XXXI DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO – 1 de Noviembre

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“ESTAD ALEGRES Y CONTENTOS, PORQUE VUESTRA
RECOMPENSA 
SERÁ GRANDE EN EL CIELO”

     (MATEO 5, 1-12a)

SANTO EVANGELIO

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó y se acercaron los discípulos; y él se puso a hablar, enseñándolos: Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos lo que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán la misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

Palabra del Señor

“¿Quieres ser santo?”

El Vaticano II nos recordó que todos estamos llamados a la santidad. Pero los santos no son de otras épocas, hoy sigue habiendo santos.  A veces da la sensación de que tenemos que hacer lo que hizo éste o aquél santo para llegar al cielo.  Cada cual se santifica a su modo, con sus cualidades, con los dones que le ha dado el Señor. Y son personas normales, que se santificaron en el día a día, según el espíritu de las bienaventuranzas,  esta manera de vivir contrasta con lo que dice el mundo, pero es la única manera de seguir a Jesús. ¿Quieres ser Santo? Implícate y trabaja arduamente para que el mundo en el que vivimos sea un poco más bueno cada día, que sea  el reino de Dios ya en esta vida.  Dios, quiere que todas las personas seamos felices también aquí. Es nuestra tarea de cada día, que debemos llevar a cabo con la gracia de Dios.

Citas para reflexionar

  • «La misión de la Iglesia no consiste en <distribuir condenas o anatemas, sino proclamar  la misericordia de Dios>» Papa Francisco
  • «No os preocupéis dónde me daréis sepultura, lo que os pido es que no os olvidéis de ofrecer oraciones por mí ante el altar de Dios « Santa Mónica
  • «Los santos son los que cambian este mundo y realizan la gran revolución que este necesita» Mons. Osoro
  • «Los  gitanos nos abrimos con más facilidad a la fe que a las razones de este mundo» Belén Carreras

Efemérides y noticias

  • El Papa Francisco ha manifestado su deseo de que se inicie una nueva historia para el pueblo gitano en el encuentro con los siete mil participantes de la peregrinación mundial a Roma. En la conmemoración del 50º aniversario de la histórica visita del beato Pablo VI al campo nómada de Pomezia.
  • La propuesta de la nueva ejecutiva del PSOE de suprimir la clase de Religión y construir un “Estado laico” fractura a los barones, a los históricos y a los cristianos socialistas.
  • Cáritas Española ha cerrado su campaña quinquenal “Nadie Sin Hogar” con un Encuentro Estatal en el que la mitad de participantes eran personas sin hogar en proceso de recuperación.
  • Valencia acogerá a 15000 jóvenes participantes en el Encuentro Europeo  de Jóvenes de Taize.
  • La devoción al apóstol san Judas Tadeo (28 de octubre) como patrón de las causas imposibles está cada vez más extendida en España.
  • El 6 de noviembre recordaremos a todos los santos y beatos mártires de siglo XX en España.
  • El Museo de la Catedral de León recibe la donación de dos cuadros esenciales del pintor leonés Pablo Gago, precursor y pionero de la corriente de la abstracción.
  • Monseñor Julián López, presidirá el próximo lunes día 2 a partir de las 12,00 horas en la Catedral, una eucaristía especial en el día de la Conmemoración de los Fieles Difuntos.

MUERTE Y RESURRECCIÓN 

Los cristianos solemos asociar este mes de Noviembre, de tardes cortas, a nuestros difuntos. Quien más, quien menos, desde cerca o desde lejos, recuerda a sus familiares difuntos y, si le es posible, se acerca al cementerio para depositar un ramo de flores y una oración, en señal de afecto y recuerdo. Para quienes creemos en Jesucristo, sabemos que la muerte de los justos es un encuentro con Dios, que nos llama para sentarnos a la mesa de su Reino y hacernos partícipes de su Vida divina.

Este sentimiento ha sido tan fuerte en el cristianismo, que ya los primeros cristianos creían firmemente que cuando un cristiano cierra los ojos a este mundo, los cierra de modo temporal, hasta el momento de su resurrección. Por eso al lugar donde los sepultaban no le llamaban necrópolis “ciudad de los muertos”, sino “dormitorio”, que es lo que significa cementerio.

¡Qué gratificante y consolador es pensar, iluminados por la fe, que nuestros seres queridos se han despedido de nosotros con un esperanzador “hasta luego”! Y que, aunque no estén a nuestro lado de forma física, ellos viven su propia identidad en la presencia de Dios e interceden por nosotros. Nada de lo que hay en el corazón humano deja Dios sin satisfacerlo, y nuestro ser añora la inmortalidad.

Desde esta fe cristiana ha nacido la piadosa costumbre de ofrecer sufragios por las almas de los difuntos. En el fondo no son otra cosa que una ferviente e insistente súplica a Dios para que tenga misericordia por quienes nos precedieron en la fe, los purifique con el fuego de su amor misericordioso y los introduzca, para siempre, en el reino de la luz y de la vida.

Todo ello nos recuerda, como creyentes cristianos, que mientras vivimos esta vida no hemos llegado aún a la meta, sino que somos caminantes que nos dirigimos a la Vida eterna. Esta peregrinación comienza el día de nuestro nacimiento y de nuestro Bautismo y concluirá en el encuentro con Dios, que nos acogerá por toda la eternidad en su gloria.

Nuestra fe en Jesucristo nos asegura que, si intentamos vivir de verdad, como Él vivió, moriremos con Él y resucitaremos con Él. Nuestra peregrinación, por tanto, está marcada por la esperanza. Es verdad que somos frágiles y pecadores, pero la misericordia de Dios nos llama sin cesar a la conversión, y nos perdona, nos renueva y alimenta con el pan de la Vida. El camino no lo hacemos solos: Jesucristo nos precede y nuestra Madre del Cielo nos lleva de su mano, junto con la gran familia de nuestra Madre la Iglesia.

TODOS LOS SANTOS

Patriarcas que fuisteis semillas
del árbol de la fe en siglos remotos,
al vencedor divino de la muerte
rogadle por nosotros.
Profetas que rasgasteis inspirados
del porvenir el velo misterioso,
al que sacó la luz de las tinieblas,
rogadle por nosotros.
Almas cándidas, santos Inocentes,
que aumentáis de los ángeles el coro,
al que llamó a los niños a su lado,
rogadle por nosotros.
Apóstoles que echasteis en el mundo
de la Iglesia el cimiento poderoso,
al que es de verdad depositario,
rogadle por nosotros.
Mártires que ganasteis vuestra palma
en la arena del circo en sangre roja,
al que os dio fortaleza en los combates,
rogadle por nosotros.
Vírgenes bellas cual las azucenas
que el verano vistió de nieve y oro,
al que es fuente de vida y hermosura,
rogadle por nosotros.
Monjes que de la vida en el combate
pedisteis paz al claustro silencioso,
al que es iris de calma en las tormentas,
rogadle por nosotros.
Doctores cuyas plumas nos legaron
de virtud y rico tesoro,
al que es caudal de ciencia inextinguible,
rogadle por nosotros.
Soldados del ejército de Cristo,
santas y santos todos,
rogadle que perdone nuestras culpas
a aquel que vive y reina entre nosotros.

Gustavo Adolfo Bécquer

ORACIÓN: ES POSIBLE SEÑOR

Ser hombres y mujeres de  este tiempo y, además,

mirar hacia el cielo  sabiendo que otra ciudad nos aguarda.

Pensar en esa otra realidad  de la que, aun sabiendo poco,

podemos adelantarla aquí y  ahora en esta tierra que nos rodea.

Dar a todo ello un nombre y,  ese nombre, es el “ser santo”

Un santo que tiene como  buena madera el evangelio.

Como oro, la caridad y como  dicha el hacer felices a los demás.

Como grandeza su pobreza y  como orgullo su servicio.

Los Santos de todos  los tiempos, nos invitan y nos recuerdan,

un “es posible” ante lo que  en el mundo parece una utopía:

¡SER  DE DIOS Y COMO DIOS MANDA! ¡ESO ES SER SANTO!

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