DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD – Ciclo A – 11 de Junio

«EL DIOS DEL AMOR Y DE LA PAZ…»

(Juan 3, 16-18)

SANTO EVANGELIO

Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito para que todo el que cree en él no perezca, sino que tengan vida eterna.

Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.

Palabra de Dios

“UN SOLO DIOS TRINITARIO”

La existencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo la expresa Jesús en muchos lugares de los Evangelios. Jesús vino al mundo a comunicar un nuevo conocimiento de Dios. Y dicho conocimiento nos expresa la existencia de tres Personas que conviven en el Amor y en la Palabra. Dios ya no es para nosotros ni lejano, ni solitario. La Trinidad Beatísima no es otra cosa que una nueva dimensión del conocimiento íntimo de Dios. Y la aceptación de esa realidad no es fácil, pero no imposible. Situados nosotros en la presencia de Dios podemos ver las cosas de otra manera. Esa presencia nos ayuda y nos ilumina. Para optar por dicha presencia debemos tener amor y humildad en nuestros planteamientos. La presencia se acrecienta mediante la oración. Y la oración solo puede abrirse hacia Dios con espíritu humilde y con el corazón lleno de amor. El misterio de Uno y Tres nos da la visión de un Dios que no vive en soledad. Un acto de comunicación amorosa engendró al Hijo y que esa corriente de amor es el Espíritu Santo. Dios es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad.

Citas para reflexionar:

  • «Es una absurda contradicción hablar de paz, negociar la paz y, al mismo tiempo, promover o permitir el comercio de armas « Papa Francisco
  • «Cuanto más pequeño es el corazón, más odio alberga» Victor Hugo
  • «Cuando se ha comprendido que Dios nos ama, sólo queda una cosa que hacer: ofrecerse al amor para que él haga de nosotros lo que quiera» Jean Lafrance
  • «En la fidelidad a las cosas pequeñas, consiste la perfección» P. Gabriel de Sta. Mª Magdalena
  • «Por fin mi Inmaculado corazón triunfará» Promesa de la Virgen María en Fátima
  • «Vengándose, uno iguala a su enemigo; perdonando, uno se muestra superior a él» F. Bacon

Efemérides y noticias:

  • El Papa  Francisco muestra su total apoyo a los obispos de Venezuela, quienes le han comunicado la dramática situación del país.
  • El Santo Padre convoca para octubre de 2019, un mes de oración por el trabajo misionero.
  • La Santa Sede elogia la labor evangelizadora de universitarios chilenos, se implican  3.500 jóvenes.
  • El sacerdote misionero Gabriel Romanelli en Oriente Medio, denuncia que lo que hace el Estado Islámico no es solamente satánico sino luciferino.
  • En la Jornada Pro Orantibus, que se celebra este domingo con el lema «Contemplar el mundo con la mirada de Dios», recordamos a todos aquellos que se apartan del mundo para vivir en soledad, oración y penitencia por la salvación de otros.
  • La Iglesia en España da a la sociedad más del 138% de lo que recibe por la Asignación Tributaria.
  • Sesenta mártires del siglo XX serán beatificados en Madrid el 11 de noviembre.
  • Mons. Demetrio González  explica en EE.UU el intento de expropiar la catedral de Córdoba.

¿ESCUCHAS ATENTO “LA PALABRA”?

Lo que se lee cada domingo y cada día es La Palabra. Palabra eterna que se reviste de palabras humanas, pero que conserva todas las cualidades de Dios.
Es Palabra Santa y Santificadora, que, al igual que la lluvia que cae del cielo, no vuelve a él sin haber empapado la tierra.

Es Palabra Perfecta: sus dificultades se desvanecen cuando la leemos y se interpreta en la homilía.

Es Palabra Inmutable: no cambia, permanece siempre la misma.

-Es Palabra Omnipotente: el Centurión —cuánto nos ha enseñado este hombre en apenas unos minutos— dijo: “Una palabra tuya bastará para sanar a mi sirviente”.

Es Palabra Creadora, la misma que hizo surgir todo lo que hay en el orbe.

Esa es la palabra que se proclama: escúchala bien. La lea quien la lea. Es cierto que no todos los que suben al ambón lo hacen bien.  No obstante, incluso en una lectura defectuosa, la Palabra conserva toda su virtualidad.
Cuando en la Liturgia se proclama la Palabra, es Jesús mismo quien habla. Recuerda todo esto, y trata de no distraerte mirando la hora, o si el ventilador está bien orientado.

ORACIÓN: TÚ, DIOS, ERES AMOR

Amor que se hizo hombre en Belén

Amor que se hizo Palabra desde antiguo

Amor que compartió nuestra vida

Amor que subió a la cruz

Amor que se desangró en la cruz

Amor que hizo todo por salvarnos

Amor que es una familia de tres

Amor que es PADRE

Amor que es HIJO

Amor que es ESPIRITU

Amor de tres personas distintas

Amor de tres personas que se aman

Amor de tres personas que nos aman

Amor de tres personas que viven para que vivamos

Tú, Dios, eres amor.

«EL LORO “BÍBLICO”»

     Tres hijos dejaron su hogar, se independizaron y prosperaron.

Cuando se juntaron nuevamente, hablaron de los regalos que habían podido hacerle a su madre.

El primero dijo: –Yo construí una casa enorme para nuestra madre.

El segundo dijo: -Yo le mandé un Mercedes con su chofer.

El tercero dijo: – Os gané a los dos: sabéis cuánto disfruta mamá de leer la Biblia, y sabéis que no puede ver muy bien. Le mandé un gran loro que puede recitar la Biblia en su totalidad. Me gasté un millón de dólares para que unos profesores, durante siete años, se la enseñaran. Mamá sólo tiene que nombrar  el Libro y  el Capítulo y el loro lo recita.

Al poco tiempo, la madre envió sus cartas de agradecimiento.

Escribió a su primer hijo:- «Isaac, la casa que construiste es tan grande! Yo vivo en un solo cuarto, pero ahora tengo que limpiar toda la casa».

Escribió a su segundo hijo: – Moisés, estoy demasiado vieja como para viajar. Me quedo en casa todo el tiempo, así es que nunca uso el Mercedes».

Escribió a su tercer hijo: – «Mi queridísimo Abraham, fuiste el único hijo que tuvo el sentido común de saber lo que le gusta a tu madre.” ¡¡¡El pollo estaba delicioso!!!»

REFLEXIÓN: Estos tres hijos pretenden competitivamente subir al «podium» y lograr «medalla de oro» en el hacer feliz a su madre. ¡Qué desencanto! ¡Cuántos regalos, y quizás valiosos, nos han hecho o hemos hecho, y se guardan en el cajón del olvido! Bien mirado a menudo descubrimos que cuando queremos obsequiar, tenemos más en cuenta lo que nos gusta a nosotros que lo que podría hacer feliz al agraciado y por tanto ponemos en evidencia nuestra escala de valores (o nuestra falta de valores). Y es que amar no es dar sino compartir, hacer compañía, escuchar, sonreír, sentirte valorado… e incluso, en la crisis económica actual, nos saldrá más económico.

Lo mismo podríamos decir cuando se trata de luchar por la «medalla de oro» para nosotros mismos. Un atleta que acaba de subir al podio, muerde, en el delirio ganador, la medalla de oro que ni se puede romper ni ser comida. ¡Qué peligro de engañarse y morirse de éxito ya! Se trata de alimentar mi «yo» hasta enloquecer compitiendo y superando el «tú» ¿Se trata de ser famoso o ser feliz? La espiga más alta no es siempre la más granada. Sólo en una red de relaciones humanas solidarias y gratuitas conseguiremos satisfacer la sed de nuestro corazón.

Si se hacen las Olimpiadas, los Juegos Paralímpicos (discapacitados físicos) ¿por qué no unas Olimpiadas Solidarias? ¿Por qué se nos quiere educar a ser ganadores cuando sólo unos pocos lo podrán ser y la gran multitud seremos perdedores? Necesitamos maestros que nos enseñen a encajar las derrotas positivamente, a enfangarse a favor de personas y «causas perdidas», hasta salir mal parado si es necesario, pero con la cabeza bien alta y la paz en el corazón.                                                                          Josep Perich y Águeda Bautista

“JUNIO MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS”

La Iglesia dedica todo el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús, con la finalidad de que los católicos lo veneremos, lo honremos y lo imitemos especialmente en estos 30 días.

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