María, como el lucero del alba nos anuncia el Nacimiento de Jesús, Sol de Justicia.
Ella, la puerta del cielo, nos sube peldaño a peldaño hacia su Hijo Amado, pidiéndonos con amor que tengamos humildad de corazón, viviéndo las virtudes que en Ella destellan, como verdaderos discípulos y dignos hijos.
Seamos sinceros y de corazón recto para subir de su mano al cielo.
¡Oh Estrella de la mañana nuestra soberana!
Marca nuestro camino que es el mismo Cristo, para que no caigamos en ningún desvío y estemos siempre contigo. Amén.
