Dichosa tú que has creído
Palabras del saludo de santa Isabel con las que termina Benedicto XVI su Carta apostólica Porta fidei. Hacemos una súplica a la Virgen, para que nos alcance la fe. De igual modo que la labor apostólica de la Iglesia nació, en Pentecostés, con todos los apóstoles reunidos rezando junto a María. «Principalmente es una llamada personal de la Virgen nuestra Madre, a todos y a cada uno de nosotros, y es muy difícil resistirse a la voz de la Madre». «Los laicos nos vamos dando cuenta de que la Iglesia, de la que somos parte activa, nos necesita, y que la llamada a la evangelización de los últimos Papas, en gran parte, depende de nosotros».
En medio del Adviento se presenta la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María Virgen como una fiesta grande, de amor y de ternura. Y es una fiesta de mucha raigambre en España y en Iberoamérica. Los pueblos hispanos comenzaron a celebrar la Concepción Inmaculada de María mucho antes que fuera dogma oficial de la Iglesia católica. Es una fiesta muy nuestra.