La majestad de la agreste sierra
coronada de nubes y soles
perfumada con silvestres flores
suaves cantos del agua en la piedra.
El cielo quiso hacerse tierra
ser morada entre los farallones
firme refugio de pecadores
que arrepentidos van a su Reina.
¡Oh, Santísima Virgen capitana!
pequeñita, morena, serrana
corazón de los conquistadores.
¡Guadalupe!, siempre venerada
por miles de labios invocada
¡Señora otórganos tus favores!