XXXI DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO – Ciclo A – 5 de NOVIEMBRE

«TODOS VOSOTROS SOIS HERMANOS»

(Mateo 23, 1 – 12)

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO

En aquel tiempo, habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen. Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame “rabbi”. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “rabbi”, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos.

Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.

No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Palabra del Señor  

 “SEAMOS COHERENTES”

La hipocresía es uno de los vicios que menos perdona la gente. Si uno hace algo mal y lo reconoce, e intenta corregirse, la gente siempre está dispuesta a perdonarle, pero si uno es hipócrita y hace lo contrario de lo que dice, la gente lo lleva muy mal. Esto es aplicable, sobre todo, a los que tienen algún cargo público, y también en la relación de cada uno de nosotros con los amigos y más conocidos. La humildad siempre atrae, la soberbia y la hipocresía nos apartan de los demás. Jesús les recomienda siempre a sus discípulos la humildad en el trato con los demás, no queriendo reconocer más títulos que el de hermano y servidor del prójimo. Todos nosotros, empujados por nuestro egoísmo, tendemos a ser dominadores y jefes, antes que súbditos y hermanos, por eso debemos estar siempre en guardia con nosotros mismos, haciendo todos los días examen de conciencia sobre nuestra humildad y  servicio. Todos los verdaderos discípulos de Jesús, todos los  santos del cristianismo, han sido humildes y servidores de los demás. Si quiero ser discípulo de Jesucristo, si quiero seguirle y que le sigan los demás, he de dar primero buen ejemplo.

Citas para reflexionar:

  • «El Señor convierta los corazones de los terroristas y libere al mundo del odio y de la locura homicida que abusa del nombre de Dios para diseminar muerte”. Papa Francisco
  • «Una flor sobre su tumba, se marchita; una lágrima sobre su recuerdo, se evapora; pero una oración por su alma, la recibe Dios”. San Agustín
  • «El racismo es un mal y un pecado que niega la dignidad humana.”. Cardenal Donald Wuerl
  • «El dinero es la sangre de los pobres» «Solo existe una tristeza: la de no ser santos» «Quien no le reza a Dios, le reza al diablo». León Bloy

Efemérides y noticias:

  • El Papa Francisco en la fiesta de Todos los Santos ha publicado este tweet en su cuenta Pontifex_es: “Queridos amigos, el mundo tiene necesidad de santos y todos nosotros sin excepción, estamos llamados a la santidad. ¡No tengáis miedo!”.
  • Vaticano y Federación Luterana: Prosigue diálogo en vistas a una colaboración más estrecha.
  • El Vaticano lanzará un sello conmemorativo del 450 aniversario del nacimiento de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas.
  • Más de 100 mil firmas, recogidas en 50 países, piden a la ONU que el aborto no sea un derecho.
  • Las entidades caritativas y ONG católicas cada vez reciben más herencias y legados.
  • 16 internos del centro penitenciario Murcia II van a Caravaca “como hombres sin más que caminan”.
  • La cadena televisiva TRECE  ha estrenado los domingos “Perseguidos pero no olvidados” en colaboración con Ayuda a la Iglesia Necesitada.
  • El cardenal Omella, arzobispo de Barcelona, sigue promoviendo vías de comunicación y encuentro.

 ¿Cómo deshacerse adecuadamente de objetos bendecidos que están rotos?

Qué es lo se debe hacer con las imágenes, Rosarios, crucifijos, ramas de palma u otros objetos bendecidos, que según el numeral 1171 del Código de Derecho Canónico, deben ser tratados “con reverencia” y “no deben emplearse para un uso profano o impropio, aunque pertenezcan a particulares”.  En caso de que los objetos no puedan ser reparados, la tradición señala que deben ser quemados o enterrados. Si un objeto fue quemado, entonces las cenizas también deben enterrarse. El agua bendita en exceso o contaminada se debe verter directamente en el suelo. Del mismo modo, un rosario o estatua sería enterrado. La tradición de devolver objetos bendecidos a la tierra proviene de la idea de que un objeto bendecido en nombre de Dios debe regresar a Dios, del mismo modo que una persona es enterrada.

ORACIÓN: HAZME VIVIR, SEÑOR, COMO TÚ DICES Y VIVES

Sin dividir mi estancia contigo, del servicio a los demás

la oración que te contempla y te necesita

del trabajo que me aguarda en la tierra que me espera

Sin olvidar que, aún mirándote con mis ojos,

o escuchándote con mis oídos

me faltará por recorrer el camino del recio compromiso

de la vida que se ofrece sin medida

de los gestos de perdón o de confianza.

Amén

 PELEA ENTRE PÁJAROS

Dos pájaros reposaban felices en las ramas de un sauce. Uno de ellos se apoyaba en una rama en la punta más alta del árbol. El otro estaba en una de las ramas de  más abajo. Al cabo de un rato el pájaro que estaba en la rama más alta dijo: -Oh, que bonitas son estas hojas tan verdes!

El pájaro que estaba en la rama inferior interpretó que era una provocación y le respondió de malas maneras: -Estarás ciego. ¿No ves que son blancas? El de arriba, muy molesto, le contestó: -¡Tú sí que eres ciego! ¡Son verdes! Y el otro, desde abajo, levantando el pico hacia arriba, le respondió: -Me juego las plumas de la cola. ¡Son blancas! Tú eres miope.

El pájaro de arriba se daba cuenta que le bullía la sangre y, sin pensárselo dos veces, se precipitó sobre su adversario para darle una lección.

El otro no se movió. Cuando estuvieron bien cerca el uno del otro, con las plumas tiesas por la ira, tuvieron el acierto de mirar los dos  hacia arriba, en la misma dirección, antes de empezar la pelea.

El pájaro que había bajado se sorprendió: -¡Qué cosa más rara! ¡Mira por donde que las hojas son blancas! Invitó a su compañero a subir: -Ven hasta allí donde yo estaba antes. Volaron hasta la rama más alta del sauce y esta vez, a coro, los dos dijeron: -¡Fíjate, las hojas son verdes!

REFLEXIÓN: Mientras uno está convencido de que el vaso está «medio lleno», otro lo puede ver «medio vacío», o como el dibujo: ¿dos viejos o dos mejicanos? No depende del vaso de agua como de la percepción que se tiene de él. Recuerdo que en 1968, sobre todo los que éramos jóvenes, vibrávamos con las posibilidades de los cambios sociales y eclesiales que se estaban gestando. Por ejemplo, recuerdo que pretendía ingenuamente cambiar el chip mental de mi madre. Ella me decía: «Tienes toda la razón … pero no me convences». Años después me he dado cuenta de que, antes de dar recetas a los demás, debo ponerme en su lugar, comprender por qué lo ven diferente, buscar la parte de razón que tienen, darme cuenta de las carencias de mi punto de vista … de lo contrario es un «diálogo de sordos» bastante estéril. Honradamente,    ¿puedo pretender corregir a los demás sin dejarme cuestionar por ellos o hacerlo desde la prepotencia? Y ya no digamos si los intimido. Estos días, muchas personas se sienten impotentes y heridas en su identidad personal y colectiva, no confundamos lo esencial con lo que es relativo. Qué las lógicas discrepancias políticas no perjudiquen aquella amistad o aquel cariño familiar o social que tanto ha costado construir.

Quien tiene la madurez para recibir golpes y no devolverlos está avanzando el final del conflicto. El periodista y escritor francés Yvan Audouard afirma con aroma de Evangelio: «Bienaventurados los fracturados porque dejan pasar la luz».

Estos días no nos cansamos de rezar como san Francisco de Asís: ¡Oh Señor, haz de mí un instrumento de tu paz! Donde haya tinieblas, lleve yo la luz …. haz que no busque tanto ser comprendido como comprender, ser amado como amar.

  Padre. Dº José Perich

 

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