Lourdes 2009

«Un paso adelante»

Aquella, podría decirse que se trataba de una peregrinación más, pero no fue así, aunque las motivaciones y la ilusión fueran similares a las de la primera vez. Pienso que la finalidad de esta peregrinación era la disponibilidad hacia los enfermos, entregarse a la misión de servicio encomendada. Al final, el sostén es mutuo. El encuentro con personas conocidas años anteriores, hace que sea también un viaje para compartir deseos, esperanzas, proyectos. No es lo mismo acompañar a un enfermo que ofrecerles manos y oídos atentos a sus preocupaciones y necesidades. Este viaje, me transformó: no sólo hay enfermos físicos de cuerpo . Yo, estaba enferma de orgullo, de autosuficiencia, y me dejé tocar y me tocó su serenicdad ante el dolor. El hecho de verlos aceptando su enfermedad y fueran capaces de vivir ese instante con alegría, hizo que mi interior clamara. La luz, es más clara hoy que ayer, porque hoy me han ayudado a comprender que el camino se hace paso a paso, que hay que poner esperanza al avanzar, que la fe no es conquista de un día, sino que es un proceso en contínuo crecimiento, que el amor es el lema para caminar juntos, que hay que abandonarse más en Dios y en María, para llegar al FIAT que Ella dio. La experiencia de esta 36º peregrinación a Lourdes me transformo, me olvidé de mi misma. Pude orar y hallar silencio en momentos de recogimiento interior para madurar mi  fe, débil, aún. Ahora, María, sé Tú mi guía y condúceme  por el camino que lleva a Jesús por esa ladera ascendente hacia la Cruz. Que sea capaz de aceptarla sin reserva y sin miedo, que sea capaz de morir y dar mucho fruto.

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