MISERICORDIOSOS COMO EL PADRE
- Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre.
- Misericordia es el acto último y supremo con el que Dios viene a nuestro encuentro.
- Misericordia es el camino que une al hombre con Dios.
- La misericordia de Dios no es una idea abstracta sin o una realidad concreta con la que revela su amor.
- La Misericordia hace de la historia de Dios con Israel, una historia de salvación.
- Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios.
- Jesús vivió su pasión y muerte en esta misma perspectiva de la misericordia de Dios.
- Si Dios se detuviera en la justicia, dejaría de ser Dios.
- Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad.
- Reflexionamos en este año jubilar, en las obras de misericordia corporales y espirituales.
- Estamos llamados a vivir de misericordia, porque se nos ha aplicado misericordia a nosotros en primer lugar.
- Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo.
- La misericordia es la viga maestra que sostiene a la Iglesia.
- La misericordia posee un valor que sobrepasa los confines de la iglesia.
- Vivamos este año jubilar a la luz de la palabra del Señor.
- Es propio de Dios usar misericordia y en esto especialmente se manifiesta su omnipotencia.
- Vivamos intensamente el jubileo pidiendo al Padre el perdón de los pecados y la dispensación de su indulgencia misericordiosa.
- María Madre de misericordia nos acompañe en este año santo, para que todos podamos redescubrir la alegría de la ternura de Dios.
- María atestigua que la misericordia del Hijo de Dios no conoce límites y alcanza a todos sin
excluir a nadie.
Se inicia el 8 de diciembre de 2015 y se finaliza el 20 de noviembre de 2016
ORACIÓN: MARÍA, MADRE DE LA MISERICORDIA
Señor Jesucristo, tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él. Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación. Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición,y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido. Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios! Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso. Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios. Manda tu Espíritu y consagrarnos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos. Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.