DÍA 4º DE NOVENA A LA INMACULADA – 3 de diciembre

Acto de contrición  

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Ante tu divina presencia reconozco que he pecado muchas veces y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa haberte ofendido. Ayudado de tu divina gracia, propongo no volver a caer más, confesarme y cumplir la penitencia que el confesor me imponga. Amén.

Oración preparatoria

Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.

A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios, no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu socorro haya sido desamparado.

No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.

Lectura Bíblica (Lc. 1,46-55)

María dijo: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su Nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace maravillas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia por siempre”. PALABRA DE DIOS.

Consideración

Consideremos cómo María Santísima nos enseña a ser agradecidos con Dios y a alabarlo por todos los beneficios que nos concede.

Por otra parte, las maravillas que Dios hizo en María Santísima desde su Inmaculada Concepción y su entrega total y amorosa a la obra de su Hijo en favor del género humano, justifican las oraciones y el honor que todas las generaciones cristianas le han rendido.

Toda alabanza a María Santísima es un homenaje tributado a Dios del cual Ella es su criatura más perfecta; la obra maestra de su creación.

El Señor ha querido que María Inmaculada sea modelo para quienes no aceptan pasivamente las circunstancias adversas de la vida personal y social y proclaman que Dios ensalza a los humildes y, si es el caso, derriba a los poderosos de sus tronos.

Procuremos dedicar diariamente unos minutos a hablar con Dios y de esta manera disponernos a cumplir su voluntad a animarnos a hacer el bien a nuestros semejantes. El que ora está en armonía con Dios y con su prójimo.

Oración del cuarto día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como libraste a María del pecado y le diste dominio perfecto sobre todas sus pasiones, así Te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de ir domando nuestras pasiones y destruyendo nuestras malas inclinaciones, para que Te podamos servir con verdadera libertad de espíritu y sin imperfección ninguna.

(Aquí se hace la petición de la novena y se puede rezar el Santo Rosario)

Letanías a la Virgen

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial,
ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Santa María,
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oración:

Te rogamos nos concedas,
Señor Dios nuestro,
gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión
de la bienaventurada siempre Virgen María,
vernos libres de las tristezas de la vida presente
y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

Oración final

Bendita sea tu pureza
Y eternamente lo sea,
Pues todo un Dios se recrea
En tan graciosa belleza.
A ti, celestial Princesa,
Virgen sagrada María,
Te ofrezco en este día
Alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, madre mía! Así sea.

 

 

 

 

 

 

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DÍA 3º NOVENA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN – 2 de diciembre

Acto de contrición

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Ante tu divina presencia reconozco que he pecado muchas veces y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa haberte ofendido. Ayudado de tu divina gracia, propongo no volver a caer más, confesarme y cumplir la penitencia que el confesor me imponga. Amén.

Oración preparatoria

Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.

A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios, no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu socorro haya sido desamparado.

No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.

Lectura bíblica (Lc. 1,26-38)

Dios envió al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José de la familia de David: el nombre de la Virgen era María. El ángel le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está Contigo». Ella se turbó y pensaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. Vas a concebir en tu seno y vas a dar a luz un hijo al que pondrás el nombre de Jesús. El será grande y con razón lo llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su antepasado. Reinará sobre la casa de Jacob por siempre y su reino no tendrá fin’.

María entonces dijo al ángel: “¿Cómo podré ser madre si no tengo relación con ningún hombre?” Contestó el ángel: «El Espíritu Santo descenderá sobre Ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso tu hijo será Santo y con razón lo llamarán hijo de Dios». María dijo entonces: “Yo soy la esclava del Señor. Hágase en mí, según tu palabra”. PALABRA DE DIOS.

Consideración

Consideremos cómo María Santísima no fue un instrumento puramente pasivo en las manos de Dios, sino que cooperó a la salvación de los hombres con fe y obediencia libres. Ella, enriquecida desde el primer instante de su concepción con una Santidad en extremo singular, al aceptar el mensaje divino se convirtió en Madre de Jesús, y al abrazar de todo corazón, sin entorpecimiento de pecado alguno la voluntad salvífica de Dios, se consagró totalmente como esclava del Señor a la persona y a la obra de su Hijo, sirviendo con diligencia al misterio de la Redención con Él y bajo Él, con la gracia de Dios omnipotente. Por esto la Iglesia llama a la Madre de Dios «totalmente santa e Inmune de toda mancha de pecado, como plasmada y hecha una nueva criatura por el Espíritu Santo».

Procuremos quitar de nuestra vida todo obstáculo, todo pecado que nos impida llegar a Jesucristo haciendo una buena confesión.

Oración del tercer día

¡Oh santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como preservaste a María de todo pecado venial en toda su vida, y a nosotros nos pides que purifiquemos más y más nuestras almas, para ser dignos de Ti, así Te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de evitar los pecados veniales y de procurar y obtener cada día más pureza y delicadez de conciencia.

(Aquí se hace la petición de la novena y se puede rezar el Santo Rosario)

Letanías a la Virgen

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial,
ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Santa María,
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oración:

Te rogamos nos concedas,
Señor Dios nuestro,
gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión
de la bienaventurada siempre Virgen María,
vernos libres de las tristezas de la vida presente
y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

Oración final

Bendita sea tu pureza
Y eternamente lo sea,
Pues todo un Dios se recrea
En tan graciosa belleza.
A ti, celestial Princesa,
Virgen sagrada María,
Te ofrezco en este día
Alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, madre mía! Así sea.

 

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BEATO CARLOS DE FOUCAULD . 1 de Diciembre

“La fe es incompatible con el orgullo, con la vanagloria, con el deseo de la estima de losCharles de Foucauld.jpg hombres. Para creer, es necesario humillarse” decía el Beato Carlos de Foucauld, quien pasó de ser un aristócrata francés y militar mujeriego a un claro modelo de santidad.

Carlos de Foucauld nació en Estrasburgo, Francia, en una familia aristocrática en 1858. A los seis años quedó huérfano y junto con su hermana fueron criados por su abuelo. Más adelante estudió con los jesuitas en Nancy y París.

Ingresó al servicio militar, pero años después fue dado de baja por mala conducta y se marchó con su amante. Por aquel tiempo se produjo una revuelta y Carlos volvió al ejército. Cuando todo acabó, renunció a su para estudiar árabe y hebreo.

En 1883, haciéndose pasar por judío, realizó una expedición por el desierto de Marruecos, hizo mapas de los oasis y recibió la medalla de oro de la Sociedad Francesa de Geografía. Asimismo exploró Argelia y parte de Túnez.

En 1886 tuvo una experiencia profunda de conversión. Le impactó la vida entre los seguidores del Islam y el ver que aquellas personas se tomaban muy en serio su religión. En cambio, él había tenido una historia de derroche de dinero y en aventuras.

Con la ayuda de un sacerdote y después de una sincera confesión, optó por una vida más austera, durmiendo en el piso y orando por horas. Peregrinó hasta Tierra Santa y pasó por muchos retiros espirituales.

Con el tiempo ingresó al monasterio Notre Dames-des-Neiges de los monjes trapenses y tomó el nombre de Marie-Alberic.

Fue enviado al Monasterio de Akbes en Siria y luego a estudiar a Roma. Sin embargo, optó por retirarse de los trapenses ya que los pueblos africanos alejados de la fe estaban constantemente en sus pensamientos.

Volvió de peregrino a Tierra Santa y retornó a Francia. Tras estudiar un tiempo para el sacerdocio, fue ordenado en 1901.

Ya como sacerdote se fue a vivir cerca de Marruecos con la intención de anunciar el Evangelio. Comenzó a comprar esclavos para liberarlos y evangelizaba en la tribu nómada de los Tauregs.

Escribió varios libros sobre ellos y tradujo los Evangelios a su lengua. Logró establecerse en el corazón del desierto del Sahara en Tamanrasset (Hoggar, Argelia).

En 1909 fundó la Unión de Hermanos y Hermanas del Sagrado Corazón con la misión de evangelizar las colonias francesas de África. Los bereberes, personas pertenecientes a etnias al norte de África, decían que su bondad producía sentimientos amistosos hacia los franceses.

Sin embargo, el 1 de diciembre de 1916, el Beato Carlos de Foucauld murió en la puerta de su ermita por un disparo de fusil debido a una revuelta antifrancesa de los bereberes de Hoggar.

“Creo necesario morir como mártir, despojado de todo, tendido en el suelo, desnudo, cubierto de heridas y de sangre, de forma violenta y con una muerte dolorosa”, expresó en una ocasión, como presintiendo su muerte.

Diez congregaciones religiosas y ocho asociaciones de vida espiritual han surgido de su testimonio y carisma. Fue beatificado por Papa Benedicto XVI en 2005 y su fiesta litúrgica se celebra cada 1 de diciembre.

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DÍA 2º DE NOVENA A LA INMACIULADA – 1 de diciembre

Acto de contrición 

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Ante tu divina presencia reconozco que he pecado muchas veces y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa haberte ofendido. Ayudado de tu divina gracia, propongo no volver a caer más, confesarme y cumplir la penitencia que el confesor me imponga. Amén.

Oración preparatoria

Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.

A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios, no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu socorro haya sido desamparado.

No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.

Lectura bíblica (Est. 15, 4-7.12-13. 9.10,5,3.7.3-4)

Al terminar la oración, Ester se vistió con todo lujo. Luego, invocando al Dios y salvador que vela sobre todos, marchó con el rostro alegre, pero con el corazón angustiado. Atravesó todas las puertas, hasta quedar de pie ante el rey. Este levantó la cabeza y miró a Ester. La reina palideció, se apoyó en el hombro de una doncella y se desmayó. El rey entonces se inquietó; saltó de su trono y tomó a Ester en sus brazos preguntándole: «¿Qué te pasa, reina Ester? Pídeme lo que sea y te daré hasta la mitad de mi reino». La reina Ester respondió: «Si he encontrado gracia a tus ojos, perdóname mi vida y la de mi pueblo. Eso es lo que quiero y lo que te pido». El rey extendió hacia Ester el cetro de oro y ella se levantó y quedó en pie ante el rey. PALABRA DE DIOS.

Consideración

Consideremos a María Santísima preservada de la ley universal del pecado original, como lo fue la Reina Ester de la ley común del rey Asuero. María Inmaculada es la bendita entre todas las mujeres, es la que halló gracia a los ojos de Dios. Ella es la Reina de misericordia, que desde la cumbre de su grandeza, puede compadecerse mejor y socorrer nuestras necesidades intercediendo ante su Divino Hijo Jesucristo. Procuremos cumplir en nuestra vida diaria las promesas bautismales. Por el Bautismo hemos nacido a la vida de la gracia. Esforcémonos por mantenernos en amistad con Jesucristo.

Oración del segundo día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro! Así como preservaste a María de todo pecado mortal en toda su vida y a nosotros nos das gracia para evitarlo y el sacramento de la confesión para remediarlo, así Te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de no cometer nunca pecado mortal, y si incurrimos en tan terrible desgracia, la de salir de él cuanto antes, por medio de una buena confesión.

(Aquí se hace la petición de la novena y se puede rezar el Santo Rosario)

Letanías a la Virgen

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial,
ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Santa María,
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oración:

Te rogamos nos concedas,
Señor Dios nuestro,
gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión
de la bienaventurada siempre Virgen María,
vernos libres de las tristezas de la vida presente
y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

Oración final

Bendita sea tu pureza
Y eternamente lo sea,
Pues todo un Dios se recrea
En tan graciosa belleza.
A ti, celestial Princesa,
Virgen sagrada María,
Te ofrezco en este día
Alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, madre mía! Así sea.

 

 

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DÍA 1º DE NOVENA A LA INMACULADA – 30 noviembre

Cercanos a esta gran Solemnidad mariana que se celebra cada 8 de diciembre les dejamos una Novena para pedir la intercesión de la Virgen María ante Dios.

Acto de contrición

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Ante tu divina presencia reconozco que he pecado muchas veces y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa haberte ofendido. Ayudado de tu divina gracia, propongo no volver a caer más, confesarme y cumplir la penitencia que el confesor me imponga. Amén.

Oración preparatoria: 

Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.

A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta Novena, para rogarte nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado. Acuérdate, Virgen Santísima, que fuiste hecha Madre de Dios, no sólo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acuérdate que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu socorro haya sido desamparado.

No me dejes pues a mí tampoco, porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejarte a ti, antes bien cada día quiero crecer más en tu verdadera devoción. Y alcánzame principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y la tercera, una buena muerte. Además dame la gracia particular que te pido en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bien de mi alma.

Lectura bíblica (Gn. 3, 9 – 15)

Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?», Este contestó: «Te oí caminar por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo: por eso me escondí». Dios le replicó: «¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? Acaso comiste del árbol del que te prohibí comer?» Dijo el hombre: «La mujer que me diste por compañera me dió del árbol y comí». Dios le dijo entonces a la mujer: «Por qué lo hiciste?». Contestó la mujer: «La serpiente me engañó y comí». Entonces Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto, serás maldita entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Caminarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaJe y su linaJe: él aplastará tu cabeza, mientras tu le atacarás el talón». PALABRA DE DIOS.

Consideración

Consideremos cómo Eva fue desobediente. Su desobediencia fue causa de muerte para sí misma y para toda la raza humana. Al contrario, María Santísima, por su obediencia a la Palabra de Dios, se convirtió en causa de salvación para sí como para todo el género humano. Sucedió, pues, que el nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María. Porque lo que Eva había fuertemente ligado con su incredulidad, la Virgen María la libertó por su fe.

Procuremos imitar la fe y la obediencia de la Santísima Virgen María, para que, como Ella, seamos colaboradores en la obra salvadora de Jesucristo.

Oración para el primer día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo redentor nuestro! Así como preservaste a María del pecado original en su Inmaculada Concepción y a nosotros nos hiciste el gran beneficio de libramos de él por medio de tu santo Bautismo, así te rogamos humildemente nos concedas la gracia de portarnos siempre como buenos cristianos, regenerados en Ti. Amén.

(Aquí se hace la petición de la novena y se puede rezar el Santo Rosario)

Letanías a la Virgen

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial,
ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Santa María,
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oración:

Te rogamos nos concedas,
Señor Dios nuestro,
gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión
de la bienaventurada siempre Virgen María,
vernos libres de las tristezas de la vida presente
y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

Oración final

Bendita sea tu pureza
Y eternamente lo sea,
Pues todo un Dios se recrea
En tan graciosa belleza.
A ti, celestial Princesa,
Virgen sagrada María,
Te ofrezco en este día
Alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, madre mía! Así sea.

 

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ADVIENTO: …Preparémonos

Adviento significa venida.  Adviento es el tiempo de la venida del Señor.

El   Adviento empezó siendo un tiempo de preparación para la fiesta de la Epifanía, pero luego se vivió como una cuaresma preparatoria para la Navidad. En el viejo rito español llamado mozárabe, el Adviento tenía seis domingos, (unos cuarenta días). Por eso fue tiempo de ayunos y austeridad. Sin embargo, en este tiempo  no se suprime el canto del Aleluya. En cambio, si deja de sonar el Gloria en los domingos, aunque permanece en las fiestas.

El   Adviento actualmente considera una triple venida del Señor: la del Nacimiento de Jesús, la de Jesús en nuestras vidas y la del momento final de la historia; Jesús vino, viene y vendrá.

Este tiempo tiene dos etapas. La primera va desde el primer domingo hasta el 16 de diciembre y la segunda desde el día 17 de diciembre hasta la Navidad. La primera etapa está centrada preferentemente en la venida del Señor al final de los tiempos y la segunda se fija sobre todo en el Nacimiento de Jesús en Belén. Esta segunda etapa se va viviendo entre nosotros  cada vez más como celebración anticipada y progresiva del nacimiento del Señor, celebración que culmina en el tiempo de Navidad  que comienza con la misa vespertina del 24 de diciembre.

Muchos signos y actividades tienen presencia en estos días . Ojalá que sirvan para que sepamos acoger de verdad al Señor que llega  y no desfiguren lo que celebramos.

¡DESPIERTA Y PREPÁRATE! 

Estábamos durmiendo y creíamos que estábamos despiertos. Y no acabamos de despertar.

El cielo como en l época de Noé está cargado de nubes  y no pensamos que se vaya a poner a llover. La corrupción del mundo hiede de modo espantoso pero no tenemos olfato para oler.

Reina la mentira y la hipocresía. Cunde como siempre y descaradamente la avaricía. Hay violencia… ¡Para que seguir haciendo la lista de los males! Solo para una cosa: para afirmar llenos de esperanza que esto se va a acabar: Que Dios está interviniendo en el mundo y aunque parezca que el mal va ganando partido, el final será la victoria de Dios por goleada.

Lo malo es que no acabamos de despertar. No sabemos descubrir los signos de los tiempos. Nos negamos a pensar que viene  el huracán. Decimos que todo va bien, o que en el mejor de los casos, esto no hay quien lo arregle y que lo mejor es no pensar y a vivir que son cuatro días. Pero Dios está viniendo y está actuando. Hay mucha gente buena haciendo el bien y estamos sufriendo porque el mal está actuando con una virulencia que nunca podíamos prever. Pero está ahí. Las tinieblas están luchando contra la luz, pero no van a lograr el apagón general. Después de la noche viene el día y ya no vendrá más noche alguna porque el Señor ya ha venido.

Despertemos, que es de día para quien abre los ojos. Abramos las ventanas para que entre el sol que no tiene ocaso. Vivamos de forma que no tengamos que avergonzarnos amando la verdad, dominando nuestras pasiones, respetando a los demás y buscando el bien de todos.

Hay que sacudirse la modorra, hay que reaccionar contra las fuerzas  que parecen invencibles, contra los poderes ocultos que obran a las claras. No nos dejemos engañar. No neguemos la evidencia, dejemos ya de una vez los chismes y las falsas acusaciones, dejemos de tolerar la violencia, dejemos de mirar para otro lado como si todo esto no nos afectara. El Señor viene y está salvándonos: ¿Por qué nos empeñamos en vivir en la condenación?.

Estad preparados porque cuando menos penséis viene el Hijo del Hombre. 

 

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BEATO LUIS CAMPOS GORRIZ – 28 de noviembre

Luís Campos Gorriz Beato Luis Campos Górriz

Tenía muy arraigada su fe, y, por tanto, claridad en lo que ella conlleva, cuando afirmó: «Mi misión es realizar la unidad de los católicos. Antes de sembrar es necesario arar». Ignoraba que sería su sangre la que esparciría esa semilla que nunca muere porque la memoria de su martirio mantendría viva su voz prolongando sus afanes apostólicos. Si a cualquier persona le preguntaran qué haría si le dijeran que iba a morir en plazo fijo, seguramente le vendrían a la mente unas cuantas cosas, entre otras ponerse a bien con quien no lo estuviera, porque la reconciliación es sentimiento que suele acompañar a los postreros instantes. Los genuinos seguidores de Cristo responderían confirmando la bondad de su acontecer que ya discurría guiado por el afán de dar a Dios lo máximo en el día a día. Porque los santos están espiritualmente preparados de antemano, listos para presentarse ante el Padre cuando así lo dispone.

Ante este dramático trance, en 1936 integrantes de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, como tantos otros católicos de pro, compartían en checas de diversas ciudades españolas sus más altos ideales con el espíritu de las primeras comunidades de cristianos, aguardando juntos la palma del martirio. Mientras en el exterior de la prisión se respiraban aires de revancha, ellos apuraban los últimos días orando y compartiendo la fe, aunque fuera en penosas condiciones. Sabían que las súplicas que se elevan a Dios nunca caen en saco roto, y entre sus peticiones incluían la unidad y reconciliación de todos los católicos.

Uno de los insignes Propagandistas que ni siquiera tuvo tiempo de permanecer en una checa fue Luís, un valenciano nacido el 30 de junio de 1905, que había sido alumno de los jesuitas y cursado estudios de filosofía y derecho, materia en la que se había doctorado en la Universidad Central de Madrid. Una persona valiosa, comprometida, cercana al cardenal Ángel Herrera Oria, que tuvo en él un insigne discípulo. Luís le acompañó en muchos de sus viajes y acciones evangelizadoras. Era un apóstol incansable, ciertamente ejemplar en su vida, que había dejado huella entre los estudiantes católicos de Valencia. En esos precisos momentos era el secretario general de la Asociación Católica de Propagandistas y secretario del CEU (Centro de Estudios Universitarios).

Su esposa, Carmen Arteche Echezuría, con la que se había casado en 1933, apenas había podido compartir los sueños que forjarían en común, porque murió antes de estallar la Guerra Civil en 1936 en el transcurso de una enfermedad imprevista y fulminante; Dios le ahorró el sufrimiento de ver asesinado a su esposo. Hasta Torrente –la localidad valenciana en la que residía el padre de Luís, delicado de salud entonces, y junto al que se encontraba– llegaron los funestos aires de guerra. Él ejercía como abogado desde 1930 y en el primer momento pudo continuar su vida sin excesivos sobresaltos, completamente entregado a consolar y procurar aliento a los componentes de la Asociación, con celo y brío ejemplares, lleno de fe, sin ceder un ápice al desaliento. Buscando para su esposa e hija un remanso de paz en medio de tanta tragedia, en 1936 las había conducido a su tierra, y allí quedó la pequeña huérfana de madre, tutelada por su abuelo, sin saber que su querido padre estaba a punto de dejar este mundo tras haber apurado la palma del martirio.

Luís era un hombre lleno de fortaleza que brillaba con singular fulgor en medio de la adversidad. Es memorable la carta que en abril de 1936 dirigió a su hermano relatando la enfermedad y posterior deceso de su esposa; un testimonio emocionante de amor y ternura, que rezuma esperanza y gozo espiritual. En ella se aprecia su urgencia apostólica y su preocupación por asistir a todos, especialmente a los más frágiles en esa situación de gravísima convulsión política que se vivía. Oraba y sufría viendo el despropósito de tanto odio, como siempre estéril y sinsentido, y lo combatió aferrado a la oración. De tantas súplicas a María, horas santas, Ejercicios, velas nocturnas, generosa acogida en su propio hogar de los perseguidos, etc., brotarían frutos abundantes para la mayor gloria de Cristo y de su Iglesia, a los que tanto amó.

Como ha sucedido siempre en estos casos de martirio, la condena se produjo el 28 de noviembre en un seudo-juicio sumarísimo, a cargo de un grupo de milicianos armados. Una vez confirmaron lo que ya sabían de antemano: que Luís era fidelísimo a Cristo y a la Iglesia, y que no había escatimado esfuerzos en hacer todo el bien posible, una de cuyas acciones había sido la organización del Congreso Católico de Madrid, no precisaban saber más. Sin dilación alguna, ese mismo día le condujeron al Picadero de Paterna. Valiente, heroico en su caridad como todos los mártires, dedicó los últimos instantes a uno de los verdugos que, ante el nuevo gesto de violencia que iba a protagonizar, temblaba de tal forma que era incapaz de liar un cigarrillo. Luís, que era un hombre de una vez, repartió entre el grupo de milicianos los que tenía, rogó que le dejaran abrazarles y pidió expresamente que no le dispararan por la espalda. ¡Qué gestos tan elegantes, tan gallardos y conmovedores! Pero no los supieron ver los que se disponían a segar su vida, cercenándola a sus 31 años.

Lo fusilaron mientras mantenía los brazos en cruz y portaba un rosario entre sus manos, perdonando de corazón a los autores de su muerte, como todos los que sucumbieron de este modo por causa de su fe, signo inequívoco de su autenticidad. Juan Pablo II lo beatificó el 11 de marzo de 2001 junto a 233 mártires de la Guerra Civil española. Un enjambre de virtud atravesando España, sembrada en sus cuatro puntos cardinales con la sangre de numerosos seguidores de Cristo: religiosos, sacerdotes, laicos, y componentes de diversas realidades eclesiales.

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NUESTRA SEÑORA DE LA MEDALLA MILAGROSA – 27 de Noviembre

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Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa

Festividad de este 27 de noviembre, que tanta devoción suscita en todo el mundo. Como es bien conocido, tiene su origen en las sucesivas apariciones de la Virgen a santa Catalina Labouré, y en las indicaciones que Ella le dio. El bien que viene reportando desde que comenzó a difundirse es inconmensurable. Ha dado lugar a numerosas conversiones.

Los hechos extraordinarios se produjeron en la capilla de la casa madre que poseen en París las Hijas de la Caridad –comunidad a la que pertenecía Catalina–, sita en la rue du Bac, número 140, y en la que había ingresado el 21 de abril de 1830. De modo que cuando ese mismo año comenzó a recibir las gracias de María, era una feliz novicia que había tenido la fortuna de asistir a la solemne traslación de las reliquias de su fundador, san Vicente de Paúl; éstas se encontraban en Nôtre-Dame y eran acogidas por los padres lazaristas en su capilla de la calle Sèvres. Él había sido quien en un sueño, aunque ella no había visto antes su efigie, le ayudó a dilucidar su vocación en un momento en el que dudaba acerca de la Orden en la que debía ingresar.

Ya en los primeros meses de noviciado sus superiores apreciaron su piedad que sobresalía en medio de una inteligencia no especialmente brillante haciéndole pasar desapercibida. Su prudencia, la discreción que acompañaba a tantos rasgos de virtud, fueron también sus aliados para cumplir escrupulosamente la voluntad de la Virgen que no quiso que la noticia de sus apariciones vieran la luz en esos momentos. Catalina las confió únicamente a su confesor, el padre Aladel. La primera se produjo el 18 de julio de 1830 y lo que aconteció ese día, mientras la comunidad oraba, fue narrado por la religiosa al morir el sacerdote muchos años más tarde. Ella tan solo le sobrevivió unos meses.

Esta inicial visión de la santa y las sucesivas son bien conocidas por la profusa difusión que se les ha dado desde el primer momento. Antes de que se produjeran, Catalina había sido favorecida con distintas apariciones en las que, además de ver a su fundador, vio a Cristo presente en el Santísimo Sacramento y como «Rey crucificado». Pero ella deseaba vivir la gracia de la aparición de María que había solicitado por mediación de su fundador. Así que ese día de 1830, camino de la medianoche, mientras se hallaba en su lecho escuchó que alguien pronunciaba su nombre. Era un niño vestido de blanco, de cuatro o cinco años, quien le avisó de que la Virgen la estaba esperando. En pos del pequeño, que desprendía «destellos», caminó hacia la capilla y percibió el crujir de una delicada prenda. El misterioso niño hizo la presentación: «He aquí la Santísima Virgen», que ella acogió turbada, de modo que aquél tuvo que repetir estas palabras.

Sin salir de su asombro, la joven corrió a postrarse de rodillas ante la Virgen que la aguardaba sentada en un sillón junto al altar. Tuvo la inmensa gracia de poder apoyar sus manos sobre el halda de la Madre del cielo y de pasar junto a Ella lo que denominó el momento más feliz de su vida: «Sería imposible decir lo que experimenté. La Virgen me dijo cómo debía portarme con mi confesor y varias otras cosas». María le advirtió que Dios iba a confiarle una misión que le acarrearía tribulaciones, aunque las superaría buscando la gloria del Altísimo. En esa primera aparición ya le encomendó fundar la cofradía de las Hijas de María, indicación que fue materializada por el padre Aladel en 1840.

El 27 de noviembre de ese mismo año 1830, a las 17:30 h., hallándose en oración en la capilla, nuevamente vio a la Virgen vestida de blanco en dos escenas encadenadas. En una de ellas la contempló sobre un globo dorado rematado con una cruz; bajo sus pies oprimía a una serpiente. Le dijo: «Esta bola representa al mundo entero, a Francia y a cada persona en particular». En la segunda Catalina observó que de sus manos abiertas, cuyos dedos estaban enjoyados con bellísimos anillos de piedras preciosas, brotaban unos rayos de fulgurante intensidad que se extendían por doquier. La Virgen explicó: «Estos rayos son el símbolo de las gracias que María consigue para los hombres». A continuación, apresada esta milagrosa aparición en un semicírculo, Catalina vio emerger la siguiente inscripción en letras de oro: «¡Oh María sin pecado concebida!, ruega por nosotros que recurrimos a ti». Una voz le instó: «Haz, haz acuñar una medalla según este modelo. Las personas que la lleven con confianza recibirán grandes gracias».

El prodigio culminó al contemplar el reverso de la medalla conformada por la Virgen; apreció que estaba compuesta por una cruz sobre la letra «M», inicial de María. Abajo estaba clausurada por dos corazones, uno de ellos coronado de espinas y otro atravesado por una espada, símbolo de los Sagrados Corazones de Jesús y de María. En diciembre de ese mismo año mientras oraba de nuevo, pero en este caso detrás del altar, vio el cuadro de la medalla. Era la última ocasión en la que se produjo esta aparición: «Estos rayos son el símbolo de las gracias que la Virgen Santísima consigue para las personas que le piden… Ya no me verás más».

Tal como vaticinó María, las pruebas llegaron enseguida. Su confesor, padre Aladel, fue el primero que no la creyó aconsejándole que se olvidara de ello. Pero, pasó el tiempo y el clamor interno para se cumpliera la petición de la Virgen persistía. El arzobispo de París, monseñor Quélen, tomó cartas en el asunto y concluyó reconociendo la autenticidad de los hechos. El padre Aladel acuñó la medalla, aunque faltaban algunos detalles. En la epidemia de cólera de 1832 la profusión que se hizo de la misma obró muchos milagros y conversiones. En 1846 el papa Gregorio XVI confirmó la veracidad de las apariciones. Catalina murió el 31 de diciembre de 1876.

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I DOMINGO DE ADVIENTO – 27 de Noviembre

“ESTAD TAMBIÉN VOSOTROS PREPARADOS”

(Mateo 24, 37-44)

SANTO EVANGELIO

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

 «Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. En los días del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo,, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.

Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejarla abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»

Palabra del Señor

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“Viene y eso es algo grande”

Ha quedado atrás el Año de la Misericordia, aunque todos nuestros años han de ser fuente de misericordia, y el Señor llama a nuestra puerta.  Seamos conscientes de que el Adviento es un tiempo privilegiado para  esperar y preparar ese encuentro con el Señor. Y, para esperar, hay que estar vigilantes. La esperanza puede perderse cuando nos confiamos demasiado a sensaciones pasajeras en perjuicio de las auténticas, sanas y verdaderas. Cada año resultan más “extraordinarios” (por su escasez) los mensajes religiosos que nos inciten a vivir la Navidad cristiana. ¿Dónde están los empresarios, comerciantes, músicos, políticos que –desde una óptica cristiana- propaguen un ambiente propicio, no contrario, al auténtico acontecimiento de la Navidad que es Cristo? ¿Son nuestras luces, también las que ponemos en nuestras casas, destellos cristianos o más de lo mismo? A Cristo, hay que recibirlo con fe y con asombro. ¡Bienvenido sea el Adviento!

Citas para reflexionar:

  • «Permanece siempre abierta de par en par  para nosotros la verdadera puerta de la misericordia, que es el corazón de Cristo» Papa Francisco
  • «Los españoles debemos reconocer y agradecer a la Iglesia la intensa labor asistencial que desarrolla» Felipe VI
  • «Dame, Señor, el sentido del humor » Santo T. Moro
  • «Invito a un urgente cambio y una regeneración en los modos de actuar en la sociedad española de la cultura contemporánea» Cardenal Mons. Cañizares

Efemérides y noticias:

  • La Santa Sede publicó el lunes la Carta apostólica «Misericordia et misera» del Papa Francisco. Concede el permiso a todos los sacerdotes para dar la absolución del pecado del aborto e instituye «La Jornada mundial de los pobres»  a celebrar el penúltimo domingo del Tiempo Ordinario.
  • El  Vaticano lanza el nuevo portal del Óbolo de San  Pedro: www.obolodisanpietro.va
  • El mar Mediterráneo un inmenso cementerio, a lo largo de 2016 son ya  4636 los inmigrantes ahogados, víctimas de la indiferencia ¡Descansen en paz!
  • Austria permitirá inscribir en el registro civil a los bebés prematuros que mueren al poco  de nacer.
  • Convocada por Derecho a Vivir, se celebró la 3ª vigilia en Madrid ante Dator, el mayor abortorio. Son 100000 niños a los que se les impide nacer en España.
  • Se presentó en Madrid el Año Jubilar 2017 de Caravaca de la Cruz.
  • El Rey Felipe VI visitó por vez primera, la sede de la Conferencia Episcopal Española acompañado de la Reina Letizia con motivo del 50 aniversario de esta institución, el Cardenal Ricardo Blázquez les dio la bienvenida junto a un centenar de Obispos, reunidos en Asamblea Plenaria.
  • Una mujer al frente de la CONFER, Mª del Rosario Ríos. Acorde a los tiempos actuales las mujeres pueden ofrecer todo su “genio” en responsabilidad.
  • La página web de la diócesis de Lugo ha sufrido un ataque informático por parte de un grupo tunecino que «proclama el Islam como única religión».
  • Este domingo se conmemora el Día de las personas sin hogar. Desde Cáritas se están organizando una serie de actos que “visibilicen” ante la sociedad a las personas que viven en la calle.

ORACIÓN: QUE NO ME DUERMA, SEÑOR

Que no me duerma y que, en la noche de mi vida,

mantenga encendida la lámpara de mi fe

Abierta, sin temor alguno, la ventana de mi esperanza

Confiada, sin ninguna fisura, la grandeza de mi alma

¡Son tantos los que desean verme adormecido!

¡Son tantos los que insinúan que no vendrás!

¡Son tantos los que se cansaron de esperar!

Ayúdame, mi Señor, a ser persona con esperanza.

Y que, cuando mañana despierte,

siga mirando, por el balcón, hacia el horizonte

porque, pronto o tardíamente,

cumplirás lo que has prometido: que vendrás.                   Amén.

“CALENDARIO DE ADVIENTO”

 27 D.- ACOGE. Convierte tu hogar de todos y ofrécete.

28 L.- PIDE con confianza por ti u por los otros. Déjate en manos de Dios.

29 M.- AGRADECE a Dios todos los pequeños regalos que pone en tu día.

30 MI.- RECUERDA: La llamada de Jesús en tu vida. ¿Eres tú pescador de hombres?

1 J.- SACA tus pies de la arena No pierdas hoy el tiempo en cosas inútiles.

2 V.-HABLA DE DIOS con los demás. No te avergüences de proclamarlo en vida.

3 S.-DATE HOY gratuitamente a los demás, aunque no te apetezca ayudar y servir.

4 D.-ALLANA tu corazón para la llegada de Jesús. Deja fuera todo lo malo.

5 L.-DA LAS GRACIAS a todos los que te han acompañado en el camino de la fe.

6 M.- HAZ LAS PACES busca un momento de encuentro con esa persona con la que        te sientes lejos.

7 MI.-COMPARTE tus preocupaciones, Dios actúa a través de los otros.

8 J.-PONTE en manos de Dios. Se concreta y piensa en lo que puedes hacer por Él.

9 V.-CUIDA  hoy tus juicios sobre los demás, las opiniones no siempre son justas.

10 S.-PERMANECE ATENTO. Dios llena tu  día de pequeños milagros, no pierdas el tiempo buscando grandes mensajes.

11 D.-EVITA LAS ETIQUETAS recibe en tu corazón el amor de los demás sin tener que etiquetarlo.

12 L.-PREGÚNTATE cuántas veces cuestionas la acción de Dios y su Palabra.

13 M.-SIRVE hoy a los demás sin pereza, dando lo mejor de ti mismo.

14 MI.-SER CRISTIANO ESCANDALIZA no tengas  miedo de ser señalado por confesar lo que eres.

15 J.-CONCÉNTRATE en  gestos sencillos y humildes y ama a los demás desde ahí.

16 V.-ILUMINA el día de los demás con una sonrisa hoy te toca ser lámpara.

17 S.-ACUÉRDATE DE TU FAMILIA. Llama a tus padres, a tus hermanos, a tus abuelos o a ese familiar del que no sabes nada.

18 D.-AGRADECE especialmente hoy a tu madre su amor y servicio constante, su entrega gratuita.

19 L.-MIDE TUS PALABRAS. A veces hablamos por hablar. Aprende a compartir el silencio.

20 M.-ALÉGRATE celebra, contagia a los demás con tu actitud positiva.

21 MI.-BENDICE AL SEÑOR. Acércate a la Iglesia, a misa o a adorarlo en el sagrario.

22 J.-ORA. Dedica un tiempo especial a prepararte para las fiestas, aprende a distinguir lo necesario de lo gratuito.

23 V.-CONTAGIA LA BUENA NOTICIA. En estos días es fácil olvidarse de lo que vamos a celebrar, recuérdalo a los que te rodean.

24 S.-CELEBRA EN FAMILIA el nacimiento de Dios, se atento, busca puntos de encuentro y no de diferencia, ayuda.

25 D.-AMA. Se hoy el instrumento a través del cual Dios ama a todas sus criaturas.

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EL PAPA FRANCISCO EN SANTA MARTA

Elegir alejarse del Señor es la condena eterna. El papa Francisco lo ha indicado este pasado lunes 21 en la misa matutina en la residencia Santa Marta, en estos dos últimos días del año litúrgico, cuando la Iglesia reflexiona sobre el fin del mundo y del encuentro con Jesús.

Y advirtió que con el diablo no hay que hablar nunca, porque es “mentiroso” y “estafador”, “busca nuestra ruina” y “por esto será arrojado al abismo”. En cambio debemos “abrir el corazón”, como Jesús nos pide para tener “la alegría y la salvación”.

El primero en ser juzgado, recordó Francisco señalando la lectura del Apocalipsis, es el “dragón, la serpiente antigua, que es el diablo”, y que el ángel descendido del cielo lanza al Abismo, encadenado, para que “no engañe a las naciones, porque él es un impostor”, que hace creer que si alguien come esta manzana será como un Dios”.

‘Pero, padre, ¿cómo podemos hacer para no ser engañado por el diablo?’ Jesús nos enseña: Con el diablo no se dialoga ¿Qué hizo Jesús con el diablo? Lo echaba, le preguntó el nombre pero no dialogó. Incluso en el desierto Jesús en las tres respuestas que ha dado al diablo, se defendió con “la palabra de Dios”, la “palabra de la Biblia”.

En la página del Apocalipsis aparecen, entonces, las almas de los mártires, los “humildes” que han dado testimonio de Jesucristo y no han adorado al diablo y sus seguidores, como son “el dinero, la mundanidad, la vanidad”.

El Señor juzgará a “grandes y pequeños” por sus obras, también se lee en el Apocalipsis y los condenados serán arrojados al “estaño de fuego”. El Papa señala que “la condenación eterna no es una cámara de tortura, esta es una descripción de esta segunda muerte: es una muerte. Y los que no sean recibidos en el reino de Dios es porque no se han acercado al Señor.

Son los que siempre iban por su camino, alejándose del Señor. “Este alejarse continuamente de Dios es la condenación eterna”. Alejarse para siempre del “Dios quenos da la felicidad”, del “Dios que nos ama tanto”, este es el “fuego”, reitera el Papa, este “es el camino de la condenación eterna”.

Pero la última imagen del Apocalipsis se abre a la esperanza e incluso Francisco lo hace: si “abrimos el corazón”, como Jesús nos pide y no vamos por el camino que nos aleja, vamos a tener “la alegría y la salvación”, “El cielo y la tierra nueva” de la que se habla en la primera lectura.

Dejémonos por lo tanto, invita el Papa, “acariciar” y “perdonar” por Jesús, sin orgullo, pero con esperanza, esta es la invitación final. “La esperanza que abre los corazones al encuentro con Jesús”. Esto es hermoso. Y Él nos pide que seamos humildes y digamos, ‘Señor’. Sólo esa palabra y Él hará el resto”

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