¿Cómo se compuso el Avemaría?

botticelli madonna with book.jpgLa antigua oración mariana del avemaría se compone de dos partes, entre ellas hay una diferencia de varios siglos. La primera y más antigua, que recoge el saludo del arcángel Gabriel a la Virgen, nace del evangelio de san Lucas, dándose por hecho que la Iglesia primitiva la recitó a modo de jaculatoria desde los primeros siglos de nuestra era.
Mas hay algunos detalles menos conocidos, el texto de san Lucas no cita el nombre de la Virgen en el momento de la salutación. Esta fue una idea de Severo, patriarca de Antioquía a principios del siglo VI (aunque luego destituido por hereje). En unos trozos de cerámica, procedentes de jarras, vasos o cuencos hallados entre las ruinas de Luxor (Egipto) se puede leer la frase «Dios te salve María». A estas breves palabras de arcángel, que se supone ya entonces recitaba buena parte del pueblo cristiano, se le añadieron otras no menos populares, a saber, las que pronunció la prima de la Virgen, santa Isabel, al recibir la visita de María: «Bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre». San Juan Damasceno, fallecido en el 749, ya comentaba estas frases en sus homilías. Así mismo el papa Urbano IV, siglo XIII, añadió el nombre de Jesús al final de la primera parte de la oración.
La segunda parte se terminó de configurar después del siglo XV, aunque ya unos siglos antes se concluía con alguna petición , aunque no coincidía con la que hoy usamos habitualmente. Está documentada la frase: «ahora y en la hora de nuestra muerte» en el breviario de un cartujano que vivió en el año 1350. Dos siglos después, con ocasión de la reforma litúrgica del concilio de Trento, Pio V fijó la fórmula definitiva que usamos hoy en día.

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