La gloria tiene sabor

Sor Lourdes cumple sus bodas de oro

Sor Lourdes, castellana de pro, nace en un rinconcito en el nordeste de la provincia de Segovia llamado Laguna Contreras.

La majestad de sus encinas, robles y sabinas que crecen en el monte, el susurro del rio Duratón y las cantarinas aguas de los arroyos de la Vega, de la Hoz y Turrubiel junto a las choperas y alamedas, imprimen en ella su sello de nobleza que junto a la sencillez, disponibilidad, exquisitez de modales, propios de los que vinculan su vida a las faenas campesinas y viven en hermandad con sus vecinos y paisanos, tallaron su personalidad. Mas su espíritu se tiempla en las oraciones y actos litúrgicos celebrados en su iglesia de Nuestra señora de la Asunción, en la ermita de San Pedro o en la festividad de san Sebastián.

Y un 17 de enero de 1962 la candorosa joven, arrebolada como novia, más decidida y firme como roca, lleno su corazón de inmenso amor y con el fervor a Dios, a su Santa Madre, a la Iglesia y a la Orden Benedictina, profesó en la Comunidad.

Sor Lourdes atrae por su semblante dulce, donde sus ojos hablan por sí mismos, resalta sobre todo la fortaleza de su figura, denotando un espíritu indomeñable, austero, infatigable, abierta a cualquier sugerencia y a la entrega sin desmayo a sus hermanas y a la comunidad Benedictina de nuestro monasterio de Santa Cruz en Sahagún, León. Sus poderosas y ágiles manos transforman los alimentos en deliciosos manjares haciéndolos apetecibles a los paladares más exigentes y ya son totalmente irresistibles las exquisiteces de los dulces típicos de nuestro monasterio y es que sin duda la gloria también tiene sabor y ella nos la hace partícipe.

Si bendecimos los alimentos que tomamos como no bendecir las manos que los elaboraron, sor Lourdes ha sido y seguirá siendo bendecida por su ingente y callada labor en el obrador, en la cocina, en los trabajos más arduos “No he venido a ser servido, sino a servir” o “Reza y Trabaja”. Por sus plegarias e intercesiones, por su vida anónima pero de incalculable valor a los ojos de su amado y de los que tienen la dicha de conocerla. Sí, ha llegado a sus Bodas de Oro y esto supone un logro, una dicha de privilegiada, son 50 años de fidelidad, de entrega ferviente, de amor desinteresado a Él y a los demás. Se debe sentir orgullosa, bueno como el orgullo no es lo suyo, diremos “en plenitud o inefable dicha”.
Pidamos todos por ella, los aniversarios son muy ilusionantes cuando se cumplen —la ancianidad es un regalo de Dios—. San Benito siga bendiciendo a esta hija suya ejemplo y modelo de entrega gozosa para tantas jóvenes que no encuentran respuestas a la “felicidad de vida” que ansían.

¡Muchas felicidades sor Lourdes, ánimo y a por las bodas de platino!

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2 respuestas a La gloria tiene sabor

  1. Emilio García Alvarez dijo:

    Los que tenemos la enorme dicha de conocer y querer a Sor Lourdes y haber disfrutado con tantas comidas y dulces como ella nos ha preparado, nos unimos a su alegría y a la de toda la Iglesia por el don de su fidelidad a la vida consagrada, a la Iglesia, a la Santísima Virgen y a Nuestro Señor Jesucristo. Egoistamente pedimos para que con la ayuda de Dios alcance a celebrar sus bodas de platino y nosotros podamos seguir disfrutando de sus dulces, pero sobre todo de su bondad, de su entrega y sacrificio, de su humildad, de su cariño inmenso, con un corazón que es más grande que su cuerpo (que no es pequeño!!). Un abrazo para TODAS, pero hoy, especialmente para Sor Lourdes. Que rece hoy por TODOS Y todos por ella. Mini-María-Pablo-Emilio

  2. Carmen Iglesias Yangües dijo:

    Es cierto todo lo que dicen en el articulo y comentario sobre Sor Lourdes, es tan cariñosa, dulce y entrañable que es facil quererla. Reciba todo nuestro cariño en sus Bodas de Oro y un abrazo muy grande de Jesús Mª y Carmen.

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