FESTIVIDAD DE MARÍA AUXILIADORA – 24 de Mayo

 

María, auxilio de los cristianos (en latín: Maria Auxilium Christianorum) es un título antiguo dado a María, madre de Jesús. Se originó hacia el año 345 con san Juan Crisóstomo, tomó fuerza con el Papa Pio V en el S. XVI y fue definitivamente popularizado con el desarrollo de las obras educativas y apostólicas de Don Bosco en el S. XIX, en la advocación mariana de María Auxiliadora. Aunque comúnmente se asocia el título con la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa también lo conoce desde que en 1030 Ucrania logró defenderse de una invasión bárbara, hecho que la religiosidad de la época atribuyó al auxilio de la Virgen María.

  Hasta el siglo XIX, la advocación de María Auxiliadora se asoció fuertemente a la defensa militar de los bastiones católicos y ortodoxos en Europa, el norte de África y Medio
Oriente frente a los pueblos no cristianos, muy especialmente los  musulmanes. Precisamente bajo el pontificado de Pío V, los pueblos euro-cristianos reunieron una importante fuerza militar para detener en la batalla de Lepanto (1571) el expansionismo del Imperio otomano por el Mediterraneo occidental. Mientras la Liga Santa encabezada por España e integrada por los Estados Pontificios, la La República de Venecia, la Orden de Malta, la República de génova y el Ducado de Saboya, derrotaron a la armada del Imperio otomano, el papa había pedido a toda la cristiandad que rezara el rosario. En gratitud por la victoria, el papa Pío V instituyó la fiesta de la Virgen de las Victorias, después conocida como la fiesta del Rosario, a celebrarse el primer domingo de octubre, y agregó el título «auxilio de los cristianos» (Sancta Maria Auxilium Christianorum) a las letanías lauretanas.

Con la popularización  que los salesianos hicieron de la devoción a María Auxiliadora en todos los  países en donde se abrieron casas de Don Bosco, se dio el surgimiento de numerosos santuarios, entre los cuales el más célebre es precisamente el de la Basílica de María Auxiliadora en Turín. El título de María como «auxilio de los cristianos» forma parte hasta hoy de las letanías lauretanas.

                                                                ORACIÓN

«Virgen Santísima, Madre del Verbo Encarnado y Madre nuestra, venerada con el título de «AUXILIO DE LOS CRISTIANOS» en el Santuario de Sheshan, a la que se dirige con devoción toda la Iglesia en CHINA, hoy venimos ante ti para implorar tu protección.
Mira al Pueblo de Dios y guíalo con solicitud maternal por los caminos de la verdad y el amor, para que sea siempre fermento de convivencia armónica entre todos los ciudadanos.
Con el dócil «sí» pronunciado en Nazaret tú aceptaste que el Hijo eterno de Dios se encarnara en tu seno virginal iniciando así en la historia la obra de la Redención, en la que cooperaste después con solícita dedicación, dejando que la espada del dolor traspasase tu alma, hasta la hora suprema de la Cruz, cuando en el Calvario permaneciste erguida junto a tu Hijo, que moría para que el hombre viviese.
Desde entonces llegaste a ser, de manera nueva, Madre de todos los que acogen a tu Hijo Jesús en la fe y lo siguen tomando su Cruz.
Madre de la esperanza, que en la oscuridad del Sábado Santo saliste al encuentro de la mañana de Pascua con confianza inquebrantable, concede a tus hijos la capacidad de discernir en cualquier situación, incluso en las más tenebrosas, los signos de la presencia amorosa de Dios.
AUXILIADORA  nuestra de Sheshan, alienta el compromiso de quienes en China, en medio de las fatigas cotidianas, siguen creyendo, esperando y amando, para que nunca teman hablar de Jesús al mundo y del mundo a Jesús.
En la estatua que corona el Santuario tú muestras a tu Hijo al mundo con los brazos abiertos en un gesto de amor.
Ayuda a los católicos a ser siempre testigos creíbles de este amor, manteniéndose unidos a la roca de Pedro sobre la que está edificada la Iglesia.
Madre de China y de Asia, ruega por nosotros ahora y siempre. Amén».

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