El sacramento de la reconciliación I

«Ordinariamente Dios Padre concede su perdón mediante el sacramento de la Penitencia y de la Reconciliación. En efecto, al caer de manera consciente y libre en pecado grave, éste separa al creyente de la vida de la gracia con Dios y, por ello mismo, lo excluye de la santidad a la que está llamado. La Iglesia, habiendo recibido de Cristo el poder de perdonar en su nombre (cf. Mt 16, 19; Jn 20, 23), es en el mundo la presencia viva del amor de Dios que se inclina sobre toda debilidad humana para acogerla en el abrazo de su misericordia» (IM, 9).

Cirio Pascual¿POR QUÉ CONFESARSE?

¡Porque somos pecadores!. Es decir, pensamos y actuamos de modo contrario al Evangelio. Quien dice estar sin pecado es un mentiroso o un ciego.

En el sacramento Dios Padre perdona a quienes, habiendo negado su condición de hijos, se confiesan de sus pecados y reconocen la misericordia de Dios. Puesto que el pecado de uno solo daña al cuerpo de Cristo que es la Iglesia, el sacramento tiene también como efecto la reconciliación con los hermanos.

¿CÓMO CONFESARSE?

No es siempre fácil confesarse: no se sabe que decir, se cree que no es necesario dirigirse al sacerdote…

Tampoco es fácil confesarse bien: hoy como ayer, la dificultad más grande es la exigencia de orientar de nuevo nuestros pensamientos, palabras y acciones que, por nuestra culpa, nos distancian del evangelio.

Es necesario «un camino de auténtica  conversión, que lleva consigo un aspecto «negativo» de liberación del pecado, y otro aspecto «positivo» de elección del bien que se expresa en los valores éticos contenidos en la ley natural, confirmada y profundizada en el evangelio. Éste es el contexto adecuado para redescubrir y hacer viva la celebración del sacramento de Penitencia en su significado más profundo».

El camino a recorrer, comienza por la escucha de la voz de Dios y prosigue con el exámen de conciencia, el arrepentimiento y el propósito de la enmienda, la invocación de la misericordia divina que se nos concede gratuitamente mediante la absolución, la confesión de los pecados al sacerdote, la satisfacción o cumplimiento de la penitencia impuesta, y finalmente, con la alabanza a Dios por medio de una vida renovada.

¿QUÉ HAY QUE CONFESAR?

«El que quiere obtener la reconciliación con Dios y con la Iglesia debe confesar al sacerdote todos los pecados graves que no ha confesado aún y de los que se acuerde, tras examinar cuidadosamente su conciencia. La confesión de las faltas veniales, está recomendada vivamente por la Iglesia.» (Catecismo de la Iglesia Católica, 1493)

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1 respuesta a El sacramento de la reconciliación I

  1. Edgar dijo:

    Precioso artículo y llega a mi vida en el momento que Dios penso que me era propicio para mi conversión. Gracias por haberlo puesto en la red.

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