DOMINGO DE RAMOS

«¡Hosanna al  Hijo de David, bendito el que viene  en el nombre del Señor!»

La Semana Santa o Semana Mayor, comienza con el Domingo de Ramos. Tiene lugar durante la semana del primer plenilunio de primavera.
En el Domingo de Ramos conmemoramos que Jesús de Nazaret entró triunfalmente a Jerusalén, en medio de una multitud que lo aclamaba como el Hijo de Dios. La narración de la entrada a Jerusalén está escrita en el Nuevo Testamento, todos los evangelistas hacen referencia: Mateo, capítulo 21, 1-9; Marcos, capítulo 11, 1-10; Lucas, capítulo 19, 28-40; Juan, capítulo 12, 12-19.
Antes de entrar a Jerusalén, Jesús se detuvo en Betania y Betfagé, y el Evangelio de Juan añade que cenó con Lázaro y sus hermanas Martha y María. Mateo describe que Jesús envió a dos discípulos (no mencionados): «Id a esa aldea que está enfrente de vosotros, y muy pronto os encontraréis una asna atada y su pollino con ella; desatadla y traédmelos y si alguno os dijere algo, respondedle que lo ha menester el Señor, y al punto os lo dejará».
Jesús entró a Jerusalén, la gente alfombraba su camino, agitaban ramas de palma u olivo y también cantaba parte de los Salmos. El lugar de esta entrada no está especificado, pero se supone que tuvo lugar en la Puerta Dorada, desde donde se creía que el Mesías entraría a Jerusalén, otros estudiosos piensan que el lugar fue hacia el sur, pues tenía entrada directa hacia el templo.
Los ramos bendecidos, son el signo de la participación gozosa en el rito procesional, expresión de la fe de la Iglesia en Cristo, Mesías y Señor, que va hacia la muerte para la salvación de todos los hombres. Por eso, este domingo tiene un doble carácter, de gloria y de sufrimiento, que es lo propio del Misterio Pascual. Tres partes bien distintas tiene la Ceremonia Litúrgica de la bendición de los ramos, y son: la BENDICIÓN, la PROCESIÓN y la SANTA MISA.
El color litúrgico del Domingo de Ramos es el rojo, que representa a Jesús como rey en su entrada triunfal en Jerusalén (el rojo es color de reyes) y la Pasión del Señor (el rojo es el color de la sangre), celebrándose ambas en éste día, la lectura del evangelio de la misa es  la Pasión del Señor.
Los días que van hasta el Jueves Santo pertenecen al tiempo cuaresmal, pero están caracterizados por los últimos acontecimientos de la vida del Señor, con exclusión de otras celebraciones.
En la mañana del Marte, Miércoles o Jueves Santo, el obispo celebra, junto con su presbiterio, la Misa Crismal o de los Santos Oleos, en la que se bendicen los óleos que se usarán para la celebración de los sacramentos.
En España las procesiones comienzan oficialmente el Domingo de Ramos, con la entrada de Jesús en Jerusalén, aunque en muchos puntos es posible encontrar otros diversos pasajes de la Pasión, llegando hasta el siguiente domingo (Domingo de Resurrección) con el Resucitado, procesionando cada día las imágenes que representan la Pasión y muerte de Cristo.                                                                                                                                               Los desfiles procesionales de Semana Santa, que transforman las ciudades durante esos días, son el resultado de la evolución durante siglos de las formas, modos y maneras de las cofradías y hermandades compuestas por diversos grupos de personas de distintas índoles laborales, culturales y sociales, donde han influido múltiples factores tanto religiosos, artísticos, sociales e históricos.

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