DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO

«Os lo aseguro: el que cree  tiene vida eterna»

Para reconocer a Jesús presente en la Eucaristía es necesaria la fe en Él, en su Palabra, en su deseo de quedarse con sus discípulos para siempre, de ser alimento para el camino de nuestra vida. Por eso dice Jesús: “Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna”. La fe nos hace ver en este simple pan y vino el Cuerpo y la Sangre de Jesús resucitado, el alimento para la vida eterna. Y esa convicción es la que nos hace fuertes para andar el camino de la vida.

Los consejos concretos que da San Pablo a los primeros cristianos de Éfeso siguen siendo hoy tan válidos como entonces. Es suficiente con que los recordemos literalmente: “desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda maldad. Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo”. Más resumido y mejor no se puede decir.

La Vida eterna está a nuestro alcance: esta en la Eucaristía que celebramos, cada domingo o a diario. Jesús sólo nos pide una cosa: que creamos en Él con amor y esperanza. Si lo hacemos así, daremos vida al mundo con nuestro compromiso transformador de la realidad pecadora que nos rodea.

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