La Virgen, la primera misionera

Y fue la Virgen la primera misionera que nos dejó en su Pilar el dedo certero que nos señala de nuevo: «Haced lo que Él os diga». Al celebrar la fiesta de la Virgen del Pilar, proclamamos que María ha escogido el Pilar para derramar sobre España sus bendiciones. Son abundantes y muy variados los favores que los devotos de la Virgen del Pilar han pedido y piden a la Madre de Dios. ¿Pero no nos urgirá hoy, tanto o más, pedir por la fe cristiana de las familias y de los jóvenes de España?… Rogarle, desde esta ciudad de Zaragoza, por la conservación y el crecimiento de la fe de los españoles en el Evangelio equivale a pedir el bien de los bienes para la familia y la juventud de España. Podemos estar seguros: ¡no nos equivocaremos con esta plegaria! No hay otro modo —¡ni lo ha habido ni lo habrá nunca!— de esperar con fruto una renovación de la fe en España, si no es por la oración de la Iglesia o, lo que es lo mismo, a través de la súplica de todos sus hijos unidos a María, la Madre».

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