CRÓNICA DE UNA EXPERIENCIA

“Mirar a los demás con el corazón es el mejor modo de comprenderlos”
– Juan XXIII –

Así miran la Benedictinas del Monasterio de Sta. Cruz, de Sahagun- León, con el Corazón y con mucha Paz
Mi nombre es Ana Belén, soy de Zaragoza.
A través de una pagina vocacional ( www.buscoalgomas.com), la responsable, Noemí, me puso en contacto con esa comunidad.
Ahí encontré una comunidad de acogida, como lo es, ya que está en el Camino de Santiago.
Pase unos días en la Hospedería que tienen. No se como explicar, lo que ahí, he vivido.
La convivencia con ellas, era de Fraternidad, la Oración se me hacia corta, la Eucaristía era como un fuego que no te quemaba por dentro, pero daba calor a mi alma. Era como el agua que te quita la sed que traes del camino.
Me encontré con el Señor cara a cara. Me pedía que le diera como el Joven rico de la parábola, aquello que mas me costaba dar para seguirle.
En los días que pase conociendo a la comunidad, poco a poco y sin darme cuenta, me fui deshasiendo de cosas que tanto me costaba soltar.
Gracias a ellas, volví a mi ciudad con la mochila mas vacía de cosas que no pensé que fueran inservibles, pero mas llena del Amor del Señor y de ese estilo de vida, al que sentí una intensa Llamada
Ahora hay que dejar que la simiente que se planto en esos días, se vaya asentándose en ese nuevo terreno. Que empiece a echar raíces y cuando Él lo quiera, dará fruto

Como decía el Papa Juan Pablo I: “Amar a Dios es, viajar con el corazón hacia Dios”
Y así es como fue mi viaje hace unos días con el corazón hacia el Señor….

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1 respuesta a CRÓNICA DE UNA EXPERIENCIA

  1. Emilio García Alvarez dijo:

    Es verdad que hay que dejar que la semilla se asiente, pero Dios sólo no lo hace, es muy respetuoso con nuestra libertad, somos nosotros los que, al igual que el rico del Evangelio, tenemos que decidir, él optó por seguir con sus «riquezas»; muchas veces nosotros seguimos con nuestra «comodidad», recordando «románticamente» esa experiencia y todo sigue igual o bien optamos por el seguimiento valiente de Cristo y le damos un SI rotundo, como los apóstoles que dejándolo todo «en el acto le siguieron». Que el Resucitado te ilumine, pero eres tú la que debes decidir, porque de otra manera, la mochila se vuelve a llenar de tonterías y cada vez es más dificil renunciar a lo cotidiano y optar por lo radical: Cristo y su Evangelio. Rezo por tí y las Benedictinas.

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