“¡Habemus papam!”
Al anochecer de cuatro años atrás, tras el humo blanco que salió de la chimenea de la Capilla Sixtina, el carmarlengo papal, Mons. Jean Louis Tauran desde el balcón de la logia de san Pedro dio el esperado anunció: “¡Habemus papam!”.
Despertó así la primera ovación de la multitud que a continuación y por un instante quedó enmudecida tomada por el suspenso, mientras el camarlengo proseguía: “Eminentissimum ac reverendissimum Dominum, Dominum Giorgium Marium, Sanctæ Romanæ Ecclesiæ Cardinalem Bergoglio, qui sibi nomi imposuit: Franciscum”.
Comienza así con un primer “¡Buona sera” y la misa de inicio el 19 de marzo de 2013, solemnidad de san José, el pontificado de Francisco, primero con ese nombre, el primer jesuita y el primero proveniente del hemisferio sur. Del primer pontífice originario de América y el primero no europeo dese el año 741.
Un pontificado que despertó gran entusiasmo en todo el mundo así como la atención de los periodistas, de un cardenal de Buenos Aires que hasta entonces había siempre tenido una relación difícil con los medios de comunicación, pero que ya siendo Pontífice ha viajado con los corresponsales en las visitas apostólicos, dando ruedas de prensa y respondiendo cara a cara.
Francisco al recibir a los cardenales el 12 de diciembre de 2016, hizo un balance de sus cuatro años de pontificado, precisando entretanto que las reformas, a partir de la Curia, “no se realiza cambiando gente”, sino principalmente “con la conversión de las personas”.
Pero los aspectos nuevos son muchos, demasiados para un artículo, partiendo desde sus homilías cotidianas en la residencia Santa Marta, en donde ha desempolvado algunas verdades olvidadas, muchas veces simples, como ver a Jesús en el prójimo especialmente en el más necesitado, no hablar mal de los otros, retribuir debidamente a los empleados del hogar, o cuando marido y mujer pelean, hacer la paz antes de concluir el día.
Además de los grandes temas y eventos, el primero en 2016 con la encíclica Lumen Fidei, seguida el mismo año por la exhortación apostólica, Evangelii Gaudium, y como conclusión en el 2016 de los dos sínodos sobre la familia con la exhortación Amoris Laetitia.
Otro tema que ha involucrado a toda la comunidad internacional y con gran repercusión ha sido la carta encíclica Laudato Si‘, sin olvidar la Vultum Dei quarere, sobre la vida contemplativa femenina.
Se suma el Jubileo de la Misericordia convocato oficialmente con la publicación el 11 de abril de 2015 de la bula ‘El rostro misericordioso de Dios’, período que inició 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción y concluyó el 20 de noviembre de 2016.
Además profundizar las reformas iniciadas por Benedicto XVI, de las finanzas del Vaticano y la política de’ tolerancia cero’ hacia la pedofilia.
Se suman los viajes apostólicos y las diversas exhortaciones en las cuales recordó que es satánico matar en nombre de Dios. Un Papa que no deja de sorprender y que nos invita a todos, siempre a cuestionarnos.