Meditación: «Si alguno peca, tenemos un intercesor, ante el Padre: Jesucristo» (Juan 2,1)
Y Él nos dejó a Su Madre Santa como Abogada para defender a sus hijos del enemigo y evitar el martirio eterno de no ver el Cielo.
Toda alma esforzada que busca este Santo Refugio será protegida y enriquecida conservando la verdadera Vida.
¡Oh María refugio de los pecadores !
Madre de los confesores, llena de misericordia, escóndenos en tu Corazón para que sólo seamos fieles a tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Amén.