Afortunado áquel que busca la vida interior

 

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El dicho aquel de que mete más ruido un árbol que cae, que un bosque que va creciendo, podríamos trasladarlo a nuestra Iglesia. De la mayor parte de los monasterios, no hablan los medios y para mucha gente de hoy, sería signo de que no existen, cosa que no es real. He visitado unos cuantos en mi vida, he visto las puertas abiertas a la participación en la oración y la liturgia. Es inmensa la paz que contagia la oración de Laudes al amanecer o Vísperas al atardecer, en un monasterio benedictino, durante cualquier mes del año. Afortunado aquel que buscando vida interior, crecimiento espiritual u orientación para su vida, se acerca a un cenobio y convive, de alguna manera, con la comunidad. Y me refiero tanto a masculinos, como a femeninos.

Soy muy consciente de la calidad de esta vida, su preocupación espiritual, el valor de sus oraciones, los contemplativos -realidad mística- viven esta realidad de radical entrega a Dios, siguiendo normas o costumbres propias, dando fructuosos encuentros ya que los monasterios son pararrayos o bosques espirituales, de mayor utilidad que la selva amazónica. Mientras existan los monasterios, la Santa Madre Iglesia goza de vida. Muchos creen que en ellos la modernidad de la Iglesia no es evidente, pero ahí está su realidad eclesial, desde la asistencial material: hospederías, hospitales, escuelas, ayudas de alimentos… etc. Asistencial espiritual donde nunca faltan las orientaciones, mediaciones, intercesiones, plegarias, etc.

En los tiempos que vivimos son muchos los medios que aprovechan cualquier grieta para desacreditar a la Santa Madre Iglesia, más recordamos que las fuerzas del infierno no prevalecerán sobre ella, y la universalidad de las obras de sus instituciones no tienen punto de comparación, siendo muchos los que reconocen que no existe nada que la pueda superar.

 

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1 respuesta a Afortunado áquel que busca la vida interior

  1. Tarsicio Nava dijo:

    ¿Que sería del mundo sin los monasterios?….bendito Dios que siguen con su hermosa labor de oración y paz para el mundo…Dios los bendiga

    Saludos

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