Adviento

El Adviento nos recuerda que el ser humano no se agota en sus realizaciones concretas. La persona no se identifica con sus logros.

La espera se mantiene en vigilancia para imaginar el futuro y para prepararle con nuestras decisiones actuales.

El Adviento es un tiempo de gracia que nos remite a Jesucristo: en su encarnación en nuestra tierra y en nuestra historia. Dios se ha hecho humano en Jesús, para que nosotros podamos aspirar a ser divinos, por él, con él y en él.

Preparad el camino del Señor.  Allanad sus senderos. No son senderos de la estepa los que han de enderezarse, sino las costumbres y los hábitos de las gentes. Es necesaria una conversión de la vida toda.

El mensaje del Bautista culmina con un verso inolvidable: “Todos verán la salvación de Dios”.

El mensaje proclama, la obra del Mesías como una salvación obrada por Dios.
Muchos la entenderían en sentido político frente al poder de Roma. Y otros muchos como la liberación de todo lo que impedía al ser humano aceptar a Dios como Dios. También para nosotros, este mensaje es luz “Evangelio”, una buena noticia. Necesitamos ser librados de mil presiones externas y de muchas tendencias personales que dañan. Solo Dios puede salvarnos de todo lo que nos impide ser humanos de verdad.

Señor Jesús, te reconocemos como Salvador.
¡Ven a librarnos!

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