Antífonas mayores de la «O»

DSCN0139Las antífonas de la O son siete, y la Iglesia las canta con el Magnificat del Oficio de Vísperas desde el día 17 hasta el día 23 de diciembre. Son un llamamiento al Mesías recordando las ansias con que era esperado por todos los pueblos antes de su venida, y, también son, una manifestación del sentimiento con que todos los años, de nuevo, le espera la Iglesia en los días que preceden a la gran solemnidad del Nacimiento del Salvador.

Se llaman así porque todas empiezan en latín con la exclamación «O», en castellano «Oh». También se llaman «antífonas mayores».

Fueron compuestas hacia los siglos VII-VIII, y se puede decir que son un magnífico compendio de la cristología más antigua de la Iglesia, y a la vez, un resumen expresivo de los deseos de salvación de toda la humanidad, tanto del Israel del A.T. como de la Iglesia del N.T.

Son breves oraciones dirigidas a Cristo Jesús, que condensan el espíritu del Adviento y la Navidad. La admiración de la Iglesia ante el misterio de un Dios hecho hombre: «Oh». La comprensión cada vez más profunda de su misterio. Y la súplica urgente: «Ven»

Cada antífona empieza por una exclamación, «Oh», seguida de un título mesiánico tomado del A.T., pero entendido con la plenitud del N.T. Es una aclamación a Jesús el Mesías, reconociendo todo lo que representa para nosotros. Y termina siempre con una súplica: «ven» y no tardes más.

  • O Sapientia = sabiduría, Palabra
  • O Adonai = Señor poderoso
  • O Radix = raíz, renuevo de Jesé (padre de David)
  • O Clavis = llave de David, que abre y cierra
  • O Oriens = oriente, sol, luz
  • O Rex = rey de paz
  • O Emmanuel = Dios-con-nosotros.

Leídas en sentido inverso las iniciales latinas de la primera palabra después de la «O», dan el acróstico «ero cras», que significa «seré mañana, vendré mañana», que es como la respuesta del Mesías a la súplica de sus fieles.

Se cantan —con la hermosa melodía gregoriana o en alguna de las versiones en las lenguas modernas— antes y después del Magnificat en las Vísperas de estos siete días, del 17 al 23 de diciembre, y también, un tanto resumidas, como versículo del aleluya antes del evangelio de la Misa.

  • Día 17 : ¡Oh, Sabiduría! que brotaste de la boca del Altísimo, abarca del uno al otro confin y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ven  y muestranos el camino de la salvación.
  • Día 18: ¡Oh, Adonaí jefe de la casa de Israel! Que te apareciste a Moisés en la zarza encendida, y le diste tu Ley sobre el monte Sinaí. Ven a rescatarnos con el poder de tu brazo.
  • Día 19: ¡Oh, Raíz de Jesé! Que estás como estandarte de todos los pueblos, en cuya presencia se callarán los reyes, y te invocarán los Gentiles. ¡Ven a salvarnos, no tardes ya!
  • Día 20: ¡Oh, Llave de David y cetro de la casa de Israel! Que abres sin que nadie pueda cerrar, y cierras sin que nadie pueda abrir! ¡Ven y saca de su prisión a los cautivos sentados en tinieblas y en sombras de muerte!
  • Día 21: ¡Oh Oriente, esplendor de la luz eterna y sol de justicia! ¡Ven y alumbra a los sumidos en tinieblas y sombra de muerte!
  • Día 22: ¡Oh Rey de las naciones y su Deseado; piedra angular que reúnes a los dos pueblos! ¡Ven y salva al hombre que formaste del lodo!
  • Día 23: ¡Oh Emmanuel, nuestro Rey y Legislador, esperanza de las naciones y Salvador suyo! ¡Ven a salvarnos, Señor y Dios nuestro!

Son cantadas por todas las Comunidades  Benedictinas y Cistercienses, en latín con música gregoriana.

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