El patrocinio de San José

“La solemnidad de San José”
Es la fiesta alegre que celebramos en plena Cuaresma, festejamos a nuestro patriarca, San José, esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Jesús. Y la Iglesia entera —es su patrón— defiende y mantiene esta bella devoción que nos comunica amor, humildad y capacidad de servicio. En 1870, en unos momentos difíciles para la Iglesia y por petición expresa de los Padres del Concilio Vaticano I, el Papa Pio IX proclamó a san José Patrono de la Iglesia Universal. En 1889 León XIII, en la fiesta de la Asunción, publicaría la primera y única hasta ahora encíclica josefina la Quamquam pluries, con la oración más popular: A vos, bienaventurado san José. Pio XII, también con sentido social, instituyó la fiesta de san José Obrero en 1955. Juan XXIII no solo incluyó el nombre de san José en la misa sino que también se atrevió a declararlo Patrono del Concilio  Ecuménico Vaticano II. Juan Pablo II en el centenario de la encíclica de León XIII, publicó en agosto de 1989 su Exhortación apostólica Redemptoris custos. Benedicto XVI se alegró en 2010 cuando dedicó el templo de la Sagrada Familia de Barcelona  al conocer el vínculo del templo que desde sus orígenes  había estado muy vinculado a la figura de san José. El Papa Francisco tiene una especial devoción al Custodio de la Sagrada Familia, en cuya solemnidad de este 19 de marzo celebrará la Misa  de inicio de su pontificado. Es seguro que la mirada buena del protector cuidará también del nuevo Papa Francisco.

DÍA DEL SEMINARIO

En la solemnidad del glorioso Patriarca san José  nos invita a celebrar un año más, el Día del Seminario un tiempo de gracia para dirigir nuestra atención hacia esa querida institución de la Iglesia diocesana donde se forman los sacerdotes que la servirán en los próximos años . El Día del Seminario es ocasión oportuna para conocer más de cerca esa realidad, sus logros, dificultades y proyectos, y, simultáneamente  revitalizar la responsabilidad de toda la comunidad diocesana en el fomento y cuidado de las vocaciones sacerdotales. Celebramos el Día del Seminario en el marco eclesial del Año de la fe convocado por el papa Benedicto XVI, para invitar a todos los cristianos  a una auténtica y verdadera conversión al Señor, fortaleciendo de esa manera  la renovación de la propia vida en Cristo con el don y la tarea de «la fe que actúa por el amor» (Gal 5,6).

Sé de quien me he fiado: estas palabras de san Pablo presiden como lema este Día del Seminario en el Año de la fe,  ejemplo luminoso de su fe y su entrega a Jesucristo, el Buen Pastor, testimonio elocuente para los sacerdotes y para los que se preparan para serlo. 

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