XXX DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO -C. A

“AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS… AMARÁS A TU PRÓJIMO…”

(MATEO 22, 34-04)

“Crecer en el amor”

Jesús define lo principal de su vida y de su doctrina: amar al Señor, nuestro Dios, con todo el corazón es reconocer a Dios como Fuente última de nuestra existencia, despertar en nosotros una adhesión total a su voluntad, y responder con fe incondicional a su amor universal de Padre de todos. No es posible amar a Dios y vivir de espaldas a sus hijos e hijas. Todo este lenguaje puede parecer demasiado viejo, demasiado gastado y poco eficaz. Sin embargo, también hoy el primer problema en el mundo es la falta de amor, que va deshumanizando, uno tras otro, los esfuerzos y las luchas por construir una convivencia más humana. Los seguidores de Jesús no hemos de olvidar nuestra responsabilidad. El mundo necesita testigos vivos que ayuden a las futuras generaciones a creer en el amor pues no hay un futuro esperanzador para el ser humano si termina por perder la fe en el amor.

Citas para reflexionar

  • «Hoy santa Teresa nos dice: reza más para comprender bien lo que pasa a tu alrededor  y así actuar mejor. ¡Este es el realismo teresiano!» Papa Francisco
  • «El cristianismo está todavía en sus comienzos; nos lleva trabajando solo dos mil años. La masa es pesada y se necesitarán siglos de maduración antes de que la caridad la haga fermentar» Jean Onibus
  • «Si las puertas de la Iglesia están abiertas, la gente entra» Mons. Carlos Osoro
  • «Lo que el mundo necesita no son personas buenas, sino personas santas» San Juan Pablo II
  • «Entre los más pobres se encuentran también quienes no conocen a Dios» Mons. Carlos Osoro

Efemérides y noticias

  • El Papa Francisco pide a España “realismo teresiano”. Indica 4 caminos: la alegría, la oración, la fraternidad y la entrega del propio tiempo.
  • El Papa ha sido invitado a un encuentro con niños de la calle de Filipinas, durante su próximo viaje en enero de 2015.
  • Pakistán confirma la pena de muerte contra la católica Asia Bibi, acusada en 2010 de insultar al profeta Mahoma y aplicar la ley antiblasfemia. Esta ley atenta contra la dignidad humana y es una violación de los derechos humanos.
  • El pasado día 18 se celebró el “Día Europeo contra la Trata” con un dato estremecedor, en el mundo 21 millones de personas sufren esta esclavitud moderna. España es el segundo país europeo en explotación sexual.
  • La diócesis de Alcalá de Henares ha publicado un comunicado como respuesta a la querella contra Mons. Juan Antonio Reig Pla. “Ninguna institución humana está legitimada para juzgar y, menos aún, impedir que se enseñen los contenidos de la doctrina católica” afirma el texto.
  • La Hermana Paciencia agradece a Teresa Romero su generosidad y entrega por ofrecerse a cuidar de los misioneros. En rueda de prensa pidió ayuda para frenar el ébola en Africa; se alegraba de estar aquí haciendo el bien y poder ayudar con su suero.
  • Monseñor Carlos Osoro ha tomado posesión el sábado de la diócesis de Madrid, en Misa solemne acompañado de 6 cardenales y más de 60 obispos españoles.  En su homilía ha revelado que celebrará una vigilia con jóvenes los primeros viernes de mes en la Catedral de la Almudena.

LA FE DE PABLO VI

Pablo VI inició una nueva época de la historia de la Iglesia, inaugurada por el Concilio Vaticano II, y la preparó para introducirla en la modernidad. Su fuerza: el amor a Cristo y la fidelidad a la Iglesia.    Pablo VI tuvo que guiar la Iglesia en medio de una época crítica. Sus famosas palabras de 1972 -«Tengo la impresión de por alguna rendija ha entrado el humo de Satanás en el templo de Dios».  Pablo VI vivió la fe de modo heroico. Cuando la tempestad se hizo más borrascosa sobre la Iglesia y en la Iglesia, siempre demostró su amor por ella, y sufrió con, por y a causa de la Iglesia, anclado en Cristo. Todo lo que hizo, lo hizo por Cristo. En sus encuentros con los obispos, repetía una y otra vez aquellas palabras que luego hizo populares Juan Pablo II: «¡No tengáis miedo! ¡Ánimo! » Una de las expresiones más elevadas de su fe fue su conocida oración de 1968: Señor, yo quiero creer en Ti. 

 Pocas semanas antes de su fallecimiento, confesaba a varios cardenales que «el anhelo profundo de toda mi vida, el suspiro incesante, trenzado de pasión y de oración, ha sido el amor por Cristo y por la Iglesia, a la cual le he dado el corazón y la vida». Al término de esta vida, cuando la muerte se acercaba para dar fin a su vida terrena, el Papa sólo repetía la oración enseñada por el Salvador. El Padrenuestro fue la última oración que susurró hasta el mismo momento de su muerte.

  SEÑOR, YO QUIERO CREER EN TI 

Haz, Señor, que mi fe sea pura, sin reservas, y que penetre en mi pensamiento, en mi modo de juzgar las cosas divinas y las humanas.

Que mi fe sea libre, Señor, que acepte las renuncias y los riesgos que comporta: yo creo en Ti, Señor.

Señor, haz que mi fe sea fuerte, que no se asuste ante la contradicción de los problemas; que no tema la oposición de quienes la discuten, la impugnan, la rechazan, la niegan, sino que se robustezca en la prueba íntima de tu Verdad.

Señor, haz que mi fe sea firme: firme por una lógica externa de pruebas y por un testimonio interior del Espíritu Santo; yo creo en Ti.

Señor, haz que mi fe sea feliz: que dé paz y alegría a mi espíritu, que lo capacite para la oración con Dios y para la conversación con los hombres. Yo creo en ti, Señor.

Señor, haz que mi fe sea activa y que dé a la caridad un motivo de su expansión moral, de modo que constituya una verdadera amistad contigo; y que en las obras, en el sufrimiento, en la espera de la revelación final, suponga una continua búsqueda de ti.

Señor, que mi fe sea humilde: que no presuma basarse en la experiencia de mi pensar y sentir, sino que se rinda ante el testimonio del Espíritu Santo; y que no tenga otra garantía mejor que la docilidad a la autoridad del magisterio de la santa Iglesia.  Amén.                         PABLO VI en 1968

ORACIÓN: QUIERO AMARTE, SEÑOR

Como Tú me amas a mí
Con la misma alegría con que Tú lo haces
Sin pedir nada a cambio
Con la fuerza que Tú me das
Con el perdón que siempre me ofreces
Con la confianza que pones en mí
Sin engaños y con verdad
Sin palabrería ni falsedad
Amando a mi prójimo como Tú lo haces
QUIERO AMARTE, ASÍ, SEÑOR
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