XXVII DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO – 4 de Octubre

«Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre»

SAN MARCOS 10,2-16

En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús para ponerlo a prueba:  ¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?

Él les replicó:  ¿Qué os ha mandado Moisés?

Contestaron: Moisés permitió divorciarse dándole a la mujer un acta de repudio.

Jesús les dijo: Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.

En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.

Le acercaban niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el Reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el Reino de Dios como un niño, no estará en él. Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.

El Domingo del Amor

Jesús de Nazaret, como siempre, nos habla de Amor. Y hoy se refiere al amor de la pareja, al matrimonio entre hombre y mujer, que proclama indisoluble. También se refiere a los niños, dentro de esa escena tan querida del evangelio cuando expresa “dejad que los niños de acerquen a mi…” Y nos pide que la infancia espiritual llene nuestras vidas. Es un domingo –el primero de octubre—para meditar con las escrituras propuestas y dar forma de amor y perfección a nuestras vidas. Se inicia además en Roma la Asamblea General del Sínodo de los Obispos que tratará de la familia.

UN NUEVO CURSO

Llegado el mes de octubre siempre se habla de las novedades que puede traer el nuevo curso  a la Iglesia,  convocado por el Papa Francisco, aparece el Año Santo de la Misericordia,  y que está movilizando a la institución eclesial de manera importante. Y como todo Año Santo comporta un Jubileo que es la celebración propiamente dicha. Normalmente, los Años Santos tenían una cierta regularidad en su celebración como, por ejemplo, bien puede aplicarse al Año Santo Jacobeo. Pero el Papa Francisco ha querido iniciar esa dedicación a la misericordia con todo el notable funcionamiento de los años santos. El Año Santo Extraordinario  se inicia el 8 de diciembre de 2015 y terminará el 20 de noviembre de 2016, para celebrar el 50 aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, para profundizar en su implantación y tener como lugar central la Divina Misericordia, con el fortalecimiento del sacramente de la Penitencia con la confesión. El 8 de diciembre es la festividad de la Inmaculada Concepción de María.

CONMEMORACIONES

El mismo 1 de octubre era la fiesta de Santa Teresita del Niño Jesús. Y el viernes, 2, los Ángeles Custodios. El día 3, se conmemoraba a San Francisco de Borja, segundo general de los Jesuitas. El domingo 4 es la festividad de San Francisco de Asís, uno de los más grandes santos de la historia cristiana y fundador de los franciscanos, Y aunque, lógicamente, se solapa la fiesta por el domingo, San Francisco estará muy presente en muchos y, sobre todo, desde que el actual Papa tomó su nombre. El lunes conmemoráremos, las Témporas de Acción de Gracias y Petición, que es una fiesta litúrgica de gran tradición y destinada a pedir apoyo por los proyectos del nuevo curso y de agradecimiento por los bienes recibidos. Y así llegamos al miércoles 7, gran fiesta mariana para honrar a Nuestra Señora del Rosario. Como se sabe el mes de octubre está dedicado, precisamente, al Rosario y a su extensión como práctica oracional excelsa.

También se celebra la citada XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, del 4 al 25 de este mes de octubre de 2015, pero el 17 de este mismo mes se conmemora el 50 Aniversario del Sínodo de los Obispos; será un acto que bajo la presidencia del papa Francisco se celebrará en el aula Pablo VI del Vaticano. Pero el Sínodo está abrazado por la celebración familiar. Tomo un texto del Pontificium Consilium pro Familia titulado “El camino sinodal de la familia. Dice:

“La familia vista como un abrazo ideal, entre el Sínodo extraordinario de octubre 2014 y el Sínodo general del 2015. Un recorrido original que ve implicados e interpelados a todos los componentes eclesiales y más aún. En la elección de la familia, con sus desafíos inéditos y grandes recursos, la Iglesia respira a pleno pulmón, por sí misma y por toda la humanidad. El evangelio de la familia es la buena noticia del amor divino que es proclamada a todos los que viven esta fundamental experiencia humana personal, de pareja y de comunión abierta al don de los hijos, que es la comunidad familiar. El magisterio de la Iglesia sobre el matrimonio es presentado y ofrecido de forma comunicativa y eficaz, para que toque los corazones y los transforme según la voluntad de Dios manifestada en Cristo Jesús”.

ORACIÓN: ¿ME AYUDARÁS, SEÑOR?

A dar amor y perdonar

A buscar en Ti mí fuerza

A encontrar en Ti mi  felicidad

¿ME  AYUDARAS, SEÑOR?

A no romper y sí a construir

A no derribar, y sí a  levantar

A no hablar, y si a callar

A no dudar, y sí a creer

¿ME  AYUDARÁS, SEÑOR?

A darte amor, con mi pobre  amor

A darte gloria, con mi débil  alabanza

A buscarte, aunque esté  perdido

A volver a Ti, aunque sea  egoísta

¿ME  AYUDARÁS, SEÑOR?

 

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