Sor María voló al cielo

Rendimos nuestro último adiós al cuerpo de Sor María, a la que el Señor llamó a su seno, después del regalo de una larga y fructífera vida. Volverá a la tierra, hoy día 19 a las 5 de la tarde, de donde fue creada, pero aunque el cuerpo terreno vuelve a la tierra, su alma inmortal dada en el momento de su concepción por nuestro Padre Creador, va en su busca con ansia, ella que le consagró su vida por el inmenso amor que le profesaba y que buscaba su rostro en sus hermanas y todo aquel que ponía su confianza en su buen hacer.

Volvemos a darnos con el misterio de la vida y de la muerte y nuestra Comunidad Benedictina vive estos momentos con la tristeza que nos embarga por su pérdida irreparable, más con una diáfana alegría de esperanza en su acogida gloriosa, también gratificante por su ejemplo de santidad silenciosa, sin ruido en los claustros de nuestro Monasterio de Santa Cruz, ella con sufriente paciencia en sus últimos días, se nos fue apagando como la vela, luciendo cada vez con menos intensidad pero alumbrando.

Pedimos una oración por el descanso de su alma y por esta Comunidad  de Benedictinas, pues aunque la muerte se ha llevado a sor María sin duda su entrega será semillero de nuevas vocaciones en este Año de la Fe, que tanto nos está interpelando sobre lo que de verdad importa, siendo nuestro Señor camino y meta.

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