Meditación: «Apareció en el cielo una gran señal; una Mujer vestida de Sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza» (Apocalipsis 12,1)
Ha sido coronada Reina del Cielo la Madre del Señor de cielos y tierras.
«En la Iglesia todos están llamadas a la santidad, pues esta es la Voluntad de Dios: nuestra santificación» (Tesalonicenses 4,3 y Efesios 1,4)
María se entregó a esta Voluntad Divina y será verdaderamente Madre y Reina nuestra si buscamos responder al llamado de santidad de nuestro Padre.
¡Oh María, Reina del Cielo y de nuestro corazón!
Reina del Cielo, alégrate, aleluya, porque El que mereciste engendrar, aleluya, resucitó, como lo había dicho, aleluya. Amén