MAYO Y LA VIRGEN MARÍA

Consolacion.pngHoy, Señora, quiero agasajarte en este inicio del Mes de Mayo y escribirte con todo mi amor y devoción.

Observo, Señora, que tienes muchos “partidarios”. Hay muchas almas sencillas que te tienen muy presente, y que buscan tu intercesión al lado de Jesús, Tu Hijo, Nuestro Dios y Señor

Hay otras gentes, Santa María, más estiradas o soberbias, que prefieren ir directamente al “Jefe”, al que más manda, al Dios Grande, Padre de todo.

Y eso está bien, pero yo creo que Él quiere que tu seas nuestra mediadora, ya como Madre nos entiendes mejor.

A mi, tu lo sabes, me ha costado mucho ejercitarme en tu devoción. Algo me lo impedía. A lo peor era yo de los “estirados” que te citaba antes.

Es maravilloso que tantas personas, que tantos hijos tuyos, estén siempre bajo tu protección y que la invoquen cada segundo. Eso, creo, tiene que satisfacerte y hasta halagarte.

Necesitamos de tu protección y de tu amparo. El mundo sigue estando dominado por la violencia, por la guerra por el terrorismo, por la explotación económica, por el abuso hacia los más débiles.

Y tu sabes, Señora, también que son los más débiles, las mujeres, los niños, los ancianos, los que menos tienen, quienes que más daño reciben de esa mala gente que se ensaña con los débiles.

Tienes que ayudarnos para que podamos construir el Reino de paz y amor que su Hijo nos mostró y que sigue pidiéndonos que le hagamos crecer, pero nosotros, solos, nada podemos.

Acepta, Señora, estas palabras humildes para ti en este principio del mes de Mayo y que todos sepamos llevarte las mejores flores de nuestras almas en las oraciones especiales que en estos días te enviamos.

Ruega por Nosotros y danos tu mano para seguir el camino salvador, siguiendo a Jesús, nuestro Maestro.

Por Ángel Gómez Escorial

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