XXVI DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO – 27 de Septiembre

LOS MANDATOS DEL SEÑOR SON RECTOS Y ALEGRAN EL CORAZÓN                                                                              Salmo 18

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 9,38-43.45.47-48

En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.

Jesús respondió: No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Y, además, el que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida que ir con las dos manos al abismo, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida que ser echado con los dos pies al abismo. Y si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios que ser echado al abismo con los dos ojos, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.                                                          Palabra del Señor

Jesús nos avisa sobre el escándalo

Importante el texto evangélico de Marcos que nos trae, hoy, el XXVI Domingo del Tiempo Ordinario. Jesús de Nazaret termina refiriéndose al escándalo sobre los más pequeños. Difícil asunto que siempre está en siniestra actualidad. Jesús, además, pide a sus discípulos que no creen una comunidad cerrada, apta solamente “para los nuestros” o para unos pocos. Jesús pide que nos abramos a todos los que predican y hacen milagros invocando su nombre. Y recuerda a aquellos que den un vaso de agua a los que siguen el Mesías que no quedaran sin recompensa. Consejos de una enorme actualidad que a todos nos afectan…

ORACIÓN: SOY DE LOS TUYOS, SEÑOR

Soy de los tuyos, Señor

Si no desprecio a los demás

Si trabajo por la verdad y la paz

Si me dejo llevar por tu Espíritu

SOY DE LOS TUYOS, SEÑOR

Si respondo a tu llamada

Si dejo que, los demás,

también sigan tus huellas

Si, lejos de quererte sólo para mí,

abro las puertas de tu Evangelio

a cuantos me rodean.

SOY DE LOS TUYOS, SEÑOR

Si sigo tu criterio y no el mío

Si te miro a Ti y no a los demás

Si pienso como Tú

Y no como yo pretendo

SOY DE LOS TUYOS, SEÑOR

 

Esta entrada ha sido publicada en Comunidad, Liturgia, Reflexiones y etiquetada como . Guarda el enlace permanente.