hombre. Encontramos a Cristo vivo, participamos en la renovación de Su sacrificio por nosotros y nos unimos a su cuerpo y alma resucitado. Como el papa Juan Pablo II dijo en su Exhortación Apostólica Ecclesia in America “La Eucaristía es el centro viviente y eterno centro alrededor del cual la comunidad entera de la Iglesia se congrega” (n°35).

Quinto Hábito: Rezar cada día al mediodía el Angelus o Regina Coeli
El quinto hábito es rezar cada día al mediodía el Angelus o Regina Coeli, invocando a Nuestra Santísima Madre de acuerdo al tiempo litúrgico. Esta es una costumbre católica que se remonta a muchos siglos. Este es un hermoso modo de honrar a Nuestra Señora por un momento. Como niños recordamos a Nuestra Madre durante el día y meditamos sobre la Encarnación y Resurrección de Nuestro Señor, el cual da sentido a toda nuestra existencia.

Sexto Hábito: El rezo del Santo Rosario cada día
El sexto hábito también es Mariano. El rezo del Santo Rosario cada día y la meditación de los misterios, los cuales versan sobre la vida de Nuestro Señor y Nuestra Señora. Es un hábito que, una vez adquirido es difícil abandonar. Junto con la repetición de las palabras de amor a María y el ofrecimiento de cada decena por nuestras intenciones, nosotrostomamos un atajo hacia Jesús el cual pasa a través del corazón de María. El no puede rechazar nada de Ella.

Séptimo Hábito: Breve examen de conciencia por la noche antes de ir a la cama
El séptimo hábito es un breve examen de conciencia por la noche antes de ir a la cama. Te sientas, pides luces al Espíritu Santo y por varios minutos revisas tu día en presencia de Dios preguntándote si te has comportado como un hijo de Dios en el hogar, en el trabajo, con tus amigos. También miras una particular área, la cual tu tienes identificada con ayuda de tu director espiritual, quien conoce tus necesidades para mejorar y llegar a la santidad. También puedes hacer una rápida mirada para ver si has sido fiel en los hábitos diarios que hemos discutidos en este artículo. Luego haces un acto de gratitud por todo lo bueno que has hecho y recibido, y un acto de contricción por aquellos aspectos en los que voluntariamente has fallado.

Si una persona honestamente mirase su día, no importa cuán ocupado esté, (y nunca me pareció encontrarme con gente que no esté muy ocupada a no ser que esté permanentemente retirada), puede frecuentemente encontrar que usualmente mal gasta un poco de tiempo cada día.

Piensa, ¿qué necesidad hay de una taza de café extra cuando puedes usar ese tiempo para visitar el Santísimo Sacramento, quince minutos antes de comenzar el trabajo?

O la media hora o mucho más, gastada mirando programas de televisión o videos. También es común, gastar tiempo durmiendo en el tren o escuchando la radio en el auto cuando puede ser usado para rezar el Rosario.

Como también, ¿el diario no lo puedes leer en diez minutos en lugar de veinte dejando espacio para la lectura espiritual?

¿Y esa comida no podría hacerse en media hora dejando espacio para la Misa?

No olvides que esta media hora es tiempo mal gastado cuando al final del día podrías haberla usado para una buena lectura espiritual, examinar tu conciencia e ir a la cama a tiempo para recuperar energías para las batallas del día siguiente. La lista continúa. Puedes hacer la tuya.

Sé honesto contigo y con Dios. Estos hábitos, vividos bien, nos capacitan para obedecer la segunda parte del gran mandamiento amar a los otros como a nosotros mismos. Estamos en la tierra como estuvo el Señor “para servir y no para ser servido.” Esto sólo puede ser alcanzado junto a nuestra gradual transformación en otro Cristo a través de la oración y los sacramentos.

Viviendo estos siete hábitos llegaremos a ser personas santas y apostólicas, gracias a Dios. Ten por seguro que, cuando caigamos en algo grande o pequeño, siempre tendremos un Padre que nos ama y espera en el Sacramento de la Penitencia y la devota ayuda de nuestro consejero espiritual para que volvamos a nuestro curso correcto.

Padre.  John McCloskey

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¿TIENES VOCACIÓN A LA VIDA CONSAGRADA?

Acto de bienvenidaJesús llamó a ser apóstoles «a los que quiso» después de pasar la noche en oración.

La Iglesia vio en ello el llamado al sacerdocio y también a otras formas de vida religiosa. Jesús es quien llama al joven a la vida religiosa, lo que no es fácil. La vida religiosa exige muchas renuncias para ser “todo de Dios”, estar al servicio de su Reino para la edificación de la Iglesia y la salvación de las almas.

La palabra “vocación” viene del latín vocare, que quiere decir “llamar”.

Dios pone en el corazón del joven ese deseo de servirlo radicalmente, sin división, a tiempo completo y de manera integral.

Para discernir ese llamada divina, el joven necesita, sin duda, de un buen director espiritual, un padre o un laico experto para ayudarlo. A continuación algunas señales indicativas de la vocación de un joven al sarcedocio o a la vida religiosa:

1. Querer entregar la vida totalmente a Dios sin guardar nada para sí: ser como Jesús, estar totalmente disponible para el Reino de Dios.

Ser otro Cristo – alter Christus. Abrazar el celibato con gusto, ofreciendo a Dios la renuncia a no tener marido o esposa, hijos, nietos, voluntad propia, etc. Es un matrimonio con Jesús. Él dijo que recibirá el ciento por uno en esta vida y la vida eterna quien dejara todo por su causa y su Reino. Jesús dijo que las aves tienen sus nidos, pero Él no tiene ni siquiera dónde apoyar la cabeza. Eso es señal de una vida despojada de todo.

2. La vocación religiosa exige que el candidato tenga el deseo de trabajar como Jesús por la salvación de las almas, sin pensar en un proyecto para su vida.

Exige la entrega total en la manos de Dios, deseo de vivir sumergido en el Señor. Le tiene que gustar rezar, estar con Dios, meditar su palabra y participar de la liturgia, pues sin eso no se sustenta una vocación religiosa.

El demonio tiene muchas razones para tentar a un sacerdote o a un religioso, pues este le arrebata las almas. Por lo tanto, el religioso consagrado tiene que vivir una vida de extrema vigilancia, mucha oración y mortificación, como dijo Jesús.

3. Amar a la Iglesia de todo corazón, tenerla como madre y maestra, ser sumiso a las enseñanzas de su magisterio. Ser fiel a la Iglesia y a sus pastores, nunca enseñando algo que no esté de acuerdo con el sagrado magisterio de la Iglesia.

Amar al Papa, a los obispos, a Nuestra Señora, a los ángeles y santos, los sacramentos, la liturgia y todo lo que forma parte de nuestra fe católica. Amar la Biblia y tener gusto en meditarla todos los días.

Desear estudiar teología, filosofía y todo lo que el magisterio sagrado de la Iglesia nos recomienda y enseña. Tener gusto en hacer oración, retiros espirituales y buscar permanentemente la santidad. Aspirar, como dijo san Pablo, a alcanzar la adultez de Cristo; ser un buen pastor para las ovejas.

4. Desear vivir una vida de penitencia, en la sencillez, en la pobreza evangélica, en la obediencia irrestricta a los superiores, abierto a todos a través del diálogo franco. Ser todo para todos. Estar dispuesto a obedecer siempre a su obispo o su superior toda la vida, cualquiera que sea la decisión de él sobre ti.

5. Estar dispuesto a dar la vida por la Iglesia, por las almas y por Jesucristo.

Quien opta por la vida religiosa debe entregarse en cuerpo y alma a ella; no puede ser más o menos sacerdote o religioso. Sería una frustración para la persona y para Dios.               Es mejor ser un buen laico que un mal religioso.

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XXII Domingo de tiempo Ordinario – 30 de Agosto

«SEÑOR, ¿QUIEN PUEDE HOSPEDARSE EN TU TIENDA?»     SALMO 14

«Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres»

 SAN MARCOS 7,1-8,14-15.21-23

En aquel tiempo se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos letrados de Jerusalén y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras (es decir, sin lavarse las manos). (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y al volver de la plaza no comen si lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas). Según eso, los fariseos y los letrados preguntaron a Jesús:

– ¿Por qué comen tus discípulos con mano impuras y no siguen tus discípulos la tradición de los mayores?

Él les contestó:

– Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos.” Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.

En otra ocasión llamó Jesús a la gente y les dijo:

– Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro del corazón del hombre salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.

Palabra del Señor

LO QUE DIOS QUIERE

Un grupo de fariseos de Galilea se acerca a Jesús en actitud crítica. No vienen solos. Los acompañan algunos escribas, venidos de Jerusalén, preocupados sin duda por defender la ortodoxia de los sencillos campesinos de las aldeas. La actuación de Jesús es peligrosa. Conviene corregirla.

Han observado que, en algunos aspectos, sus discípulos no siguen la tradición de los mayores. Aunque hablan del comportamiento de los discípulos, su pregunta se dirige a Jesús, pues saben que es él quien les ha enseñado a vivir con aquella libertad sorprendente. ¿Por qué?

Jesús les responde con unas palabras del profeta Isaías que iluminan muy bien su mensaje y su actuación. Estas palabras con las que Jesús se identifica totalmente hemos de escucharlas con atención, pues tocan algo muy fundamental de nuestra religión. Según el profeta, esta es la queja Dios.

“Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí”. Este es siempre el riesgo de toda religión: dar culto a Dios con los labios, repitiendo fórmulas, recitando salmos, pronunciando palabras hermosas, mientras nuestro corazón “está lejos de él”. Sin embargo, el culto que agrada a Dios nace del corazón, de la adhesión interior, de ese centro íntimo de la persona de donde nacen nuestras decisiones y proyectos.

“El culto que me dan está vacío”. Cuando nuestro corazón está lejos de Dios, nuestro culto queda sin contenido. Le falta la vida, la escucha sincera de la Palabra de Dios, el amor al hermano. La religión se convierte en algo exterior que se practica por costumbre, pero donde faltan los frutos de una vida fiel a Dios.

“La doctrina que enseñan son preceptos humanos”. En toda religión hay tradiciones que son “humanas”. Normas, costumbres, devociones que han nacido para vivir la religiosidad en una determinada cultura. Pueden hacer mucho bien. Pero hacen mucho daño cuando nos distraen y alejan de la Palabra de Dios. Nunca han de tener la primacía.

Al terminar la cita del profeta Isaías, Jesús resume su pensamiento con unas palabras muy graves: “Dejáis de lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres”. Cuando nos aferramos ciegamente a tradiciones humanas, corremos el riesgo de olvidar el mandato del amor y desviarnos del seguimiento a Jesús, Palabra encarnada de Dios. En la religión cristiana lo primero es siempre Jesús y su llamada al amor. Solo después vienen nuestras tradiciones humanas por muy importantes que nos puedan parecer. No hemos de olvidar nunca lo esencial.

ORACIÓN

TU ERES LA LEY, SEÑOR

El amor que se entrega

La Palabra de Dios encarnada

El Hijo de Dios vivo

TU ERES LA LEY, SEÑOR

Hablas con amor y por amor

Te acercas al hombre en su preocupación

Curas al enfermo y ayudas al pobre

Miras al corazón de las personas

TU ERES LA LEY, SEÑOR

Quieres a todos por igual

No te fijas en las apariencias

Valoras la sinceridad de los que te siguen

TU ERES LA LEY, SEÑOR

 

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XXI Domingo de Tiempo Ordinario – 23 de agosto

«¿También vosotros queréis marcharos?»

San Juan 6, 61-70

En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron:
–Este modo de hablar es inaceptable, ¿quién puede hacerle caso ?
Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban les dijo:
–¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del Hombre subir adonde estaba antes? El espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen.
Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo:
–Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.
Desde entonces muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.
Entonces Jesús les dijo a los Doce:
–¿También vosotros queréis marcharos?
Simón Pedro le contestó:
–Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.

«Tú tienes palabras de vida eterna»

Jesús introduce en quienes le siguen un espíritu nuevo; sus palabras comunican vida; el programa que propone puede generar un movimiento capaz de orientar el mundo hacia una vida más digna y plena. Pero, no por el hecho de estar en su grupo, está garantizada la fe. Hay quienes se resisten a aceptar su espíritu y su vida. Su presencia en el entorno de Jesús es ficticia; su fe en él no es real. La verdadera crisis en el interior del cristianismo siempre es esta: ¿creemos o no creemos en Jesús? La opción decisiva siempre es esa: ¿Quiénes se echan atrás y quiénes permanecen con él, identificados con su espíritu y su vida? ¿Quién está a favor y quién está en contra de su proyecto?

El grupo comienza a disminuir. Jesús no se irrita, no pronuncia ningún juicio contra nadie. Solo hace una pregunta a los que se han quedado junto a él: «¿También vosotros queréis marcharos?». Es la pregunta que se nos hace hoy a quienes seguimos en la Iglesia: ¿Qué queremos nosotros? ¿Por qué nos hemos quedado? ¿Es para seguir a Jesús, acogiendo su espíritu y viviendo a su estilo? ¿Es para trabajar en su proyecto?

La respuesta de Pedro es ejemplar: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna». Los que se quedan, lo han de hacer por Jesús. Solo por Jesús. Por nada más. Se comprometen con él. El único motivo para permanecer en su grupo es él. Nadie más.

Por muy dolorosa que nos parezca, la crisis actual será positiva si los que nos quedamos en la Iglesia, muchos o pocos, nos vamos convirtiendo en discípulos de Jesús, es decir, en hombres y mujeres que vivimos de sus palabras de vida.

ORACIÓN: ERES AMIGO QUE VIENE

A nuestro encuentro, cuando estamos solos

A nuestro lado, si te necesitamos

A nuestro pensamiento cuando dudamos.

ERES AMIGO QUE VIENE

Sí, Señor, eres amigo que no fallas

Vienes oportunamente

Sin que te llamemos, apareces

Sin tiempo para abrir la puerta, la cruzas.

ERES AMIGO QUE VIENE

Nos alimentas con manjar del cielo

Nos animas con alegría divina

Nos empujas con el viento del Espíritu

Nos abrazas con amor de Padre.

ERES AMIGO QUE VIENE, SEÑOR

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ORACIÓN

¡SUBES AL CIELO, VIRGEN MARIA!

Por tu obediencia y por tu  fe

Por tu gracia y tu ternura

Por tu alegría y tu  disponibilidad

Por tu amor y tu entrega

Por tu pobreza y tu  sencillez

Por tu pureza y tu  virginidad

Por tu oración y tus alabanzas

Por tu maternidad y tu  acogida

Por tu escucha de la Palabra

Por tu meditación de los  misterios

Por tus caminos sembrados de  Dios

Por tu alma traspasada por  el Espíritu

Por tus ojos iluminados por  la Gracia

Por tu cuerpo, templo del  mismo Dios

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DOS IMPORTANTES LECCIONES DE NUESTRA SEÑORA

Tizian 041.jpgCon ocasión de la fiesta de la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma al Cielo, el sábado 15 de agosto, el Papa Francisco explicó dos importantes lecciones de la Madre de Dios para todo cristiano.

Primera lección: La  fe

El Santo Padre explicó que este pasaje evangélico resalta “el motivo más verdadero de la grandeza de María y de su santidad: el motivo es la fe. De hecho Isabel la saluda con estas palabras: ‘Feliz tú por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor’”.

El Papa señaló que “la fe es el corazón de toda la historia de María; ella es la creyente, la gran creyente; ella sabe –y así lo dice– que en la historia pesa la violencia de los prepotentes, el orgullo de los ricos, la arrogancia de los soberbios”.

Sin embargo, prosigue, “María cree y proclama que Dios no deja solos a sus hijos, humildes y pobres, sino que los socorre con misericordia, con premura, derribando a los poderosos de sus tronos, dispersando a los orgullosos en las tramas de sus corazones. Y ésta es la fe de nuestra Madre, ¡esta es la fe de María!”

Segunda lección: La vida no es un deambular sin rumbo

El Papa Francisco dijo luego que las grandes cosas obradas por Dios en María no tienen que ver solo con ella sino que también “nos tocan profundamente, nos hablan de nuestro viaje por la vida, nos recuerdan la meta que nos espera: la casa del Padre”.

“Nuestra vida, vista a la luz de María asunta al Cielo, no es un deambular sin rumbo, sino una peregrinación que, aún con todas sus incertidumbres y sufrimientos, tiene una meta segura: la casa de nuestro Padre, que nos espera con amor”.

Dios, explica el Pontífice, ha dejado en la tierra “un signo de consuelo y de segura esperanza” que tiene un rostro y un nombre concreto: “aquel signo tiene un rostro, aquel signo tiene un nombre: el rostro radiante de la Madre del Señor, el nombre bendito de María, la llena de gracia, bendita porque ella creyó en la palabra del Señor. ¡La gran creyente!”

“Como miembros de la Iglesia, estamos destinados a compartir la gloria de nuestra Madre, porque, gracias a Dios, también nosotros creemos en el sacrificio de Cristo en la cruz y, mediante el Bautismo, somos insertados en este misterio de salvación”.

Al finalizar su reflexión y parafraseando la oración de la Salve, Francisco pidió a todos rezar para que “mientras prosigue nuestro camino sobre esta tierra, ella vuelva sobre nosotros sus ojos misericordiosos, nos despeje el camino, nos indique la meta, y nos muestre después de este exilio a Jesús, fruto bendito de su vientre. Y decimos juntos:

«¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!»

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FELICIDADES SOR MARTA

«Se va a vender todo lo que tiene y la compra» 

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Hoy es la onomástica de Sor Marta, y deseamos felicitarla en su santo. Al igual que el evangelio de hoy ella ha encontrado esa hermosa perla y se ha hecho con ella, se ha revestido de esa gran valentía que da el enamorarse de Cristo y hace que siga sus pasos.

Ella es ejemplo de entrega y a la vez una llamada a aquellas jóvenes que desean también dar respuesta a sus inquietudes vocacionales. Ella anima  a la convivencia que se ofrece en este mes de agosto, serán días inolvidables que quizás den sus frutos con nuevas vocaciones  en la Comunidad Benedictina.

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XV DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO – 12 Julio

«ELLOS SALIERON A PREDICAR LA CONVERSIÓN»

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 6, 7- 13

En aquel tiempo llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no, túnica de repuesto. Y añadió:  Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.

Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

Palabra del Señor

Jesús nos envía: salgamos a predicar

Nunca como ahora, nuestra sociedad –tanto en Europa como en América—necesita de la enseñanza de Jesús de Nazaret. Y nosotros hemos de ser los testigos que Jesús envía a mostrar las excelencias del Reino de Dios. No es una obligación exclusiva para los sacerdotes, o de los consagrados y consagradas. No, ciertamente. Es labor para todos los bautizados, porque el Bautismo, administrado en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, nos convierte en Reyes y Sacerdotes. Jesús envío a sus discípulos sin medios, y casi sin conocimientos, pero el Espíritu Santo les acompañaba. Salgamos, pues a predicar. Es Jesús quien nos envía.

La fiesta de la Virgen del Carmenpurgatorio

El jueves, día 16, la Iglesia celebra la fiesta de la Virgen del Carmen. En España se vive con gran relevancia esta Festividad de la Virgen del Carmen. Es la patrona de miles y miles de consagrados y consagradas que viven bajo la advocación de Santa María del Carmelo; de los  hombres y mujeres que viven del mar, marineros y pescadores, de sus ciudades costeras y en todos los puertos se organizan vistosísimas procesiones con barcos que suelen tener como fin depositar flores en el mar en recuerdo de los fallecidos. Es, no obstante, una fiesta alegre y con muchas celebraciones profanas. Existen además entre las mujeres españolas muchas con el nombre de Carmen. Aunque las fiestas populares dedicadas a Nuestra Señora son muy abundantes en el verano español esta de Nuestra Señora del Carmen tiene especial relieve, sobre todo por la devoción marinera. Asimismo, hay una especial protección para aquellos fieles que llevan es escapulario de la Virgen. En los últimos tiempos se ha incrementado considerablemente la imposición a los fieles del escapulario, costumbre que, tal vez, se había olvidado un tanto.

ORACIÓN: CONTIGO SEÑOR

Es posible creer en el amor

Sentimos la presencia de Dios

La luz en medio de la oscuridad

Nos vemos anunciadores de tu Reino

Creemos y esperamos en Ti

Soñamos con verte en el cielo

Bendecimos a Dios nuestro Padre

Le glorificamos con nuestros cantos

Le damos gracias por la viday la FE

Iremos por los caminos del mundo

Llevaremos tu nombre

Les hablaremos de Ti

 “5 vitaminas que necesita el Cuerpo de Cristo                          para crecer”

Cómo puede aplicarse en la vida personal, en las parroquias o diócesis y en los monasterios.

1. Vitamina A de “Alabanza y Adoración” (EUCARISTÍA DOMINICAL)

Tanto la persona como la parroquia requieren oración, alabanza, adoración, liturgia… “Nuestras comunidades han de permitir que en la oración se sienta, que se experimente, a Dios. Que nuestra oración colectiva, sea con gregoriano o con guitarra eléctrica, muestre al visitante que se percibe la presencia de Dios”.

2. Vitamina B de “Buena comunidad” (VIDA COMUNITARIA)

Para evangelizar y para crecer espiritualmente, el individualismo es malo, y la comunidad es buena, incluso imprescindible. “En Francia somos muy individualistas y eso es malo para crear comunidad cristiana”, advierte Marc de Leyritz. “Hay estudios que señalan que las comunidades religiosas que crecen son aquellas que generan amistades: eso es clave. Estas comunidades han de estar abiertas a la amistad con recién llegados. Conozco docenas de personas que dicen: ‘hace 10 años que estoy en esta parroquia y nunca nadie me ha saludado’. ¿Sólo en Francia pasa eso?”

3. Vitamina C de “Carismas, cercanía y caridad” (MINISTERIOS-SERVICIOS)

Dios ha repartido sus dones y carismas, sus talentos, para que cada cristiano los ponga al servicio de los demás. Eso incluye servir desde la caridad y la cercanía, como Cristo que era cercano y caritativo, y que aún hoy “nos busca en un encuentro y un trato personal”. Este servicio necesita detectar en nosotros los dones espirituales: “los describe Pablo en 1 Corintios y en Romanos capítulo 12 y cada uno tenemos uno o varios para ayudar a construir el Cuerpo de Cristo. El problema es que en muchas comunidades desconocen qué dones tienen sus integrantes. Los líderes y los sacerdotes deberían ayudar a discernir esos dones y ponerlos a trabajar”.

4. Vitamina D de “Discipulado” (FORMACIÓN PRÁCTICA)

Jesús ordenó: “Id y haced discípulos”. Hacer discípulos es discipular, formar cristianos maduros. “Si los parroquianos no cambian y maduran en su fe con los años, no hay discípulos, no hay crecimiento en la vida cristiana”, denunció Marc de Leyritz. Cada parroquia o grupo debería plantearse si está haciendo discípulos, como pide Cristo, o meramente ofrece servicios y atiende a “consumidores de productos religiosos”.

5. Vitamina E de “Evangelización” (PRIMER ANUNCIO)

Como dejó ya claro Pablo VI en Evangelium Nuntiandii, “la Iglesia existe para evangelizar”. Evangelizar no es una cosa más que hacen algunos, sino la razón de ser de la Iglesia, y todo en ella, y en cada comunidad, parroquia, grupo, debe supeditarse a evangelizar. Lo que dificulte la evangelización debe retirarse. Los evangelizadores han de contagiar la salvación en Cristo.

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SAN BENITO PATRÓN DE EUROPA – 11 de Julio

San BenitoLos países Europeos tal como los conocemos hoy son la consecuencia de la transformación que a lo largo de los siglos sufrió el “Imperio Romano”, tras la decadencia de este. Sus territorios se ven castigados por invasores “Bárbaros”, que residían fueras de sus fronteras e incluso las salvaguardaban de otros enemigo. Este tiempo tan cambiante para la estructuración de  Europa es el que le toca vivir a nuestro Santo Patrón. La fundación de la abadía de Montecassino y la redacción de su regla  dan lugar a la institución del Monaquismo Benedictino. Él tiene claro cuál es la misión de la expansión  de sus abadías “Centros de oración, formación, atención de pobres y enfermos” así viven y enseñan a vivir en paz. Con el paso del tiempo los monasterios Benedictinos van poblando Europa, sus abades y frailes conservan una fisonomía y actividad propia. La orden de San Benito ha dado y da testimonio de “PAZ” con su obra paciente, callada, de siembra en el corazón humano. Esa paz que algunas ONG parece que la han descubierto ahora y que claman para conseguirla.

ORACIÓNES A SAN BENITO:

PARA EL 11 DE JULIO: San Benito, Padre y Protector nuestro, tu no te antepusiste a nada ante Cristo desde que lo hallaste en la oración. Intercede para que también nosotros podamos encontrarlo y así vivamos en el amor del Eterno Padre y en la victoria de la Cruz de su Hijo.Que unamos nuestros sufrimientos a los de la para la redención de nuestros pecados. Amén.

PARA PEDIR UNA GRACIA: Señor Dios Nuestro, que hiciste al abad Benito, esclarecido maestro del Divino Servicio, concédeme por su intercesión la gracia que te pido. También te pido, que prefiriéndote a ti sobre todos los lujos, avancemos por la senda de tus mandamientos con el corazón contrito, y rezando y trabajando con amor como él hizo.

Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

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